martes, 30 de marzo de 2021

CHRISTIAN KJELLVANDER. "About love and loving again" (2020)

 


Qué disco más triste. Qué disco más bello. El cantante sueco afincado en Seattle acompañado por Per Nordmark a la batería y Pelle Anderson a los teclados sinuosos, confeccionó un tratado de dolor que quema, un banquete sobre la separación y la agonía que queda, un programa radiofónico de lágrimas al por mayor. 

El inicio distorsionado de "Baptiste lodge(the galaxy)", es sólo una pequeña introducción a la delicadeza austera que nos plantea Christian y su voz a caballo entre Mark Eitzel y Richard Hawley. Y luego está toda la melancolía que despide. Así como una catarata que si te pilla desanimado te perfora el corazón. Quizás sea esa la idea.

La que titula el lp te atrapa en los 30 primeros segundos. El fantasma de Buckley se pasea por la orilla de los silencios, mientras el confinamiento interior y exterior gana la batalla, y los sonidos de la noche apaciguada chocan contra los suspiros que son como una alarma de un barco que está dispuesto a morir sin batalla en una ensenada cualquiera. Y en medio del torrente acústico, una guitarra eléctrica grita azorada en medio de la nada. Tristeza, cuanta tristeza....

Temas largos para que quepa la sensación de desolación en estos largos minutajes de tragedia. Como "Cultural spain" y su lentitud sepulcral, mientras Kjellvander avasalla con su relato que deambula por una ciudad fantasma habitada por corazones solitarios que viven en moteles en cuyas puertas pende un cartel de "Prohibido entrar, aquí hay dolor".  Impresionante. Cuantas más veces lo escuchas, más ganas tienes de volver a repetir el ritual. 

Cuando llegas a "Trouble" y esa especie de slowcore del desencanto, ya no te queda otra cosa que parar todo lo que haces, sentarte, levantar la persiana, dejar pasar un rayo de luz entre las cortinas, abstraerte sin coraza, y dejarte llevar hacia algún sitio ignoto donde se pueda volver atrás, donde se puedan convertir las sonrisas en pasteles para los ardores interiores. 

Ya sólo nos quedan tres canciones para acabar esta lírica del desasosiego. 3 rosas clavadas en el mismo jardín donde palidece el banco de madera donde alguien talló dos nombres enlazados por una flecha, unidos por un corazón. "Actually country gentle" te estremece y te provoca recuerdos, "No grace" es un viento delicado que se mete en tus bolsillos y te trae algún señuelo para la esperanza, y el final con "Process of pyoneers" es el epílogo ideal para después de escuchar el álbum entero salir a dar un paseo y despegarte el ánimo. Lo dicho, maravilloso a la vez que doloroso. Puro arte. 



sábado, 27 de marzo de 2021

CLOUD NOTHINGS. "The shadow i remember" (2021)

 

No hace falta esperar mucho. Pulsa el play y suena "Oslo". Sin que nadie te diga nada, ya sabes que el ingeniero y hacedor de maldades de distorsión Steve Albini, está detrás (por segunda vez ya), del trabajo de estos aficionados a la melodía, la catarsis y la crudeza. Como oír a Superchunk con un chute de adrenalina añadido al alto voltaje. 

Dylan Baldi y sus colegas han vuelto a dar en la tecla. Desde 2018 (sin mencionar la reedición reciente de "Turning on"), con aquel también deslumbrante "Last building burning", no teníamos noticias de ellos, y la verdad es que la espera ha merecido la pena. "Nothing without you", es emo punk con voz femenina de caramelo en medio de un enjambre de guitarras y "The spirit of" conserva ese espíritu adolescente de sus inicios, pero claro está, pasado por el barniz sobrecogedor de Albini. Qué rápido se le pilla al ex-Shellac.

"Only light" tiene armadura pop pero con una suculenta suciedad en ese chillido guitarrero. Como "Nara" y su aullido lírico en un zigzag de catarsis suculenta. Una de mis preferidas, (la mejor sin duda es la iicial "Oslo"), es "Open Rain", donde se dejan llevar por un frenético convite de melodías, donde su vertiente pop se viste de arañazos de crispación. 

