domingo, 28 de febrero de 2016

AND YOU WILL KNOW US BY THE TRAIL OF DEAD. "The century of self" (2009)


El sexto disco de una de las bandas con uno de los nombres más complicados de pronunciar de carrerilla, es quizás el más flojo de toda su andadura. Por más que intento sacarles méritos, la verdad es que me cuesta, desde la inicial "The Giant causeway" o la segundona "The far pavillions".

Ni rastro de la banda que hizo del post hardcore, todo un filón de estridencias, en ese pedazo disco que se llamó "Source tags & codes" (2002). "The century of self" es un disco acomodaticio, que hace a los yankies frágiles e imberbes.

"Isis unveiled" es un hit para las radios americanas de rock aguerrido pero sin chicha, ni fuerza. Epica del postín. Nada reseñable. "Halcyon days" continua con los deméritos, con las confluencia de minutos de una inservible manera de hacerse actual soñando moderno. Vamos, un coñazo.

Y el piano de "Bells of creation" acompañado con unos arranques guitarreros a los Soul Asylum, tampoco acompaña mucho para crearles atisbo de fuerza y cordura. Quizás les perdono con el medio himno titulado "Fields of coal", pero en "Inland sea", siguen con su despropósito de sonar comerciales, roquerillos de postín.

Atrás discos "Worlds apart" (2005) o "Madonna". Este "The century of self" es un querer y no poder. Hasta la más dura de lote, "Ascending", está aquejada de toda una dosis de falta credibilidad, amalgama de sonidos repicando insolvencia.

En resumen, un sufrimiento la escucha de esta disco de esta otrora buena banda de rock afilado. Recordemos pues sus viejos trabajos, y este "The century of self", dejémosle junto al cubo de la basura.


miércoles, 24 de febrero de 2016

HIS NAME IS ALIVE. "Tecuciztecatl" (2014)


Cualquiera iba a decir que una de las bandas señeras del sello 4ad, siempre anclados en el lado más intimo de rock, con pestañas de shoegazing o ramalazos de pop, nos deslumbrara en el año 2014, con una especie de opera rock, que nos dejo mudo cuando entramos de lleno en ella.

Los nueve minutos de "The Examination" que dan el pistoletazo a este disco con vista en el ayer, son todo un punto. Hasta esos solos de guitarras hard que casi en la final de la canción te vienen a decir que sí, que es bueno reinventarse.

Los de Michigan no pierden el tiempo con florituras. Después del interesante "Silver dragon" (2012), la banda comandada por Warren Defever se las apaña para hacer una secuencia ilimitada de progrock, años 70. "Hold on to your half" es otro estacazo de rock de otro tiempo, órganos y feedback, boutade que no se para, ardor de estómagos, machacona y dura.

Esta claro a quien miraban cuando confeccionaban el cd. King Crimson, Emerson Lake and Palmer y demás luminarias del rock de hace tantos años. Andrea Morici sigue poniendo la voz y el empeño, en esta fantástica especulación que tiene muchos puntos álgidos. "See you in a minute" o la excitante "Reflect Yourself", van como el tiro, trotando y supurando ardor.

El comienzo de "I will disappear you" es toda una bacanal de psicodelia lenta, de colores que vuelan por el éter mientras buscamos explicación a esta locura que raya y emociona. Hasta se atreven con una tonada de ritmos africanos en "Africa violet casts a spell".

His name is Alive. De esos combos que pase el tiempo que pase, sabes que un trabajo suyo siempre traerá buenos ratos, tonos diversos, diversión asegurada. El sello 4ad no se anda por las ramas con sus huéspedes; aquí siempre hay calidad, música para templar el espíritu, para volver atrás.



lunes, 22 de febrero de 2016

BEACH HOUSE. "Thank your lucky stars" (2015)


Dos discos en un mismo año. Si primero vino "Depression cherry", ahora viene este "Thank your lucky stars" para que podamos dormir con el opio del dream pop que destila el duo de Baltimore, capaces de inyectarnos insulina de corazón, nubes de sedación, abominaciones pequeñas.

