domingo, 29 de abril de 2018

THE WHITE STRIPES. "Get behind me Satan" (2005)


Si el anterior disco de The White Stripes, "Elephant" ya les puso en boca de todo. En este "Ger behind me Satan", su quinto trabajo,  se hicieron un enorme hueco continental para todas las huestes indies necesitadas de nuevos ídolos que adorar.

La verdad es que escuchando "The Nurse" con esos arreones de distorsión mientras el triángulo suena provocando calorías, solo nos queda seguir el ímpetu de esta pareja formada por Jack White y Meg White. Rock alborotador ("My doorbell"), blues de las cavernas profundas ("Insctict blues"), o veleidades como "The Denial Twist".

Todo es bueno en este pedazo de rock que forma un buen estilete de formas antiguas actualizadas con unas maneras provocativas y sediciosas. Empiezan el disco con guasa y fuerza, con "Blue Orchid", y van repartiendo de su arte por este enorme engranaje que llamaron "Get behind me Satan".

"Red Rain" suena a Memphis por todos los costados. y "As ugly as i seem" es otra de esas maravillas a las que Jack White nos tiene acostumbrado en su afortunado carrera. Si quieren, nos traen el piano para engatusarnos ("Forever for her (is over for me)"). La cuestión es tenernos entretenido en su diáspora de desasosiego.

"White moon" suena a puro setenta y "Little ghost" a folk electrocutado. Como "Passive manipulation", otro buen cortocircuito de demolición añeja. En 2007 sacaron su ultimo disco. Nos queda para largo la obra en solitario de Jack White. para seguir mirando atrás, arañando esencia del ayer, roqueando con gratitud.


viernes, 27 de abril de 2018

WIRE. "Change becomes us" (2013)


No me he perdido ningún trabajo desde hace la tira de años de la banda de Colin Newman. Wire, esos dinosaurios del art-rock, del post-punk, que continuan en activo entonando sus himnos de música difícil de catalogar, de electricidad lírica, siempre hábilmente empapelada con melodías de esas que requieren una buena subida de volumen.

Desde finales de los 70  llevan regalándonos suspiros malsanos, pócimas de veneno encantador  como la canción que abre el disco, "Doubles & trebles". Porque no creo que me confunda si digo que "Change becomes us" es de lo mejor que han hecho en esta última etapa. Aquí las canciones son todas redondas, ágiles, afiladas, concisas a veces ("Keep Exhaling") y otras hábilmente inclinadas al punk ("Adore you island").

Las maravillas no paran de germinar en este huerto de siderales olores contundentes y a la vez tiernamente inflamados, como la dulce "Re-invent your second wheel", donde la banda te sumerge en un mar de medusas espectrales. El punk sigue presente en Wire. "Stealth of a stock" son casi dos minutos de incontención temeraria, de ráfagas de feedback cautivador.

Wire, siempre sinónimo de transgresión, de ritmos infecciosos, también funcionan cuando se ponen a excavar la tierra del del pop raro y nos regalan bellezas como "Time lock fog". Si ya atinaron de pleno con su anterior trabajo "Red barked tree", con este dieron un paso más dentro de su portentosa carrera.

"Magic bullet" es otra joya, artpop que viaja en el tiempo con sobredosis de ecos ochenteros, encantamiento sideral. Como la kraut "Eels sang", y la siderurgia sonora de ""As we go". Ya me estoy frotando las manos para escuchar su último largo, "Silver/Lead", otra excusa más que aplaudir a estos abueletes que se resisten a dejar de ser jóvenes.


miércoles, 25 de abril de 2018

RESIDENTE. "Residente" (2017)


"Residente", es el primer disco en solitario del cantante de Calle 13, y la verdad es que tras muchas escuchas, estamos ante uno de los mejores trabajos de músicas del mundo salidos el año pasado. "Residente" es un viaje sin paracaidas por China, Africa, Siberia, por el mundo de las músicas libres, poniendo el altavoz bien alto sobre los desmanes de los de siempre, llenando de poesía las rimas que truenan como esquejes de rosas coaguladas.

