jueves, 28 de noviembre de 2019

DOCTOR DIVAGO. "Las canciones del año que viene" (2008)


¿Qué decir de esta banda valenciana que este mes de noviembre ha soplado 30 velas desde que se subieron al escenario? Toda una carrera digna, repleta de discos de esos que no te puedes sacar de la cabeza. Llegué a ellos un poco tarde, pero la verdad es que cuando los descubrí, no he parado hasta hacerme con toda su valiosa y valiente discografía.

Rock y buenas letras. En este octavo disco, Manolo Bertrán y sus colegas, desde que se inicia con la potente "¿Cuándo perdimos el rumbo?",  te das cuenta que sus ingredientes mágicos para que sus composiciones funcionen, les ha valido en su dilatada carrera para conseguir ser una de esas bandas que al escuchar su nombre asociamos la palabra eficacia.

"La habitación de Charo" es un volcán melódico, tierno y envolvente que da pie a la rabiosa "Los dioses y los hombres", con esa facilidad para que los estribillos sean chicles a los que nunca se les agota el sabor. Tremendos los valencianos. En "El viejo campeón", la figura del boxeador Urtain aparece en las estrofas de una canción que habla de más cosa que de puños y combates. La vida, es eso, caerse, ostias, medicina para el alma, y un figurado piso desde donde tirar toda la mierdas que nos condenan a no avanzar.

Con "Frunciendo el ceño" nos encontramos con unos de los alambres más vigorosos del cd, casi parecen mods enrabietados. Después se relajan con las envolvente "Horas y horas" y "Madrugadas", donde la armónica hace de soplete expansivo de esa lírica tan envolvente de Doctor Divago.

Mi favorita es "Ezequiel", una turbina de rock abrasador, ritmo furiosos que sirven de escenario para que Manolo nos cuente la historia de un tipo de su barrio. Menudo tobogán de agitación y frenesí. Frenesí que nos acompaña en "El día de autos" tirando por el camino donde la psicodelia hace arabescos en trincheras de palabras que te envuelven y te atrapan.

"Las canciones del año que viene", termina con la que titula el trabajo, perfecto punto y final para un disco, que como todos los de Doctor Divago te hacen esperar el siguiente, lo bueno que vendrá, de una solvente formación que tiene mucho que contar.


martes, 26 de noviembre de 2019

TITUS ANDRONICUS. "An obelisk" (2019)


"An obelisk", es el disco con más punch de los que la banda liderada por Patrick Stickles ha sacado últimamente. Grabado en los estudios de Steve Albini, el disco es una sucesión de himnos que no cejan en ningún momento de darnos calambrazos ("Just like ringing a bell" es una muestra de ello).

Cansados ya de esa reiterada y pesada afirmación que dice de ellos que son una mezcla de Springteen y Clash, Titus Andronicus, tiran por la calle de en medio para regalarnos punzantes y pesados hits para flipar ("Troubleman unlimited") o riffs de esos que quitan el hipo ("Within the gravitron").

Hasta cuando se acercan al blues (a su manera, claro está), con "My body and me", el grupo suena con una potencia suficiente como para hechar a volar tu alegría. Su anterior trabajo del 2018, no había cuajado de una manera totalmente eficiente, ("A productive cough"), por lo que cuando suena petardazos del tipo de "(I blame) society", solo queda vitorear y producir espasmos.

Con un sonido bien definido para los que seguimos al grupo, el cd es un portento en cuanto a su ejecución y puesta a punto, un dardo de feedback y sudor, un suculento programa de vigor y mañas eléctricas ("Just like ringing a bell").

"Tumult around the world" es como si la hubieramos escuchado mil veces, en tabernas perdidas de la mano de la edad, en radios programadas para no parar jamás de sonar. Y como siempre que se encuentra Albini de por medio, la pulcritud y limpieza de sonido se auna con una pegada marca de la casa de los Electrical Audio de Chicago, hogar donde mecen y acunan al ruido.

