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viernes, 11 de agosto de 2023

GUADALUPE PLATA. "Guadalupe plata" (2023)

 


Vaya pedazo de disco que han sacado Guadalupe Plata. Los de Ubeda,  como recuperadores de todo ese legado  cultural, musical, de la España Vacía,  han entregado un trabajo repleto de enjundia, como un cielo de esos de antaño, donde depende de su color para saber las desgracias o los hechos felices que van a suceder. 

Blues, rondas, pasacalles, voces que van y vienen, folk de un árbol ahorcado ("La cigueña"), Pedro de Dios y Carlos Jimena, te emocionan a raudales, te ponen la piel de gallina, con sus salmos. Blues oscuros que parecen salir de un Missisipi de la Siberia hispana ("Tía Tragantía"), o verdaderos disloques rítmicos como el que te encuentras en "Al infierno que vayas". 

"El condor pasa" te deja sin aliento, de una belleza anscestral, da paso a  "No hay donde ir", otra brutalidad para impedirte dormir. "Y.N.M.T.A" es de los puntos más fuertes del disco, que da la mano a la vacilona "Nunca llueve como truena". 

En la parte final del álbum, dos borricadas, "Maleficio" y "Stabat mater", pura lisergia para los sentidos. Y es que este disco de Guadalupe Plata, es como una película de oeste realizada en nuestra meseta tan siempre de invierno. Música para el abandono, para la tristeza, para el goce recatado. Y es que esta banda es presente y futuro. Y con ellos la pervivencia del pasado es hecho asegurado.



domingo, 2 de julio de 2023

MOONLIGHT BENJAMIN. "Wayo" (2023)

 


La canción que titula el disco nos pone los pelos de punta. Como el resto del lp. Y es que lo de esta artista haitiana es un huracanado seísmo de blues, vudú y guitarras electrificadas. Ya van tres trabajos con este, y cada disco es un compendio de tradición y fiesta, de sonidos que te hacen moverte y emocionar ("Haut la haut"). 

Momentos que casi recuerdan a PJ Harvey ("Taye banda"), junto a reflexiones blues de esas que son para degustar en un club con las luces iluminadas con el sudor que nace de una expresión artística que te hace volar ("Ouve lespri"). 

En "Pe" vuelve a revolucionar los sentidos para en "Freedom fire" conseguir un rutilante himno de esos que te provoca carne de gallina de forma inmediata. "Limye" es juguetona y brutal. Como ese puzzle de sonidos cuyos ecos vienen de África, como vemos en la desgarradora "Bafon". 

"Lile" y "Ale" quizás sean mi favoritas de un repertorio que a cada escucha triunfa por su descarada manera de afrontar el blues con sus diversas raíces. Para terminar, "Pwenn fe", una carantoña a festejar por su determinación y jolgorio. 

En conclusión, Monnlight Benjamin es un decorado perfecto donde poner tus oídos a remojo. Un festival sin fin, el blues y una mujer en cuyo pecho habita un león. 


martes, 14 de febrero de 2023

DobleCapa. "Suave con la canoa" (2017)

 


Blues destroyer. Porque no esta definición para lo que encontramos en este primer disco de esta pareja de madrileños, Arianne Picón a la batería y Mario Navajas al cigar box. Suena el estruendo en forma de tormenta que hace nacer el disco, con "A todas pastillas!" y ya sabes lo que te espera. Rock instrumental, blues matemático, aullidos en algún desierto aun por inventar ("Bola de energía"). 

Su siguiente disco "La Felpa" (2019), fue grabado en Chicago por Steve Albini en sus famosos estudios. Algo vería el bueno de Steve en ellos. Y la verdad es que no me extraña, porque meten ruido, con destreza enarbolan un discurso repleto de posibilidades, de secuencias de rugidos de corazón henchido como vemos en "Muntanyeta de merda". 

En "Jazmineta" parece que se tranquilizan algo, pero es sólo una falsa sensación. La que titula el lp es una estructura bien fornida de espeología instrumental, de ruidos que se encuentran con la ciénaga y con la capacidad de repartir sugerencias a base de riffs sucios. 

"Estás hay que no te sostienes" y "Vas de guays con la ropa rota" forman el decorado final a un suculento armario de ropajes diversos, donde el blues predomina, donde el blues es la insania que todo lo cura. 


martes, 10 de agosto de 2021

SISTER DOUBLE HAPPINESS. "Horsey water" (1994)

 


Los conocí de casualidad. Un cd de esos de saldo que me dio buena espina. Fue su homónimo disco, y me deje llevar porque grababan en el sello SST, discográfica fundada por Greg Grinn de Black Flag. Y la verdad es que no me defraudaron. Un torrente de blues alternativo, 
eléctrico, salvaje, con un mogollón de distorsión. 

