viernes, 20 de junio de 2025

COSSE. "It turns pale" (2023)

 


Si aún el término post rock tiene algo de sentido, es por bandas como la francesa Cosse, que sabe emanciparse de los viejos modismos del género, para de una manera equilibrada y eficaz construir a base de arrreones de guitarra, un complejo clima donde es fácil disfrutar de estos disturbios sónicos. 

"Tangerine" y "Crazy horse", son una buena muestra de este abanico que no juega al despiste, que es un frenesí para escabullirte, un oasis de sonidos que suben y bajan, de un viento que recorre como amenaza cada rincón de un fértil viaje hace muchas partes. 

"Evening" es un bello disparate, una especie de single feroz repleto de furia, sin domesticar, caligrafía electrocutada que mora en un frenesí brutal.  También "Easy things" participa de esa rabia escrita esta vez con ritmos pausados repletos de una amenaza siempre latente. 

"Braindow" usa las mismas artimañas que las que vimos en su anterior trabajo, el interesante "Nothing belongs to anyting" , para que la música de Cosse se te adose  a los sentidos. La que titula el disco es la más florida de un trabajo repleto de lirismo, acogedora, como un himno que te apacigua el ánimo si lo tienes en temporada baja de ilusiones. 

Cosse de intensidad andan sobrados. Te pones "Sinner god" y empiezan a caer claveles del cielo. El fin con "Slow divers" deja el listón bien alto, de una banda que ha conseguido, revivir un género totalmente momificado. 



martes, 17 de junio de 2025

GLARE. "Sunset funeral" (2025)

 


Vaya pedazo de disco de debut que se han marcado esta banda norteamericana, un auténtico artefacto de shoegazing en toda regla, con bellezas tan geniales como "Mourning haze", la que da comienzo a un trabajo caracterizado por un afán de envolverte en burbujas de distorsión. 

Les salen como churros los temas con una patina emocional que te envuelve y de deja pertrechado en un abanico de secuencias sensoriales ("Kiss the sun"), y desvaríos eléctricos que a todos los que seguimos con pasión a MBV nos harán pasar unos ratos de esos memorables ("Saudade"). 

Uno de los puntos más potentes del disco es "2 soon 2 tell" un bello galimatías de melodía en un intrincado juego de voces, donde el grupo desarrolla ampliamente sus dotes para subir el volumen hacia cielos por descubrir. 

"Nu burn" es otro de los pelotazos, la más agresiva de un disco que se consume de un trago, que no tiene altibajos, que te deja perderte en sus laberintos sónicos como "Turquoise dreams" o "Sun grave" y su hemorragia de feedback demoledor. 

Glare, otra banda a tener muy en cuenta, un viento fresco de shoegazing para nostálgicos. Enorme disco el suyo. 


viernes, 13 de junio de 2025

BUFFALO TOM. "Asides from 1988-1999" (2000)

 


Nada mejor  para activar nuestra melancolía musical de los 90, adentrarnos en esta recopilación con las mejores canciones de esta poderosa banda de Indie rock, que nos acompañó con su ternura guitarrera ("Tailights fade"), en esa explosión colosal que tanto bien nos hizo a todos. 

Volver a escuchar la voz de Bill Janovitz, a sus chicos repartir melodías a raudales ("Mineral"), desempolvar de nuestra memoria tantas buenas canciones para el disfrute de nosotros, participantes activos de tanto escalofrío musical. 

Repasando su discografía con trabajos tan necesarios como "Let me come over" o ese estruendo llamado "Birdbrain", vuelves a escuchar temazos del calibre de esa desgarradora "Enemy", y se te caen años de encima como soplidos de un vendaval. 

"Sunflower suit" es otro de los aullidos de distorsión que marcaron la biografía de un grupo (que nos visitará en septiembre con todas las entradas agotadas hace tiempo), reconocible por sus hits emocionales ("Treehouse"), y sobre todo por cosas como "Larry", de estas joyas que acompañó nuestros momentos de bajón con tristura efectiva brutal. Y cuando se atreven con esa pedazo versión de Jam, "Going underground" esta todo dicho: que grandes que eran. 

