martes, 28 de junio de 2016

THE DODOS. "Invidid" (2015)


Todavía con la triste resaca de la decepción de un domingo negro, al comprobar que nuestro país sigue votando miasmas, corrupción, mafia, sin razón. vamos poco a poco saliendo de este estado de letargo al cual nos ha sometido unas elecciones que prometían ser un sueño consumado y se han convertido en un palo más a las ilusiones de tener un país decente. Otra vez será. Y van ya tantas veces desperdiciadas.....

Tras 10 años en la carretera, el dúo de San Francisco nos regaló este "Invidid" para seguir sometidos a su estela de melodías granujas, a piñón fijo de pop destartalado, ("Precipitation"), o saboreando venenos que saben a ultramar sin verguenza ni aliño ("The tide").

"Invidid", como toda su obra, es una manera muy particular de aunar la electricidad con el espíritu folk aguerrido, donde la guitarra se emociona y se encrespa y la melodía rauda llena segundos mientras el grupo se lo pasa bomba haciendo maletas de inspiración. Me gusta la delicadeza de "Bubble" por lo que promete y enseña.

"Competetion" es otra lección magistral de señuelos que dejan en el camino este par de golferas de la irreverencia, puro galimatías con su dosis de distorsión. "Goodbyes and endings" es otro pedazo de geiser de indie folk, acariciador y nostálgico, abanicando pruebas de palabras mientras te sumerges en un mar de dudas.

La más cañera del álbum, "Retriever" es otra onza tirada al azar por el aire absorto para que podamos convencernos de la demolición del vértigo. Y para el final dos latigazos extraños, "Bastard" y los siete minutos de "Pattern/Shadows" pura sinergia para espíritus fuertes, un buen trago y aguantamos dramas.

Lo dicho, vuelve Discos Pensados después de la gran desilusión. A marchas forzadas, con forceps en los dedos, con la máquina a medio gas. De fondo suena The Dodos. Poco a poco, de nuevo en el camino. Hacia la lucha final.....


sábado, 25 de junio de 2016

REFLEXION......


Discos Pensados es un blog musical.  También es un blog que tiene corazón, que siente, que sueña, que padece, que sufre, que investiga e indaga, que quiere que el estado putrefacto de las cosas cambie. La música como vehículo para el disfrute, para la emoción, para llevar las sensaciones que produce la escucha de discos a través de las líneas siderales de internet.

Discos Pensados ahora mismo vive en un sueño. Se metió en una burbuja, bebiendo por una pajita sorbos de ilusión, de fuerza, para que el lugar donde vivo sea mejor. Discos Pensados habita en Madrid. Durante un año la ciudad cambió. Las aceras están siendo vencidas por orquídeas salvajes que quieren el cariño de una mirada, las sonrisas inundan los peatones, la igualdad se instaura poco a poco (a pesar de los asesinos de la esperanza) en cada barrio, en cada trabajo.

Sí, poco a poco lo estamos consiguiendo. Pero Madrid es sólo una parte de este gran tapete que vivimos. Necesitamos que el frescor inunde nuestras ciudades, que los matarifes estén encarcelados, que no puedan decidir sobre nuestras vidas con sus negocios de Corleone, con sus risas facciosas.

Discos Pensados se entristece por los millones de compatriotas expulsados, (un buen amigo en la isla Albion me mira con su telescopio), jóvenes que se fueron porque el gobierno prefiere delinquir y no apoyar a quienes con sus conocimientos pueden hacer de nuestro país algo mejor.

Por eso Discos Pensados, reflexiona. Se enjuaga las lagrimas con un pañuelo de rocío, mira al cielo y dice que espera que llueva mañana martillos de esperanza. Si, el blog no se quiere quedar callado. Hoy no quiere parlar de música. Le escuecen los ojos.

Me ha dicho que si me deja mis dedos para reflexionar. Y yo se les cedo, porque no quiero que mi pais siga siendo una cloaca inmunda, porque sé que el lugar donde vivo está lleno de gente contenta que se niega a participar en la defensa del Mal.

