jueves, 30 de agosto de 2018

SILVER JEWS. "Lookout mountain, lookout sea" (2008)


La primera aparición de Silver Jews en Discos Pensados, no ha podido ser mejor. Año 2008 y "Lookout mountain, lookout seat", nos trajo a la banda de David Berman, más desbordante que nunca, con ese sonido que es un cruce entre el country, el indie y un folk aterciopelado y visceral.

"What is not but could be if" es la primera en la frente; melódica, anodina, y sagaz; como las palmas que nos encontramos en "Aloysius, bluegrass drummer". En "Sufering jukebox" se salen con una tonada al estilo de los primerizos REM para mirar de reojo al oeste en "My pillow is the threshold". Maravillosa.

El sexto disco de esta banda que un día tuvo entre sus componentes a Stephen Malkmus es toda una pasada. Hasta se atreven con el pop en la sugerente y adictiva "Strange victory, strange defeat" para rompernos en corazón con la total "Open field".

Y cuando suena ese aborto de country que se llama "San Francisco B.C.", ya nos tienen convencidos, con sus tragos de bourbon a deshora, con sus dentelladas rurales que emocionan y nos claudican. "Party barge" es como volver a encontrarnos a Michel Stripe y sus chicos hasta las cejas de sonoridades desérticas, para terminar con "We could be looking for the same thing", una diana de melodía y confort.

El bueno de David Berman y sus chicos sabían como hacernos retraernos, envolvernos en las alas de la introversión, con sus haces de música tradicional jamás reñida con ecos de sonidos de NRA. Todo una gozada.


martes, 28 de agosto de 2018

CAR SEAT HEADREST. "Twin fantasy" (2018)

Discos Pensados vuelve tras un verano de esos de no parar, casi doscientos kilómetros de caminatas de aquí para allá. Parece que eso tan manido de asociar el descanso a las vacaciones es solo puro vacile. Bueno, ya tenia mono de volver, de poder dedicar unas líneas a esto que me vuelve majara, discos, discos, música, ducha interna.

Y que mejor que coger por los pelos a Will Toledo y su último trabajo. Nada menos que una puesta a punto de un trabajo que el colega grabó hace siete año en su portátil. Por un lado el disco más o menos desangelado, vía lofi, por otra, una tormenta de esas que perduran en el tiempo.

Porque esto que el llama "Face to face" tiene uno de los temas indies más redondos de todos los tiempos. Se llama "Beach life-in-death" y casi me hace llorar de rabia, de dolor eléctrico, de emoción no impostada. Joder como se las gasta Willy para hacernos botar con su dicharachera manera de subir el volumen a las guitarras mientras la melodía se hace fuerte en un tema que si hubiera salido en los 90 ya estaría en todas listas de canciones como para no olvidar. Vaya temazo. Vaya manera de removernos el alma.

La verdad es que tras "Teens of denial" ya tenía ganas de saber más de Toledo, de este artista que se la pela los convencionalismos, que se enfrenta con urgencia y pavor a todos con unos arranques guitarreros de esos que te dejan alelado, sin voz ni respiración. Y eso que tras los 13 minutos de "Beach life-in-death", nos da respiro con "Stop smoking (we love you)", en la onda de los Lemonheads mas melosos y tranquis.

¿Qué se puede escribir cuando te enfrentas a temas del calibre de "Sober to death"? Nos queda ir a toda leche a nuestro armario donde atesoramos nuestros discos de Pavement y Dinosaur Jr, hablar con ellos y decirles que sí, que lo suyo tiene continuación. Hasta se atreve con una especie de indie dance vacilón en "Nervous young humans"  y en la frugal y espasmódica "Body".

Luego aparece "Cute thing" y toca volver a retocarnos el corazón y poner el aparato en sus máximas prestaciones sonoras. "High to death" es tan tierna y peligrosa como el amor adolescente y los dieciseis minutos de "Famous prophets (stars)" no son más que la escenificación de un torrente que parece no tiene fin.

Para acabar "Twin fantasy" (those boys)". Algo así como los Beach Boys de la indolencia. Lo has vuelto hacer Willy. Lo has clavado. Un disco del verano ahora que se acaba. Mi banda sonora del estío. Que siga sonando pues la arrogancia de lo bien hecho.



domingo, 5 de agosto de 2018

JOHN COLTRANE & JOHNNY HARTMAN. " (1963)

Discos Pensados se va de vacaciones hasta finales de mes, y que mejor que recuperar este grandioso disco de uno de los baluartes creativos del jazz, John Coltrane, que junto a Johnny Hartman a la voz, compone un bello artefacto para bailar a la luz de la luna. Un puto placer.

Un gran amigo me lo regaló, y llevó disfrutando de él durante semanas. Y la verdad es que para preparar el macuto, los billetes, no hay nada mejor que dejarme llevar por las velas y los besos que despide composiciones tan totales como la que abre el disco "The say it's wonderful".

