Aquí viene uno de esos grupos que seguro nunca coparan portadas en el orbe indie, ni se grajeará una militancia activa de seguidores que coreen su nombre sin parar. Ni falta que les hace. Tan solo escuchando la inicial "Web", con su aire de psicodelia ruidosa, rock acelerado, y aires que le den por saco a la normalidad, te das cuentas del grupazo que muchos se estan perdiendo.
Llevan desde el 2008. Y este es uno de sus mejores trabajos. Como suena "Witherend hand", descarriada, space rock salvaje, licantropía de una banda que sabe bien como llegar pronto a nuestros corazones salvajes.
Los dos minutos de "Poor Queen", con esos teclados ochenteros, con ese enjambre de electricidad dan paso a esa vesanía titulada "Turned of light", donde John Dwyer y sus chicos se lo pasan bomba buceando en la psicodelia y el garaje. Como unos primeros Pink Floyd, con ganas de parecer punks.
No hay descanso en "Mutilator defeated at last", y los riffs hard de "Lupine Ossuary" son todo un tour de force para tus sentidos, una jam que seguro que en directo debe de ser la ostia. Psicodelia dura, de esas que no permite tranquilidad, que requiere quiebros del alma, conductas de violencia.
De repente todo se para y viene la calma. "Sticky hulks" es una planta adormecedera que se tiende al ras de tus sensaciones más profundas. Los teclados, las guitarras que van y vienen, la calma que sabes que es de mentira, que simplemente aparece para testificar contra la comodidad. Porque Thee oh Sees en su interesante carrera, siempre han huido de la placidez. Discos como "Putrifiers II" (2012) o "Warm smile (2010) asi lo atestiguan.
Desbocados se vuelven con "Rogue planet" y para terminar, nos retan con "Palace doctor" y su adictiva melodía recital de psicóticas sugestiones, punto final de esta epopeya salvaje, de un grupo que no te deja indemne.
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