El inicio con "Majorette" y "She's so lovely", son dos puntos cardinales para seguir pensando que si antes teniamos a Mazzy Star para apretujarnos el corazón, ahora Beach House se encargan de dinamitarnos con sus cadencias suaves, con sus escozores tranquilos.

"All your yeahs" casi suena a unos Cocteau Twins tecnológicos, armados de experimentos para sentir. "One thing" me la he puesto ahora, después de comer, y es como un café con vitaminas de recuerdos, la añoranzas de una foto en un destartalado taller de confección de humores, la siega de los adjetivos, el refrán del te querré siempre....

"Thank your lucky stars" es una bonita continuación del otro disco del año 2015. Es su cara b, un buen puñado de tracks bien cosidas al traje de los recuerdos internos. "The traveller" suena para ponerla en el coche mientras atraviesas la costa donde los mares despiden voces de ahogados. Triste y a la vez salvífica, un buen torrente de lucha interna, un pedazo de corazón. Total.

Me gustan las guitarras que carraspean en "Elegy to the void" y el bálsamo de "Rough sound" un puñetazo de aire, una niebla sobre los ojos mientras las gaviotas surcan cielos glaciares, mientras la punta del lápiz que escribió te quieros sufre ahogada a la orilla de un vaho de hidrógeno.

Beach House lo han vuelto hacer. Su escucha es siempre garantía de calidad, sinónimo de percances buenos. La playa a los pies varados, el sol que resplandece, alegría de vivir.....


sábado, 20 de febrero de 2016

PETER GABRIEL. "III" (1980)


Dentro de la amplia discografía en cuento a número y registro de la carrera del ex-Genesis, su primera étapa es mi preferida. Sus cuatro primeros discos ("I","II","III" y "IV") que van desde los años 1977 a 1982, fueron todo un arriesgado tour de force de un artista que finalizado el proyecto de la banda madre, se vio con la necesidad de seguir investigando en los márgenes.

Este "III", es mi favorito. Por todo, por su oscuridad por el acompamiento (Tony Levin, Robert Fripp, Kate Bush entre otros), y ya desde las iniciales "Intruder" y "No self-control", vemos a Gabriel saliendo de la capsula del rock sinfónico hacia territorios obsesivos, repletos de islotes donde también aparecen aguas pop.

"Stars", con el bajo del crimsoniano Tony Levin, es una especie de hit de medianoche. Lacerante y con la gravedad vocal de Gabriel repartiendo salmos desde el desconsuelo. La portada lo dice todo. Parece que estamos enfrente del cuadro que aparece en "El retrato de Dorian Gray". Descomposición por juventud, rasguños en el alma por la efímera voluntad de los años tiernos... El piano emociona en la barroca "Family snapshot", quizás un guiño a los futuros éxitos que vendrían después.

Y "And throught the wire" también participa de esa emotividad, de ese cargamento de razones que tiene su punto álgido en "Games without frontiers", con Kate Bush de sirena varada en la costa de este hombre orquesta de muchas músicas posibles.

Experimentos como "Not one of us", (cercana al rey carmesí, y sobre todo la recordada por su importante histórica, "Biko", donde pone el acento en los derechos humanos en Sudáfrica intuyendo a quien se iba a erigir en uno de los máximos exponentes para el conocimiento de las músicas del mundo) ponen la guinda a un pastel que seguro te saciará.

El "III" fue un bueno número, el mejor de su carrera, la mejor forma de recuperar viejos discos de esos que debemos desengrasar, quitarles el ambiente opresivo del polvo lacerante.




miércoles, 17 de febrero de 2016

HARLAN T. BOBO. "I'm your man" (2007)


El de Memphis, me ha dejado desarmado. Este es mi primer encontronazo con él y la verdad es que pienso seguirle la pista. Desde la que titula el cd, hasta la ruidosa "God's lamb", pasando por los violines de carromato gitano de "Baptist memorial", no hacen más que enfatizar mi gusto por esta forma tan personal de rallarnos la cabeza con sus vesanías "tradicionales".

