viernes, 31 de diciembre de 2021

DAVID SYLVIAN. "Brilliant trees" (1984)

 


Acabamos este aciago año (y ya van dos), a lo grande, con la recuperación del que fuera el primer disco del ex-Japan, el gran David Sylvian. Y es que recurrir a músicos como Sylvian antes de las campanadas que van ha cercenar a 2021 nos garantiza por lo menos que nuestros oídos se llenen de una amalgama de floriruras que van del funk, al jazz, al artpop. en fin un puntazo de principio a fin. 

Empieza como un huracán con la funk y brillante "Pulling punches", con un sonido avasallador, de esos que con todo el tiempo que ha pasado suena como si el reloj se hubiera parado. Y mucha importancia de lo que suena por aquí lo tiene sus acompañantes. A parte de sus excompañeros Steve Jansen y Richard Barbieri, el elenco de socios que le arropan es para temblar: Holger Czukay, Mark Isham o Ryuichi Sakamoto, son sólo una pincelada de la razón por la que "Brillant trees" suena como suena. 

En "The ink in the well", aparece como en muchas partes del lp, referencia a artistas, escritores (es este caso, Sartre y Cocteau), y es desde el inicio una pieza delicada y a la vez artesanal, con la voz de Sylvian comiéndose el aire y los músicos suspirando jazz de media jornada, en la noche, donde los neones reviven las circunstancias del sentir. Increíble. 

Qué pasada que el 31 traiga estas sonoridades, estos festines para los que nos sentimos exquisitos en nuestras necesidades musicales. "Nostalgia" es una serenata reflexiva, un tranquila disquisición repleta de colina de tensión interna y "Red guitar" , el single estrella del álbum, con el sonido del piano que teje la telaraña de una canción que en aquella época que hablamos podría discutir el puesto en la listas a cualquiera de los atribulados grupos que llenaban minutos en los programas y en la prensa. Puede sonar comercial, pero es sólo apariencia. La composición es una amalgama certera de una conjunción total de unos músicos que estaban en pleno estado de gracia. 

"Weathered wall" es otra de las joyas que no tienes que perderte de "Brilliant trees". La melodía que nace de la voz de ruiseñor de David, la fogosidad instrumental en un marasmo de delicadeza, los rasgos eclécticos que te seducen desde su inicio, y esa capacidad para hacer una música que estaba solo al alcance de unos pocos. 

Se va este funesto año, se va y que parta con vientos frescos. Es la 1 de la tarde, el sol entra por la ventana, "toc toc", toca el cristal mientras el tema que da titulo al cd con sus casi 9 minutos te obliga a volver a poner "Brillant trees" con los rescoldos y los últimos alientos de Sylvian. Que paséis una buena noche, que el 2022 sea fructífero, y que la MÚSICA, así en mayúscula continúe arropando nuestra hambre necesaria. 



martes, 28 de diciembre de 2021

DUCKS LTD. "Modern fiction" (2021)


A la pareja formada por Tom McGreevy y Evan Lewis, les basta apenas media hora para con sus diez canciones volvernos a traer al presente todo ese sonido jungle pop, C86, donde disfrutábamos como locos con bandas como The Wedding Present, The Feelies, o Beat Happening. 

"Moderns fiction", desde el primer disparo certero, "How lonely are you?" es un catálogo de todas las bondades que tuvo el sonido mencionado en el párrafo anterior. Cómo no sentirte de nuevo joven cuando te pones "18 cigarretes" y esa melodía que rasca unas guitarras que de fondo te convencen y te miman (hasta me recuerdan a Popsicle sin tanto frenesí). 

"Under the rolling moon", es un molinillo vibrante de carraspeo guitarrero que te hace sonreír de inmediato y "Fit to burst" con ecos indudables de ese kiwi pop de todas aquellas bandas neozelandesas que nos hacían mover sin parar. 

El minuto y medio de "Patience wearing thin" enlaza con la efectiva y torrencial "Always there" donde ponen toda la carne en el asador con su eficaz recuperación de esos sonidos que amamos los que tenemos los 80 y 90 como nuestros eternos faros donde posar nuestros oídos.

