sábado, 24 de diciembre de 2016

HELLA. "There's no 666 in outer space" (2007)


Esta noche es nochebuena y mañana es navidad. Así de rápido pasa la vida que ya estamos casi en el 2017, sin apenas enterarnos. Para la ocasión he querido elegir el mejor disco de esta panda de burros que se llamaron Hella.

Escucho el primer salpullido, "World series", y la verdad es que veo normal las excitantes alabanzas que se llevaron en su día por ser una banda puntera en su forma particular de afrontar el noise. Una caja de música rota por todas las partes, disonante, jazz y ritmos locos, vamos, lo que necesito para afrontar la cena de nochebuena.

No, hoy no quiero música tranquila, hoy me pide el cuerpo laceraciones emocionales, perforaciones de rock. Tengo que hacer sitio a las chuletas y me pongo "Let your heavies out", donde los de Sacramento se lo pasan de maravilla estrujando el ruido entre melodía de vanguardia y risa.

"The ungrateful dead" es un paseo por la degeneración, como unos Muse punks, que piensan que los instrumentos no valen para la onanismo las manos y si para la expresión del rubor. Me gustan Hella porque son hermanos de grupos como Don Caballero. Su forma de musicar la locura es bella, contundente, eficaz.

Un zarpazo es "Friends don't let friend win", síncope, fulgor, batalla ganada. Suena el tren que sale de la estación en "The hand that rocks the cradle", y empieza la epidemia de jazz y susurros, que en "2013 and countless" se convierte en una expansiva bomba de luciérnagas momificadas.

Punk bizarro es "Anarchists just wanna have fun", y "Dull fangs" parece post rock ejecutado por un grupo hasta las cejas de sustancias prohibidas. La que titula el cd para dar final al disco, es otra rompedora track, opera para locos, noise y pasteles de chocolate de lluvia. Un buen disco para escuchar en nochebuena. Para esperar a Papa Noel con una buena botella de vodka mientras preparo una parilla de renos....



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