Ese Mal que nos acucia y nos condena. Esos paisanos que están jodidos y sin pasta pero que mañana apostarán por votar por una soga al cuello en vez de gritar liberación, son los grandes enemigos de la libertad, del cambio. Ojala sus cabezas se llenen de ideas y conocimiento. Cosa difícil creo.  Discos Pensados no quiere quedarse callado. Dice basta, hasta aquí hemos llegado.

Discos Pensados tiene telarañas de rosas en su dictado. Habla y piensa mientras la música suena insurección. Terminé de comer hace un rato. Me he sentado junto al ordenador. He abierto la página del blog y me he convencido a mi mismo, que mañana, será uno de los mejores domingos de mi vida......




miércoles, 22 de junio de 2016

MARITIME. "We, the vehicles" (2005)


Pedazo de banda de power pop Maritime. Este segundo disco es todo un cargamento de vitalidad para que las sonrisas luzcan en tu cara, para que las guitarras se pongan trajes de margaritas y el sueño permanezca vital en las ansias de volar.

Me pongo "Calm", y ostias, no puedo parar de tararear, de subir el volumen, de disfrutar de estos trallazos sentimentales. Formados por miembros de The Promise Ring y Dismemberment Plant, la cosa no podía fallar. Con esos mimbres tienan la cosa ganada.

Y lo que te encuentras en este disco es solvencia melódica, ("Tearing up the oxygen"), con adrenalina en vena para festejar el verano que ya nace, ("Parade of punk rock t-shirts"). "No one will remember" es otra sacudida de coros y melosidad, de radiaciones pop con algún teclado juguetón mientras el grupo sacude sus rabias entre luces delicadas de orfebrería.

A Maritime le gusta explosionar como en el final de "Young Alumni", para seducirnos con una vitalidad a pruebas de tedio. "Don't say  you don't" es puro pop contaminante de deseos. Si, la cosa funciona. "Twins" es otra mezcolanza de rabia contenida y arcoiris de espuma recorriendo la selva de los alientos.

Para terminar, "Protein and poison", la mejor del lote, compilación de minutos para buscar el estallido, la penumbra de la distorsión, la hemorragia de una buena cantidad de bilis al por mayor. Me pongo en marcha para buscar su ultima producción, "Magnetic bodies/maps of bones" (2015). Este "We, the vehicles" es de nota alta.



lunes, 20 de junio de 2016

PIANO MAGIC. "Set your clock by your heart (Best of)" (2015)


Casi 20 años en la carretera es un buen motivo para sacar estar colección de 22 canciones de una banda interesante, que siempre a la sombra se forjó con una discografía encomiable, una buena colección de paradas donde está permitido perderse en el postrock, el afterpunk, la música señuelo para soñar, el romanticismo del adiós.

Y en este "Set your clock by your heart", nos encontramos con muchos motivos para recuperar a Piano Magic. Desde 1996 Glen Johnson lleva conspirando con sus compinches para hacerse un hueco siempre en los márgenes, que es donde nacen las flores más bellas.

Y es que aquí cabe de todo. "Incurable", (ep 2006) el inicio, es electrónica de terciopelo,con la voz de Angéle-David repartiendo suavidad, da paso al after punk de "Dark horses" (de otro ep año 2008), donde parece que estamos acabando los 70, con un pie en The Sound y otro en Joy Division.

Piano Magic siempre supieron zarandear estilos, repicar campanas, gozar de las sombras. Por eso hubo una época que disco que sacaban, disco que comproba. Luego los perdí la pista, y ahora viene este "Set your..." para poner las cosas en su sitio y así vencer al olvido.

"Crown estate" (del disco de los gatitos), es una letanía que arranca pellizcando, para que naveguemos entre aguas frondosas de especulación y "Jacknifed" ( "Disaffected",2005), es una explosión guitarrera, postrock mientras Glen clava su garganta entre solemnes goces líricos. Geniales Piano Magic, siempre geniales.

El piano nos introduce en el misterio, el misterio de "You never loved this city", cuerdas al viento, clasicismo efectivo que te emociona hacia el éxtasis. Escucho "Love & Music" (también de "Desaffected") y no puedo parar de pensar en Adrian Borland. Seguro que si siguiera vivo, haría algo como este pedazo de tema.

