sábado, 31 de octubre de 2020

KILLING JOKE. "MMXII" (2012)

 


Sin duda una de mis bandas favoritas de post punk. Jaz Colemen y sus muchachos, llevan desde los 80 llenándonos de estrellas caídas, de apocalipsis rutilantes. Grupo que ha vivido varias etapas estilísticas, que van desde el post punk que les vio nacer hasta la música industrial y la electrónica, este disc, que en números romanos nos habla del año de su edición, es un portento de guitarras que te oprimen ("Pole shift"), de decorados ocultos donde poder rendir cuentas al progreso que esta acabado con nosotros ("Fema camp").

En 1982, Coleman tuvo una visión. Pensó que el mundo se acababa y se marchó pitando a Islandia en busca de un salvavidas en forma de isla. "Rapture" habla de esa aventura. Quizás Jaz nos estaba hablando de los mundos que se mueren a cada paso, de la degradación que inunda todo, de que cada año que pasamos en la tierra estamos haciendo un planeta cada vez más degradado. Por no hablar de la pandemia que nos esta quedando como atolones perdidos en mares ignotos de depresión y miedo

Geordie Walker, Youth y Paul Furguson, son los escuderos fieles de Coleman, los que arriman todo su energía  para que flipemos con canciones como "Colony Collapse" o ese mazacote vibrante de distorsión acelerada que se llama "Corporate elect".

El plato fuerte lo encontramos en "In Cythera", hit instantáneo, épica de teclados y melodías de esas que solo Killing Joke saben crear. "Glitch" es un volcán de gritos, de acero que derrite sueños, de profecías cumplidas en la negra noche de los tiempos. 

Y las dos últimas, "Trance" y "On all hallow's Eve" hará las delicias a los que llevamos enganchados a esta superbanda de los 80. Larga Vida a la broma macabra, a Jaz y sus muchachos de dagas envenenadas. Post punk para el fin de los días, la biblia de los que no creemos en nada....



miércoles, 28 de octubre de 2020

TRIANGULO DE AMOR BIZARRO. "Triángulo de amor bizarro" (2020)

 




Si ya con todos sus trabajos anteriores nos tenían sin remisión conquistados, con este disco homónimo, no tenemos más que seguir la estela de una de las mejores bandas en forma de por aki. Y es que el comienzo con "Ruptura" y ese aire a los Big Black no deja duda de que la banda ha querido ir un poco más lejos que en sus anteriores discos. 

Porque a continuación, como si se tratase de otra banda, en "No eres tú", se enganchan a un dream pop que no pierde de vista los arreones de distorsión. Hasta el indie rock con ínfulas de himno como en "Vigilantes del espejo", les sale redondo como todo el armatoste de su música. 

"Canción de la fama" es puro ruido, punk estruendoso, que te hacer explosionar,  y que en "Fukushima" con Isabel Cea y esa voz sumergida en una contienda de electrónica, nos recuerdan a New Order. Das un paso más y aparece "Asmr para ti" y su shoegazing año 2020, todo una perla sideral. 

"Acosadores" es pop con lija y tendones de guitarras al límite de la extenuación, The Darling Buds de ribeiros. Pero, no, no hay que equivocarse. La rabia vuelve con "Calígula 2025" y esos gritos que se clavan en los sesos "A la puta cara".....

Para terminar, "Cura mi corazón", neblina en los latidos, dardos en el sentir, páginas siempre en blanco para llenar con los recuerdos o con el rimel deshojado de un delirio que no se acaba. Triángulo de Amor Bizarro, el ruido y la calma. Siempre la furia.....


domingo, 25 de octubre de 2020

FELT. "Forever breathes the lonely word" (1986)

 


Este disco fue el que hizo el número 6 en la carrera de este grupo ingles, y el primero de su carrera que no contenía canciones instrumentales. Para muchos, el mejor disco del grupo, empieza con una autentica bacanal de indie pop, la radiante y alegre "Rain of crystal space".

Lawrence, el fundador del grupo en 1979, supo desde sus inicios darles una voz propia, una forma particular de enfocar la música independiente desde la suavidad y la melodía ("Down but not yet out"), siempre contando con una banda competente, involucrada en esta opereta de sencillez pop ("September lady").

Música sin grandes pretensiones, Felt siempre vivieron entre sombras, y su recuperación tardía vino de grupos como The Charlatans o Belle and the Sebastian, que no dudaron en situar a Felt como banda influyente en lo que que iba a pasar en las islas.