Los de Cleveland no fallan, y si van de la mano de Albini tienen asegurada su estancia en el reino de la distorsión ("Am i something"), alli donde es fácil disfrutar de cielos color azabache, de sonidos que suenan a estruendo ("It's love"). 

La media hora de duración de "The shadow i remember" se pasa en un suspiro.Qué sonido de batería que saca Albini en temas como "A langer moon"! Es media canción con esa contundencia febril, con esa sensación de peligro. 

Un discazo a degustar con el volumen bien alto, corto pero intenso, radiante, melódico, brutal. Gracias Steve de nuevo por tus sacudidas de bendita distorsión. 

jueves, 25 de marzo de 2021

PARAMOUNT STYLES. "Failure american style" (2008)

 

Scott McClocud, fue guitarrista y cantante de aquella seminal e inolvidable banda llamada Girls Against Boys. Post harcore con dos bajos con acero post punk, fueron todo un referente en una época en la que no parabamos de encontrarnos sorpresas para llenarnos los oídos. 

Una vez finiquitado el proyecto, el bueno de Scott  McCloud con un superproyecto bajo el nombre de Paramount Styles. Aquí no hay erosión eléctrica, ni sonidos apabullantes, aquí hay himnos pegadizos de indie rock tranquilo que no se te despega de la cabeza, como ese monunento llamado "Paradise happens" o esa bizarria tranquila con nombre sugerente, "Alleyesareonyounowmypet". 

Solo sacaron tres discos, (indispensables los tres), y la verdad es que son adictivos de principio a fin. Le vino bien a Scott el cambio de registro, más de lo mismo sería reiterativo y Paramount Styles es todo lo contrario. Relajación acústica brutal en "Hollywood tales 2",  y canciones como banderín de enganche, "Race you til tomorrow", con la voz de Scott siempre llevando la batuta.

Hasta se atreven en "One last surprise", con una balada triste donde el piano es el que irradia una desbocada tristeza. Los soidos de "Failure american style" son son siempres misterioros y pausados ("These starry nights"), pero repletos de un hechizo que te envuelve, confeccionados con artesanía, para que tomen poso y te llenen. 

"Come to New York" es otro de los platos fuertes de un trabajo que rezuma honestidad, que basta sólo  una escucha para que te quedes enganchado a él. Acompañado por su compañero en los Girls Against Boys, Alexis Fleisig, y Richard Fortus que estuvo en The Psychedelic Furs, el sonido de Paramount Styles repta para quedarse, se encona en una extraña oscuridad repleta de matices,  y sobre todo en la hábil composición de enormes hits de consumo interno para hacer del random de tu equipo una necesidad perentoria ("More than alive"). 

Discazo pues para amenizar esta primavera naciente, sonidos que atrapan, lamentos en do mayor. Tiene todo para apabullar, y tiene un poso gratamente adictivo. Puro disfrute.

martes, 23 de marzo de 2021

BATTLES. "EP C/B EP" (2006)

 

¿Qué podemos esperar de una grabacción donde encontramos Ian Williams, ex-Don Caballero, John Stainer que estuvo en Helmet y Tyondai Braxton? Los capos del sello Warp intuían que la conjunción de estos músicos iba a traer cola, y les fichó con inteligencia. 

"Ep C/B EP", es una recopilación de eps, y fue su puesta a punto en plan larga duración con su hora larga de sonidos extraños, improvisados, buscando siempre planes para acercar la tecnología al mathrock más futurista ("B+T" y "UW" son una buena muestra de ello). 

Los casi 8 minutos de "Hi/Lo" son un constante flujo de experimentación, música de laboratorio que hay que darla su tiempo. Digamos que con estos temas estaban preparándose para con "Mirrored", (2007), copar toda la atención de los medios independientes de la época. 

En "Tras 2", nos recuerden a June of 44, más centrados en buscas modificaciones rítmicas que en estrujarse la cabeza con artimañas del estudio y "Fantasy" es una ralladura electrónica con un exceso de minutaje. 

Quizás con este primer disco de la recopilación hubiera bastado para degustar toda las intenciones de Battles. El segundo,  con otras 6 canciones, redunda quizás demasiado en lo escuchado con anterioridad. A destacar sobre todo "Dance" y "IPT2", donde redoblan sus esfuerzos para sonar distintosa todos. 