René Pérez Joglar y su banda, empiezan con "Intro ADN/DNA", a abirnos la puerta a lo que va a ser este volcánico album cargado de fiereza, dulzura, mixtura, agitación. Llama la atención la potente letra de "Somos anormales" con joyas del calibre de "lo más bello de la flor es el tallo, la belleza se alimenta de fallos"; un grito desesperado a favor de los que no se alinean con los borregos que balan normalidad y tontura. Todo en medio de un potente envite electrónico para dar fuerza a los versos de René.

"Interludio entre montañas siberianas" viaja a Siberia para dar voz al viento y al hielo, sonidos de la tierras, solemnidad y pavor. Los pelos de punta. El tren que no para nos lleva a Asia con "Una leyenda china", bonita, lienzo de colores y dragones, voces de arroz, lluvia que no cesa y la fiesta de los sentidos que sigue su marcha.

Mi hijo de diez años no para de decirme que le ponga sin parar "Dagombas en Tambala", donde cantantes tribales de Ghana se juntan a René para hacer una canción dedicada a los no tienen nada pero les sobra espíritu y honestidad.

Llegamos luego a "Desencuentro", con la colaboración de la cancante francesa Soko, una de las mejores del album, donde el amor toma la palabra, donde la piel se sobrecoge en un torbellino de aire apaciguador. Para quitarse el sombrero. Durante la grabación de parte de la canción de "Guerra" en Azerbaiyan, los músicos se tuvieron que refugiar en una iglesia para salvaguardarse de las bombas.

Y es que "Residente" es un mapa físico y anímico del mundo que vivimos, de diferentes lugares, sufrimientos, luchas, libertades a conquistar. René vuelve a Africa, Burkina Faso, con la participación del guitarrista tuareg Bombino que da paso a la canción más bella del disco "Milo",  que nace de un sueño de Residente, y dedicada a su hijo, (grabada en Ghana) es un festín de palabras que te agarran y te hacen enmudecer, adjetivos que te mecen, cariños imperecederos, luces inmarchitas, belleza....

Goran Bregovic nos trae las música del este en "El futuro es nuestro",  para terminar esta epopeya musical con "Hijos de cañaveral" escrita en Puerto Rico, dedicatoria al pais de René y sus gentes, la mejor manera de bajarnos de este transiberiano de colores, de rabia, de ilusión a pesar de todo.


lunes, 23 de abril de 2018

SOUTHERN CULTURE ON THE SKIDS. "Mojo box" (2004)


Es tan solo rock and rolk pero me gusta. Y eso mismo llevan haciendo esta banda de Carolina de Norte desde 1986. Para no parar los pies, para alejar tonterías y tristuras. Basta la inicial "Smiley yeah yeah yeah" para llenarte de bourbon hasta las orejas.

"Mojo box" fue su octavo disco, y encontramos al combo reducido a tres miembros, con Rick Miller a la cabeza de estos saboteadores de las mejores esencias del rock. Porque aquí tenemos de todo tipo de elixires para calbargar con ellos, sin prejuicios y con una firma voluntad revisionista de viejos modos de operar el rock.

La que titula el cd es un himno de psychobilly añejo, como la eléctrica "Doublewide". Me encantan cuando a veces suenan a Smithreens, ("I want a love" y "Where is the moon"). Aunque lo suyo  es llenar la habitación de poster de The Cramps; "'69 el camino" es buena muestra de ellos.

"The wet sport" bien pudiera aparecer en cualquier película de Tarantino y "Fire os love" es rockabilly arrastrado con luces indómitas de eternidad. Para relajar a los pies, casi al final, un mambito guasón, "The Sweet spot".

En 2016 sacaron "The Electric Pinecones", su última aparición en larga duración. Esperemos que esten descansado, cargando pilas, para continuar con la fiesta, con los tupes afilados como hachas, con el revival entre ceja y ceja. Rock and rolk!


sábado, 21 de abril de 2018

WEEKEND. "Sports" (2010)


Suena "Coma summer", el primer trallazo donde te das de bruces con esta pedazo de banda que parece que cogió en sus días las cenizas de Ian Curtis, para elaborar un lienzo de oscuridad malsana, de opresión sónica en apabullantes canciones de esas que dejan poso.