"Sullen leering hope" es para llevártela a la calle de paseo y "Twere ever thus" uno de los puntos fuertes de "Modern fiction", sigue la estela de una colección de canciones, que ahora que acaba el año no hace más que afirmar que en estos 12 meses hemos tenido la suerte de descubrir buenos y necesarios discos. 

Ducks Ltd., un viento que viene del ayer y se presenta en estos últimos días de diciembre como un boomerang volátil y a la vez consistente. 



lunes, 27 de diciembre de 2021

CHAFOUIN. "Toufoulcan" (2021)

 


En activo desde 2015, los galos de Brest, Chafouin, se sacaron de la chistera este artefacto que a la hora de definir su estilo hay que hacer un estudio paso a paso porque la verdad es que lo suyo es variedad y sobre todo ganas de hacer cosas distintas. 

El inicio es puro mathrock, con ese crepitar instrumental que nos recuerda a Shellac o Slint en a soberbia "Pas trop vite". Pero rápido cambian de registro, se las apañan bien para enrocarse en una cascada de sugerencias que van desde el vacile de "Piano assis", hasta esos desarrollos instrumentales que se envalentonan en una síntesis de electricidad y tecnología ("Des bras"). 

Hasta parece que no tienen ningún problema en usar la chanson francesa para reconvertirla en una boutade divertida como nos muestran en "Dire ouf". Más cercanos a la ortodoxia marcial, "Déterre" es una prueba más de que lo suyo nace de los silencios que se rompen, de la experiencia del ruido matizado. 

El bajo llena el tema "This eat", y en la más larga del disco, "En silence",  toman las rienda en una especie de post rock travieso. Más fuegos artificiales en "Paindemie" y "Post post rock" para terminar a lo grande con "Les fous". 
 
Chafouin, un entremés variado de céfiros alegres,  guitarras que juegan y permanecen un buen rato en tu memoria.  


jueves, 23 de diciembre de 2021

TH' FAITH HEALERS. "Imaginary friend" (1993)

 


Seguimos desempolvando el arcón donde guardo tesoros de esos de muchos quilates, de esos que fueron causa de conmoción cuando tuve conocimiento de ellos. Me refiero con ello a esta banda inglesa Th'Faith Healers, que tuvieron la mala suerte de nacer en una época en el que todo estaba copado, donde Pixies, Pavement o Sonic Youth  y muchos otros grupos más nos tenían alucinados. 

El caso es que fue mucho después de esos años cuando los descubrí. Casi de casualidad compré un vinilo que me llamó la atención, "Lido". No los conocía pero me deje llevar. De esas veces que te haces caso de la intuición y esta no te falla. Una borrasca de noise y distorsión, un abanico de melodía de suspiros que te crispaban. 

"Imaginary friend" fue su segundo disco (no sacaron mas que dos y 3 recopilaciones), y es igual de bueno que "Lido". Empiezan fieros y explosivos con "Sparlkingly crime" y en "Heart fog" es cuando son tan reconocibles con esa especie de shoegazing de ensueño violentando por el ruido y con la voz juguetona de Roxanne Stephen repartiendo estopa a diestro y siniestro. 
 
O "See-saw" y esa saña con la guitarra que no para de romperse y quebrarse mientras la banda parece querer hacer explotar tu equipo de sonido. Pero también sabían ponerse tristemente dulzones. "Kevin" es una muestra de ello, un caramelo envenenado, un cirio roto en medio de la oscuridad total. Maravillosos. 

Sus canciones están bien elaboradas, no falta nada, los músicos saben tocar y también se creen a pies puntillas quienes son sus influencias ("The People"). "Curly lips" es sinuosa y hechizante, y se dan el lujo de acabar con un tema que dura casi 20 minutos, "Everything , all at once forever" donde llegan al climax total. ¿A ver que grupo de aquella época (quitando a los que ya sabemos) se atrevía a jugársela así?

