viernes, 27 de junio de 2025

CRANES. "Loved" (1994)

 


Siempre tendré asociado a Cranes a ese pedazo de concierto que vi en los 90, con The Cure, con Cranes ejerciendo de dignos teloneros de Robert Smith y sus chicos oscuros. Los descubrí y poco a poco me hice con toda su discografía, donde destaca sobre todo este "Loved", tercer disco del grupo,  que empieza con la especial "Shining Road"  donde nos encontramos la voz infantil de Alison Shaw, señuelo para desear más. 

Nos encontramos la parte más aguerrida de la banda en temazos del calibre de "Pale blue sky",  shoegazing a gritos sin paracaídas posible que te pueda salvar. Y es que la banda inglesa comandada por los hermanos Shaw, supieron navegar dignamente por el dream pop más encantador ("Rêverie"), junto a mares abruptos de distorsiones colosales ("Lilies"). 

La dulzura de Alison se hace más evidente cuando te pones "Are you gone?" con su sencilla calidez, o cuando casi roza lo industrial en esa vesanía colosal que titula el disco. Por cosas como "Beautiful friend" fue el motivo por el que nos encandilaron Cranes. 

"Bewildered" es otras de las joyas del disco, decadente, repleta de suspiros, estirando el concepto de la música gótica hasta la estridencia desbocada. "Paris and Rome" es otro hit en toda regla, y el ocaso que llega con "In the night" no puede ser mejor, para que la nostalgia nos inunde con un pavor desmedido y total. Todo un gusto volver a Cranes. Que buenos recuerdos. 


miércoles, 25 de junio de 2025

NADA. "Nitrito" (2025)

 


Esto es una maravilla. Bajo Nada nos encontramos a la cantante italiana Nada Malanima (ganadora varias veces del Festival de canción de San Remo), que a sus 73 años de edad,  tras una discografía larga e interesante, eligió por otra vez a John Parish (su anterior disco, "La paura va via da sé se i pensieri brillano" también estuvo bajo su mando y es tremendo) para que nos quedemos sin aliento. 

¿Qué puede ofrecer John Parish a la producción de un disco? Basta con pararnos en la primera canción de "Nitrito", la mejor, "Bella piu' bella", catarsis de distorsión, con la desgarradora voz de Nada, con una guitarra traviesa haciendo estragos.....

"Ghiaccio" sigue la voluntad de buscarte emocionarte a cada escucha de Nada, con un inconformismo radical, con su melodía entre un sugestivo festival instrumental de rock en constante movimiento de sugestión. 

Temas donde el feminismo esta muy latente, donde la manera que tiene Parish de dar formar a la creación de esta artista te sobrecoge y te lleva a caminos de una intensidad brutal ("Sempre migliori"), amor  por la vida, personificada en los pájaros, el viento, las flores, en "Un giorno de regalare", que te encoge los sentidos,  o goces roqueros como "Uovo".

La verdad es que todo "Nitrito" rezuma caricias para llevártelas a tu confort anímico ("Primitiva"), para terminar con ese apoteosis final de "Una notte cha arriva" y "Che giornata". Solo tengo una palabra ante la escucha de "Nitrito": Imponente. 



domingo, 22 de junio de 2025

ALAN SPARHAWK. "With Trampled with Turtles" (2025)

 


Hacia falta un disco como este para poner de nuevo a Low en nuestros corazones. Tras la perdida de Mimi Parker, Alan, rendido ante la evidencia del adios, le ha costado unos años volver a recuperar todo lo que significó Low. Su anterior disco, "White roses, with god", la verdad es que no me gusto mucho. Pero esto es otra cosa. 

Acompañado por Trampled with Turtles, aquí hay melancolía fina como "Heaven" y ese pedazo de tristeza envasada el vacío llamada "Too high". Alan ha querido rendir un sentido homenaje a Mimi, y han nacido canciones como puñales de melancolía, como "Not broken", donde aparece Hollis Sparhawk, la hija de Alan y Mimi. Vaya delicadeza, vaya emoción. 

Mi favorita sin embargo es "Screaming song" donde parece que el violín este llorando desconsolado, en un mar de tormentas repletas de rayos que se parten la cara entre sí por tanta pena. "Get still" es marca de la casa de Low, podría haber estado en cualquier de sus trabajos y "Princess road surgery" es otro abanico de ritmos que te gritan al oído, de suspiros de amor. 

