LOS 301: ELLOS, NOSOTROS
Si se lleva a cabo el despido, amortización, crimen laboral
de los 301 compañeros, será el fin de nuestra Universidad. Los 301 como símbolo
de que se prima al que roba y mal gestiona y se defenestra al que colabora con
su esfuerzo para la construcción de un espacio, la Universidad, semilla del futuro.
Me imagino la vida que les espera a los 301 sí al fin el
Rector y sus secuaces logran convertir la UPM en la primera Universidad Publica
camino de convertirse en Privada. Me imagino las facturas sobre la mesa, una
tras otra, montaña que crece y crece. Me imagino las neveras que se irán
vaciando, los abrazos en silencio para que los niños no se enteren de que sin
trabajo no podrán tener ese libro
favorito, ni podrán escalar las montañas de los sueños. Me imagino la implantación marcial de la
depresión, los ojos llorosos cavando tristeza en el espíritu mientras se
preguntan que han hecho ellos para que ocurra esta debacle.
Los pusieron un número, tatuado en un papel. Sin nombres,
reses hacia el matadero, cifras para tapar los desmanes de los que están
haciendo de lo público un casino. Nuestra Universidad es una pequeña España. Aquí
tenemos sobres que se llaman fundaotetés, aquí hay Gurtels chinas, redes
oscuras creadas por grises personajes
del hampa.
Los 301. Si se van ellos, nos echarán a todos. Poco a poco,
un año tras otro, irán dinamitando la Universidad para que lo económico
predomine sobre el bien social de la educación. Así es este país, así ésta
Universidad.
Si se van, quedará el vacío. Mesas poseídas por el dios
polvo, sillas frías, máquinas y espacios físicos que guardarán un tiempo su
calor hasta que el recuerdo de paso a la costumbre de la ausencia. A veces
hablaremos de ellos, nos acordaremos de
situaciones que vivimos juntos, maldeciremos a los que han ocasionado este daño
tan funesto. Luego, el paso de los meses nos hará habituarnos a lo cotidiano.
Cuando los consejeros acudan a votar deben de saber que su
voto es una sentencia de muerte laboral, es un disparo certero a la esperanza
de futuro, es manchar la biografía de cada compañero con óxido, llenar los
bolsillos de deudas imposible de pagar. Los consejeros que voten sí a las
medidas deben saber que aquí sobran. Que no queremos a nadie que priorice la opacidad en las cuentas al mantenimiento de
una plantilla necesaria.
Sigo creyendo que podemos seguir luchando, que podemos parar
el aliento de la derrota que nos amenaza. Juntos, como una ola de imposible
parada, como un montón de voces, de gritos en movimiento constante contra el estado artificial de las cosas;
estado generado por unos ladrones de guante académico que se sirven de lo
público para cercenar el día a día de cientos de compañeros.
Si los 301 se van, al poco, tendremos otros 301. Ellos, nosotros.
Nosotros, ellos. No, no lo permitiremos. Porque si alguien tiene que caer es el
que miente y engorda con falsos oropeles de promesas políticas. Contra ellos
siempre, por los 301, por nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario