Vaya puntazo el disco de los murcianos Perro. Ya habían apuntados maneras con sus maquetas y epes anteriores. Este disco es la culminación de un inicio que fue prometedor, y con este petardazo llamado "Tiene bacalao, tiene melodía",les pone en un lugar alto dentro del panorama indepentiente de aki.
"Gran ejemplo de juventud", en el inicio, es un disparo que nos recuerda a los primeros Surfin Bichos. Perro tiene arte, armas para desde el gamberrismo más amateur producir himnos tan desbordadores como "¡Viva el porras!" o garagismos cromagnon de lo más espabilado ("Calculadora troglodita").
Perro. Un buen nombre para ladrar y ladrar al compás de sinfonías tan bestiales como "Paco fiestas" y sus teclados de kraut de golosina, en medio de un aderezo vocal e instrumental de lo más logrado. "Chino tío" es emocional, intuitiva, como una botella rota que te espera en el suelo cuando acabas de ducharte.
Mi preferida, "La Reina de Inglaterra", con estribillos tan espeluznantes ("mi abuela es la reina de Inglaterra", coreada por mi hijo como unna canción de "Hora de aventuras") y unas guitarras que salvando las distancias me traen a la memoria a los Wedding Present. Rock afilado, melodías para titiritar, sorbos y más sorbos de noise acogedor. "Marlotina" es otra vuelta de tuerca a la mecánica alemana; minimal, soberbia, hacha y despídete de sueños.
De nuevo la sonrisa. "Larry, no come", Punk de gafa pastas, trópico en una barra de mar muerto. "Catán" es otra muestra más de la solvencia de Perro, de las punzadas que recrean siempre con borbotones de humo y luces.
"El ecco y el equiseto" ponen el punto final a un viaje que se prolonga por los arcenes de la independencia más total. Perro, canes desbocados, fieras sin domar.
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