Queda pues esta recopilación, como los primeros pilares serios que supo gestionar de maravilla la vertiente más incomoda del mathrock. 


lunes, 22 de marzo de 2021

DON CABALLERO. "Singles breaking up" (1999)

 

A los que todavía no hallan tenido la fortuna de adentrarse en el universo musical de Don Caballero, esta recopilación de grabacciones de una de las mejores bandas de mathrock, les abrirán totalmente los sentidos.  Por aqui anda metido también en la producción el mago del noise, Steve Albini, por lo que tenemos hecatombe asegurada. 

Y es que los dos primeros trallazos, "Lucky father brown" y "Belter sweater", son como para no parar de subir el volumen de tu aparato. Instrumentos radiando tensión, sónidos matemáticos, síncopes ruidosos que se dan una tregua con la atmosférica "Shoe shine".

Por aquí estan las primeras canciones que datan de inicios de los 90, de la banda de Pittsburgh, donde el trio formado por Damon Che a la batería, Mike Banfield a la guitarra y Pat Morris al bajo, reparten su contundencia instrumental como una tormenta que avasalla ("Unresolved kharma"). 

Esa eterna jam session a la cual nos tenían acostumbrados Don Caballero, tiene en canciones como "Puddin' in my eye" o "My ten year old lady is giving it away", la mejor manera de repicar vientos salvajes, donde sobresale esa bestia parda a las baquetas llamada Damon Che. 

Y es que a Don Caballero les bastaba dos minutos para completar una autentica jauría de ritmos como "Our caballero" o "Andandandandandanndandand", o tensionarnos los sesos con aberraciones sónicas como "No more peace and quiet for the warlike".

Disco que no debe de faltar pues, en las discografías de quienes disfrutamos con los reflexiones sónicas repletas de pulsiones de rugidos que no paran. Don Caballero, parece una marca de pacharán, pero eran puro veneno para tus neuronas. 


 

jueves, 18 de marzo de 2021

TINDERSTICKS. "Distractions" (2021)

 


"Distractions" es el disco número 13 de la carrera de Tindersticks. No ha pasado el tiempo por ellos, es como cuando nos deslumbraron con su disco homónimo al comienzo de su carrera y comenzaron a desgarrarnos el corazón, con ese sonido tan elegante y triste, con ese pedazo vozarrón de Stuart Staples, nacido en una gruta de sentimientos rotundos. 

Y no hay nada como ser ellos mismos y a la vez reinventarse. Hay tenemos el inicio con ese mantra electrónico llamado "Man alone (can't stop the fadin'), 11 minutos de soberbios encajes tecnológicos, repetitivos, cautivadores. Joder Stuart como te lo montas. 

Después de este entremés espeluznante, indaga con su bisturí en nuestra emociones con la gélida "I imagine you". Se te congela la sangre con tanta evocación a nubarrones íntimos, y esa voz que ahora mismo hace temblar el mueble bar que tengo bajo la cadena. 

La versión que hacen del "A man needs a maid" de Neil Young, también con elementos electrónicos de por medio es simplemente maravillosa y "Lady with the braid" de Dory Previn, vale para un serial de esos de amores que van y vienen, con baile bajo la penumbra de por medio. Que gozada de disco. 

El puntazo viene con la transformación que hacen del "You'll have to scream louder" de Television Personalities en plan bailongo. Una pasada de inicio a fin. Mi favorita, en francés, "Tue-moi", triste, agónica, con el piano soltando tormentas, con la voz de Staples abanicando el viento con su desgarradora oscuridad. 

Para terminar, "The Bough bends", la culminación de un trabajo que engancha desde la primera escucha, de un artista que nunca nos ha fallado. Altamente disfrutable. 


martes, 16 de marzo de 2021

OLAFUR ARNALDS & ALICE SARA OTT. "The Chopin project" (2015)

 

Ya tenía fichado a Ólafur Arnalds hace tiempo como el excelso compositor de esa especie de nueva música clásica, apegada a la electrónica y al ambient. Con este disco a duo con la pianista Alice Sara Ott, recrea piezas de Chopin para taladrarte el corazón sin miramientos. 

