viernes, 30 de abril de 2021

DIVIDE AND DISSOLVE. "Gas lit" (2021)


 Takiaya Reed, americana de origen Cherokee, es la guitarrista y saxofonista, y Sylvie Nehill, con antepasados maories es la bateria. Dos, nada más que dos para dejarnos petrificados con sus mensajes hirientes, con su música que duele, una especie de mantra de doom metal repleto de liturgia y conmoción ("Oblique"). 

Busca videos suyos por internet y veras de lo que estoy hablando, si quieres penetrar en este laberinto tan especial que es "Gas lit". Hipnóticas, minimales, atmosféricas.... Todo cabe en Divide and Dissolve. Ya dejaron buena muestra de su valía con sus dos anteriores trabajos, "Basic" (2017)  y "Abomination", que se ve acentuada en este "Gas lit", con la concreción de un sonido de esos que da miedo. 

Música instrumental desde angulos muertos, ("Prove it" es una vesanía de rudeza inclemente, un pasadizo de caos donde perderse entre tormentas que amenazan la cordura). En "Did you have something to do with", la poetisa Minori Sanchiz-Fung, elabora un monologo que para de repente el apocalipsis musical para volver con la intensidad malsana de "Denial", abrupta, toneladas de decadencia sonora, apocalipsis que abruma, tensión que atenaza. Música no apta para todos los públicos. 

Escuchando "Far from ideal" se me viene a la cabeza Earth. Apapulla el sonido de la batería, radiografía fructifera de un estilo basado en mantras que piden la vez en la cola de la angustia. Total. Uno de los puntos álgidos de "Gas lit" es "It's really complicated", expresión máxima de la querencia del duo por esos torrentes de distorsión que como una cascada se enredan en una densidad que abruma. 

"We are really worried about you" es un geiser que atemoriza, un alambre tensado en medio del vacío,el mapa ideal para demoler la cordura, para rubricar depresiones que hacen caer estalacticas de dolor. "Gas lit" un disco extremo de un pareja que se revuelca en las aristas, que expande oasis de silencios que dan miedo. 
 

miércoles, 28 de abril de 2021

PRAM. "Gash" (1997)


En el año 1997, una de las bandas más influyentes de la primera hornada de grupos de post rock, sacó este disco que recupera su primer trabajo, un ep con 6 canciones junto a "Perambulations" una grabacción en cassete de donde seleccionaron  5 temas. 

Se nota que el sonido de la banda era arrollador en sus inicios (luego fueron matizando sus pinceladas con atributos más naif), como "Flesh" y esa catarsis repleta de feedback, molino de electricidad que cautivas los sentidos, o "Dead Piano", extraña y sideral. 

En "Inmate's Clothes" ya percibimos la afición de la banda de Birmigan a esos sonidos de juguetes rotos, paisajes minimales repletos de pesadillas por venir. Como ese dislate llamado "I'm a war" donde una melodía aparentemente pop se ve asaltada por un montón de ruidos que parecen sacados de unos instrumentos imposibles. 

"Pram" es una pasada de electrónica marciana que no se sabes muy bien donde colocar, y "Dirty children" es un mazacote de kraut rock repleto de aristas, de suciedad, de luces que amaneceres bastardos. Quizás este "Gash" no llegue a la profundidad que más tarde alcanzarían con trabajos como "Sargasso sea" (1995) o "Dark island" (2003), pero sin duda ya tenemos todos los elementos de donde partieron para hacer evolucionar su sonido. 

Los siete minutos matemáticos de "Blue singer" o ese pasote llamado "Sunset international" no hacen más que confirmar las prestaciones de grupo que nos dio mucho de lo que hablar. Necesaria recuperación de este archipielago de rocas envolventes. 

lunes, 26 de abril de 2021

POP. 1280. "Imps of perversion" (2013)

 

Qué buenos que eran Pop. 1280. Y que sucios,y que viscerales, y vaya pedazo de andanada de caos que despiden en su intricado laberinto de ruido underground. Basta ponerte el primer disparo certero del que fuese su segundo disco, "Light ut", y sentir lo mismo que cuando te topaste con The Birthday Party. 

