El neozelandés Nick Harte, lider de Shocking Pinks, elaboró un disco de esos de estilos, de pop refinado con melodías que a veces se hacen propaganda con la distorsión, como la emocionante "This arching deal", o se conjuga la boca con melodías que reptan juguetonas en un laberinto de luces que se encienden y se apagan, "How am i not myself?".
Quizás sus paisanos The Clean hallan servido de influencias. Lo que si es cierto que la brevedad de minutaje de las canciones ayudar a cuadrar el circulo, a formular ecuaciones para llevarse las manos a la cabeza y pronosticar calenturas que enfríen la frente de pensamientos dolorosos.
"Second hand girl" es todo un hit en miniatura, Arab Stap en lofi, bajura y espuma, mientras de los altavoces salen mil maneras de mirarse los zapatos dando al publico la espalda. Si, son solventes en esto de la emoción fácil. Contagiar y contagiar su febril estilo amateur.
"The narrator" es una epopeya que se vanagloria de ser un minimal espejismo que da paso a "Yes! No! donde la batería se hace post punk de juguete y Nick nos hace recordar los 80, barítono sin precio ni caricias.
En "Emily" suben el listón con cariño, casi como The Fall pero para todos los públicos. Curiosos Shocking Pinks. Nada se les pone por delante. Hasta su forma de parecerse a Jesus and the Mary Chain, en la más ruidosa del lote, "Blonde Haired gilr".
También hay sitio para lentitudes sugerentes como "Girl on the nothern line" o para comeduras de coco rítmicas como "Smokecreen". Todo una pasada pues estos Shocking Pinks. Para lavarte los oídos con su sonido adictivo, chicle dulce, geiser preparado para explotar.
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