Vaya petardazo. Pongo el play. Suena "Ecce homo" y no paran mis pies de pedir revolución, de izar los puños, de escuchar el fantasma de The Clash, en esta embestida sónica, en esta jauría eléctrica de guitarras que se ponen de los nervios, que me piden que suba el volumen, que no le baje, que me cague en dios.
No, no es un espejismo este inicio. "Still life with hot deuce on silver platter" es todo un slogan, tiene fiereza, le da por pararse en medio de los casi seis minutos de canción. Todo medido, bien medido. Patrick Strickles se las apaña para que te quedes como lelo, ahogado por una sucesión continua de canciones fabricadas para tu conmoción.
Titus Andronicus. Hasta el nombre, me subleva. Esto es punk, esto es rock. Esto es rock, esto es punk. Si, cada uno en su sitio. Hasta el piano de "Food fight!" y sus cuerdas roqueras en apenas un minuto, te deja sin aliento, sobrecogido por este escozor celestial.
"My eating disorder" es una canallada grácil, un globo sonda que se inflama con inquietud mientras las olas acaban por la tierra, mientras la necesidad de gritar es acompañada por el rictus armónico de una banda que desde hace tiempo la tengo en mi agenda.
Si "The Monitor" fue la ostia, este "Local business" lo supera. "Titus Andronicus vs. the absurd universe (3rd round ko)" es mala leche punk, himno para la insurrección, para que no estemos parados, para que vuelen adoquines contra este puto sistema que no hace más que ahogar a la gente de bien.
Pero también tienen sus corazón la gente de Titus. "In a big city" es casi una punk folk song, protesta mediante, coge las armas y corre, vuela, no dejes nada en pie. "In a small body", también se suelta la melena, pop trágico agarrado con flechas de rebelión.
Para el final lo mejor. "(I am the) electric man" y "Tried to quit smoking". Las dos a su manera, muestras de que a esta banda hay que seguirla, acosarla, hacerse con sus cd. Titus Andronicus, para la revuelva, para la dulce rebelión
1 comentario:
¿He escuchado The Clash en la entrada? Pues ale, a buscar el disco. Qué buen trabajo me das, Carlos.
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