También Piano Magic eran muy dados a las disgresiones electrónicas, a fabular entre teclados y minimales escenas, ("Bad patient" es un ornado ejemplo). Alan Sparhawk de Low, también aparece por aqui, en "Saint Marie", prestando su voz a un conato fantasmal a lo The Durutti Column. Colosal.

Más colaboraciones, "Dark ages" , Vashti Bunyan, y en "Your Ghosth", John Grant. Podria estar loando al disco toda la mañana, la verdad es que el reencuentro con Piano Magic ha sido bestial. Entrar en su mundo y perderse en las burbujas de "Snowfall soon",  o  llorar petunias cuando suena "Part Monster".

Nada es casual en "Set your clock.." Para quien no halla parado en su puerto que se detenga sin remisión, para quien ha bebido el licor prohibido de su veneno, siga en el pais del olvido,  mientras suena "Vacancies" y te conviertes en mariposa espectacular.


viernes, 17 de junio de 2016

MI AMI. "Watersports" (2009)


Black Eyes fue una las muchas bandas que en el sello de Ian Mcyane (Fugazi), Dischord, levantaron polvo con su propuesta de post hardcore, de punk insolente. Dos trabajos ("Black Eyes"-2003 y "Cough"-2004) sacaron y dijeron adios.

Dos de sus miembros, unieron sus fuerzas para sacar adelante este proyecto casi experimental, rudo, y muy rítmico de nombre Mi Ami. Ya desde el inicio, con "Echonoecho", con su vacile dub y esa voz chillona, gimiendo, en medio de una explosión de intrincadas carreras de guitarras, te das cuenta de que aunque su música no es fácil, la pegada desollina oídos.

"The Man in your house" suena africana, torbellino absorvente de alto grado de densidad. Un flujo donde cabe la repetición, el minimalismo punk, los fuegos fatuos, todo junto, bien engrasado, como para volverte majara.

Esta claro que la intención de Mi Ami es clara desde las primeras escuchas. Intentar ir un paso más, hacer de la anarquía sónica un campaña donde pulir el desgarro ("New guitar"). "Freed from sin" es otro aullido deforme, otra clavo en medio del oceano de la grave distorsión, rúbrica y caos, luces y detonación.

"White wife" es rugosa, lineal, un laberinto a pruebas de bombas, donde el grupo reparte mandobles de incomodidad auditiva y el final con "Peacetalks/Downer" es una circular amalgama de irrefenable confetís sazonados con ese enjambre de murmullos que parecen que son ofensa.

Mi ami. Aqui no hay playas ni ritmos latinos. "Watersports" es un tratado especulativo sobre la evolución del hardcore, sobre la mixtura inteligente.



miércoles, 15 de junio de 2016

PATRICIA BARBER. "Mythologies" (2006)


Vaya gozada. En en año 2003, a la pianista norteamericana se la concedió una beca Guggenheim y con esmero y cariño realizó este trabajo, dedicado a la mitologia griega, cogiendo como referencia el libro de Ovidio. Mi primer encuentro musical con esta grandiosa cantante no ha podido ser más emocional.

El empiece extraño de "The Moon" que va dando forma a un tema repleto de jazz, con la batería que marca los tiempos, baluarte de la especulación. Aquí las deidades griegas campan a sus anchas, en "Morpheus" es un saxo quien lleva la batuta mientras el piano pela naranjas de dichas.

"Pygmalion" es una dulce balada de blues doliente, de esas que se enroscan en las siestas del sentir. Una de las que más me ha llegado es "Hunger" con ese inicio ronroneante de Patricia, entrando desde el principio del tema a deguello y la banda, su cuarteto, ejecutando a la perfección una danza báquica de dicha y destemplanza.

También "Icarus"  (dedicada a Nina Simone) es objeto de lucimiento de Neal Alger a la guitarra, removiendo aires contra soles matarifes, volando sin medio a la caída, torrente de luz que no se apaga jamás. Y mientras, Patricia, dando voz a la Grecia mítica, sobornando nuestros minutos con calenturas de magia indomable.

Y como no caer rendido en "Orpheus/Sonnet" a ese punteo desgarrador de Alger, que da paso a un grito nocturno en "Persephone", música para clubs de corazones enrabietados, una pizca de soul y conmoción sideral.