"Horsey water" fue su último disco antes de separarse, y como en los cinco anteriores aquí tienes mil formas de pasarlo bien con esa armónica que desbocada se mesa los cabellos con las guitarras en "Gurdon Jail". 

La banda de Gary Floyd y Lynn Penko, se agarraban a la tradición, ("Bad line"), para retorcerla desde el delta de un Misisipi plagado de truhanes sin corazón. Cuando más me gustan es cuando aceleran el pistón con sus aires hard como en "Holly said" aunque también tienen tiempo para tirar de una ternura creíble en canciones como la fascinante "Waiting for Anyone". 

Pero donde más a gusto estaban Sister Double Happiness era en la estridencia blues ("A & R Man"), y en miradas particulares hacia la ortodoxia del género ("For all time"). Más siempre sacaban del sombreo de mago su elocuencia de banda alternativa dentro del blues, como vemos en "Sweet home California". 

Grupo a recuperar, con una discografía ampliamente disfrutable, y donde el blues es el principal  baluarte de unas composiciones que han resistido con fuerza el paso del tiempo. 


domingo, 17 de febrero de 2019

GUADALUPE PLATA. "Guadalupe plata" (2018)


Quinto disco de Guadalupe Plata, quinta vez que tenemos que pararnos en ellos para llenarnos de blues pantanoso, de diablos que se acercan para que les acariciemos los cuernos con amor. Este disco es un portento. Desde la inicial "Barreño en llamas", canción rural de extremaución blues, no podemos parar de disfrutar con este abrupto mar sónico.

"Duermo con serpiente" es rock cósmico sideral desde una aldea de bandurrias y dejes de corazón. Ponzoña y veneno. Alabado sea el alma del blues. "Corral, corral", es un festival de frenesí, es como encontrarnos a Gallon Drunk en un pueblo de esos que nadie quiere, para pararte en él, cerrar los ojos y llenarte de legañas de blues.

Y te pones "Oigo voces",de Scream Jay Hawkins, con su vals de noches noctámbulas, de vampiros de amor, y no te queda otra que pasar a "Lo mataron", huracán andino, pulsaciones a cien, volutas de distorsión en cielos de cieno, murmullos y goznes de palabras desasosiego. Brutal.

"Maricarmen", tira de clasicismo rock, años 60 de corazón, para en "Paloma negra" volverte orate con una ración de cianuro blues. Colosal disco de Guadalupe Plata. Con ellos todo esta permitido. "No te vayas", la tengo grabada en la cabeza y "Diente de plata" te disloca los pies mientras bailas arruinando noches.

Para el final, "Corralera del veneno", y "Lobo aullador", descarriados blues de ese que se te clava en las encías del sentir. Estamos de enhorabuena. El blues del pantano tiene fiebre y nos recorre la piel con su peligro son. Que no pare pues de sonar estos aullidos sin contención, la Luna espera el rojo sangre del sonido devastador......


domingo, 3 de septiembre de 2017

DAVID LYNCH AND JOHN NEFF. "Bluebob" (2001)


Estoy seguro que si el grandioso Lynch se hubiera dedicado en exclusiva a la música en vez de al cine, también había triunfado. Y es que donde el arte corre libre sin ninguna presa que condene el afluente de la creatividad, todo es posible.

En 2001, se junto junto al ingeniero de sonido John  Neff, para parir este álbum que es un torrente de versatilidad, de estilos que se juntan para procrear otros. Desde la apabullante "911" hasta la semindustrial "Rollin' down (to my house) todo es pura catarsis, oscuridad clara.

Se ha definido este disco como blues industrial. Y el nombre le va al pelo. "Thank you judge" juega al escondite y "I cannot  do that" te desarma con su carga industrial, como los Ministry de chatos en un bar perdido en cualquier desierto que desees.

Blues comatoso es "Blue horse" y "Bad night" son guitarras que se dejan llevar con la armónica en un bucle bestial de notas salvajes del Missisipi. Todo una pasada. Luego viene la tenebrosa "Mountains falling" que podía usarla David en cualquier film que le plazca.

"Go get some" es ambiental y demente, y "Pink western range" tira del nuevo de aires industriales para sofocarnos con sus proclamas de calor y sedición. "Marilyn Monroe" pone la tilde en la concatenación de ruidos con voces modificadas para en "City of dreams", el ocaso del lp, volver de nuevo a esos aires de ciudad desvalida, de industrias de humo lacerante, de noches que traen otras noches.