Una reinterpretación del universo de Chopin con sintetizador e intrumentos antiguos, con el piano de Alice para elevarte aun mas en una burbuja de éter explosivo. "Verses" te hace encoger el corazón, y "Piano Sonata Nº3: Largo" es de una delicadeza que hace palidecer la flor más esbelta. 

Cuanta belleza reunida en estas 10 maravillosas recreaciones que te dejan sin duda pegado al sillón, notando como las notas se convierten en mariposas o en legañas de un cielo imposible de imaginar. "Nocturne in C Shar Minor" cuenta con la violinista noruega Mari Samuelsen, como compañía perfecta para acicalar el viento con aires repletos de nostalgia imposible. Pura catarsis sin duda. 

"Reminiscence" es intimista, como la preparación perfecta para la primavera que está a punto de venir, y en "Nocturne in G minor", es el piano quien lleva la batuta, el mando de un crisol de lluvia que acontece delirios. La compenetración es perfecta entre ambos. El clasicismo y las formas más actuales de visionarlo, casan a la perfección en una conjura repleta de suspiros ("Eyes shut-Nocturne in C menor"). 

"Letters of a traveller" y "Digital booklet: the Chopin project" son dos muestras más de la grandeza que se expanden por cada surco de un disco repleto de islotes donde hallar paz, donde perderse mientras cierras los ojos y te preguntas sobre el verdadero sentido de la tristeza regeneradora. 


domingo, 14 de marzo de 2021

NOTHING PAINTED BLUE. "Placeholders" (1994)

 


Una delicia. Eso es lo que ha sido haber rescatado a este supergrupo del baúl del olvido. Comenzaron en el año 1990, y sacaron su último disco en 2005 ("Taste the flavor"). Comandados por Franklin Bruno es una de esas bandas que sin duda hay que traer a la actualidad, escuchar todos sus trabajos, darle un poco de coba para esparcir su buen rollo. 
 
Porque un disco que empieza con ese pelotazo de hit que es "Couldn't be simpler", no puede traernos más que buenas noticias, sonidos repletos de distorsión, melodía y mucha electricidad. Y todo "Placeholders" es así. Puntazos que te hacen no parar de moverte como "Weak" con ese aire a los The Wedding Present que te derrite a cada minuto de escucha. 

Se ponían vacilones y nos regalaban cosas como "Drinking game", y cuando querían hacer himnos imperecederos de indie rock te dejaban noqueado con cosas como "Career day" y esa explosión llamada "Spread your poison".

Como tantos otros militantes en la segunda división de los 90, no tuvieron la suerte que se merecían por méritos propios. Y es que sus temas se defienden ellos solos. Arrebatadores ("In May"), impactantes ("Masonic eye"), lo suyo era instantáneo, ajeno a modas pasajeras. 

Sus trabajos están repletos de lugares para no olvidar, de melodías perfectas para días imperfectos ("Rightful heir"). La verdad es que me ha pasado toda la semana escuchándolos, volviendo a ellos una y otra vez, y su escucha en un potente enganche, una vitamínica forma de estar en forma.

"Kissing booth" te rompe el corazón y el final punk con "Cant F/X" es la mejor manera para hacerte con toda su discografía. Discos como "Monte Carlo Method" (1998) o "Emotional discipline" (1997), son artefactos que cualquier amante del indie rock debe de tener en su discografía. A disfrutar toca. 




jueves, 11 de marzo de 2021

SHAME. "Drunk tank pink" (2021)

 

Fue todo un puntazo su primer trabajo, repleto de himnos de post punk adolescente, ("Songs of praise"). Lo hubieran tenido fácil la banda inglesa, siguiendo los dictados que les funcionaron, pero han querido ir un poco más alla. 

"Drunk tank pink" es un cd contudente, donde puedes encontrar rabiosos tema tipo "Alphabet", o relectura de punk funk,  como ese puntazo llamado "Nigel Hitter". Pero hay mucho más en este segundo lp de Shame. Se han vuelto serios, tocan mejor y han fabricado la que para mi es el mejor tema que han hecho hasta la fecha, "Born in Lutton", cañera y militante al principio, para al poco llenarse de épica, de sensaciones exarcerbadas, de una fuerza que desgarra cielos. 

Charlie Steen, con sus 22 tacos, se hace fuerte en su intrincado combate de post punk cada vez con más matices. "March day" es puro The Fall y "Water in the well", bebe los vientos de esa new wave que tan bien representó Talking Heads. 