"Don't take your light" y "Torn & in ashes", son el punto final de un disfrutable disco, precioso en sus formas, sentido y repleto de ecos de la que se fue, y que dejó un montón de lugares comunes para jamás perdernos. Bello. 


sábado, 21 de junio de 2025

CORCOBADO. "Fotografiando al corazón" (2003)

 


Reconozco que he tenido mis tiras y aflojas con Corcobado. En los 90 con sus chatarreros caí rendido ante la expresión más cercana que se hizo por aquí del universo del primero Cave. Por no olvidar su pasado con Demonio tus Ojos y Mar otra vez,  Javier Corcobado siempre pasará a la historia como el representante de aquí de la No Wave más activo y peligroso. Tanto en lo musical, como con sus letras, por su actitud ante la vida. 

Luego llegaron sus discos de boleros, sus incursiones en la música de baile.... Vamos que donde antes había apego luego se convirtió en una manía militante. Que le vamos hacer. Uno es como es. Ha sido en la escucha de este "Fotografiando al corazón" cuando he recuperado a este autor provocador ("Ciudad erótica"), crooner que te lleva de la mano a mil infiernos ("Secuestraré el amor"), y canciones de esas de toda la vida, de las que nos enganchamos cuando formábamos parte de sus seguidores. 

La que titula el disco es abrasiva, retadora, y "Vivir en tus ojos" escorada más a un funk que te disloca, y que da paso a uno de los mejores temas de su carrera "Temblando", delicada, suave, tierna, devastadora.  Si, me parece que todas esas fobias se disuelven cuando te topas con "Desnuda en el Pacífico".

"Todo se rompe" es la más radical, y en "Yo no quiero saber más" y "Amor anórexico" nos encontramos al Corcobado de toda la vida, con sus diatribas y sus volcanes internos, y esos gritos que parecen salir del apocalipsis de un espasmo. 

Para terminar, "Poupée de cire, poupée de son", versión de France Gall, perfecto final para un reencuentro personal con un artista que al fin y al cabo, forma parte de esos actores de nuestro underground más incomodo. 



viernes, 20 de junio de 2025

COSSE. "It turns pale" (2023)

 


Si aún el término post rock tiene algo de sentido, es por bandas como la francesa Cosse, que sabe emanciparse de los viejos modismos del género, para de una manera equilibrada y eficaz construir a base de arrreones de guitarra, un complejo clima donde es fácil disfrutar de estos disturbios sónicos. 

"Tangerine" y "Crazy horse", son una buena muestra de este abanico que no juega al despiste, que es un frenesí para escabullirte, un oasis de sonidos que suben y bajan, de un viento que recorre como amenaza cada rincón de un fértil viaje hace muchas partes. 

"Evening" es un bello disparate, una especie de single feroz repleto de furia, sin domesticar, caligrafía electrocutada que mora en un frenesí brutal.  También "Easy things" participa de esa rabia escrita esta vez con ritmos pausados repletos de una amenaza siempre latente. 

"Braindow" usa las mismas artimañas que las que vimos en su anterior trabajo, el interesante "Nothing belongs to anyting" , para que la música de Cosse se te adose  a los sentidos. La que titula el disco es la más florida de un trabajo repleto de lirismo, acogedora, como un himno que te apacigua el ánimo si lo tienes en temporada baja de ilusiones. 

Cosse de intensidad andan sobrados. Te pones "Sinner god" y empiezan a caer claveles del cielo. El fin con "Slow divers" deja el listón bien alto, de una banda que ha conseguido, revivir un género totalmente momificado. 



martes, 17 de junio de 2025

GLARE. "Sunset funeral" (2025)

 


Vaya pedazo de disco de debut que se han marcado esta banda norteamericana, un auténtico artefacto de shoegazing en toda regla, con bellezas tan geniales como "Mourning haze", la que da comienzo a un trabajo caracterizado por un afán de envolverte en burbujas de distorsión. 

Les salen como churros los temas con una patina emocional que te envuelve y de deja pertrechado en un abanico de secuencias sensoriales ("Kiss the sun"), y desvaríos eléctricos que a todos los que seguimos con pasión a MBV nos harán pasar unos ratos de esos memorables ("Saudade"). 

Uno de los puntos más potentes del disco es "2 soon 2 tell" un bello galimatías de melodía en un intrincado juego de voces, donde el grupo desarrolla ampliamente sus dotes para subir el volumen hacia cielos por descubrir. 

"Nu burn" es otro de los pelotazos, la más agresiva de un disco que se consume de un trago, que no tiene altibajos, que te deja perderte en sus laberintos sónicos como "Turquoise dreams" o "Sun grave" y su hemorragia de feedback demoledor. 