La verdad es que es un lujo escuchar temas como "Grey streets" y la íntima "All the people...", repletas de sinuosas letras y efectivos tonos de alegría siempre contenida. "A wave crashed on the rocks" es quizás la más rotunda de un lp que termina con "Hours of darkness have changed my mind", crisálida de candor y felicidad.

Desde Discos Pensados, recomendamos sus 10 discos y sus eps varios que conforman unas maneras brillantes indie pop ajenos a los vaivenes ruidosos de la época. Recuperables al 100%.


jueves, 22 de octubre de 2020

KARATE. "The bed is in the ocean" (1998)

 
 

                                                                      Como todos los discos de Geoff Farina y sus chicos, este "The Bed is the ocean" no iba a ser menos. Todo un elenco instrumental que se mueve con fluidez entre el jazz y el indie rock, siempre con desarrollos instrumentales de esos que te perforan los oídos, como la calidez que respira "There are ghosts" y sobre todo esa pasada llamada "The same stars". 

Siempre fueron Karate una rara avis en una época que siempre había que buscar acomodo en tal o cual estilo. Ellos iban a lo suyo.  No les importaba enfangarse en luchas rítmicas acelerando la distorsión como "Diazapam", poseídos por el espíritu de Buckley, o regalarnos tranquilos y bellos pasajes donde la voz de Farina te llenaba de asombramiento.

El cuarteto, en sus 7 trabajos que sacaron hasta que se disolvieron con el directo de 2007, "595", tuvieron la capacidad de sumergirnos con sus interludios musicales en una espiral de carantoñas compositivas, de sensibles paseo por sonidos de esos que te acogen sin pedirte permiso como ese petardazo llamado "Up nights". 

Calidez que transpira "Fatal estrategies" o "Outside is the drama", donde de nuevo, trotando entre una rítmica repleta de melodía y señuelo, te ves contagiado por el festín de pulsaciones inflamadas que despedían.

Siempre es un buen momento para recuperar a Karate. En los arcenes del movimiento independiente, donde por la cañada de la transgresión, los sonidos exhalan caligrafía prodrigiosa. 

martes, 20 de octubre de 2020

NUEVA VULCANO. "Ensayo" (2020)

 

No todo esta perdido. Aún nos queda Nueva Vulcano. Una de las grandes bandas que tenemos por estos lares.  Ya tenía el servidor mono desde aquel lejano 2015 cuando siguieron a lo suyo con ese notable "Novelería". Y es que su música es un chispazo que contagia, sacudidas de post hardcore con corazón henchido. 

Y es que Artur Estrada y sus chicos, han lanzado en este su quinto trabajo, desde la inicial "El ecualipto", un conjunto feroz de canciones para empatizar, para poner en bucle sin parar ("Disney y resaca padre"). Que le den al coronavirus, al confinamiento del alma y el espíritu, a esos bozales con forma de mascarillas. 

Oigo "El sueño europeo" y no puedo más que volver a los inicios de la banda, cuando caí sin remisión bajo las redes de esos versos que garabateaban distorsión, de esas melodías que acompañaban mis andares por el barrio, estrujando mis oídos con peroratas benignas de historias de andar por casa. Estamos tan necesitados de vientos frescos como los que despide Nueva Vulcano.....

No me canso de poner "Fluorescente"  con ese soniquete melódico que despide buen rollo y filigranas en tus silbidos. Vaya pasada. Estamos sin duda ante el mejor disco de aki de este 2020 tan cabrón. Lo grabaron rápido, en un pis pas, como para que la inmediatez se quedará en cada sonido de guitarra, en cada quejido glorioso. Y es que es imposible no rendirse ante maravillas sonoras como "Mercurio, retrógrado, etc." y ese spoken word inicial que da paso a otra dentellada sónica de esas que te mecen entre ecos de emocore.

"La canción del sol" es un caramelo de apenas 2 minutos que da paso a "Una observación", otro de los puntos álgidos de un trabajo que pide una escucha más cuando terminas de oirlo. 

"La Pedra Oscil-lant" es de los mejores temas que han creado en su carrera. Un puntazo con el bajo como eje principal, donde parte la tormenta de palabras que se enquistan en tu cabeza, como hechizado por una catarsis de esas que es medicina de la buena. 