Harlan T. Bobo, saca de su sombrero conejos que se convierten por su arte de mago sin par en toneladas de soul arisco como "My life", donde se promete consigo mismo para continuar su lucha para erradicar el aburrimiento. Como Nick Cave o Neil Young, recoge los olores de lo antiguo para confeccionar su puzzle de rock y otras menudencias.

"Pragmatic woman" es folk arrebatador y "So bad?" se presenta como una country song con anomalías diversas en el género. Porque Harlan T. Bobo todo lo llena de su especial forma de remover los estilos para que nada quede en pie.

Volvemos a la agitación con la roquera "Last step" y sobre todo con "Sick of it", con su voz deformada, garage y pulsión demoniaca mientras los fantasmas de todos los rockers pasean sus tupes por este bar de discordia que se llama "I'm your man".

"One of these days" es una letanía suave y el final con "Pretty foolish things" viene a confirmar que este encuento casual que he tenido con Harlan T. Bobo tendrá continuidad. Seguro.


lunes, 15 de febrero de 2016

SAVAGES. "Adore life" (2016)


Si ya "Silent Yourself", puso a Savages en la punta de lanza de una nueva redefinición de los canones del post punk, del rock abrupto, este "Adore life", viene a confirmar lo que ya muchos suponamos. Estamos ante un grupo que tiene mucho que decir.

Empezar un disco con el rocoso "The answer" como un enjambre de guitarras que se amotinan sin necesidad de nada más que la necesidad del ruido. Jehnny Beth sigue cantando como cortando con navaja. Se da el lujo en "Evil" de hasta chocar con una fértil cantinela de punk funk. Asi es "Adore life". Algo agrestre, duro, espigado, pero repleto de lugares donde detenerse y con el puño en alto poner las cosas en su sitio.

Los de Londres han revolucionado el gallinero. Son como raposos salvajes que quieren más y más sangre.En "Sad persons" es el bajo quien lleva las de ganar, supurando bilis en un tren hacia el infierno. Y el punto álgido del disco se encuentra en "Adore", el vídeo hay que visionarlo. Siousxie tendrá que estar contenta cuando lo escuche. La oscuridad es una excusa para construir un himno de esos que pondremos cuando tengamos ganas de pelear o de llorar.

Aquí no hay nada impostado, nada de cara a la galería. Savages suenan dificiles, se encargan de confeccionar un mapa sonoro donde esta prohibido la comodidad, ("Slowing down the world"). Y el cuarteto suena perfecto, como una máquina de producir siniestros bocados de espejismo. "I need something new", acojona, casi suena a Swans.

Y "When in love" es años 80, guiños sin parar a unos motores de depresivos encantamientos. Para el final quedan otros tantos de luces que necesitan de la demolición para seguir alumbrando lineas recta de detonación. "Surrender" seduce por su intrincado ritmo que navega entre inconformismo y rayas pegadas al albur de la medianoche.

"T.I.W.Y.G." y "Mechanics" ponen el punto y final a todo un viaje por el filo de un grito. Se han pasado Savages. Superar su primer trabajo parece que iba a costar. "Adore life" es artillería fina, es una punzada de rock vitalista, en crisis, con fuego en los ojos. A seguir los pasos de Savages hasta que el infierno nos alcance.


sábado, 13 de febrero de 2016

FRANCO BATTIATO. "Le nostre anime" (2015)


Hacía falta una antología con este calado. Un doble disco donde repasar la carrera de este enorme artista; creador, hombre espiritual, con algunos temas inéditos y una buena ración de pop para mitigar con tranquilidad sobre los poderes curativos de un buen ramillete de canciones.

