miércoles, 25 de abril de 2018

RESIDENTE. "Residente" (2017)


"Residente", es el primer disco en solitario del cantante de Calle 13, y la verdad es que tras muchas escuchas, estamos ante uno de los mejores trabajos de músicas del mundo salidos el año pasado. "Residente" es un viaje sin paracaidas por China, Africa, Siberia, por el mundo de las músicas libres, poniendo el altavoz bien alto sobre los desmanes de los de siempre, llenando de poesía las rimas que truenan como esquejes de rosas coaguladas.

René Pérez Joglar y su banda, empiezan con "Intro ADN/DNA", a abirnos la puerta a lo que va a ser este volcánico album cargado de fiereza, dulzura, mixtura, agitación. Llama la atención la potente letra de "Somos anormales" con joyas del calibre de "lo más bello de la flor es el tallo, la belleza se alimenta de fallos"; un grito desesperado a favor de los que no se alinean con los borregos que balan normalidad y tontura. Todo en medio de un potente envite electrónico para dar fuerza a los versos de René.

"Interludio entre montañas siberianas" viaja a Siberia para dar voz al viento y al hielo, sonidos de la tierras, solemnidad y pavor. Los pelos de punta. El tren que no para nos lleva a Asia con "Una leyenda china", bonita, lienzo de colores y dragones, voces de arroz, lluvia que no cesa y la fiesta de los sentidos que sigue su marcha.

Mi hijo de diez años no para de decirme que le ponga sin parar "Dagombas en Tambala", donde cantantes tribales de Ghana se juntan a René para hacer una canción dedicada a los no tienen nada pero les sobra espíritu y honestidad.

Llegamos luego a "Desencuentro", con la colaboración de la cancante francesa Soko, una de las mejores del album, donde el amor toma la palabra, donde la piel se sobrecoge en un torbellino de aire apaciguador. Para quitarse el sombrero. Durante la grabación de parte de la canción de "Guerra" en Azerbaiyan, los músicos se tuvieron que refugiar en una iglesia para salvaguardarse de las bombas.

Y es que "Residente" es un mapa físico y anímico del mundo que vivimos, de diferentes lugares, sufrimientos, luchas, libertades a conquistar. René vuelve a Africa, Burkina Faso, con la participación del guitarrista tuareg Bombino que da paso a la canción más bella del disco "Milo",  que nace de un sueño de Residente, y dedicada a su hijo, (grabada en Ghana) es un festín de palabras que te agarran y te hacen enmudecer, adjetivos que te mecen, cariños imperecederos, luces inmarchitas, belleza....

Goran Bregovic nos trae las música del este en "El futuro es nuestro",  para terminar esta epopeya musical con "Hijos de cañaveral" escrita en Puerto Rico, dedicatoria al pais de René y sus gentes, la mejor manera de bajarnos de este transiberiano de colores, de rabia, de ilusión a pesar de todo.


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