Th'Faith Healers, el día antes de nochebuena. Esto es un buen polvorón de burbujas sónicas, esto es un petardo de los que te hacen estar alerta. Puro disfrute. 


martes, 21 de diciembre de 2021

THE HIGH. "Somowhere soon" (1990)

 


Sólo sacaron dos discos, la superbanda formada por miembros de Buzzcoks y Andy Couzens guitarrista de The Stone Roses. Y es a estos últimos es los que más se acerca su sonido que es un grácil parpadeo de psicodelia en plan himno de esos de buen rollo ("Take your time"). 

En plena efervescencia noventera del britpop, The High son un punto, un divertimento que rápido se clava en tus oídos con melodías tan envolventes como la que salen de "This is my world", o tonadas que bajan en pistón en una ternura mentirosa, ("Ratter be marsanne"). 

The High suena a Manchester. A un Manchester lleno de esas bondades que cautivan por sus sonidos que manan de fuentes de colores siderales ("So i can see"), o pequeñas baladas para ronronear en silencio mientras entra en la habitación el invierno que empieza hoy ("A minor turn"). 

Pero cuando realmente son convincentes son cuando se encapsulan en su nave espacial de sonidos para volar ("Dreams of dinesh") cuando te intentan romper el corazón con arpegios como el single "Up and down". 

"P.W.A." es la mas currada y la que titula el cd es un abanico de burbujas que sólo podía nacer en aquella lejana y añorada época. The High, seguimos desempolvando el ayer, seguimos con la medicina de otros tiempos, aspirina contra el desaliento. 



lunes, 20 de diciembre de 2021

TEEN CREEPS. "Forever" (2021)

 


Casi acabando el año llega a mis manos uno de los trabajos más frescos y divertidos de este 2021 que se nos acaba. Y es que este trio belga, en este su segundo trabajo, tiene todo a su favor para que radiemos "Forever" cuando la nostalgia de bandas como Pavement o Dinosaur Jr nos acecha sin remedio. 

Empezar el disco con la potente "Seeing shapes" es pura fiesta eléctrica, distorsión que satura, melodía que te llega, como ese hit llamado "Signal dream" que bebe de Superchunk y les sale de maravilla. "Fall out" es la más punk del lote, sin perder nunca de vista esas dentelladas de melodía que todo lo inunda. 

Nos hacen falta grupos como Teen Creeps que asuman sin sonrojo sus influencias y tengan la capacidad de envasar al vacío postales desde los 90 a día de hoy ("Brothers"). Todo lo hacen bien, el cd pasa en un santiamén, rápido viaje hacia el recuerdo, con el volumen a toda pastilla, con el frenesí produciendo suspiros y señales de otros tiempos. 

"Hideaway" es tensión y dolor, rabia y pulsaciones que recuerdan a Replacements y la maravillosa "Toughen up" te pone los pelos de punto desde el inicio de su escucha. Luego viene "Defender" y ese torrente eléctrica que grita y la que titula el trabajo con su aire a Mascis que no pueden remediarlo. 

"Tourist" apuesta por la contienda punk de nuevo para terminar con la pausada "Crash/Land". ¿Qué más decir de ellos? Basta con dejarse llevar, escuchar el disco muchas veces o llevártelo a tus rincones más íntimos, explosionarlo en un vendaval de excesos. 


sábado, 18 de diciembre de 2021

THE FLAMING STARS. "Songs from the bar room floor" (1996)

 


The Flaming Stars fue la bendita locura que se sacó de la chistera el batería de Gallon Drunk, Max Décharné, y "Songs from the bar room floor" fue el primer trabajo  de un total de 7 discos, donde vemos por donde iban a girar los mordiscos de furia de una banda que tiene el rock and rolk, el garaje y el punk como bandera. 

Desde que suena "The face on the bar room floor", seguida por "Forget my name" y su cadencia de himno, es imposible no sentirse atraído por este influjo nacido en los 90 y que es una continua concatenación de canciones para el uso y disfrute de los que amamos la insumisión musical. "You can't lie" es puro indie rock y ""Who's out there?" sale de una cueva repleta de peligros. 

