Reconozco que la primera vez que escuché a Xiu Xiu con "Knife play" me conmocionó sobre todo esa manera tan estruendosa de cantar de su líder Jamie Stewart, junto a un sonido ruidoso, catarsis siempre sin comedir que te hipnotizaba y te sacaba de quicio a la vez.
Con el tiempo me fueron aburriendo bastante, pero hasta este cuarto disco, "La fôret", considero que su amalgama de tensión post punk desequilibrada ("Muppet face") junto a paseos por una calma siempre extraña ("Clover"), deja bastante espacios para el regocijo del que busca siempre algo más.
Entre arpas, mandolinas, vibráfonos, clarinete, tubas y otros instrumentos de esos que parecen no encontrar su sitio en una banda de rock, se mueve como pez en el agua Stewart ("Mouse toy"), retándonos a un viaje repleto de espectros acogedores.
En "Pox" suenan retadores, espaciados en volutas de humo siderales y retorcidos y en "Saturn" les sale la vena más experimental y obsesiva. Viene bien esos pasajes donde la calma parece querer amortiguar esa vesanía constante donde se mueven, o "Ale" y ese juego casi infantil de vientos que van y vienen.
"Bop people", es la más movidita del lote y el final con "Yellow raspberry", nos muestran de nuevo la capacidad que tienen para dotar a su música de gruñidos de terror. Lo dicho, en la actualidad no me atrae nada su propuesta, me quedo con sus primeros lps, donde todavía era aguantable ese torrente de irritación que proclaman.
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