Y la verdad es que lejos está Coltrane de ser el amo del free jazz cuando escuchas "Dedicated to you". Te dan ganas de coger a la parienta, encender unas velas, decirla alguna cosa bonita, bajar las persianas y echarte volar con los efluvios de esta enorme balada.

Porque todo este lp del año 1963, (yo aun estaba en esa época como proyecto de vida), es una antología de ternura y cariño, de jazz para ponerte en el sillón y escuchar a la banda tocar el piano mientras la noche se convierte en una sacudida calmosa ("My one and only love").

Junto al disco "Ballads" y "Duke Ellington & John Coltrane", este lp junto a Hartman es la vez que Coltrane ha estado más cerca de los cánones del jazz. Y bendito sea. "Lush life" es una delicia para gozar de ella y su swing mágico y "You are too beatiful" es romanticismo por vena.

Para terminar, la colosal y rítmica "Autumn serenade". Lo ideal para poner el cartel de vacaciones en Discos Pensados y preparar la mente para los viajes y algún que otro desenfreno. 1963. La música eterna. El arte que no sabe de fechas ni caducidad. Feliz vacaciones a todos amigos, hasta pronto.


viernes, 3 de agosto de 2018

DEAFHEAVEN. "Ordinary corrupt human love" (2018)


Tres años han pasado desde que se editó el monumental "New Bermuda". Deafheaven están de nuevo ante nosotros. Black metal con corazón. Metal avanzado. Post rock con rosas de acero. Gritos con cláxones de lilas.... Se me agotan las palabras para definir a esta maravillosa banda.

"Ordinary corrupt human love" sea quizás el disco menos violento de su carrera. También el que más cromatismo tiene. El que más se rodea de épica y sensaciones de himnos inacabables. Valga "You without end" como principal ariete en esta emocional contienda de ruido y flores.

Los 11 minutos de "Honeycomb" nos los muestran en plena forma, con George Clarke sacando sarampión de su garganta, urgando como un enfermo en lo visceral, en el drama, en la despensa de los despojos del amor mientras las guitarras arropan ese fondo bestial gutural que casa a la perfección con un extraño metal amorfo.

La explosión de postrock viene con "Canary Yellow", y su proclama definitiva de pasajes donde las guitarras se solazan entre mares de calma, y para dar rienda suelta a tu corazón subes el volumen para acallar este verano de temperaturas desérticas. Solemnes y expansivos, raudos y definitivos.

En "Near" se atreven hasta jugar con el dream pop, en un jardín de recreo de voces que son sirenas en una marejada de sentimientos febriles y "Glint", mi favorita es una delicada canción con un ojo en Mono, donde se recrean en calmas que no lo son, en vítores de esparcimiento mientras la noche cae sobre la demolición de los sueños.

Hasta Chelsea Wolfe aparece en "Night people", quizás la mas floja del lote, para terminar con "Worthless animal" una sacudida nerviosa de épica y de voces demenciales. Deafheaven, de nuevo con nosotros para revivir el post metal, para expresar a su manera nuevas maneras de afrontar el dolor. Bello.


miércoles, 1 de agosto de 2018

BLUETILE LOUNGE. "Half-cut" (1998)


Codeine fueron de mis bandas favoritas de los 90. Ellos escenificaron el slowcore como nadie. Su música emana tristeza, depresión, tragedia, noches de insomnio. Discos como "Frigid stars" o "Barely real", forman ya parte fundamental de la discografía de cualquier aficionado a los sonidos lentos.

Bluetile Lounge parecen unos hermanos pequeños de Codeine. Provenientes de Australia, con sólo dos discos en su corta vida, consigue repartirnos dosis de amnesia, partículas de introversión, con una facilidad pasmosa, con un deje hipnótico que te deja apaciguado para todo el día su escucha.

"Liner" es el primer referente donde detenerse para continuar con los doce minutos de "Hiding to crash", un crisol de voces que son susurros, de aspavientos de seda, de liturgia íntima para echarte a llorar pensando en letanías particulares, en silencios que dan miedo.

Nada mejor para los que nos inflamamos con Codeine, gozar con canciones como "Steeped" o raciones al por mayor de rabia interior ("Lapsis"). Una hora de tensión por los suelos, de estados en coma, de luces que son reguero de desdicha (L.T.D.)

"Cold lamping" es otra estrella en medio de la noche que no cesa, otra estridencia de lentitud programada para resistir las veleidades de lo rápido. Para acabar, "Old star", 11 minutos de oración solemne, de salud gris, de ojos llorosos de ácido de olvido.

Todo en Bluetile Lounge es efímero, de corta vida. Por eso duraron poco. Otro disco, "Lowercase" y adiós para siempre. Quedan sus temas, sus trallazos de individualidad enfermiza, de dolor que no cesa. Slowcore.