"Snow day", es otro certero zarpazo de post punk y "Human, for a minute" es una reflexión de britpop que funciona con su indomable turbulencia eléctrica. Shame se han reinventado, han jugado sus bazas de manera adecuada, y han sabido transitar por lugares donde es fácil no parar de moverte ("Great dog"). 

Y es que este revisión del post punk de la mano de grupos como Idles, Viagra Boys, Fontaines DC, o Shame, es una más que buena noticia, ahora que Interpol parece que ha perdido la gracia. Y es que con canciones como "Station wagon", todo es posible. Buen disco pues este "Drunk tank pink".


martes, 9 de marzo de 2021

CASTANETS. "Cathedral" (2004)

 

Rock, country, psicodelia, folk oscuro... Todo cabe en ese cajón desastre  maravilloso que son Castanets. Y la verdad es que no hay que esperar mucho para confirmar esta afirmación. Si la que da comienzo a la aventura "Cathedral 2", se bifurca por caminos folk, en "You are the blood" se ponen el mono de trabajo de una experimentación sónica que te sumerge en una odisea de lirismo desgarrador. 

"Cathedral" fue el primer trabajo de este colectivo comandado por Ray Raposa, y la verdad es que es mi preferido. Suenan ecos de The Black heart Procession en canciones que se expanden como volutas de un humo pernicioso ("No light to be found "). 

Castanets juegan con el drama, con los sonidos de un desierto poblado intuciones peligrosas, de campos donde es fácil extraviarse al albur de un eco desencadenando posibles tragedias ("Three days, four nights). El colectitvo se arremanga y también sabe producir folk que escuece ("As you dou"), como una llovizna fina que te penetra en los ojos sin mramientos. 

En comparación con otras bandas de corte similar que logran aburrir por exceso de psicodelia mal digerida (Akron/Family o Six Organs of Admittance), los temas de Castanets son como un murmullo que decora estancias para saborear suculentos venenos como en la increible "The smallest bones". 

Un buen paseo por la oscuridad bendecida con lirios y ojos llorosos, es escuchar a Castanets. Repican las campanas y se escuchan mirlos aulladoras cuando el play deja paso al desasosiego de su mantra. 


 

domingo, 7 de marzo de 2021

MUM. "Go go smear the poison ivy" (2007)

 

El segundo disco de la banda  islandesa "Finally we are no one" (2002), lo disfrute vivamente. Anclados en aquel fenómeno tan ambiguo que se llamó indietrónica, su música era dulcemente planeadora, edificante, y hasta divertida, con sus instrumentos de juguete y sus melodías de ensueño. 

Cuando editaron este "Go go smear the poison ivy", del grupo ya se habían marchado un par de sus componentes, y la verdad es que no se si esto afectó o fue consecuencia de que el ideario musical de la banda estaba ya algo oxidado.

Y el resultado es un trabajo bastante anodino. Lineal desde que comienza "Blessed brambles",  no logra recuperar ni por asomo todo lo que nos cautivó del inicio de este proyecto en su día sugerente. "A little bit, sometimes" quiere despegar como cuando comenzaban su carrera, pero se le ve roles repetitivos que apenas logran sacarnos de la apatía. 

Voces de niños entre cacharrería en "They made frogs smoke 'til they exploded", susurros que apenas levantan el suelo ("These eyes are berries"), o teclados a deshora como en "Moon pulls", consiguen que la escucha de "Go go smear the poison ivy", sea un rato que se alarga demasiado sin nada bueno en concreto. 

"Dancing behind my eyelids" parece que quiere remontar el vuelo con su expectante abanico de música para el recogimiento, pero consigue al poco que el aburrimiento florezca antes las expectativas puestas. 

Nos quedamos pues con los primeros discos de Mum, donde la sorpresa era toda una aventura, donde fabricaban ramilletes de rocío al por mayor. Este "Go go smear the poison ivy" es más que un disco fallido, en la certeza del fin de la inspiración.  


 

jueves, 4 de marzo de 2021

POM POKO. "Cheater" (2021)

 

La primera impresión que te llevas cuando empieza a sonar la ruidosa, divertida y frenética "Cheater" es que estamos ante unos seguidores fanáticos de Deerhoof. Y es que estos cuatros noruegos, parece que se complacen con llenar los 30 minutos de este su segundo disco, de certeros disparos alocados y siempre festivos. 