Potente disco a recuperar del gran maestro de las obsesiones modernas, música para sedarte o para aplaudir delirios.


martes, 28 de febrero de 2017

BOMBINO. "Azel" (2016)


Si caemos en su día rendidos ante Tinariwen, aquí tenemos al guitarrista Omara Moctar, alias Bombino, para traernos de nuevo el blues del desierto, a lomos de una camello eléctrico que nos regala las arenas de Niger, los postulados de la tradición, la mímica de lo ancestro.

El empiece no puede ser mejor con "Akhar zaman", con la divertida y vacilona "Iwanaragah", donde se constata que Omara tiene las cosas tan claras como cuando le escuchamos en su también bravo "Nomad". En esta ocasión, Bombino decidió trasladarse a Woodstock para darle forma a "Azel", y la verdad es que la jugada le salió redonda.

Los temas son una condesación de efluvios guitarreros, donde como en "Inar" puedes disfrutar de la travesía sónica y de placer con su minimal ritmillo trotón que da paso a "Tamiditine tarhanam", mi favorita, veloz, estridente y fiestera; te puedes imaginar a los hombres de azúl modelando bajo una tienda sus proclamas como pueblo, catarsis colectiva entregada al exceso y la recuperación, mientras las palmas y los chillidos de las mujeres copan el cielo de rubores y sensualidad.

Bombino hace en este su último largo acopio de su destreza para juntar en sus diez temas a Peter Tosh y a Jimmy Hendrix. Sin sonrojo, sin caer en lo ridículo. Todo suena en su sitio. Como el reggae burlón de "Timtar", o como "Iyat ninhay/jaguar", con el desierto de nuevo poblando lo que tu mente puede crear cuando cierras los ojos y te dejas llevar por la reflexión de sus cuerdas, por el volcán dinamizador que todo lo cubre.

"Igmayagh" escenifica la perfecta síntesis, el mestizaje del blues con la tierra, Africa que suda y grita para de nuevo en "Timidiwa", sentir la rapidez de la tormenta, los colosales amaños del viento para provocarte visiones, para sentir en tu piel lo que está música transmite.

Extraordinario quinto disco de un artista que va para arriba, que tiene aun mucho que decir, que nos trae la verdadera música del mundo, esa que está libre de las chuchería de los medios, del circuito de los memos que cada vez más todo lo inundan.


domingo, 8 de septiembre de 2013

THE DELTA SAINTS. "Death leter jubilee" (2013)


Nunca me gustaron Black Crowes. En los 90 estabamos entretenidos con otros venenos (Swans, Pixies, Sonic Youth,etc.) como para entretenernos con esos muchachos con pantalones ajustados que decían que venían para reinventar el blues.

"Death letter jubilee" es el primer largo de estos chicos americanos, de los que dicen los críticos que perpetuan el sonido de los cuervos negros. A mi modo de ver, The Delta Saints, suenan más frescos y radiantes, las guitarras se enrudecen con credibilidad, y desde el inicio con "Liar", te sientes confiado en que la escucha de de este cd te dejará un buen sabor de boca.

"Chicago" es el Missisippi desbocado y la que titula el disco es una buena ración de blues-rock con mucho swing. "Jezebel" tira del gospel y algo en su oscuridad me recuerdas a los 16 Horsepower. Luego están estampidas tan logradas como "Boogie", soberbia, repleta de pulsiones para no dejar de moverte en horas.

Se lo toman con más calma cuando suena "Out to sea", el lado más folkie de la banda y en "Drink it slow" se enredan de maravilla en una especie de funk-blues que les queda de lujo. Blues pues para esta vuelta de las vacaciones, para disfrutar de las viejas raíces del rock de parte de este quinteto de chavales con actitud.


martes, 25 de junio de 2013

DR.JOHN. "Locked down" (2012)


De Nueva Orleans viene este viejo brujo, que desde finales de los 60 tiene esa barita mágica que hacen convertir el funk, el blues, y los ritmos más primitivos en una excusa perfecta para volver a la cueva, para retrotaernos en el tiempo hacia edades donde el sudor y lo salvaje se daban la mano, cuando genios como este vuduista se las apaña para hacer pócimas de sonidos que te dejan gaga.

"Locked down" (que cuenta en la producción con Dan Aurbach de Black Keys) es un compendio de otros modos de vivir la música, de despellejar con estallidos funkies la caja de pandora de los truenos del ritmo. La que titula el ritmo es eso y más con su funk setentero  que en "Revolution" se convierte en un apasionante soul decorativo de anginas rotas.