Movidos aspavientos como "Rachael", juegos de urgencias íntimas ("I'm allowed"), se dan la mano con pelotazos brutales como "Birdbrain" la canción más visceral de una carrera digna, de un grupo solvente siempre, al que siempre tendremos en nuestros pensares de recuerdos.



miércoles, 11 de junio de 2025

COBOLT. "Eleven storey soul departure" (1997)


Siempre me gusto el slowcore de los suecos Cobolt, un slowcore que rinde pleitesía a Codeine y Red House Painters ("Symbols and sings"), pero que también sabe buscarse un hueco con sus trazas de sonidos que suenan aguerridos en cámara lenta ("Thousand miracles"). 

Liderados por el que fuera bajista de Refused, Cobolt dejó como recuerdo unos buenos discos repletos de canciones para solazarnos en medios tiempos otoñales, resistentes a octubres demasiados soleados como nos encontramos en la impactante "Backwards through". 

Se atreven con una versión de Eurysmiths, "Here comes the rain again", placido convite de susurros y calidez, que da paso a otra reliquia de porcelana, "Words into nothing",  o "I believe" donde Cobolt ponen todo lo que tienen para mantener viva la llama del slowcore. 

Los conocí con su mejor disco, "Passoa" (2002). Luego sacaron dos más y un epe. En todos sus trabajos se puede percibir la misma dedicación a los arcenes emocionales, a los lugares de poco tránsito, donde alojarse sin miedo a miradas perdidas.

A veces Cobolt dejaba sus reflexiones silenciosas y llenaban la casa de ruido y detonaciones ("Spring break" y "Medicine"), pero lo suyo siempre fue la mesura como vemos en el tema con el que acaban el disco, "My way out".  Buena banda Cobolt. 


lunes, 9 de junio de 2025

CHRISTIAN KJELLVANDER. "Wild hxmans" (2018)


 Desde que escuche ese portento de disco que fue "About love and loving again", uno anda sobrecogido cada vez que llega a mis manos algún trabajo de este cantante sueco que te perfora el alma con su voz apagada y grave, con sus maneras para hacer de la lírica musical una expresión para romperte el corazón en mil pedazos. 

"Wild hxmans" no iba a ser menos dentro de su necesaria producción tan repleta de islotes para soñar despierto. El inicio de disco con "Strangers in northeim" no puede ser más arrebatador, con esos susurros que nos acercan a David Sylvian. Y cuando empieza a sonar la tremenda "Curtain maker" tan triste y tan llena de dolor, de evocaciones a tus ratos de soledad donde el mínimo ruido es una grosería, ya no puedes más que sentarte, dejarte llevar, que la música todo lo venza. Sin palabras. 

Canción de autor con la cara arrebatada de lágrimas, baja tensión en las pupilas que extraviadas buscan un punto de luz donde hallar islas para buscar exilios interiores donde sólo la calma pueda tender redes de silencio ("Stiegga"), slowcore tomando el sol cuando se pierde en el horizonte, casi como una aullido devastador donde el sonido de la guitarra nos remite al Neil Young más abrasador ("The thing is").

Lo que más me alucina de Kjellvander es su tremenda osadía cuando aparca la penumbra de su sonido, y se atreve en "Halle lay lu jah" con un arrebato sónico que en su parte de distorsión recuerda a Sonic Youth. "Love xomes" es otro de los puntos fuertes de un pedazo de disco que no puedes parar de escuchar, que te reclama al oído para que te despereces con él mientras sueñas abrazos. 

Mi favorita, al final, "Faux Gernica", la más triste de todo el disco, la que más te lleva hacia confusos desiertos poblados de ventanas hacia la salud interior. Después de escuchar este trabajo necesitas repararte, respirar hondo, dejarte llevar por ese eco que se te ha clavado en tu ser. Lo de Christian Kjellvander es arte a unos niveles superlativos. 


viernes, 6 de junio de 2025

DANCER. "10 songs i hate about you" (2024)

Qué gozada este primer disco de esta banda escocesa, que en apenas media hora te deja rendido con un sonido que recuerda a los añorados Elástica o a unos Cardigans en versión punk. Nada más abrir el cd, la mejor de todas, "Bluetooth hell", adictiva, casi post punk, melódica.  

