Triple álbum. Uno de los discos posee una canción, "Les Heures", dura casi una hora. Mendelson, los grandes desconocidos para esta Iberia cada vez más aislada, crearon estas flores del mal, para que sigamos creyendo en el poder devastador de la música.
Pascal Bouaziz, después del superlativo "Personne ne le fera pour nous", ha logrado con esta aventura hacia el hades poner su impronta en la historia del desasosiego. El verano pasado me lo compré en Marsella, y ya iba siendo hora de dedicarle unas cuantas palabras a el disco más arriesgado del 2013. Sí, al más arriesgado y al más valiente, y además no es british.
"La force quotidienne du mal", el inicio del disco 1, son diez minutos hipnóticos con el piano que va y viene, con el recitado entre las sombras. Leo Ferre convertido en una paloma ruidosa, el rock transmutado en un arma cargada de razones para apuntar en la diana del frenesí como concepto para degustar la música como símbolo artístico.
Algún journaliste galo ha comparado "Mendelson" con el Metal Machine Music. Quizás no sea tan extremo, pero si sus aristas te hacen desmayarte para volver a izarte en un pulso con las corrientes de las guitarras. "D'un coup" es un poco de ventilación. No, no es para tranquilizarnos. "Un seconde vie" es el infierno, son unos versos con unas cuerdas tensadas para cerrar los ojos y abrirlos en las sombras. ¿Swans? No, aquí los cisnes diatriban mientras la batería marcial deja a Pascal sólo frente al acantilado.
¿Donde están los críticos de nuestras revistas independientes? ¿Se esconden detrás de sus listas y sus marketing? ¿Tienen miedo que exista otras verdades tras los Pirineos? Mendelson es algo más que un grupo. Sylvain Joasson, Pierre-Yves Louis, Charlie O y Jean-Michel Pires junto a Bouaziz forman un ente, un coro de arcángeles negros, que elaboran una pócima para nuestro desastrosos sueños. Insomnio en la luz de las entrañas.
Riesgo es la música de Mendelson, riesgo que apunta una propuesta que tiene joyas como la circular "Avant la fin", cirugía en las palabras, tecnología al servicio del desasosiego mientras las campanas de la oscuridad suenan cándidas en espera de una claridad salvífica que de repente se ve amenazada por un torrente de electricidad a mansalva.
El disco 1 acaba con "Il n'y a pas d'autre rêve", donde aligera la carga sofocante para sonar como Bashung después de una carrera sin fondo. Y en el disco 2 es donde nos encontramos "Les heures", 54 minutos que no son largos ni cortos, 23 paginas del folleto que acompaña a la caja con palabras heridas que gimen. "Il est beu comme un cimetière.....". El aliento de Scott Walker se lava la garganta con cada verso de Pascal. La canción es un terremoto sin fin, una broma de Satán, un dolor que no cesa. Riesgo, si, riesgo, y sobresaliente calidad.
El disco 3 empieza con "Ville nouvelle" una mar de requiebros sónicos que dan paso en "Une autre historie" a una de las piezas más sentidas y poderosas de todo este volcánico y excepcional disco que ha marcado un antes y después en la biografía de la banda y en la escena gala. Aquí, a verlas venir. Ninguna crítica en ningún medio. La ignorancia de los que elevan porquerías olvidando la belleza.
Electrónica es "Le jour oú". Electrónica al servicio de los silencios comedidos. Para terminar la odisea, "L'échelle sociale" y "Je serais absent". Donde Mendelson ponen el punto y final con experimentación y sensibilidad, armas que en los que transgreden son útiles miembros para hacer desaparecer la apatía.
En Agosto pasado me hice con el triple álbum. Ahora, tras unos cuantos meses de parones y escuchas, traigo este cáliz negro a este blog para intentar dar a conocer a un grupo que junto a Michel Cloup Duo, forman nuevas maneras para definir de nuevo lo que significa ser independiente.
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