Otro de los momentos estelares de "An obelisk" es "The Lion inside" donde Stickles ruge como un poseso en un maremoto de efectividad total que en la punk "Beneath the boot" se convierte en un alicate de demolición.

Buen disco pues de una banda con pegada suficiente como para que pasemos con ellos un buen rato de disolución y juerga.




domingo, 24 de noviembre de 2019

TINDERSTICKS. "Across six leap years"


"Across six leap years" es un buen disco para los que aun no se han iniciado en las andanzas de Stuart A. Staples y sus chicos melancólicos. Llevaban ya a sus espaldas 21 años de carrera cuando sacaron esta especie de recopilatorio, donde reinterpretan de nuevo 10 canciones de su variada e interesante carrera.

El comienzo no puede ser mejor con "Friday night", compuesta para una banda sonora y que da la voz a "Marseille sunshine", más melancolía en vena, con la voz de Stuart llevándonos al huerto con su profunda gravedad.

Cuando toca el que para mi es el mejor disco de su carrera, su segundo trabajo, "Tindersticks II", se sacan del gorro de la magia "She's gone", la crucial "Sleepy song" y la mágica "A night in". Yo creo que con sólo este trio, los que tengan aun dudas de la validez de Tindersticks como banda hacedoras de climax emocionales se lo tiene que hacer mirar.

Una de mis preferidas, la soulera "If you're looking for a way out", de "Simple pleasure" es todo un puntazo de principio a final. "Say goodbye to the city" quizás es la más explosiva del lote, por toda la intensidad que atesora a cada minuto que pasa.

"Across six leap years", una buena ocasión para los seguidores de Tindersticks de disfrutar de su cancionero, un buen ramo de flores disecados, efluvios de tristeza y tragedia. Música otoñal para el invierno que se avecina.


jueves, 21 de noviembre de 2019

BUZZCOKS. "Flat-pack philosophy" (2006)


Empieza a sonar la canción que da titulo al lp y una sonrisa de gusto te recorre el cuerpo. Vaya con Pete Shelley y sus chicos, pedazo de pepinazo de punk melódico, como se apañaban allá a finales de los 70 con sus camaradas de correrías. Por eso fueron uno de los combos más importantes del punk balbuciente que empezaba en el Reino Unido, aportando la melodía que faltaban a sus compinches de imperdibles y excesos.

Y es que todo "Flat-pack philosophy" es un desembarco en toda regla en la parte más divertida y aguerrida del punk. Es imposible no moverte cuando empieza a sonar ese himno de tasca que es "Wish i never loved you", o esa casi mod song que se llama "Sell you everything".

Teniendo a Buzzcoks, los baluartes supervivientes del Punk 78, ¿para que queremos mierdas del tipo de Green Day? Punk pop. El termino que se repartieron a pachas con The Damned, tiene a la banda de Shelley como principal ejemplo a seguir.

Y todos esos yogurines descafeinados se deberían fijar en composiones como "Reconciliation" o bombazos del estilo de "I don't exist". Los vi en uno de sus ultimas giras por Madrid y la verdad es que la edad no ha ocasionado en ellos erosiones que no se puedan recuperar. Lo suyo es arte, buen rollo y mucha electricidad. Además de cachondeo.

Ni dos minutos dura "Soul survivor" y les basta para que la lluvia que empieza a empañar el día no pueda con esas vitaminas que Buzzcoks ofrecen desde su atalaya de viejos guerrilleros del punk. "God, what have i done" es quizás uno de los temas que más se han currado en el disco, pesada y a la vez ligera como un esputo de juventud. Luego viene la mas larga, "Credit", (3.22"), hit para noches de parranda y retorno a tiempos de menos edad. Todo un punto.

Y la fiesta continua con "Dreamin", salida del mismo baul que las mejores tonadas de Buzzcoks allá a últimos de los 70.  Y es que no puede más que rendirte cuando suenan cosas como la embriagadora "Look at you now" o ese puntazo que es "I've had enough".

