Ya me encandiló en su momento "Libre Asociación" (2011). En "Tinieblas, por fin", (aventura del ex-Madee Ramón Rodriguez) The New Raemon siguen por la senda de los versos retorcidos, de una mecánica del corazón que desde los primeros acordes de "Risas enlatadas" te hacen soñar con los mundos Rodriguez y cía horneados en una paleta de colores musicales repletos de marismas donde hincar las manos en una natación de supervivencia auditiva.
El juguetón desbarajute guitarrero de la que titula el cd en casi dos minutos de bravía intensidad, da paso en "Galatea" a un suspiro que vive en un cuento instrumental para perder el sentido en una calidez suave y sinuosa.
"Casa abandonada" es un himno que vive entre sombras, como la portada del cd: de lo negro una tormenta blanca, un montón de rocío que perdió su transparencia para hacerse notar en la noche del alma. Me gusta por su intensidad y sus susurros, por la lineal poesía que entre cuerdas se confabula para predicar con el ejemplo de perseguir el eco de una tos de distorsión.
Luego está la armónica de "Centinela" y su recuerdo a su manera aquel pasado de Madee superado por la realidad de unas canciones que crecen a cada escucha. "Marathon Man" es dura con modales de independencia, rica en caligrafía para abordar el desquite de la penas. Buen estribillo esparcido al azar para apagar calores.
"Grupo de danza epiléctica" es otra barca en el mar de los destellos que se acaban cuando la noche se perfora los ojos con bocados de pop afectado y superlativo. Que siga pues el señor Ramón Rodriguez por las sendas de los tinieblas acuosas y enfermizas. Puro disfrute para la amnesia del tiempo.
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