"Big shot" es puro galimatias r&b y "Iceage" es ardiente, descorchando botellas sin parar en algún lugar cercano donde Tom Waits pararía para fumarse unos cigarros con este doctor que hace todo lo posible para que nuestras almas vivan condenadas en el dulce infierno.

Luego esta la danzarina "Getaway", para rondar pasacalles con los ojos ebrios tormentos y como no, la casi blues explosion "Kingdom of Izzness". Y es que escuchando a Dr. John (este disco ha sido mi primera parada en su discografía y no la última) te das cuentas de donde ha venido el blues urgente del amigo Jon Spencer y toda la demás recua de forzados adoradores del ayer.

El sólo inicial de "You lie", blues-vudú despatarrado en rugosidades que levantan a un muerto, es otra manera para que caigas como yo he caído en el influjo maléfico de este Manson del funk blues.


jueves, 13 de junio de 2013

DAVID LYNCH. "Crazy clown time" (2011)


En toda la dilatada y muy recomendable carrera cinematográfica de David Lynch, la música siempre ha jugado un papel importante para describir los estados oscuros, decadentes, surrealistas, de sus films. "Twim Peaks", "Terciopelo azul", "Corazón salvaje" o "Mullholland Drive", poseen un influjo musical donde las imagenes de este genio se mueven en los laberintos tan bien trenzados que nos deja para que nuestra psique se deguelle por momentos en sus largas y venenosas obsesiones.

De todos también es sabido las ganas que tenia el bueno de David de con su nombre, embarcarse en proyectos donde dar salida a sus gustos musicales. "Crazy clown time", (con la ayuda vocal de Karen O), es pues una prolongación de sus films que no pierde fuelle, y si desgrana en su largo minutaje volutas de noche siniestra.

El blues cósmico de "Pinky's dream"  es una buena manera de comenzar. La voz tratada de Lynch en "Good day today", construye un espejo de electro para danzar entre neones sin vida. "So glad" es blues descompuesto, sin armazón, frio, futurista, intruso.

"Football game" podria estar en la BSO de cualquiera de sus locuras y "I Know" es para engalanar club de esos de carreteras perdidas, donde el diablo ha llamado a las sombras de Diamanda Galas para extenuarnos hasta el paraxismo.

Me encanta la lentitud grave de "The Night bell with lightning" y en "Stone' gone up" su aire decadente, añejo, cargado de toxinas para no creer jamás en las volutas enfermas del genero humano. Asi es David Lynch, consecuente hasta lo máximo con su grado de exigencia como director y músico. Lo suyo es una apuesta todo o nada. Yo, desde su "Cabeza borradora", encantado de perderme y saltar al vacío con su música y sus films. Si algún dia nos tenemos todos que volver locos, que sea de la mano de este pistolero de almas.


lunes, 20 de agosto de 2012

GUADALUPE PLATA. "Guadalupe plata" (2011)


Esto es blues. Blues corrompido a pedazos por el ánimo de estos chicos del sur de la península, que decidicieron construir un disco repleto de petardazos de blues, vomitos desgranados con espasmos de Jon Spencer, y con la particularidad de hacer del blues algo vivo, carnívoro, repleto de respuestas para los que quieren salir del orbe indie que todo lo deglute y devora.

Desde la inicial "Serpiente negra" donde bifurcan caminos de vendedores del almas, pergeñandos insolencias a mansalva con su blues a borbotones de espasmo, pasando por "Estoy roto" donde se hacen tradicionales a base de no sentirse como todos, los chicos de Ubeda  se lo montan de puta madre, para ir despacio y deprisa para carbonizarnos nuestros oidos sin remisión.

"Pollo podrido" es una almacen de visceras por el suelo del rock, blues degenerado que se ufana por no querer seguir a nadie, por continuar la estela de la podredumbre a base de mandobles pasajeros de distorsión y vitaminas de vatios.

"El tigre y la vela" es otra pieza más en este puzzle donde los cantos estan bien rodados, apurados por un bisturí doméstico de rock autoctono, que en "Como una serpiente" nos toma al asalto para olvidarnos de tanto puto grupo indie inutil y díscolo.