Y luego la cosa continua, con el divertimento llamado "Change", repleta de luces que se apagan y se encienden, de lluvia que moja los corazones, dulces y traviesos a partes iguales. Divertidos y originales, presentan cada canción en los inicios de cada tema. Para que no nos perdamos, nos convierten en agitadores de sus sonidos tan sugerentes ("Troi"). 

Cuando se quieren poner más serios nos ofrecen perdigonazos del calibre de "Rein it in", o exquisiteces como "A diagnosis" donde la distorsión les encumbra en una agitada coctelera de ritmos. Miran de reojo a la new wave en "When i was a teenage horse", y nos sacan los colores con la más punk de todo este trabajo, la electrizante "Make a decision". 

"Turns out", casi acabando, es otro potente ejemplo de las bondades de este grupo meritorio que nos hace disfrutar al máximo con sus continuos frenesís sonoro. Apabullantes.


miércoles, 4 de junio de 2025

BUILT TO SPILL. "Keep it like a secret" (1999)

 


En la misma liga que Guided by Voices o Pavement. Bueno, en la misma no,  más abajo. Pero eso no quita que sobre todo los primeros trabajos de Built to Spill (para mi justo a este su cuarta producción), fueron dignos pelotazos de indie rock. 

 "Carry the zero", ejemplifica a las claras los modos de Built To Spill como cuando se ponían nos regalaban himnos de esos de andar por casa, llenos de épicas y melodías resultonas. Liderados por el guitarrista y cantante, Doug Martsch, se sacaban de la chistera temas tan potentes como "Sidewalk" o "The plan", donde es imposible que te aburras con ellos. 

Luego su carrera fue de más a menos, pero hay que decir que tenían todos los componentes posibles para dejar huella en el panorama independiente ("Bad light"). También tienen golosinas que se acercan más al pop como "Else", que resiste la prueba del algodón de los años que han pasado. 

Ya al final, algo más desinflados de tanta emoción indie, se despiden con "Broken chairs" y "Temporalily blind". Buena banda estos Built to Spill,  siempre lejos de los mejores puestos de los  grandes nombres de la época, pero siempre con buenas canciones que recuperar. 



domingo, 1 de junio de 2025

BENJAMIN BOOKER. "Lower" (2025)

 


Vaya discazo el que ha sacado Benjamin Booker. Ya no queda nada de ese fogonazo de blues punk que fue su primer trabajo homónimo en el ya lejano 2014. Esto es otra cosa. Y se nota desde las primeras notas de "Black Opps", con ese enganche rítmico de frenesí y dardos electrónicos que te dejan de primeras con ganas de más. 

Y la cosa se perpetúa con ese bálsamo rítmico llamado "Lwa in the trailer park" como una nana industrial que te adormece y a la vez te llama a la rebelión del movimiento. Vaya puntazo. Te pones "PompeII Statues" y parece que nos topemos con una versión muy particular de los locuras de Ween. 

"Slow dance in a gay bar" es dulcemente decadente, algo comatosa, reflexiva, para volar pero sin alejarse demasiado de tierra. En "Speaking with the dead" juegan la baza de las rugosidades sonoras,  vaivenes rítmicos que van y vienen. 

Luego nos topamos de golpe con "New world", el verdadero hit de un disco, embadurnado de soul, con la batería marcando el camino, con Booker en perfecto estado de gracia. Colosal. Como la guitarrera "Same kind of lonely" con esa soberbia melodía para levantar días aciagos, o para anunciar alguna película con final feliz. 

"Heavy on my mind", en clave más folk y "Hope for the night time" , firman el ocaso de un disfrutable disco repleto de buenos suspiros musicales.