Franco Battiato forma parte de la banda sonora de mi infancia, luego le perdi la vista para volver a toparme con él y sus interesantes trabajos. "Apritti Sesamo", (2012), nos mostraba a un Battiato rejuvenecido, con ganas de dar guerra, con esa prominente nariz señuelo de un instigador, de un hombre que siempre ha estado en los márgenes.

Canciones como "Cuccurucucù", "Centro de gravedad", "Pobre patria" o "La estación de los amores", forman parte del imaginario colectivo, en una época, en los 80, donde el mensaje profundo de sus letras se coló en la lista de lo más vendido, haciendo una doble jugada, elevándose como una estrella pop, sin perder en ningún caso su singularidad, su visión crítica sobre el tiempo que nos ha tocado vivir.

En su larga carrera con más de 40 discos, bien merecíamos este pedazo de recopilación Se me ponen los pelos de punta cuando escucho la versión en árabe que hace de "L'ombre della luce"; una de mis canciones favoritas de Franco, que logra darle otra vuelta de tuerca más. Como la reconversión que hace junto a Mika de "Center of gravity" en clave de pop modernete.

Es en el segundo disco donde están las sorpresas. El track que titula el aábum, inédita, nos muestra a Battiato en plena forma, con la compañía de la Royal Philarmonic de Londres prestándole vientos y clasicismo. Colosal. "Lo spirito degli abissi", también nueva, es otra genialidad embaucadora, registro y palpito de una constancia en seguir el camino trazado desde hace ya tantos años.

Interesantes son también la revisiones que hace de temazos como "L'animale", o "Lode all'inviolato". Las inéditas son todas cúmulo de sensaciones a descubrir. "Stranizza d'amure" te hiela la sangre. Y los clásicos de toda la vida como "Testamento", no pierden ni un ápice la esencia, la fogosidad. Mi favorita, la más roquera, casi indie, "Shock in my town", de un ep que saco en 1998, y que es una alfombra eléctrica de distorsión.

Y es que Battiato puede con todo. El dueto con Antony en "Del suo veloce volo", es estremecedor, y volver a encontrarme con "E ti vengo a cercare" me hace volver a mis catorce años, cuando las bicicletas servian de cohete de evasión, cuando escondimos debajo de las piedras cartas de amor para la eternidad, cuando la vida tenia pocos problemas que resolver.

Maravilla para los oídos este "Le nostre anime". Un regalo sugerente, una forma de no olvidar a este genio tan interesante.





jueves, 11 de febrero de 2016

GRANT HART. "The argument" (2013)


Menudo disco se sacó de la manga Grant Hart, el batería de los Husker Dü. Siempre solapado por Bob Mould, este su cuarto disco es todo un abanico de posibilidades, de estilos bien definidos, partiendo de la base del extenso poema de John Milton, "El paraíso perdido".

En "The Argument", encontramos desde track de indie rock lofi como "Morning star", hasta guiños al desaparecido Bowie, "Awake, arise!", o "If we have the will" glamurosas como ellas solas, Berlin año 2013. Grant Hart, esparce a su voluntad sus querencias musicales y se marca un extenso disco donde es preferible su degustación a sorbos de pequeños escozores.

"I will never see my home" es una suave y cadenciosa concatenación de electricidad contenida por la lentitud, crooner de las distancias cortas, Hart apura su copa reiterando que el que fuera batería de unos de los grupos más importantes de los 80-90 tiene la capacidad para repartir dádivas de sonoridades dispares.

Ochentera suena "I am death" y "Letting me out" es como si tuvieramos enfrente a Elvis Costello. "The Argument". Y así hasta 20 canciones. De baja intensidad como "So far from heaven", silbidos al ristre de cielos, o rock americano  en "It isn't love".

A veces se pone ruidoso como la que titula  el cd y a veces como en "Run for the wilderness" sigue sobrevolando el espíritu de David. Alejado de las turbulencias Husker Dü, Grant Hart confeccionó con argumentos una producción de autor para disfrutar sin prisas ni pausas.


martes, 9 de febrero de 2016

CLEARLAKE. "Cedars" (2003)


"Cedars", para mi gusto, fue el mejor disco de esta banda británica de britpop, con ramalazos de guitarras y dramas por doquier, cuarteto que se las arreglaba para destacar por su solvencia roquera, ("Almost the shame"), como para propinar suculentos menus de violines en "The mind is evil".