Y es que estos norteamericanos te dejan los oídos repletos de aristas y de migas de veneno. "Youth haunts" es un sedante de noise que te engancha y no te suelta, de psicodelia tenebrosa de esa que mece guitarras que parecen dentelladas. En "Monday morning" parecen unos Jesus and the Mary Chain, en coma, y "Monogah, WV", es shoegazing repleto de feedback aullador.

No hay en ni un segundo de respiro en un disco que esta repleto de fuerza, de voluntades eléctricas que levantan muros de sonido ("Landscapes"), mientras el ánima de Joy Division sigue volando como una amenaza que requiere locura y diversión ("Age class").

"Veil" es un torrente de guitarras que frenéticas se vuelven melancólicas, y "End times" es ochentera hasta en la forma de traducir los ritmos que navegan en una balsa de viaje en e tiempo. Queda para el final la caótica "Afterimage" y la envolvente "Untitled".

Es una pena que las noticias de la banda se acaban en un single que sacaron en 2012. Por medio, otro interesante mini elepe, "Red" en 2011. Brillantes y rutilantes, su escucha es todo nervio y sacudida, post funk refinado y salvaje a la vez. Total.


miércoles, 18 de abril de 2018

YO LA TENGO. "There's a riot going on" (2018)


Más de 30 años han pasado ya desde que Yo la Tengo empezará su andadura discográfica con el magnífico "Rider the tiger". La banda de Ira Kaplan, Georgia Hubley y James McNew, llevan un montón de tiempo regalándonos canciones de esas que no perecen. Estampidas eléctricas, pasajes para soñar, vibraciones aseguradas.

"Fakebook" (1990), "Electr-O-Pura" (1995), "Summer sun" (2003) por citar algunos, ya forman parte de nuestro crecimiento musical. Disco que saca Yo la tengo, éxito asegurado. Paso el boom de los 90, el grunge, llegó el año 2000, ahora en el 2018....Siempre tendremos a Yo la tengo, y eso es una suerte de la que tenemos que disfrutar.

"There's a riot going on", el disco 15 de la banda, con John McEntire de Tortoise a los controles, es una delicia de principio a fin. Aquí no hallaremos lava volcánica de esa que nos tenían acostumbrados. La madurez del grupo les lleva a transitar por terrenos conocidos pero siempre al lado del riachuelo donde los peces al sobrevolar el agua despiden colores de esos que al juntarse con la luz de sol provocan ternura y ensimismamiento ("You and here", y "Shades of blues").

Como no, también suenan un poquito a la Velvet ("She may, she might), para a continuación construir himnos de esos que siempre pondremos en nuestros oídos dicharacheros ("For you too"). En "There's a riot going on" se explayan hasta caer en una venenoso folk dormilón, como la narcótica "Ashes", o seducidos por los 70, en "Polynesia=1", convencernos que mientras estén gente como ellos, aun recibir discos en casa continua siendo un memorable momento de goce personal.

Me encantan cuando construyen ambient en "Shortwave" o cuando se enroscan en la psicodelia en "Above the sound". La dulzura de "Let's do ir wrong" es para gritarla a voz viva, como lírica "What chance have i got".

"There's a riot going on" es un lp largo que se pasa en un pispas. Un conjunto de emociones envasadas al vacío para que podamos subir el volumen y soñar ("Forever"). Si después de 30 años Yo la Tengo pueden hacer aun cosas como "Here you are", podemos estar tranquilos. No hay nada como los clásicos para huir de la decepción y la desgana. Los que sabemos que no nos defraudaran, siguen en la brecha.


domingo, 15 de abril de 2018

THE JESUS AND THE MARY CHAIN. "Psychocandy" (1985)


Para mí, es el disco favorito de los hermanos Reid. Tan solo volver a escuchar después de tanto tiempo "Just like honey", ya esta todo dicho. El hechizo continua. He vuelto a los 80, a mecerme entre andanadas de noches sin fin, a mirarme en el espejo del baño de esos pubs que transitaba sin nunca cansarme, con mis ropajes negros, mis anillos de calaveras y mirando siempre a la vida como hacían los Jesus, dando la espalda con una sonrisa bien henchida.