Glare, otra banda a tener muy en cuenta, un viento fresco de shoegazing para nostálgicos. Enorme disco el suyo. 


viernes, 13 de junio de 2025

BUFFALO TOM. "Asides from 1988-1999" (2000)

 


Nada mejor  para activar nuestra melancolía musical de los 90, adentrarnos en esta recopilación con las mejores canciones de esta poderosa banda de Indie rock, que nos acompañó con su ternura guitarrera ("Tailights fade"), en esa explosión colosal que tanto bien nos hizo a todos. 

Volver a escuchar la voz de Bill Janovitz, a sus chicos repartir melodías a raudales ("Mineral"), desempolvar de nuestra memoria tantas buenas canciones para el disfrute de nosotros, participantes activos de tanto escalofrío musical. 

Repasando su discografía con trabajos tan necesarios como "Let me come over" o ese estruendo llamado "Birdbrain", vuelves a escuchar temazos del calibre de esa desgarradora "Enemy", y se te caen años de encima como soplidos de un vendaval. 

"Sunflower suit" es otro de los aullidos de distorsión que marcaron la biografía de un grupo (que nos visitará en septiembre con todas las entradas agotadas hace tiempo), reconocible por sus hits emocionales ("Treehouse"), y sobre todo por cosas como "Larry", de estas joyas que acompañó nuestros momentos de bajón con tristura efectiva brutal. Y cuando se atreven con esa pedazo versión de Jam, "Going underground" esta todo dicho: que grandes que eran. 

Movidos aspavientos como "Rachael", juegos de urgencias íntimas ("I'm allowed"), se dan la mano con pelotazos brutales como "Birdbrain" la canción más visceral de una carrera digna, de un grupo solvente siempre, al que siempre tendremos en nuestros pensares de recuerdos.



miércoles, 11 de junio de 2025

COBOLT. "Eleven storey soul departure" (1997)


Siempre me gusto el slowcore de los suecos Cobolt, un slowcore que rinde pleitesía a Codeine y Red House Painters ("Symbols and sings"), pero que también sabe buscarse un hueco con sus trazas de sonidos que suenan aguerridos en cámara lenta ("Thousand miracles"). 

Liderados por el que fuera bajista de Refused, Cobolt dejó como recuerdo unos buenos discos repletos de canciones para solazarnos en medios tiempos otoñales, resistentes a octubres demasiados soleados como nos encontramos en la impactante "Backwards through". 

Se atreven con una versión de Eurysmiths, "Here comes the rain again", placido convite de susurros y calidez, que da paso a otra reliquia de porcelana, "Words into nothing",  o "I believe" donde Cobolt ponen todo lo que tienen para mantener viva la llama del slowcore. 

Los conocí con su mejor disco, "Passoa" (2002). Luego sacaron dos más y un epe. En todos sus trabajos se puede percibir la misma dedicación a los arcenes emocionales, a los lugares de poco tránsito, donde alojarse sin miedo a miradas perdidas.

A veces Cobolt dejaba sus reflexiones silenciosas y llenaban la casa de ruido y detonaciones ("Spring break" y "Medicine"), pero lo suyo siempre fue la mesura como vemos en el tema con el que acaban el disco, "My way out".  Buena banda Cobolt. 


lunes, 9 de junio de 2025

CHRISTIAN KJELLVANDER. "Wild hxmans" (2018)


 Desde que escuche ese portento de disco que fue "About love and loving again", uno anda sobrecogido cada vez que llega a mis manos algún trabajo de este cantante sueco que te perfora el alma con su voz apagada y grave, con sus maneras para hacer de la lírica musical una expresión para romperte el corazón en mil pedazos. 

"Wild hxmans" no iba a ser menos dentro de su necesaria producción tan repleta de islotes para soñar despierto. El inicio de disco con "Strangers in northeim" no puede ser más arrebatador, con esos susurros que nos acercan a David Sylvian. Y cuando empieza a sonar la tremenda "Curtain maker" tan triste y tan llena de dolor, de evocaciones a tus ratos de soledad donde el mínimo ruido es una grosería, ya no puedes más que sentarte, dejarte llevar, que la música todo lo venza. Sin palabras. 

Canción de autor con la cara arrebatada de lágrimas, baja tensión en las pupilas que extraviadas buscan un punto de luz donde hallar islas para buscar exilios interiores donde sólo la calma pueda tender redes de silencio ("Stiegga"), slowcore tomando el sol cuando se pierde en el horizonte, casi como una aullido devastador donde el sonido de la guitarra nos remite al Neil Young más abrasador ("The thing is").