Como suena el "El algoritmo erró", frenética concatenación de distorsión y oratoria al servicio de la intensidad total, con resultados benefactorios para el oyente que cruje de alegría ante tantos espasmos colosales. Para terminar, "Ensayo sobre la decepción", indie para acabar un monumental trabajo. 

Acabo como empecé. No todo esta perdido. Aun nos queda Nueva Vulcano.....



domingo, 18 de octubre de 2020

VARIOS. "Zero, A Martin Hannett Story 1977-1991" (2006)

 


De Martin Hannet fue la bendita culpa de que bajo sus manos de productor pasaran grupos tan indispensables para todos nosotros como Joy Division, New Orden, Magazine, o Buzzcoks sólo por citar unos cuantos de ellos. Porque el resto y los citados, están en esta potente recopilación que empieza en 1977 y llega a 1992. Hay queda eso. 

Lástima que la heroína acabase en 1991 con su carrera de mago de nuevos sonidos. Nos queda un buen puñado de grupos y discos que hacen la delicia de todos los que vemos en los 80 y 90, los momentos más importantes de la historia de la música. 

Es un pasote encontrarte con una de las primeras grabaciones de Buzzcoks, "Boredom", o con rarezas de combos que no tuvieron mucha suerte, como John Cooper Clarke, Jilted John  o Pauline Murray and the Invisible Girls. 

Unos inocentes y primerizos U2 con "11 o'clock tick tock", los amos de las sombras con "Transmision", Joy Division, o los sonidos de porcelana de The Durruti Column. Un gozo volver a toparte con OMD y su famoso "Electricity" o caer rendido ante Devoto y sus chicos de Magazine en "The light pours out of me".

El pub rock de The Only Ones, los ruidosos Bassement Five, o una de mis debilidades de todos los tiempos, The Psychedelic Furs con "Pretty in pink". Vaya puntazo de disco, homenaje a un tipo que tan feliz nos hizo con sus maquinaciones tan necesarias. 

Ya en los 90, Kitchens of Distinction o Happy Mondays, dan sus saludos respetuosos al que les sacó del anonimato. Brillante artefacto pues este cd, para recuperar años, bandas, música eterna y total. 


sábado, 17 de octubre de 2020

BOB MOULD. "Blue hearts" (2020)

 


Hay artistas por los que no pasa el tiempo. Hay discos que te compras sabiendo que después de quitarle el precinto y empezar a escucharlo, tienes las garantía de que no te van a defraudar. El incombustible Bob Mould es uno de ellos. De esos músicos a  los que seguimos con fragor en los 90 y todavía siguen enseñando el camino a seguir. 

"Blue hearts" es un doloroso puntapie en la boca al bastardo de Trump. Bob Mould esta cansado, mosqueado, como nunca le habíamos visto. "Blue hearts" quizás sea el disco más redondo en su carrera en solitario, y eso ya es mucho. 

Acompañado por sus fieles colegas, Jason Narducy al bajo y Jon Wurster a la batería, las canciones no dan respiro y en su media hora entran y salen de tu cabeza como una bomba de relojería. Allí están "Next generation" y "American crisis", dos petardos que prenden y te ponen a 100. 

Antes, la inicial y lenta "Heart on my sleeve" introducía este enorme y contundente disco, que nos recuerda al pasado de Bob Mould con Sugar. "Fireball" es punk, catarsis y bailes dislocados contra muros que nos detienen, que son cárceles. 

Y cuando se pone a fabular con esos extraordinarios medio tiempos, como esa belleza que es "Forecast of rain", ya no te queda más que subir el volumen y gozar como un poseso. Porque en ningún momento Mould pisa el freno. "Siberian butterfly" es espectacular y electrizante y "Everything to you" con su melodía que te envuelve, son sólo muestras del nivel de un músico que esta como ya sabíamos hace tiempo en estado de gracia. 

No puedes parar de poner gemas como la brillante "Little pieces", adictivamente noventera o lineales cartuchos de rock como "Leather dreams". Para el final, el sofocón que sirve de epílogo: "Password to my soul" y "The ocean". Sin aire que se queda uno....

"Blue hearts", ya le tengo entre mi lista de 10 mejores discos del año. Cierro los ojos y me imagino que tengo 22 tacos. Es lo que tiene el poder alquímico de la música como gran obra de arte. Grande Bob, grande.


miércoles, 14 de octubre de 2020

JUNE OF 44. "Anahata" (1999)

 


Con este pedazo de disco June of 44, se despidieron de su carrera discográfica. El grupo liderado por Dough Sacharin, pergeñó una auténtica bomba de ritmos sincopados, donde el mathrock se encuentra con el jazz, donde usando una precisión matemática, exploran con sus instrumentos tensos climas donde acribillan silencios sin piedad ("Wear two eyes (boom)". 