Y es que el disco de debút de los escoceses era todo un punto, repleto de distorsiones, de poses, de mucha rabia, de mucho feedback reconcentrado ("The living end"). Por aquí andaba también dándole a los tambores el que luego fuera líder de Primer Scream, Bobbie Gillespie.

En "Taste the floor", es evidente las influencias que en su día dijeron de ellos que eran una banda híbrida entre The Velvet Underground y los Beach Boys. También tenían tiempo para dedicarse a la canción casi pop psicodélica ("The hardest walk" y "Cut dead").

Pero a mi lo que me ponía de verdad es cuando te rallaban el cerebro con voluptuosidades del tipo de "In a hole", donde el shoegazing que empezaba a hacerse un hueco como estilo, ya tenia a los Jesus como uno de sus mejores comparsas.

1985. 2018. Joder el tiempo que ha pasado y lo fresco que suena este conjunto de canciones que te hacen de todo menos aburrir. "Taste of cindy" es irónica y envolvente; "Never understand" es peligrosa y poco acomodaticia y "Inside me", vuelve a coger a la psicodelia por los cuernos para tirarse por un barranco de ruidos infernales.

"My little underground", es rock and rolk con un pie en Cramps y "You trip me up" es una canción de amor a la manera de estos chicos de pelos electrocutados. Todo "Psychocandy" suena vibrante, todo es para uso y disfrute de los que por aquella época flipamos con The Cure, The Sound, Cocteau Twins, The Chameleons y tantos otros compañeros de viaje.

Tras este grandioso disco luego vinieron otros dos enormes documentos atemporales como "Darklands" (1987) y "Automatic" (1989). Luego, poco a poco, fueron perdiendo  la gracia para el que escribe. "Damage and Joy" (2017), fue su vuelta digna a la escena después de su última aparición en 1998 con "Munki".

1985.2018. Pero que viejo que nos estamos haciendo, pero que joven que suena este pedazo de boomerang que viene de los antiguos tiempo para darnos purpurina y elixires efímeros de juventud ya fenicida. Un brindis por ellos!


viernes, 13 de abril de 2018

VIET CONG. "Viet cong" (2015)


La banda canadiense Preoccupations antes se llemaban Viet Cong. Fue el paso previo antes de cambiarse de nombre, y no de actitud. Porque desde que empieza a sonar el disco con "Newspaper spoons", con esos aires psicodélicos hermanados con ventolera de post punk, esta claro que el cambio del marca del grupo, no produjo desvaríos extraños.

"Pointless experience" es un remiendo de agitación melódica, oscura y clara, la voz que coge el hilo de Interpol, luces semiapagadas y dóciles bailes de tensión perpetua. Lo que no me gusta origen del cambio de Viet Cong a Preoccupations, es porque parece que el nombre no gustaba a la parte más arcaica y reaccionaria de su país, lo que supuso el vil momento de la chaqueta cambiada. No hay que dejar que los de siempre se salgan con la suya, lo políticamente correcto es lo que manda, y mientras si las bandas quieren hacerse un hueco, se achantan y claudican. Eso no le pasaba a los Dead Kennedys. Eran otros tiempos, y otros guerreros.

"Viet cong", tiene buenos temas, como la rueda minimal que es "March of progress" o la más post punk de todo el lote, "Bunker buster". Me quedo con el himno funerario "Continental shelf" y el nervio de "Silhouettes" rendido homenaje a Joy Division.

Para terminar, "Death", 11 minutos de caudal sónico que es todo un torrente de feedback y de energía desbocada. Luego vendría Preoccupations, con el valiente disco homónimo que perpetuaba estos sonidos, y con "New Material" recién salido del horno. Pero me quedo con Viet Cong, y su volcánica soflama. Catarsis de post punk.


martes, 10 de abril de 2018

DOMINIQUE A. "Toute latitude" (2018)


"Toute latitude" es el primero de los discos que sacará Dominique A en este 2018. El segundo, más intimista y tranquilo aparecerá en octubre. "Toute latitude" es el lado inverso, un baúl donde el músico de Nantes tiene almacenado un buen montón de sonidos electrónicos para dar un viraje a su carrera.