Comandados por Chris Bug, en sus cuatro trabajos no se han cortado en experimentar. Música industrial, electrónica, no wave...  En este "Imps of perversion" nos estrangulan con su sonidos de los bajos fondos ("The Control freak"), con radiaciones abrasivas que provocan verdaderos escozores ("Nailhouse"). 

Martin Bisi, productor de bandas como Suicide o Sonic Youth, tomó los mandos de la producción, y el resultado nota la peligrosidad, el ánimo foribundo que inunda cada canción, como esa endiablada "Human Probe II".

Aparecen los teclados en "Do the anglerfish", pero son absorvidos por una intensidad de distorsión que te deja  desquiciado, y en "Dawn of man" son casi punks. "Coma baby" es puro no wave y "Human Probe" tiene el mismo impulso de voracidad devastadora. 

Para el final, "Riding shotgun",  el epílogo tranqui de avasallador disco, el más feroz de un grupo que supo siempre moverse entre sonidos peligrosos. 

jueves, 22 de abril de 2021

THE AMERICAN ANALOG SET. "Promise of love" (2003)

 

Con tan solo el inicio radiante y atmosférico de la primera canción del disco, "Continuos hit music", te ves impelido a seguir la travesía de la escucha del que fuera el quinto disco de este grupo de Austin, que nos dejó como legado media docena de razones para perdernos en su post rock sentido, en su slowcore edulcorado. 

Música sinuosa, instrumental a ratos, con la voz de Andrew Kenny que te lleva por lugares de calma, repletos de reflexiones largas, de susurros que combaten la apatía con luces que no se apagan ("Hard to find").

"Come home baby Julie, come home" es un himno en toda regla de delicadeza incorruptible, pulsiones que se agitan en un marasmo de volutas de tranquilidad, los instrumentos apenas levantan los pies del suelo, todo lleva a la sedución, al puro disfrute. 

Todo suena calmado en The American Analog Set, acompañado de xilófonos, una leve electrónica que sirve para dar cuerpo a un montón de sensaciones de ligereza que te acuna entre duermevelas palpitantes ("You own me"). Hasta cuando suenan más eléctricos como en la colosal que titula el cd, no pierden la compostura de grupo planeador. 

"The Hatist" es la más elaborada de todo el trabajo y en "Fool around" consiguen afianzar el hechizo que comenzó con el tema inicial. Banda a recuperar, repleta de prestaciones para pasar un buen rato de silencios necesarios.  


 

martes, 20 de abril de 2021

THE WEDDING PRESENT. "Marc Riley Sessions Volume 4" (2020)

 

El mejor disco de la historia para este humilde amante de la música es "Seamonsters" de The Wedding Present. Puede sonar arriesgado y dificil ser tan categórico, pero por su sonido, la grabacción por parte de Steve Albini y por el poso sentimental que acompaña su escucha cada vez que me topo con él, es el Lp que más veces he puesto, que más veces me ha hecho llegar a la catarsis, que más veces he publicitado. Le tengo en CD, en vinilo, en CD deluxe... En fin, una auténtica obra de arte. 

El conjunto de colecciones para la BBC auspiciada por Marc Riley, vino a recordar lo bien que el desaparecido John Peel se llevaba con la banda de David Gedge. Se lo pasaba bomba grabando a estos airados chicos que conseguían hacer de las lirica un tromba de guitarras que te hacían explotar los sentidos. 

Este Volume 4, como los 3 anteriores, es todo un punto que no deben de perderse los seguidores de The Wedding Present. Las cuatro primeras canciones se grabaron con un cuarteto de cuerda. Vaya punto. Desde el inicio balsámico y con piano incluido de "Scotland", hasta "Fifty six" , del disco "Going Going", con ese dramatismo tan hechizante, con esa voz que te deja KO, asistimos a un auténtico torbellino de emociones al límite. 