La cosa coje ritmo con la funkie "Whiteworld/Oedipus", donde el bajista Michel Arnopol se une a la fiesta con una magnifica irreverencia hacia los canones y donde el bateria Eric Montzka acaba el tema a lo grande, él solo, desplegando una alta capacidad de virtuosismo.

Hasta en "Phaeton" encontramos una conversación en plan hip hop, pura detonación para los sentidos. En conclusión, los dioses del Olimpo se lo deben de estar pasando pipa escuchando este manjar para los escrutadores de razones para soñar. Jazz vivo.


lunes, 13 de junio de 2016

THE DRONES. "Feelin kinda free" (2016)


No hay nada mejor que reinventarse. Y eso es lo que los australianos han hecho con este pedazo de terromoto que se llama "Felling kinda free". Aquí no hallarás esas tormentas sentimentales de blues que encontramos en discos como "Havilah" (2008), o "The miller's daunghter" (2005). La banda de Gareth Liddiard ha ensombrecido su propuesta, ha tirado por el camino de la hipnosis del sentir. Y el resultado es brutal.

"Private execution", la primera de la carga medicinal, es pura inyección en vena, catarsis reptante, tecnología de hurones, maltrago pasajero. El disco no tiene desperdicio, y los canguros huyen despavorecidos cuanto suenan truenos como "Taman shud", o como reinventar a Tom Waits a la manera que sólo estos tipos pueden hacer.

Luego esta las gemas de la desesperación. "Then they came for me", un grito de alarma sobre los refugiados, sobre su maltrato, cerramos los ojos y no hay mal. Nunca hay mal. Epica, himno de esos para tutelar dramas. Pop descamisado en medio de una tormenta de paz.

Si antes tiraban con bala con sus guitarras distorsionadas, con su conmoción sónica, ahora usan caja de ritmo y electrodomesticos eléctronicos para cautivarnos con teclados que son brumas, con ritmos que son corazón ("To think that i onced loved you"). Si, The Drones han cambiado. Han cambiado para bien.

Me encanta como suena "Tailwind" con ese toque de madrugada que no se acaba, tecnología al servicio de la  penumbra y la tensión. Motivos hay para perderse en estas ocho canciones, donde vemos a un grupo que ha avanzado en sus propuestas sin perder un ápice su instigación natural hacia la revuelta.

El casi hip hop de "Boredom" es para encuadrar y "Sometimes" es una travesura infantil repleta de escarceos incomodos electrónicos, que da paso el final con "Shut down SETI", la mejor forma de decir hasta luego. The Drones, seguro que estarán entre lo mejor del año. El disco lo merece.






viernes, 10 de junio de 2016

THE GUN CLUB. "Fire of love" (1981)


No me extraña que "Fire of love" se encuentre en multitud de listas de esas que vienen a reseñar discos que por su calidad y predisposición han marcada profundamente una época. Y The Gun Club, cuya discografía  no hay que perderse ninguna de sus propuestas, tiene a este cóctel de dinamita, como su disco totem.

Hablamos del primer disco de la banda, donde Jeffry Lee Pierce se dispuso a su manera a lobomotizar el blues, con goznes de punk, a bocajarro, construyendo himnos de esos que no perecen jamas. Oyes "Sex beat" y luego el trallazo de blues con pus que es "Preaching the blues" (Robert Johnson), y no te queda otra que levantar y pisotear aire, golpear extremismo, cavar pulsión extrema.

Que pedazo de banda The Gun Club. Por aquí tambien estaba Kid Congo Powers a la guitarra, lija que electrocuta, que favorece la violencia de un grupo que deberían haberse llevado más ilusorios trofeos. Los de California sembraron la ciudad de ponzoña y mala baba. "She's like heroin to me", un torbellino que desatasca voluntades, un aullido en medio del desierto, rabia infinita, que aumenta con la dedicatoria que hacen a Poison Ivy en "For the love of Ivy", lo más cerca jamás que ha estado Dead Kennedys de Elvis Presley.

"Ghosts on the highway" es rock and rolk a remolque de la tradicción pero enfurecido como un grito desgarrado y "Black train" es una locomotora que aulla, blues que se pone imperdibles. Ya sabemos en que grupo se fijo Jon Spencer para estamparnos con su rabia rutilante.

