Tortoise. Es la primera cosa que se me viene a la cabeza al recuperar este viejo disco de 1999, del trío de Maryland, al cual el término Post-rock le viene como anillo al dedo. "Futureworld" es una freneéica y apasionante maquina de ritmos, con sus cualidades instrumentales repletas de frenesí y suculencia, que lleva al post-rock a cimas de creatividad perdidas hoy ya en un estilo que quizás ha dado ya todo de si.
"Television eyes" es una muestra del palpitante mundo de Trans Am: rock instrumental matemático, espacial, con moléculas electrónicas aireando secuencias y secuencias de antiprogreso. La que titula el cd, robótica y marciana, es como escuchar una version punk de Krafwerk. Total.
Después viene "City in flames", donde parecen unos lunáticos de trashmetal pasados de vuelta, sudando ecos de electricidad galopante, entre un enjambre de música distorsionada, capas y más capas de ecos del infierno sobre la cabeza de nosotros, viles mortales.
El recuerdo de Tortoise se hace evidente y claro cuando te enchufas en el coco "Am rhe in", con los tambores atronando y con las guitarras desasosegadas en un akelarre clamoroso y bestial. "Cocaine computer" en synte musique para bailar mientras te imaginas un mundo dominado por terminators cabrones.
Nada sobra en este contagioso mar de sonoridades donde lo poliédrico de la propuesta crea un envolvente y sinuoso menú para paladares exquisitos. "Positron" es otra vuelta de tuerca más con sus minimales recorridos electrónicos. Que tiempos pues aquellos, en los que caímos rendidos ante todo aquello que oliese a evolución de rock hacia nuevas fronteras. De imprescindible escucha cuando nos enfademos por la estafa global de los nuevos ídolos independientes.
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