Porque eso es lo que no encontramos en este cd. Y es por eso mismo sus canciones requieren más paciencia de lo que nos tenían acostumbrados. Lejos ya de tensiones de rock como "Auguri", el músico francés cada vez se le ve más a gusto intentando esparcir sonoridades, probando elixires distintos para seguir vivo, explorando contextos y texturas.

Y tengo que decir que la cosa funciona, pero con cautela.  Que a pesar de lo que cuesta su escucha, al final  te convence con maravillas de porcelana como "Cycle" o "Désert d'hiver". En este disco los centauros y las sirenas campan por sus anchas por una orbe de lírica y flores con drama.

El tema que titula el álbum es una joya fabricada con esmero en un taller donde el recurso de la música electrónica ocupa un lugar importante. Porque es cuando te enfrentas a sonoridades como las halladas en "Les deux côtes d'une ombre", cuando compruebas que Dominique A se ha caído del caballo de las guitarras. Y bueno, uno tiene sus preferencias. Trabajos suyo como "Remué" o "La mémoire neuve", los tengo como mis favoritos. Pero lo dicho en el principio del artículo. El tiempo pasa y mister A. se ha propuesto que no le encasillemos.

En una entrevista reciente hablaba de proyectos futuros para realizar algún disco de ambient, world musique, y lo que se le ponga por delante. De momento queda refugiarse en dentelladas de teclados como en "La mort d'un oiseau", ecología tecnificada, clorofila de neón, pulsiones que barruntan experimentos y riesgo.

Mi favorita, "Aujourd'hui n'existe plus". Quizás porque me recuerde a esos medios tiempos que con tanta elegancia y melancolía Dominique A tiene a bien regalarnos con su poderosa voz. Aunque en ocasiones ("La clairière", "Enfants de la plage") se le va la mano con tanto sonido electrónico, echando a perder esa capacidad tan suya de sobrecogernos.

Me quedo con canciones como "Lorsque nous vivions ensemble", o fogosidades donde de nuevo su voz es un alarido de síncope y alarma, ("Corps de ferme à l'abandon"). Vuelve el tecno con "Se décentrer", para acabar este giro mayúsculo en su sonido con "Le reflet", otra pócima de encantamiento bien llevado.

En resumen, aun sigo digeriendo un lp cuya mayor dificultad es el alejamiento de un sonido ya establecido. Valiente por una parte, por otra quizás excesivamente inclinado a las tecnologías.Yo, prefiero esperar a octubre a su próximo disco.



domingo, 8 de abril de 2018

TRIÁNGULO DE AMOR BIZARRO. "Salve discordia" (2016)


No he parado de seguir a Triángulo de Amor Bizarro desde que me hice con su disco homónimo allá en el lejano 2007. Me gustaron por su irreverencia, por su juventud airada, por esa forma de casar el noise, el shoegazing, y el pop, con el resultado que en sus trabajos han ido resolviendo con maestría y sedicción.

"Salve discordia" vino después de "Victoría mística" y esta repleto de paradas seguras donde seguir aullando ruido, envolvente azufre, parábolas inmarchitas. Escucho "Gallo negro se levanta" y parece que estuviera oyendo a Lagartija Nick primera época. Los gallegos a pleno rendimiento, como una máquina hábilmente engrasada.

Isabel Cea lo borda en la pop "Barca quemada", y "Seguidores" es dream pop para una sesión de cine de oscuridades afectuosas. Melódica, dramática, repleta de subidones de electricidad en un columpio de intensas emociones.

En "Baila Sumeria" se hace evidente el porque el nombre del grupo viene de una canción de New Order. Todo un puntazo. Luego en "Cómo encontró a la Diosa" se encienden en una barrabasada de noise rutilante para en "Qué hizo por ella cuando la encontró" volver a terrenos de nana de pop retorcido con gemas como "habría votado a la derecha por tí, trampearía las papeletas". Y es que el componente político sigue vigente en el cuarteto, a su manera, llegando casi al punk en "Euromaquia".