También tenían tiempo para mostrarse más suaves en sus intenciones como nos muestran en "Burnt out wreck of a man", para remontar la electricidad galvánica en "Bring me the rest of Alfredo García", puro rock and rolk con órgano incluido. 

En "Kiss tomorrow goodbye" vuelven a las carantoñas, para parecerse casi a The Pogues en "The Ballad of the walking wounded". Siguen sonando arcaicos en "Downhill without brakes" y "Theme from dog instruction", para recordarnos a Gallon Drunk en la energética "Back of my mind".

En la parte final predominan los sonidos más primitivos con pulsiones del tipo de "Like trash". En resumen, a todos los que seguimos con fervor a Gallon Drunk, The Flaming Stars es un buen aliciente repleto de sonidos añejos para hacernos disfrutar. 


martes, 14 de diciembre de 2021

CURRENT 93. "All the pretty little horses" (1996)

 



Este es uno de los discos donde sobrecogerse es obligado desde que se inicia este viaje a Hades con el inicio con "The long shadow falls". La banda de David Tibet, que empezó su andadura a mediados de los 80, y que tuvo etapas donde se les podía meter en el bombo de la música industrial, desarrolló a posteriori un cambio de registro notable, donde lo acústico y lo psicodélico se aunan para llevarnos de la mano de su mensaje oculto. 

Porque ocultos son los textos de David Tibet, esóterico y abisal, en "All the pretty little horses" se rodea de un elenco de músicos que dan todo lo mejor para que esas notas funestas que presagian apocalipsis, te mezan en una nana siempre fatal. "Calling for vanished  faces I" con su flauta rural, "The Inmost night" con ese aire a misa negra, o "This carnival is dead and gone" una especie de folk de ultratumba. 

La muerte, el dolor, el patripasianismo ( una de las tantas herejias perseguidas por los santos varones de la "santa iglesia"), y su extraña forma de cantar, todo es favorable para cuando escuches el disco lo mismo resuene sobre ti, en el alto cielo, las mismísimas trompetas de Jericó. 

Cuando Tibet se tranquiliza le sale bellezas del tipo de "The bloodbells chime", con piano incluido, para en "The frolic" llevarnos en sus 8 minutos a una danza macabra que no sabemos como puede acabar. La más dura de todo el lote es "Twilight twilight nihil nihil", una vesanía de corte medieval rodeada de un halo minimal que asusta. 

Y para terminar, la colaboración estelar de Nick Cave en "All the pretty horses" y "Patripassian", donde el australiano esta en su salsa, haciendo lo que mejor saber,  como crooner de la desesperanza, un dos delicadas piezas perfectas para un disco que como anuncié al principio, sobrecoge. No apto para optimistas recalcitrantes y si para degustadores de todo tipo de absenta musical, amantes impertérritos de las necesarias flores del mal.....


domingo, 12 de diciembre de 2021

LOST HORIZONS. "In quiet moments" (2021)

 


Un grupo formado por el ex-Cocteau Twins, Simon Raymonde y el batería de Jesus and the Mary Chain Richard Thomas, puede ser de todo menos malo. Y es en este su segundo trabajo, después del interesante "Ojalá" (2017), donde Lost Horizons nos desborda el corazón con un disco repleto de colaboraciones femeninas, de hechizos para barruntar emoción. 

Más cerca de Cocteau Twins que de Jesus and the Mary Chain, "In quiet moments" empieza como un tiro con esos dos hits duermevelas llamados "Halcyon" y "I woke up with an open heart", repletos de trompetas y swing, de noches de neón y encantamiento asegurado. 

Disco dedicado a la madre de Simon que murió durante la grabación del mismo, estas 16 canciones son todo un punto para los que amamos toda la discografía de Elisabeth Fraser y Raymonde. Pero hay más, mucho más. "Grey tower" es dream pop embaucador, esta vez con la voz de Tim Smith, y en "Linger", el duelo, y las ofrendas por la perdidas se encapsulan en la voz de Gemma Dunleavy dando al tema aires orientales. 