Guadalupe Plata me gustan porque se apartan de la senda, porque no quieren imitar a nadie de nuestros proceres tanta veces comentados. Lo suyo es pasarse de la raya de lo acomodaticio para rajarnos los timpanos con bombas blues ("Veneno") que son rayos de esperanza en este bazar sin clientes que es la música de nuestro pais de chiste.


lunes, 9 de julio de 2012

TINARIWEN. "Tassili" (2011)


Caras tapadas, pieles pintadas de azul, dunas que se esfuerzan por resarcirse del viento para aparecer entre sueños de viajeros perdidos en desiertos que se hacen cada vez más continentales. Los tuaregs siempre han sabido esconderse para guardar bien sus tradicciones orales, para perpetuar de padres a hijos historias, leyendas, cuentos de arena y calor.

Tinariwen han cambiado, los que crecieron en los campos de Libia, quizás ya no enganchan como cuando "Amassakoul" (2004) se coló en las listas más interesantes de músicas del mundo. "Tassili" es otra cosa, ha perdido su electricidad, su blues de oasis ahora es más meditado, prolongando los lamentos en letanías que son sombras dantescas entre olas ardientes de sopor.

"Tassili", es de todas las formas otra obra que no debemos de perdernos de Tinariwen. "Imidiwam ma tennam" es una cabalgada de blues sinuoso, letanias por doquier y arrullos compuestos de balas de sedicción. También "Asuf D Alwa" es otro testimonio más de porque Tinariwen llevan unos años copando lista y convenciendo al personal.

Me sigo quedando con sus obras anteriores, pero "Tassili" posee suficiente cantidad de canciones merecedoras de nuestro aceptación, que el disfrute de su escucha nos hace olvidar el cambio de rumbo de la banda. "Ya Messigh" es una oración ritual que expande su respiración por los acordes de las guitarras que son instrumentos convalecientes de la historia de todo un pueblo.

También "Walla illa" es otro conato más de agitación que representa una muesca más en las garras afiladas de estos piratas de la tierra seca. Otra obra más de unos nómadas que se merecen que les tengamos presentes en nuestras preferencias musicales.


lunes, 13 de junio de 2011

BOUBACAR TRAORÉ. "Mali denhou" (2011)


Si hay un disco de lo ultimo que nos viene del continente amigo africano, que representa a la perfección esa autentica mixtura,unión, entre la tradición de Mali, y el blues más arcaico, es el de este músico cuyo apellido ya es sinónimo de respeto, de generaciones de músicos que han guardado como un tesoro toda la herencia musical de su pais.

Si escuchas la armónica del francés Vincent Butcher, acompañando a Traoré en todo el cd, y te olvidas por un momento de los instrumentos que aparecen en "Mali denhou" (calabaza, ngoni, balafón), pudieramos estar pensando en alguna producción venida del Delta, porque realmente blues es lo que encontramos en todo este enorme disco.

Blues y Africa, de este antiguo sastre que hace todo un monumento al cruce de continentes, con una enorme voz que se te mete en los tuetanos, que te mece y a la vez te hace vibrar, como una colosal pira donde podemos vislumbrar el alma de un continente, sus deseos, sus necesidades.

"M'Badehou" es el inicio y es eso y mucho más. La armónica, la guitarra, la garganta de Traoré recitando suspiros en una tremendo monumento al buen quehacer. Soberbio y emotivo. Las cuerdas que suenan de Traoré en "Dundôbesse M'bedouniato" son toda una epifania colosal que te embriaga sin que puedas desembarazarte de ese torbellino que emana de este genio de 70 años.

A veces, como en "Mondeu", Africa manda sobre el blues que se despilfarra en bellas notas por todo el album. Y hasta el folk tierno y vacilón de "Minuit", nos hace olvidar otras desesperanzas qe aparecen en "Mali denhou".

Y hablo de la bella pero tristísima "Farafina Lolo Lôra", solo al alcance de genios como el de este devoto de las raices más autóctonas que desperdiga su arte con una suerte de blues que me ha convertido en devoto a la primera escucha.

Cuando Africa habla solo nos queda escuchar y aprender. Dejarnos de idioteces, de vulgaridades de hombres "civilizados" con todos los medios a nuestras manos para producir musica, pero sin el alma necesaria para conseguir que nuestro corazón se llena de verde esperanza. Eso es cosa de los elegidos y Traoré es uno de ellos.

Si después de escuchar "N'dianamogo" aun no has corrido a tu tienda, o no has conseguido por los medios que puedas este disco, te estas perdiendo algo increible. Un lamento que se cauteriza en arte, un cantante que te dejará sin aliento, bluesman del desierto, que en una hora de duración del "Mali denhou" nos demuestra que sí, que aunque tenemos muchos que descubrir. Y no son precisamente los mass medias los que radian y publicitan joyas como esta.