"Luz de alba" y "O Salva Eris" son el punto final de un viaje repleto de aristas y cornamentas sónicas. Preparándome voy para arremeter con ganas su nuevo ep "El gatopardo". Seguro que siguen fabulando demoliciones, abriendo compuertas de gas eléctrico, siempre subiendo el listón.


miércoles, 4 de abril de 2018

STEREOLAB. "Margerine eclipse" (2014)


"Margerine eclipse", fue el primer disco que sacó Stereolab después de la desaparición de Mary Hansen, y sus canciones parecen una loa dedicatoria a la que con tanto talento formó parte de esta maravillosa banda de pop electrónico.

Desde que suena la inicial "Vonal declosion", con el francés como idioma para atarnos a sus reflexiones naif, queda claro que estamos ante uno de los trabajos más interesantes de Stereolab. "Need to be" es juguetona, espacial, y "Sudden strars" con esa dulzura que nunca empalaga, con esos lugares comunes que desde descubrí "Emperor Tomato Ketchup", he ido encontrando en cada disco suyo.

Laetitie Sadier sigue cantando como un querubín alojado en un reino de parabienes, algarabía grácil, rumbo hacia la epopeya definitiva. Y como no, si queremos hallar el lado kraut que siempre acompañó a Stereolab, también lo podemos encontrar  en perfecciones del tipo de "Margerine Rock", con esos teclados que parecen escupir antiguedad, con ese soniquete tan perfecto para fabricar melancolía.

Y luego tenemos cuando con embaucan con sonoridades vintage del tipo de "The man with 100 cells", pura orfrebría para oídos tratados con efluvios de arpas marinas. Un prodigio. Como la casi tecno "Margarine melodie" y la increible y melosa "Feel and triple".

Estoy seguro que esté donde esté Mary Hansen, pasará unas tardes agradables sentada en una terraza, viendo la puesta de sol, tomando a sorbos un puzzle de té, escuchando "Bop scoth" y cerrando los ojos otra vez....


lunes, 2 de abril de 2018

MARK EITZEL. "Hey Mr. Ferrymen" (2017)


Tras una semana de parón por vacaciones, viajes y descanso, vuelve Discos Pensados con un señor disco de un gran artista. Y es que oyendo la canción que empieza el lp, "The last ten years", viene a mi en bloque la sensación que me produjo en los 90, el descubrimiento de American Music Club.

Era mi banda perfecta ideal para momentos de bajón y tristeza. Nada como la voz de Eitzel para encender una vela en la oscuridad, para contagiarme de silencios necesarios, de loas nocturnas que gravitaban entre arpas de melancolía.

Desde 2012 (con el bucólico "Don't be a stranger"), no sabíamos nada de él, y la verdad es que es una gozada de sensibilidad exacerbada todo "Hey Mr.Ferrymen". "An answer" es delicada y neblinosa y en "The Road" hace su aparición la guitarra de Bernand Butler para darle a la sombra más tonos de depresión.

La levedad te inunda cuando las caricias dolorosas de "Nothing and everything" encuentran su sitio en la penumbra de una calma siempre acogedora. "Mr Humphries"es la que más tensión emocional descarga con alboroto de suspiros, con el Suede Butler prestando sus cuerdas al barítono de las desgracias internas.

La voz de Mark sigue marcando el paso, sigue siendo un prodigio de esos que evocan y te llevan. "La Llorona" es una sacudida de feedbdack demoledor y "Just because" es otra estampida de lírica y sosiego, de paz y rubor.

La delicadeza que emana de "Sleep from my eyes", define a las claras, la carrera de un autor de esos necesarios para los que necesitamos huecos en las casas del corazón donde urdir maniobras de luces y encantamiento.

Mark Eitzel, de nuevo con nosotros, pulsaciones a ralentí, obras quirúgicas de dramas cotidianos, laceraciones del alma para ocasos necesarios, para lumbres calienta esperanzas.....