En 2014 sacaron también el imprescindible "The Way", y ando seguro que todavía no han dicho su última palabras. Un acorde de Buzzcoks vale más que todo lo que hacen esos pringaos engreidos que tenemos por aqui que se creen que han descubierto el mundo. Larga vida Buzzcoks!!!


martes, 19 de noviembre de 2019

SUNNO O))). "Life metal" (2019)


Stephen O'Malley y Greg Anderson lo han vuelto a hacer. El duo más impactante en su uso del drone metal, ha erigido otra monumental obra de esas que da pavor y miedo. Y como siempre, solo les basta pocos temas para acojonarnos bien a gusto, sin rechistar, sin pedir nada a cambio.

"Between sleipnir's breaths" es el comienzo de este decorado del infierno, sin artificios alguno, donde de la mano de la islandesa Hildur Gudnatóttir a la voz, nos escarban el cerebro con sus 12 minutos de metal hipnótico, frío, visceral, sinuoso, para dormir puñales mientras la tormenta dibuja en el cielo malos augurios.

Como se disfrutan gemas del calibre de "Troubled air", sincronizada  con una intensidad melódica que cristaliza en goznes de aliento de miedo. Música concreta, de un score que llama a los fuegos del averno, colores rojos destrucción; mientras la vida continua con sus luces y sombras, Sunno O))) nos regalan los oídos con motines de espanto, con alambradas en el filo de un aullido.

"Aurora" sólo tiene de poético el nombre. Durante veinte minutos asistimos a una clase magistral de drone, confabulados para ejercer crispación desde el comienzo hasta el final. Steve Albini a los controles se lo ha tenido que pasar bomba con esta pareja de siniestros personajes.

Para el final, el no va mas, "Novae", esta vez de nuevo con la ex-Mum, Hildur al cello, Sunno O))), fondean en un puerto donde predomina los tonos lúgubres, las tonadas malditas, los esfuerzos por componer ordalías que puedan sentar bien a los señores de la noche....

Y los que se queden de mono de más Sunno O))), ya está a la venta también "Pyroclasts", otra inyección que viene para acompañar esta insania que se llama "Life Metal". Drone lo llaman, yo preferiría denominarlo mal rollo......


domingo, 17 de noviembre de 2019

THE ZINCS. "Black pompadour" (2007)


Grabado bajo los mandos del Tortoise John McEntire, "Black Pompadour", de los cuatro discos que sacó esta banda londinense, es el que más se parece a The Diviny Comedy. Ayuda esta cercanía de sonidos la voz de su cantante, James Elkington, que desde que suena "Head east, Kaspar" te ves atrapado con su tono grave y efectivo.

El cuarteto suena competente y cargado de sensualidad en temas como "Hamstrung and Juvenile", pop barroco que se hace fuerte y templado en bambalinas de surcos de melodías que tejen aquellos lugares que frecuentaban Auteurs.

"The Mogul's wives" es la más eficaz del lote, una catarata de impresiones que juegan con la melosidad, hit de esos para silbar cuando estas de buen rollo, un galimatías que genera dicha, cordialidad y una buena sacudida de pop con variada instrumentación.

Se nota la mano de McEntire en "Finished in the business", donde se muestran con una querencia a la experimentación, siempre desde una posición de Valentinos de rock. "Burdensome son", es otro salpullido de hermosura con tiznes oscuras para en "Lost solid colours" embarcarnos en una viaje de suavidad indómita.

"Dave the slave" sigue el mismo afluente tranquilo, la misma catarsis controlada, repleta de regueros de paz folk. Un buen disco pues el de The Zincs. Repleto de turbación, orfebrería pop con arreglos que visten estrellas de confort.


viernes, 15 de noviembre de 2019

SWANS. "leaving mening." (2019)


El concierto que vi de Swans hará hace un par de años fue (quizás) el mejor de mi vida. Nada más entrar nos dieron unos tapones para los oídos; luego, llegó la catarsis, la hipnosis, el maravilloso caos comandado por Michael Gira. Era la gira de despedida como grupo.

