Tarántula fue un experimento que se sacó de la manga Joe Crepúsculo para hacer un viaje en el tiempo y posarnos en los años 80. Tras "Esperando a Ramón," Joe, acompañado de Vicente Leonore y Dani Descabello, se propusieron elevar el concepto de himno a su máxima expresión.
"Antisistema solar" es un equilibrio que navega entre lo gracioso y lo marcial, y "Eres un gusano" es una canción pop de mermelada envenenada, letra estrambótica, pulsómetro al límite de nuestro disgusto. "Nostalgia del futuro" es como entrar en un bucle espacio tiempo donde te topas de repente con los primeros Gabinete Galigari y Derribos Arias se toman un pacharán venenoso.
"El mítico culo" es la ostia, puro nihilismo ácrata, concatenación de nombres artísticos en beneficio del odio. Y "Un soñador" parece salida de los 70, un artefacto lento que se retuerce en volcanes de palabras que cruzan miradas desviadas, con Joe gritando febriles encantamientos de penumbra.
"Con toda la marcha" es un hit cazallero para entonar mientras rompes botellas, estampando tu inquina entre cristales y vómitos hacia una sociedad alineada, formada por vergonzantes especímenes que no sabes muy bien que pintan entre nosotros.
Seduce Tarántula en "Condes de Barcelona", un misil hacia ninguna parte, y "El vals de las mariposas" podría valer para un festival de eurovisión repleto de deliciosas anormalidades. Y casi para terminar este viaje, "Canción universal" que parece una boutade rusa y "Zum Zum", un delicioso esperpento, canción cantautoril galáctica con salmos estelares.
Tarántula, una deliciosa amoralidad musical que no sabes si todo es puro cachondeo, o simplemente les gusta enfatiza el rollo de fenómenos paranormales sin etiquetas que valga.
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