Lo que más me alucina de Kjellvander es su tremenda osadía cuando aparca la penumbra de su sonido, y se atreve en "Halle lay lu jah" con un arrebato sónico que en su parte de distorsión recuerda a Sonic Youth. "Love xomes" es otro de los puntos fuertes de un pedazo de disco que no puedes parar de escuchar, que te reclama al oído para que te despereces con él mientras sueñas abrazos. 

Mi favorita, al final, "Faux Gernica", la más triste de todo el disco, la que más te lleva hacia confusos desiertos poblados de ventanas hacia la salud interior. Después de escuchar este trabajo necesitas repararte, respirar hondo, dejarte llevar por ese eco que se te ha clavado en tu ser. Lo de Christian Kjellvander es arte a unos niveles superlativos. 


viernes, 6 de junio de 2025

DANCER. "10 songs i hate about you" (2024)

Qué gozada este primer disco de esta banda escocesa, que en apenas media hora te deja rendido con un sonido que recuerda a los añorados Elástica o a unos Cardigans en versión punk. Nada más abrir el cd, la mejor de todas, "Bluetooth hell", adictiva, casi post punk, melódica.  

Y luego la cosa continua, con el divertimento llamado "Change", repleta de luces que se apagan y se encienden, de lluvia que moja los corazones, dulces y traviesos a partes iguales. Divertidos y originales, presentan cada canción en los inicios de cada tema. Para que no nos perdamos, nos convierten en agitadores de sus sonidos tan sugerentes ("Troi"). 

Cuando se quieren poner más serios nos ofrecen perdigonazos del calibre de "Rein it in", o exquisiteces como "A diagnosis" donde la distorsión les encumbra en una agitada coctelera de ritmos. Miran de reojo a la new wave en "When i was a teenage horse", y nos sacan los colores con la más punk de todo este trabajo, la electrizante "Make a decision". 

"Turns out", casi acabando, es otro potente ejemplo de las bondades de este grupo meritorio que nos hace disfrutar al máximo con sus continuos frenesís sonoro. Apabullantes.


miércoles, 4 de junio de 2025

BUILT TO SPILL. "Keep it like a secret" (1999)

 


En la misma liga que Guided by Voices o Pavement. Bueno, en la misma no,  más abajo. Pero eso no quita que sobre todo los primeros trabajos de Built to Spill (para mi justo a este su cuarta producción), fueron dignos pelotazos de indie rock. 

 "Carry the zero", ejemplifica a las claras los modos de Built To Spill como cuando se ponían nos regalaban himnos de esos de andar por casa, llenos de épicas y melodías resultonas. Liderados por el guitarrista y cantante, Doug Martsch, se sacaban de la chistera temas tan potentes como "Sidewalk" o "The plan", donde es imposible que te aburras con ellos. 

Luego su carrera fue de más a menos, pero hay que decir que tenían todos los componentes posibles para dejar huella en el panorama independiente ("Bad light"). También tienen golosinas que se acercan más al pop como "Else", que resiste la prueba del algodón de los años que han pasado. 

Ya al final, algo más desinflados de tanta emoción indie, se despiden con "Broken chairs" y "Temporalily blind". Buena banda estos Built to Spill,  siempre lejos de los mejores puestos de los  grandes nombres de la época, pero siempre con buenas canciones que recuperar. 



domingo, 1 de junio de 2025

BENJAMIN BOOKER. "Lower" (2025)

 


Vaya discazo el que ha sacado Benjamin Booker. Ya no queda nada de ese fogonazo de blues punk que fue su primer trabajo homónimo en el ya lejano 2014. Esto es otra cosa. Y se nota desde las primeras notas de "Black Opps", con ese enganche rítmico de frenesí y dardos electrónicos que te dejan de primeras con ganas de más. 

Y la cosa se perpetúa con ese bálsamo rítmico llamado "Lwa in the trailer park" como una nana industrial que te adormece y a la vez te llama a la rebelión del movimiento. Vaya puntazo. Te pones "PompeII Statues" y parece que nos topemos con una versión muy particular de los locuras de Ween. 

"Slow dance in a gay bar" es dulcemente decadente, algo comatosa, reflexiva, para volar pero sin alejarse demasiado de tierra. En "Speaking with the dead" juegan la baza de las rugosidades sonoras,  vaivenes rítmicos que van y vienen. 

Luego nos topamos de golpe con "New world", el verdadero hit de un disco, embadurnado de soul, con la batería marcando el camino, con Booker en perfecto estado de gracia. Colosal. Como la guitarrera "Same kind of lonely" con esa soberbia melodía para levantar días aciagos, o para anunciar alguna película con final feliz. 

"Heavy on my mind", en clave más folk y "Hope for the night time" , firman el ocaso de un disfrutable disco repleto de buenos suspiros musicales.