Estamos de enhorabuena porque Swans vuelve con nosotros, está veces Gira no se acompaña de su corte de caballeros de lo oscuro (con Norman Westberg a la cabeza), sino que ha reunido a un elenco de colaboraciones, (Thor Harris, Phil Puleo, Ana y Maria Von Hausswolf, o Baby Dee entre otros), para repartirnos mal rollo desde que se inicia esta brutalidad de doble disco.

Más cerca quizás de su proyecto como Angels of Light, sigue conservando el veneno, la ponzoña de los cisnes, en cada uno de los temas del cd. "Hums" introduce lo que se nos viene encima, y la cálida y absorvente "Annaline", lenta, sinuosa, y repleta de enigmas da la voz a la chicha made in Gira: "The hanging man", casi once minutos de repetitivos goznes del apocalipsis, con Maese Gira envolviendo todo en una espiritual explosión de pus y calor.

Quien se espere que este trabajo número 15 de Swans por nos estar los forajidos de siempre con él la cosa iba a decaer, se van a llevar un chasco. "leaving meaning." supura ácido sulfúrico, letal cúmulo de conceptos que van de folk gótico extremo al noise esta vez barnizado por una corriente de limpieza sonora que busca el shock, la pegada, los truenos.

En "Amnesia"  la voz de Gira junto a sus colaboradoras repica una misa negra de esas que dan miedo, como cuando escuchabamos en su dia burradas como "Love of life" (1992) o "Great Annihilator" (1995). La que titula el lp, empieza con un piano para al poco sumergirnos en las entrañas de un dolor ignominioso, bacanal poco apta para espíritus demasiados poco exigentes. Para mí, una de esas maravillas que te hace soñar y volar puñales.

El primer disco acaba con otro salmo de esos que va ganando pavor a cada instante ("Sunfucker), munición de coros del infierno que se convierte en la mitad de la canción en una de esos tonadas de Swans que en directo provoca el estallido de cielos. Te quedas sin palabras y sin respiración.

El segundo cd empieza enigmático y depredador con "Cathedrals of heaven", película de horror que te hace pensar silencios, la voz de Gira que masculla y masculla,que te penetra mientras los nervios se crispan y tu gozas. Sigue el viaje hacia el Hades. La más tenebrosa de todo el lote, "The Nub", sobrecogedora, misa negra que llama a los espiritus traviesos para que revoloten sobre el climax musical que se crea en sus doce minutos de tinieblas.

"It's coming it's real" te sacude por su falsa tranquilidad,por esa marea que recorre cada petálo de canción, arrullándote para no poder dormir jamás, un slogans para fabricar adeptos a esta necesaria secta que se llama Swans. Ya lo decía Rilke, "Lo bello no es más que el comienzo de lo terrible".

Después de la hecatombe que te provoca la reiterativa y absorvente "Some new things", nos encontramos con una de las mejores composiciones de la larga carrera de Swans:"What is this?". Lírica, emotiva, feroz, acudes a ella una y otra vez, te mece con alfileres, te devora por rubor, himno de esos para pinchar y poner a máximo volumen, profilasis contra los putos males del mundo. Viene casi acabando este necesario trabajo que es la escucha de "leaving mening" como recompensa por todo el trayecto transitado, una isla de dulzura envenenada, un guiño al pasado con Jarboe, éxtasis conjugando vacíos.