Me engatusan con ese brio mod en "Can't feel a thing", donde ponen la electricidad al servicio de unos coros, de una energía que ralla en himno. Olvidate de Coldplay. Clearlake tenían mimbres para no haber acabado su carrera con un trio de ases de discos. Pero, lo bueno si breve....

En "I'd like yo hurt you" se entretienen confeccionando un ramillete de fuegos fatuos devastando elementos decorativos de pop sinuoso. El cuarteto de Brighton cuando se pone furioso te deja sin palabras. Joder con "Come into darkness" y esos aires oscuros mientras los coros pedalean siniestros volcanes de lava interior. La leche con los de Brighton.

También te hacen arrumacos pop sesentero como en "Keep smiling", muy beatleliana, orfebreria cadenciosa, caligrafía sedosa, galimatías gracil envuelto en porcelana de esa que es un gusto palpar. Clearlake. No esta mal este trabajo de desempolvar viejos grupos, añejos discos. Nos damos de frente con lecciones tan excitantes como "Treat yourself with kindness".

Para terminar este tratado de pop, "Trees in the city". Otro maremoto de sensaciones compuestas de lirica y angostamiento. Como la portada del álbum, esperemos la tormenta, la angustia vital de los días, la frenética manopla del destino. Todo bien acompañado de gotitas de buen pop.




domingo, 7 de febrero de 2016

FRANÇOISE HARDY. "La pluie sans parapluie" (2010)


Este disco hizo el 26 en la carrera de esta gran dama de la chanson gala. Hay queda eso. Desde que suenan los primeros acordes de la pop y alegre "Noir sur blanc" (música de Calogero) intuyes que estás ante algo grande. El reflejo de su mirada en la portada, el camino recorrido, la lucha feroz para acabar con el cáncer, hace que este disco sea uno de los más importantes de su discografía.

La lenta letanía de "Mieux le connaître",balada de dolor, salmo íntimo, da paso a la luminosa "Champ d'honneur", las bondades de una reconocible voz, el señuelo para seguir cabalgando sobre las estrellas pedales de la noche.

Alain Lubrano ejerce de fiel compañero en este transitar por la introspección, La que titula el disco es puro años 70, cerrar los ojos y recordar "Et si  je m'en vais avant toi". Festín de cuerdas ignorantes de la tristeza, mirar a la cara la costura de los sentimientos y seguir en píe día a día, pese a quien pese.

Hardy no pierde la oportunidad de recordar a sus amigos ya idos, a los que hicieron la maletas para poblar las nubes de silbidos. "Les pas" esta dedicado a Alain Bashung, quien colaboró con la artista en el disco "Parenthèses", pura agitación pop, para acordarnos de otro grande.

También hay tiempo para hallar a la Françoise Hardy más barroca, como en "Je ne vous aime pas", y serenidades que rayan la saudades ("Esquives"), para lograr que tu emoción suba termómetros. "Mister" de La Grande Sophie, es otro punto álgido de esta lluvia que no para, melancolía a raudales, carantoñas densas para alegrarnos los malos días.

Una superviviente Françoise Hardy que sigue al pie del cañón, que seguirá hasta que sus cuerdas vocales deseen un descanso de agua clara, o una biografía para compartir pedazos de labios del ayer. "Memory divine", en ingles, con Jean Louis Murat, es otro pulso increible, otra bella exposición del saber de esta artista.

