Madee fueron un buen grupo. Nadie como ellos por aquí para dar significado al emocore que Sunny Day Real Estate tomaron como bandera para dar al rock una buena dosis de fiebre emocional. Ramón Rodriguez, el que lideró ese interesante proyecto, nos regala este su quinto disco como The New Raemon, grabado en Bcore tras su paso por Marxphone, y que vuelve a ponernos en la via de los sentimientos al límite.
"Una historia real" es la que nos da la mano para comenzar este viaje, un luminoso inicio de truculentas palabras prendidas de dolor y barcos tomados a la fuerza por la fuerza del hielo. Me gustan The New Raemon porque me hacen sentir. Ramón sabe como sacar a las flores el polen para esparcirlo sin pudor por los mares indómitos de nuestros deseos más profundos.
Me paro ahora en la que titula el album y sigo viendo a este visionario de las arterias subido al palo mayor de un bergantin a la deriva, buscando respuestas, ruletas, dunas donde prender el anhelo. "El Yeti" es extenuante, es un ladrido que no acaba, una linea recta de besos entumecidos por la sinrazón del dolor, larga y sinuosa, vals torcido, una manera más de poner sobre la mesa las llaves de la casa del sentir y rifarlas mientras las guitarras se encrespan y tiemblan mientras se acaba la luz.
Ramón Rodriguez (sus hijas lo están petando con Mourn) sabe hacer ganchillo con el corazón. Lo pongo cerca de Nudozurdo, asi de visceral, atrincherado en un quizás, volcado en versos que acaban siempre mal, circulo vicioso, pero no tanto, de palabras domesticadas para volar.
Si "Tinieblas por fin" (2013), era bueno, este "Oh, rompehielos" lo supera por el margen izquierda de los infartos del amor. "Mientras sea intruso" y "Quimera" es un buen duo para confabular maldiciones, para hacer de la emoción una estaca armada para posarse en pechos nobles de abrazos.
Disfruto con "Desencuentros" y su almanaque de adjetivos que se mecen en una puzzle de lirios amaestrados para nuestro duelo interno y "Al margen" es otra buena noticia más, dedicación absoluta al arcoiris, pensar y lanzar la flecha hacia el infinito. "Los hechos" es baba balada, luminosa cadencia que se arropa mientras las palabras se caen por temor a temblar los sueños. Baba balada, derivación altruista hacia el cielo de los inocentes.
"Oh, rompehielos", qué dulzura agigantada, qué tensión contenida, qué fabula mil veces narrada. "Moneypenny" y decimos adios, se acaba el vendaval, los hielos convertidos en agua, el agua en infierno, el infierno en luz.
2 comentarios:
Esa oleada de Emopop y Rock de los ochenta y noventa; así, a primera vista, sólo se me vienen a la cabeza bestias como Jimmy Eat World y Texas is the Reason, enormes, también.
No he escuchado nada de éstos. Me pondré a ello.
Llevo toda la semana enganchado a este cd. Las canciones se me clavan como estacas y no paro de tararear tormentas
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