Se acaba el año, viene la hora de elección de lo mejor, y entre todo y todos, se erige "leaving mening" como un Leviatan que cruza los mares de nuestra escucha para instalarse en los recovecos siniestros de nuestras esperanzas. Los cisnes siguen nadando sobre las aguas tranquilas, trayendo turbulencias, necesarios movimientos de radiación para crear una incomodidad que nos hace felices.....


miércoles, 13 de noviembre de 2019

ENON. "Glass geysers....carbon clouds" (2007)


Con "Glass geysers...carbon clouds" pusieron fin a su carrera, esta curiosa y divertida banda, que nos regalaron un buen puñado de discos donde disfrutar de lo lindo con su indie rock repleto de aristas, de modismos todos ellos interesantes y disfrutables.

El grupo que contaba entre sus filas a Toko Yasuda (Blonde Redhead), nos regalaba punzantes y electrificados enjambres de guitarras dulcificadas con la voz de Toko ("Colette"), perdigonazos donde la guitarra de John Schmersal jugaba al escondite construyendo himnos de andar por casa, como la envolvente "Dr. Freeze".

Nunca tuvieron una repercursión excesiva, pero hay que reconocerles que junto a bandas como Brainiac o Deerhoof pusieron su granito de arena para que el indie tomara energías, punch suficentes para dislocarnos los huesos ("Sabina").

"Piece of mind" es puro punk, agitada, trajinando distorsión sin timidez ni mesura. Los aburridos y tediosos Pixies actuales firmarían hacer "Law of Johnny Dolittle"; tiene todo el gancho y pegada que falta a los de Boston de ahora. Energía bien elaborada, puro placer.

Toko canta en "Those who don't blink" como una auténtica posesa y "Mr.Ratatatatat" es otra gema de esas que penetra en tu ser con su seísmo rabioso y juguetón. Así eran Enon, un divertimento que se pasaba por el forro la seriedad.

Mi preferida es "Paperweights", una especia de krautrock de juguete para incendiar veladas tristonas y sin alma. Luego viene "Labyrinth", con otras sacudida de feedback del bueno, un torrente de electricidad que parece que no se va acabar jamás. Impresionante.

En conclusión, magnífico punto y final discografica (el grupo se disolvió en 2011) de unos adoradores del indie bien hecho. Nos quedan como un buen recuerdo ese torrente de canciones que nos hacen gozar.


sábado, 9 de noviembre de 2019

DISCOS PENSADOS CONTRA EL FASCISMO


Tengo miedo. Tenemos miedo. Mañana sabremos si hemos elegido cielos azules y esperanza o la grisura total de nuestros sueños y deseos. Mañana el Fascismo va a querer ser protagonista de un domingo que se preveé frío y según como vaya la jornada, sin corazón.

Nos jugamos tanto mañana, que este blog, dedicado a la música, no puede quedarse callado ante la gravedad de lo que pueda ocurrir. El otro día, cuando fui a buscar a mi hijo al instituto me quede alarmado. Una joven de 15 años se vanagloriaba de que toda su familia iba a votar a Vox. Se lo decía a un chaval latino. Vivo en un barrio obrero. Esta claro que la incultura, la ceguedad mental, no entiende de recursos económicos.

Lanzan proclamas contras las mujeres, los homosexuales, los niños inmigrantes que son todo un peligro. Salen en la tele, sonríen mientras guardan en su bolsillo su estratagema para acabar con nuestra Libertad. Y la gente no se levanta, lo dejan hacer. Matan a una mujer, un minuto de silencio,  y la basura que se llama Vox se reune en un bar para estudiar la siguiente estrategia para llamar a las masas ignorantes con sus mensajes de odio y racismo.

Por eso mañana es la votación más importante que hemos tenido en nuestro país. Nos jugamos seguir intentando cambiar las cosas para luchar para que todo en general mejore, o dejarlo todo para que los tres partidos hienas de nuestro porvenir se encarguen de acabar con todo. Con TODO. Así, en mayúscula, porque la hecatombe puede ser de tal calibre que a partir del lunes lo mismo vamos a dejar de soñar.