Aquí el noise y el pop se entienden a la perfección, aquí se puedo bailar dejándote llevar con burradas del tipo de "Like a lady", donde se aceleran en un motín de distorsión noventera, indie rock con sonrisas y suspense. 

"Andrew" es juguetona, pura melodía venusiana, carantoñas de leves ruidos, sonajeros para el ensueño. Todo una gozada. Como "My candidacy" , aguerrida, ruidosa, repleta de cambios de ritmos, poseída por un encantamiento especial, casi punk. No hay nada como ponerte una mañana de esa que cuesta quitarle las legañas perlas del calibre de "Danger baby". 

Todo lo hacen bien Pom Poko. Saben ser juguetones cuando quieren, y también mostrarse comedidamente ásperos en intrincados combates de ruidismo enternecedor ("Andy go to school"). "Cheater" pasa en un suspiro y temas como "Baroque denial" o "Curly romance" sientan la base de un presente bestial y de un futuro que seguro dará que hablar. Estaremos atentos. 

martes, 2 de marzo de 2021

NO JOY. "Ghost blonde" (2010)

 

La segunda aparición en Discos Pensados de No Joy, (la primera fue con "More faithful" (2015)), nos vuelve a traer a la cabeza el shoegazing, el ruidismo con alma melódica, las afrentas de las burbujas sónicas que se expanden y dejan baba de ruido. 

El grupo canadiense formado por Jasamine White-Gluz y Laura Lloyd, desde que dan el pistoletazo con "Mediumship", hasta que te topas con la atmosférica "Maggie sais i love you", no se cansan en hacer un ejercicio de estilo de lo mejor del shoegazing. 

Por aquí pasan los Ride, Slowvide, Lush y tantas y tantas bandas que nos abanicaron el cerebro con su tonelada de feedback. "You girls smoke cigarrettes?" parece una composición hecha a la medida para traernos a My Bloody Valetine a la cabeza cuando suena con su huracán eléctrico, y "Pacific pride", tira de soñar con los ojos abiertos con The Jesus and the Mary Chain. 

Con este "Ghost blonde" comenzaron su carrera cuyas últimas noticias fueron la aparición en 2020 de "Motherhood", donde continuan su frenesí de notas discordantes. Y en este su primer largo, repican las campanas de susurros ponzoñosos como la amenazante "Hawaii", o experimentos decadentes como la extraña "Indigo child". 

"Still" retuerce la melodía en un bucle de latidos de jabón y la que titula el lp nos viene a confirmar la buena salud de un grupo que ya desde sus inicios se les notaban buenas costuras en sus trajes sonoros. No Joy o la apuesta por un shoegazing abrasador. 

lunes, 1 de marzo de 2021

THE BOYS NEXT DOOR. "Door, door" (1979)

 

Aquí empezó todo. La carrera de Nick Cave comenzó con The Boys Next Door, con este disco que grabaron en Australia, antes de su viaje a Inglaterra, donde nacieron los indispensables The Birthday Party. 

Por aquí ya andaban Mick Harvey y Rowland S.Howard, y junto a Tracy Pew y Phill Calvert dieron forma a este trabajo precursor de post punk, repleto de huellas donde podemos intuir lo que vendría después. Imponentes canciones como "The Nightwatchman" y "Friends of my world", se juntaban con otras maravillas de melodías casi funk ("The voice"). 

Ya reconocible la potente voz de Nick Cave, escuchar hoy a The Boys Next Door es todo un punto. Certeros zarpazos de punk como "Roman, roman", coexisten con maravillas de sonido afilado, antecesoras disgresiones de lo que sería el post punk como este torrente llamado "Somebody's watching". 

"Dive position" es una gozada gótica y justo al final, la mejor, "Shivers", versioneada más adelante por grupos como Divine Fits o Courtney Barnett, una gozada repleta de melancolía, de épico lirismo y angustia existencial.

Todo un lujo este "Door, door", donde se vislumbran los primeros pasos de unos músicos que harían historia. Y es que la sombra de Nick Cave es muy, pero muy larga.