viernes, 25 de abril de 2014

TY SEGALL BAND. "Slaughterhouse" (2012)


Este disco es una bendita locura. Es una crispación de guitarras que asesinan y te demolen, es un batiburrillo de feedback que te deja rendido en medio de un colapso total. Ty Segall, (ex-Perverts, ex-Epsilons), se sacó de la chistera un disco de esos que te dejan sin aliento, que te hacen reptar por el lado más salvaje del rock, ese que no tiene aditivos coñas ni pelmazos.

En compañía de Emily Rose Eipteins, Charlie Mootheart, y Mikal Cronin, y con una portada de esas que da miedo, Ty Segall apabulla desde que suena "Dead", con su inicio psicodélico que da paso a una tormenta donde el garaje se fusiona con el punk, y el punk con el noise, en una escabechina demoledora y bestial.

"I bought my eyes" es pura corrupción, es una melodía pop trinchada con arsénico y hardcore, es una hit para ponerte a bailar por la muerte del aburrimiento y la apatía. Un encantamiento de serpientes. Gloriosa track, abracadabra sideral e impactante. Punk del siglo XXI.

La que titula el cd es como recuperar las primeras producciones de Sonic Youth. Un minuto y medio de caos, un minuto y medio de dolor, un minuto y medio de pasión. Los gritos son salmos, la bomba con su espoleta lista para explotar.

Este disco va a estar mucho tiempo en los soportales audutivos de mis cascos. "The tongue" es una crisálida que se convierte en momia, en un cuento cruento donde los cuchillos son guitarras eléctricas. Y todo en medio de una anarquía controlada, de un jolgorio que me está dejando feliz.

"Tell me what's inside your heart", es quizás la más bestia del lote, la que más escuece. Es como volver a sentir el peso de la ira convertida en electricidad. Moléculas de pánico, punk evolucionado, geiser de ostias por doquier. "Wave goodbye" tiene aires sixties, lobotomizado por cadencias crudas de insolencia guitarrera.

Me siento bien, sanan mis furores, cuando me pongo "The Bang I'm in". Cuando suena "Diddy wah diddy" explota en tu cara salvas de demolición, salpicadas conjuras para vivir al límite, para volver a ser punk. Y si aun te has quedado con ganas de más, prueba los diez minutos de ruido de "Fuzz war" y rindete sin remisión.

Peligro no tocar pues Ty Segall Band. Adictivos, geniales, explosivos, colosales......


1 comentario:

Jorge dijo...

Absolutamente de acuerdo...