Tengo miedo. Tenemos miedo. Si el pueblo se queda en casa, ellos deciden. Van en manada, juntos, sin pensar, con su bandera enarbolada bien alto, necesitada de sangre y victimas. Ya han empezado las palizas, las razzias, la sin razón que nace del no entendimiento, de la incomprensión.

Si muchos de los que mañana van a decidir votar a esa partido que toda la gente de bien odiamos, hubiesen leído su programa, lo mismo alguna duda generaba en su particular visión sobre el estado de las cosas. Nos jugamos la sanidad, la educación, el respirar, el arte, el cuidado de las musas, los sloganes de la alegría. Nos jugamos que las persianas estén todo el día subidas o bajadas por el terror de que la luz mortecina de la degeneración del espíritu traiga a tu casa males y más males.

Discos Pensados no quiere quedarse callado. Grita, alza los puños, escucha canciones de rebelión para que mañana los que aun tengan pensado no votar, decidan cambiar de idea, porque nos jugamos la supervivencia de nuestros derechos, el poder festejar que vivimos para construir un futuro mejor para los que vienen después, no una cárcel en forma de estado.

Hoy han aparecido ratas negras en Madrid. Son las ratas que traen enfermedades, las pestes que esquilmaron poblaciones en otros tiempos. Ojala mañana los ciudadanos cojan la flauta como Hamelin y con sus soplidos expulsen a la enfermedad de nuestras vidas. Como no sea así, el cancer se extenderá por barrios, familias, pueblos, ciudades, y luego será imposible parar lo que viene. De nada valdrá salir a la calle a protestar porque las calle será un cartel enorme que ponga Estado de Sitio.

Sólo espero poder dormir bien el domingo por la noche y cuando el lunes amanezca poder correr la cortina de la habitación donde tengo mis discos, para que el sol entre con toda su fuerza repartiendo sus rayos de Vida. Sólo espero que la gente se de cuenta que después del domingo, si no acuden a votar y perdemos, no habremos perdido sólo unas elecciones, sino nuestro derecho absoluto a ser felices.


jueves, 7 de noviembre de 2019

MALCOLM MIDDLETON. "Into the woods" (2005)



Malcolm Middleton, la otra mitad de Arab Strap, nos regaló esta miniatura de disco que se llama "Into the woods", segundo de su carrera en solitario, alejándose de los parámetros de su pasado, pero introduciendo un bueno puñados de canciones de pop con aderezos.

"Brake my heart" es una buena muestra de la artesanía particular que emplea Malcolm para modelar estribillos competentes como una especie de cantautor que no quiere serlo. Acompañado por músicos de Mogwai y The Delgados (todo queda en la bella Escocia), el disco es un púzzle donde la melancolía anida con cariño ("Devastation").

La que más me arrebata es "Loneliss  shines", un himno de indie rock con guitarras desgarradas que te pide subida de volumen, agitación y furia. Potencia, sensibilidad y distorsión brutal. Se nota la mano de los colegas de Mogwai. "No modest bear" juega con una pulsión levemente eléctrónica, haciéndonos recordar a los últimos tiempos de Arab Strap.

"Monday night nothing" apuesta por el folk de las altas tierras escocesas y "Bear with me" es otra sacudida emocional de sensaciones fuertes, de sustancias etéreas para disfrutar. Como esa delicia que se llama " A happy medium", con ecos de The Postal Service, indietrónica de andar por casa.

El otoño llega con "Autumn", leve, sinuosa, reptadora y grácil de susurros para en "Burst Noel" encontrarnos perlas de esas para pedalear jacintos. Uno de los puntos más logrados de "Into the woods" está casi al final con la elaborada y triste "Choir".