Porridge Radio una de las bandas punteras del nuevo post punk, también aportan su granito de arena con "One for regret", para que en "Every beat that passed" Kavi  Kwai se disfrace de Elisabeth Frazer en un tema que pudiera estar en cualquier disco de los Cocteau. 

En "Nobody kwows my name", te desgarran el alma con Cameron Neal llevando las riendas de la tristeza y queda paso a "Cordelia" otro de los puntos fuertes de un disco que emociona cada vez que lo escuchas con más intensidad. La que titula el cd tira de jazz y "Circle" es puro dream pop para deshojar margaritas cerca de una estanque sin fondo. 

Vaya gozada que Simon Raymonde después de tantos años alejado de la realización musical, centrado en su sello Bella Union, haya tenido la buena fortuna de volver con sus Lost Horizons. Me encanta el ritmo soul de "Blue soul" con Laura Groves y "Flutter", delicada nana que se desliza por la noche de los malos sueños. 

"Marie" con Marissa Nadler y el final con Keren Peris en "This is the weather", pone las velas a un trabajo que se aupará dentro de lo mejor de un año necesitado de bocetos musicales como el de Lost Horizons. Y es que donde se meta Simon Raymonde.... Ahora me gustaría saber donde se ha metido su media naranja en Cocteau Twins. ¿Elizabeth donde andas.....?


viernes, 10 de diciembre de 2021

TWO GALLANTS. "The throes" (2004)


 Con este disco empezaron su andadura el dúo californiano compuesto por Adam Stephens y Tysol Vogel, los cuales desde el comienzo supieron hacerse un hueco en el panorama actual de la época por esa mixtura tan atrayente que mezclaba los tonos folk con una actitud y un sonido que bebe tanto del punk como del blues. 

Los dos primeros temas de "The Throes", "You losin'out" y "Two day short tomorrow", se puede percibir esas maneras que beben de la tradición folk norteamericano, para reconvertirla bajo los dictados crudos de esta pareja tan singular. 

Y en medio de todo, pequeños hits que se todos recordamos como la fabulosa "Nothing to you", o la desértica "Crow Jane", más cercana a la ortodoxia. La armónica en "Fail hard to regain" casa con la sacudida eléctrica que viene a continuación, y los ocho minutos de la que titula el trabajo, es todo un compendio de las virtudes de ambos músicos. 

"Drive my car" tiene nervio de principio a fin y "My Madonna" continua con el pensamiento en los tugurios del oeste, con el drama por venir, con la sensación continua de peligro. Lo bueno que tuvieron Two Gallants fueron sus inicios, sobre todo este lp y "What the toll tells", luego se fueron diluyendo en producciones más bien reiterativas.

A los que aun no les conocen, este "The throes", les flipará seguro. Yo me quedo con él, sin duda, la mejor muestra de todo el talento que tenían y que se percibe en cada surco del disco. 


miércoles, 8 de diciembre de 2021

THE FALL. "Extricate" (1990)

 


El primer disco de The Fall sin contar con Brix Smith, es todo un legado de esencias, de ese post punk calavérico al que nos tenía acostumbrado el desaparecido Mark E.Smith. Y es que esta claro, The Fall no se iban a perder la fiesta de los 90, ellos, que desde últimos de los 70  ya estaban dando guerra, les bastaba acicalarse, ponerse Smith la gafas negras, y seguir tomando anfetas en el escenario. 

"Sing! Harpy" es buena, como un misil minimal y temible, pero es que en "Extricate" tenemos a una de las mejores canciones de toda la historia de The Fall. Me refiero a la triste y melancólica "Bill is Dead", un puntazo de delicadeza, de ternura, de parte de un salvaje que siempre estuvo al límite de los excesos que a la larga le llevarían al final que tuvo. 

"I'm Frank" es para no parar de bailar mientras Mark sigue garabateando palabras en el viento, y "Black monk theme Part 1" es una viaje lisérgico a través de las ralladuras de olla típicas de este tahúr del post punk. Qué placer escuchar "Popcorn double feature" después de tantos años y sentir que no pasa nada, que todo esta en su sitio, que hay grupos que dejaron un sello y que serán irrepetibles y su mensaje imposible de copiar.