"Fire of love" es un discazo, que no pierde ni un ápice de fuerza escuchándolo hoy, es un geiser que amenaza quemarte las entrañas, un paseo por la parte más descarnanada del rock. Versionean a Tommy Johnson en "Cool drink of water", y acaban con espuma en la boca con "Good for Johnny".

Llevo toda la semana con su escucha, y la tensión me sube cada vez que las paredes reciben la andanada de bilis de Jeffry y sus colegas. Un disco imperecedero, un salva de rock en bruto y por siempre sin domesticar.


miércoles, 8 de junio de 2016

ORNAMENTO Y DELITO. "Adorno" (2011)


Abrir un disco y encontrarte de reprente con fragmentos de Fritz Lang en "Autoignorancia" es una manera atractiva para acercate a este trabajo con nombre de filósofo. Si "Rompecabezas  de moda y perfección moral" era bueno, este "Adorno", le supera.

El grupo no se anda por las ramas para definir sus posturas y su rabia; aquí cabe de todo y todo bien hecho, sin costuras. Post punk, indie, guiños a los 80.  La banda es una apasinadora que a veces suenan a los Bichos, "Hombre nuevo", y otras, como "Frio", con la voz de Cristina Martinez, con aires de rock brumoso, hacen que Ornamento y Delito tenga mucho que contar con su sugerente y personal propuesta.

La hora que dura el disco no se hace larga. Llenan los huecos de los minutos de letras furibundas y con sarcasmo termitero, como "Bono es Dios", donde ponen letra a los que muchos pensamos de ese santón que lleva tantos años dando el coñazo.

"Por el placer" es un rumor que lo podriamos encontrar en cualquier publicación de la movida, y la punk "Canción de amor" es un nihilista rebaño de minutos que te sacuden y espantan. También tiene cabida "Adorno" himnos como "Maria la autómata", amores de hojalata, latidos de hiel.

Ornamento y Delito, con ese nombre nada puede fallar. Asi que el mensaje de su diáspora musical es un festival de catarsis con puntos tan álgidos como "Escuchas las sirenas". Y si luego van y acaban esta ración de sabia especulación con los 9 minutos de "El futuro",( trallazo casi post rock que sube y baja, columpio de tensión continua que abrasa sin más) pues no queda más que aplaudir el bagaje de un combo que con su siguiente trabajo, "El espíritu objetivo", se escoro más a la electrónica, sin perder de vista sus aguijones de intención.



lunes, 6 de junio de 2016

SR.CHINARRO. "El progreso" (2016)


Siempre que aparece un disco de Sr. Chinarro, el blog sonríe y se siente alegre. Parece que esté esperando como agua de mayo este torrente que vitamina los campos de nuestros sentir, nuestros oídos muchas veces contaminados con telarañas rugosas.

Cada disco de Antonio Luque es una dádiva de pop encantado, de palabras esdrújulas, de malabares de corazón donde poder completar un tour perfecto para nuestro goce particular. J. se ha encargado de producir el disco, y su batuta se nota.

Como los últimos disco de Sr Chinarro, hay que esperar a la segunda escucha para ya no poder separarte de él. "Efectos especiales" es un latido de pasajes convulsos, una letanía de himno que da paso al flamenquillo a su manera de "La ciudad provisional". Esas palmas monaguillos, ese deje inconfundible. Si, Luque, nunca nos falla.

"La fiebre del oro"  suena a western sin escrúspulos y "El castigo" es lenta en la catarsis, reflejos de sol en los versos de Antonio. El progreso es el tema central del álbum. Avances que no son, todo rápido y sin posibilidad de pararse a restregarse los ojos y sacar del almacén de la retina alguna libelula que se olvido su profesión de volar.

Luego vienen las canciones que sabes que podras oir cuarenta veces y no te cansarás de ellas. "Fase lunática" es una de ellas, puro slogans para tus instrumentos voladores de música hacia tus caparazones auditivos, remar y remar abatiendo sentimientos que van y vienen, pensamientos hacia la dicha que confiemos que no se extinga jamás.