A los que seguimos a pies puntillas el universo Arab Strap, discos como este como los que sacó su colega de correrías, Aidan Moffat, nos invita a seguir viajando por tierras ignotas donde todo puede suceder.


martes, 5 de noviembre de 2019

IGGY POP. "Free" (2019)


Pedazo disco que se ha marcado el viejo Iggy. Con sus 72 castañas nos deslumbra de nuevo con un trabajo que es una delicia desde que se inicia con "Free", crepuscular, mágica, con la trompeta de Leran Thomas hablando de libertad. De esa libertad que siempre Iggy ha tomado por bandera para hacer siempre lo que quisiera.

"Free" no es un trabajo rock, pero el rock con matices y travestido de diversos ropajes lo encontramos en la fenomenal "Loves mising", un hit para envalentonarte y aupar la sedicción que todos llevamos dentro. Pedazo de canción. Poderío y hechizo, Iggy metiéndose en el mar en busca de tesoros perdidos, de fuerza sobrenatural.

"Sonali" me deja sin palabras, noto el espectro de su camarada Bowie volando sobre cada nota, sobre cada palabra que Iggy suelta a un aire compungido pero a la vez necesario. Paisajes nocturnos, electrónica de carantoña, un misil de amor. Imposible no verte vencido por esta calidez jazzy, de tonos sosegados.

Nos vacila la iguana con la geinsburgiana "James Bond" para en "Dirty Sanchez" con la trompeta como eje cautivador y a ritmos de México lindo,usar el spoken para titular el tema como una práctica escatológica sexual. No, el tema no huele a mierda. Es todo una delicia.

En "Glow in the Dark", vuelve de nuevo a surcar el mapa estelar los suspiros de Bowie que se encuentra con la inquietud soberbia de un Iggy que está más en plena forma que nunca. Por que si "Post post depression" (2016) era bueno, este "Free" con su ímpetu de sosiego, es una bella estampa para morar jardines.

Si tengo que elegir una, me quedo con "Page", más crooner que nunca. En "We are the people" recitando a Dylan Thomas se acuerda de su otro amigo desaparecido Lou Reed. Porque se nos van los genios, se instalan en el mito y nos dejan esperando algún shock musical que nos saque de la apatía de unos tiempos excesivamente adocenados. Por eso es importante que Iggy siga cabalgando, sin pensar en parar.

"Do not go gentle into that good night" con esa trompeta que sobrecoge continua por la senda del ensimismamiento,  para terminar este canto a la libertad que es "Free", con "The Dawn", oscura, score para sumergirte en las dentelladas de un grito.

Disfrutable "Free" de principio a fin, Iggy sigue a los suyo, mojado por esas aguas que le salpican en ese mar que vemos en la portada. Mucho Iggy.

domingo, 3 de noviembre de 2019

MAURICE LOUCA. "Elephantine" (2019)


El egipcio Maurice Louca engancha. Desde que suena la penetrante "The leper", con sus ritmos sincopados, con la mirada en Africa y en el jazz, logra abrir las compuertas donde fluyen con libertad de movimiento los seísmos que unen continentes, experiencias, profundidades artísticas.

Todo "Elephantine" embriaga por su elocuencia mezcladora, con su integración de sonidos para que participemos de este vuelo en caída libre que tiene verdaderas artesanías como "Laika", donde el saxo repercute con su asma una profundidad que avasalla y te hechiza.

Maurice Louca con la guitarra y el piano, acompañado por una especie de big bag grandilocuente consigue hacer un potente ejercicio de incorrección estilística donde es fácil flotar con ansiedad cuando escuchas volutas de aire indefinido como "One more for the gutter", llena de free jazz usurpador de tranquilidad.

Nadah El Shazly es la que lleva la voz en ese torrente que se llama "The palm of ghost" , quizás la mejor del lote, y que da paso a la canción que titula el cd, con esa tranquilidad de oscuras luces que te seduce y ensimisma.

Termina el disco con un pelotazo del tamaño de "Al Khawaga", rock, jazz, fusionado en una ventisca de sonidos fabricados para que gocemos sin reparos de una edificante visión de una mixtura fabricada para tu personal goce. Una pasada pues este Maurice Louca. A seguir.