"Extricate" fue el disco 12 en la carrera de The Fall. Aunque les quedaría 20 discos más que hacer después de esta grandiosa obra de los 90. "Telephone ring" es electrónica y marciana y "Hilary" otro de esos himnos instantáneos que no parábamos de bailar en aquella añorante época. Y como en todos sus trabajos esos inicios tan caóticos que anuncian bajo la espuma una elaboración concienzuda y repleta de detalles ("Chicago now"). 

"The littlest rebel" y "And therein" es el ocaso perfecto de un discazo de principio a fin. Aun tendría que regalarnos buenos trabajo Mark E. Smith, pero este "Extricate" perdura en lo más alto junto a sus hermanos "Code:Selfish" (1992) y "Shift-work" (1991).


lunes, 6 de diciembre de 2021

THE FLYING LUTTENBACHERS. "Negative infinity" (2021)



Disco numero 15 de esta brutal banda liderada por Weasel Walter, un compendio de crudeza, noise, free jazz, punk, o como carajo quieras llamarlo. Porque salir indemne de las escucha de "Negative infinity" es sólo para valientes. 

Decir que el primer tema del disco, la absorbente y visceral "Fury of the delusion" es lo más accesible de este terremoto llamado "Negative infiniy", dice mucho de lo que nos encontramos en esta bomba de relojería. Veteranos en lo más profundo del underground, The Flying Luttenbachers construyen sonidos como el que sueña apocalipsis. Y eso que "Demonic velocities II" tiene tramos que recuerda a la última etapa de King Crimson. 

No nos engañemos, esto es un tour de force de ritmos disonantes pero siempre controlados, de una catarsis que se sostiene con una dureza sónica y que al entrar en ella no podrás salir así como así ("A depraved heart"). Cuando suenan free jazz es para espantar cualquier atisbo de sonoridad accesible ("Omnicide"), y cuando cogen carrera casi se acercan al black metal ("Mass manslaugher, ma'am"). 

Dejan para el final la borrasca perfecta. Los casi 20 minutos de la incontestable "On the verge of destruction" donde ponen todo lo que tienen en su haber para resumir los 30 años que llevan dando la tabarra, obcecados desde la cuevas más ignotas en la búsqueda de las sonoridades más perversas y controvertidas. La verdad es que asumiendo el reto para el oyente, es todo un placer toparse de vez en cuando con propuestas como estas. 


jueves, 2 de diciembre de 2021

THE DESERT FATHERS. "Spirituality" (2003)

 



El sello de Steve Abini es el que es. Lo que toca bajo su batuta de productor lo convierte en oro. The Desert Fathers estoy seguro que sin su mano no pasaría de ser un combo más con actitudes artys, pero escuchando "A pratical joke" te das cuenta que ese sonido destartalado que producen está repleto de un extraño hipnotismo. 

Y es que este trio neoyorkino con un solo disco en su corta vida,  supo aunar una amalgama de estilos que van del noise, a la psicodelia, reptando por un desierto donde te sumerges en lugares ciertamente peligrosos, ("Peace in that"), o te llenan de veneno de guitarras que nos recuerdan a Butthole Surfers como la desquiciante "Evolution". 

"The art of reason" es un rugido casi punk y en "Gloria in excelsis deo", todo su parafernalia cristiana estrambótica se da de cruces con una realidad repleta de lugares peligrosos, de siseos de esos que alarman. Pura dinamita.

"Pitbulls" es noise minimal, centrado en una concatenación de ruido, elaborando un sugerente paisaje de un apocalipsis formado por la amenaza de una tensión que no para de crecer un disco que se disfruta a tope. Sensación angustiosa que se repite en "Focus".

Para terminar este paseo por las fronteras del desasosiego, "Life after life everlasting" y "Transmorph", donde Albini pule el sonido de la banda hacia terrenos de una extraña introversión musical. The Desert Fathers, como un western de fantasmas, como una pesadilla de indsutrias abandonadas.