También Luque hace parada y fonda en la caravana y vaivenes de las redes sociales, internet como campo de batalla de palabras y gestos a veces envenenadas. Soleá Morente, también se pasa por el disco en la canción que titula el disco, el progreso, el amor, los besos, los vítores de un abrazo, la ilusión de tenerte puertas a campo abierto.

Una de mis preferidas,  "La mujer", con Florent de Los Planetas a la guitarra, arreando electricidad, soplando tensión, básculas del sentir, luces y misterios. La vacilona "Maravilla" y "Walden" ponen el cierre a otro disco memorable de Sr. Chinarro. El cantor tiene su garganta en plena forma, su lírica espumea gracia, la Musa está acicalada y prendida a este trovador sin mácula, radiante polen demoledor.



sábado, 4 de junio de 2016

NO JOY. "More faithful" (2015)


Después de darme un atragón con los cinco discos de "Still in a dream", donde se pasa lista a las bandas más importantes de shoegazing, de los años 1988 a 1995, ahora  (porque no he tenido bastante, supongo), me toca introducirme en el tercer disco de esta banda canadiense, que sigue a pies puntilla el legado de esos grupos que miraban la vida de espaldas.

Y eso que "Rude films" suena un pelín comercial. Pero, no, en general No Joy se comportan como unos buenos seguidores de Lush, Ride y demás baluartes del rubor. "Moon in my mouth" suena radiante y excitante y en "Chalk snake" se toman en serio lo de las electricidad y el feedback y nos impregnan de una lluvia fina de candor radioactivo.

"Burial in twos" tira más para el rollo eléctronico con ecos a Sigur Ros, pero suena la medio punk "Corpo Daemon" y todo sigue en su sitio. Las guitarras con alambres, la voz tomada de licor de rosas, y el mapa sonoro se regocija de una amplitud general de desdicha buena.

Oigo "I am an eye machine" y huele a himno por los cuatro costados, un enjambre de vacíos que se llenan, una euforia consentida. En "Enything new" aparece la sombra de Cranes, y la mejor del lote, la que da inicio a la aventura, "Remember nothing" recuerda a MBV.

Una mezcolanza hábilmente preparada con los mejores ingredientes de un estilo que aun esta vivo (lejos de la potencia de su inicio). "Judith" es como volver a recordar a Cocteau Twins rejuvenecidos y con un puñado de guitarras trasteando sin fin. Recordando....



jueves, 2 de junio de 2016

NIÑOS MUTANTES. "Grandes éxitos de otros" (2007)


Siempre he tenido mis más y mis menos con estos granadinos. Quizás porque a veces no me cuadraba donde ponerles,¿indies para todos los públicos?, ¿indies para comedores de loto de melodías del ayer?¿una actualización moderna de Los Brincos?

El caso es que esta semana estoy pergeñando este disco de versiones y me lo estoy pasando bien con ellos. Y volviendo a Los Brincos, el remozado que le dan al "Nadie te quiere ya" es de nota. Como curiosa es esa versión del "Boy's dont cry" de The Cure, que aquí se llama "No llorar". Si, bueno, queda bastante lejos de la original, pero es defendible su capacidad de evocación.

El disco nació como recolección de un ep, "Versiones autorizadas", a la que se juntaron otros temas más, hasta 10 y así crear este "Grandes éxitos de otros". Alberto Martínez, sortea con valentía lo de caer en lo reiterado y crea buenos climax, acordes y desacuerdos, un buen folleto de canciones que todos conocemos hechas a su manera.

Una de mis favoritas, de 091, "En tus ojos", es una estampida de power pop, una recuperación de la rabia del grupo original, electrificando encantamientos, rodeando destierros. "Como yo te amo" de Raphael y "Amigo" de Roberto Carlos son otras dos maneras particulares de coger un original y recrearlas con guinaldas, aperitivos y siesta irresistible.

Luego juegan al escondite con "Perdidos en mi habitación" de Mecano, y hasta se pasan al ingles con un covers de The Monkees, "I'm not your stepping stone", y "Leave me be" de The Zombies. "Grandes éxitos de otros" es pues una buena manera de revisar viejos temas de siempre, desde el prisma particular de esta banda granadina tan sugerente.