El bajista Fred Ershine da toda una lección de uso del instrumento ("Escape of the levitational trapeze artist"), y el grupo, con una efectiva y contundente conjugación de seguir los dictados del mathrock, pero siempre abiertos a otros parámetros, dejan con sus reflexiones musicales, una profunda huella repleta de hipnóticos pasajes, ("Cardiac atlas"). 

Parecen una big band deseosa de dar con la tecla perfecta para cabalgar entre torbellinos de funk minimal, como la rutilante "Equators tobi polar", con esa trompeta repleta de ensueño, arrimada a un viaje donde es fácil aspirar rocíos redentores. 

A continuación, mi favorita, casi un hit (a su manera claro esta). "Recorded syntax", con una pegajosa melodía traslúcida, con una envolvente y sinuosa propagación de ondas de acuosas. Xilófono en "Southeast of Boston" y psicodelia en "Five bucks in my pocket", para llegar al final de "Anahata", con la mas larga del cd, los 15 minutos de "Peel away velleity", donde resumen toda una carrera repleta de lugares que claman subir el volumen a tu aparato y dejarte llevar. 

June of 44, una enorme de banda, de las mejores de la historia del mathrock. Todo un señuelo donde pararse y gozar sin parar. 


lunes, 12 de octubre de 2020

THE PSYCHEDELIC FURS. "Made of rain" (2020)

 


Justamente fue un año por estas fechas cuando los ví. El último concierto antes de que la epidemia cambiase nuestras vidas, antes de que la muerte hiciera ronda por nuestras calles afilando la guadaña con el azar, buscando en sus paseos miembros de la no vida 

El concierto fue mágico. Asistentes cincuentones, camisetas de The Sound, Chameleons, Joy Division, y el deseo de volver a revivir de nuevo las viejas canciones que tanto bien hicieron a nuestro crecimiento musical y personal. "Love my way", "Pretty in pink", "Heaven", sonaron como si el tiempo se hubiera parada de repente. Butler ( y su grupo) demostró que estaba en plena forma, y ya nos soltó al viento alguna canción de este majestuosos "Made of rain". 

Y es que casi 30 años después de su última producción discográfica, no podemos más que estar felices cuando damos al play y empieza a sonar "The boy that invented rock and rolk" y a continuación "Don't believe", hit seguro para empalmar con las gloriosas canciones que jamás olvidaremos. 

"You'll be mine" contiene un violín que percute catarsis y "Wrong train" con ese inicio electrónico es de lo mejor de "Made of rain", puro elixir para sus adoradores que seguimos agazapados entre sombras y éteres dispersos. 

Butler y su hermano siguen en plena racha compositiva.  La voz de Richard no ha sufrido los envites del tiempo ("This'll never be like love" )  y la banda muestra una solvencia total y efectiva en esa recreación año 2020 de todo el ideario del grupo de sus inicios ("Come all ye faithful"). "No-one" es un caramelo que revive a Bowie y "Tiny hands" es un medio tiempo de esos que quita el hipo. 

Generoso en minutos "Made of rain", la espera ha merecido la espera. Es como revivir lo que aquella noche de hace un año vimos crecidos en la certeza de participar de algo repleto de mística. Allí nos reunimos, sudando y sacando el espejo de los 90, aquel que creímos que la edad, llamada Dorian Gray, no iba a poder con el espíritu que vivía entre nosotros. 

"Made of rain" es un discazo, de un grupo aun posee la suficiente fuerza como para embaucarnos sin remisión. Ojala en su próximo concierto, hagamos todos una pira que llegue al cielo con todas las mascarillas síntomas de esta devastación que nos puebla. 


sábado, 10 de octubre de 2020

JOSEF K. "The only fun in town" (1981)

 


Con sólo este álbum en su carrera, los escoces que tuvieron una efímera vida musical de tres años (entre 1979 y 1981), lograron que su sonido fuera todo una influencia para las bandas que vinieron a auparse como dignos miembros de esa élite oscura que fue el post punk. 

Y es que nada más que suena la inicial "Fun'n' frenzy", con ese nervio descontrolado, con esa agitación vocal, te entran ganas de sacar todos los disco de tu discografía de Magazine, Joy Division, PIL o Killing Joke y hacer un 24 horas de sombras retorcidas y guitarras afiladas. 