Ojala nos queden muchos discos que escuchar como este, que venzan calendarios y calamidades. La belle chanson, la belle femme, le grand douleur....




miércoles, 3 de febrero de 2016

BLAKE BABIES. "Sunburn" (1990)


Años 90. Juliana Hatfield se movía y divertía divinamente entre toda esa horda de bandas que nos hicieron tan felices. Blake Babies fue su grupo, un combo que sabia como hacernos divertir con su pop aguerrido, sus guitarras militantes en la melodía, rabiando espejos, rompiendo moldes. "I'm not your mother es una buena muestra de ello.

Dentro de la historia de la banda habría que recordar que el mismísimo Allen Ginsgerb fue el que les bautizó como Blake Babies, cuando el grupo acudió a una conferencia del vate, y estos le preguntaron sobre que nombre ponerse. No se lo pensó y se quedaron con Blake Babies.

Este "Sunburn" está lleno de canciones para guardar en tu memoria. "Star" es fiera, salvaje, pero también está repleta de sensualidad. No muy lejos de sus colegas de época Throwing Muses, Blake Babies sabían como sacar rédito a ese enjambre eléctrico siempre tan bien acompañado de buenas dosis de pop.

El trio era la ostia. Forjaban en tres minutos caricias de pop duro como "Look away" para luego hacernos sentir mal, con tiernos hachazos que se te pegaban en las arterias sin remisión, ("Sanctifi") puro volcán de vicio acaparador, hit notable lleno de almidón para soñar.

"Girl in a box" es un pedazo de viento acogedor, una maravilla que te reconforta y te hace cerrar los ojos. Los 90. Nuestros 90. Menudos giros de voz de Julianna y su cómplice John. No me canso de escuchar "Train", viejas formas de establecer conexiones entre el creador y el oyente, algún solo de guitarra suave, Juliana ejerciendo de voz interior con abruptos leves, con cansancio en el sentir.

Como olvidarnos también de "Il'l take anything" y del soberbio inicio con el bajo atronando en "Gimme some mirth" o con el final de "A million years" para seleccionarla junto a tus temas preferidos de esos años tan pródigos en descubrimiento y revolución.

Blake Babies, una vuelta al ayer, cuando los veinte pocos años rondaban nuestro carnet. Qué recuerdos, que pedazos de cielo tomamos al asalto sin dejar titire con cabeza. Luego, vino la carera de Juliana en solitario. Pero eso es otra película, que porque no, también aparecera en este lugar donde los discos se piensan.




lunes, 1 de febrero de 2016

WAXAHATCHEE. "Ivy tripp" (2015)


La cantante de Alabama, Katie Cruchfield, que se esconde bajo el nombre de Waxahatchee, lo ha bordado en este su tercer disco de indie rock, folk, acogedor y también con algún castañazo sonoro. "Breathless", se mueve en un boomerang de ruido sobre el que se Katie afina su voz hablando de amor, y de otras derrotas para en "Under a rock" guitarrear como The Breeders en un campo de pajaros carpinteros con camisas de cuadros.

"Poison" es otro pequeño veneno de dos minutos de distorsión que da paso a "La loose", lofi y vacilona, prudente y llena de efectos para salir por la noche a lavar la cara a la luna, si lo tuyo es aullar como lobo estapario en épocas de abruptos de corazón.

"Stale by noon", es ágil y ponzoñosa, y "The dift" tiene aires retros, flequillo de colas de pegar labios, lujo de indie rock sin pretensiones mientras te sacudes las lágrimas con vinilos eternos. También Katie fabrica hits épicos como "Air", oscura y demoledora, un enjambre de abejas sobre tu cabeza, un lunes cualquiera sin ganas de hacer nada y solo deseos de no salir de las sábanas.

Si, Waxahatchee hacen de su forma amateur de enfrentarse con el orbe indie, su preciada ganancia, su mejor jugada. "Greir hair" es una espumeante luz que te hace no parar, y "Half moon" es otra maravilla lenta, otra profecía jamás se cumplirá. Artificio con piano que da paso al epílogo de "Bonfire" puro rayo devastador, canción para la primavera que viene, tensión y alerta, luces a medio poner mientras el bosque sigue siendo un lugar de descubrimientos.