Paul Haig y sus colegas, estaban repletos de ideas y todas buenas. La melodía entraba como con un alambre y las canciones eran un petardazo de esos de degustación gozosa. Oigo "Revelation" o "Crazy to exist" y sé que David Gedge de Wedding Present tuvo a Josef K, como una de sus máximas influencias. 

Hasta cuando se acercan a los patíbulos lentos, se parecen a sus compañeros de generación, Joy Division, seguro socios de obsesiones y noches aciagas. "The angle" es obtusa y matemática, y "Forever drone" es casi punk desbocado. 

En "Heart of song" y "Citizens" juegan al punk funk, para acabar con el tema más famoso de su carrera, ese himno llamado "Sorry for laughing", puro desquicie. 

Josef K. Post punk seminal, paraíso de placeres confusos, sonidos de otras épocas que hoy lo degustamos con febril alegría.


lunes, 5 de octubre de 2020

MARINE RESEARCH. "Sounds from the gulf stream" (1999)

 


Heavenly fue una exquisita banda británica formada por tres componentes de Talulah Gosh, que nos regalaron 4 discos de eso que se llamó twee pop. Tras el suicidio de uno de sus componente, Matthew Fletcher, Heavenly se llamaron Marine Research. 

No tuvieron una vida muy larga, (sacaron varios eps y este disco larga duración), pero lo corto de su carrera no quita ni un ápice el buen rollo que te dan, ofreciendo un pedazo de artefacto de canciones pop de esas para estar siempre alegre, a pesar de los avatares que tuvieron que sufrir. 

"Parallel horizon", es la primera golosina que nos regalan, muy en la onda Stereolab pero sin tanta experimentación, tirando a un pop acompañado de una buen acompañamiento de guitarras. "You and girl" o "Hopelfulness to hopelessness" son puro delicatesen, orfebrería melódica de esas que te deja feliz, con nostalgia de más. 

"Sounds from the gulf stream" es un álbum que entra a dentelladas con cuchara de dulzura, con aliento de ese que te cautiva y te pide más ("Queen B"). Pop de ese que te hace votar a vuelo rasante ("Chucking out time), canciones más serias y tristes ("The glamour gap"), o silbidos que se lanzan al aire para que permanezcan entre nubes mientras te mojas con sus estribillos ("At the lost and found"). 

Que alucine esto de recuperar estos viejos disco que con tanto ahinco se quedaron en la memoria. "Venn diagram" me alegró todo el día, como ese sonido sesentero que rezuma "End of the affair". Y para terminar, la mejor "Y. Y.U.B." que parece una canción de los Ramones pasada por la batidora mágica del twee pop. Lo dicho, disco de esos eternos que es toda una delicia su escucha.


viernes, 2 de octubre de 2020

JESU. "Why are we not perfect?" (2008)


 Es sólo un ep con 6 canciones que se acaban con pena en media hora. Nos da lo mismo. Jesu es un mantra hipnótico de esos que te mecen en algodones siderales. La banda de post metal con coqueteos shoegazing, lideradas por el incombustible (a recordar su colaboración bestial con Sun Kil Moon), Justin Broderick, nos tiene acostumbrados a estos pasajes donde soñar es fácil sobre todo si tienes los oídos abiertos. 

En "Why are we not perfect?" Broderick deja de lado su vertiente más postmetalera para llenarnos de brumas y burbujas ("Farewell"), confetí espacial repleto de líricas aproximaciones a mundos creados para generar enorme sosiego. 

"Blind and faithless" parece sacada de esa máquina del tiempo donde Ride, My Bloody Valentine y Cocteau Twins quedaban para tomarse unos licores en lugares donde las luces matizaban las paredes de brillantes espejos cóncavos. 

Subes el volumen, te arrremangas el corazón, dejas los sentidos cubiertos de paz,y los teclados y la atmósfera acogedora te lleva a simas donde refulge la dicha y la contemplación, como el tema que titula este pequeño y gran disco que pasa en una batida correosa de segundos. 

Hasta las dos versiones  alternativas de "Farewell" y "Why are we not perfect?" parecen dos temas nuevos, distintos, con pequeños arranques de guitarras, que suenan como leves apuntes introducidos en el señuelo  de la niebla que lo cubre todo. Disfrute total pues la escucha de este breviario de grandes silencios.