Grabada la sesión entre 2017 y 2018, aquí todo reluce, todo suena a recuperación de sus antiguas canciones, remodeladas para la ocasión para sus nostálgicos y para atraer a los que aún no han sentido el influjo lunar de Gedge. 

Y es que volver a escuchar la inmensa "Bewitched" del disco "Bizarro" en medio de ese torbellino de electricidad y con los violines como contrapunto ante tanta furia, se te pone la piel de gallina. "Go out and get ' em boy" del disco "Tommy" (1988), conserva la bisoñez de sus principios, la hiriente turbación de su juventud y "Panama" que salió como single en el año 2019, donde vemos que el paso del tiempo no les ha quitado mordiente, que siguen con sus vitaminas melódicas y sus arreones de drama feroz. 

"Getting nowhere fast" , de "George Best", se aferra al sonido que tanta fama les dio, y que sin apenas danos un respiro nos regala otro hit atemporal "Felicity". Aquí tengo que parar el artículo, ponerme a saltar, a recordar, a tensar la cuerda, a imaginar otros tiempos. 

Un placer toparme siempre con Gedge, un gusto este escalofrío que te recorre cuando empiezan a sonar los primeros acordes de cualquiera de sus temas y saber con total seguridad que la grandeza es esto. 

lunes, 19 de abril de 2021

POINO. "Moan loose" (2010)


 A Poino solo les basta media hora para cuadrar sus trallazos de adrenalina, de intensidad al límite, de fogosidad reptante. Mathrock confiado al noise, ritmos quebrados ("Bunny up"), todo cabe en esta radiante elucubración que detona y abrasa. 

El disco, grabado por el antiguo cantante y guitarrista de Giddy Motors (otros bestias), es un incendio que no ceja, una explosión que a veces tiene parones que te preparan para las refriegas que están por venir ("Strength of a cowboy"). 

El trio elabora una constante y veloz radiografía de un punk deconstruido, donde vale la expresión de hecatombes milimitradas como esa especulativa "Caffeine splash",  o tremendos laberintos donde penetrar en pasadizos de veneno ("Bad bag"). 

La fuerza de Poino se basa en su arquitectura instrumental ("Snakes say wow"), y en esa contundencia que a penas deja hueco para que pase el aire ("Code brown"). Seminales y adictivos, tienes asegurado un buen bocado de arsénico con ellos. Pura rabia incontrolada. 

viernes, 16 de abril de 2021

LICE. "WASTELAND: What ails our people is clear" (2021)

 

Como se las gasta la banda de Bristol. Y es que estamos de enhorabuena. De un tiempo a esta parte la aparición de combos como Idles, Protomartyr, Fontaines DC o Shame, por citar algunos nombres, no ha hecho más que cargarnos de razones para estar radiantes. 

Lice, en este su primer largo, sabe jugar sus bazas. Y desde el inicio. La potencia post punk de "Conveyer" con ese ruido amenazador, es sólo el inicio de lo que se avecina. Lo bueno de Lice es que tienen la capacidad de abrirse en una tonalidad interesante de sonidos, todos desde una especie de art punk que se bifurca en múltiples direcciones. 

"Imposter" es danzarina y casi industrial en su metodología del ruido da paso a "Espontáneo", así en castellano, uno de los platos fuertes (y tiene muchos) de un disco que merece unas cuantas escuchas para que puedas captar toda la variante estilistica de la banda, aquí mas escorada al post punk.

"R.D.C." fue lo que me motivó comprarme el cd. El video que acompaño el artículo lo dice todo. En un mano a mano con Idles no se quien saldría ganador. "Pariah" es marcial, decidida, penetrante y cargada de oscura bilis. Como cuando Swans se limpiaban las uñas con el filo de una guadaña. 

Es en la electrónica vacilona de "Persuader", cuando comprobamos que Lice tienen entre mente y mente no quedarse en un sólo sitio. Y la cosa funciona. El sonido de Lice es como la portada daliniana de su disco. Se abren agujeros en las paredes y por allí entran mundos paralelos, formas geométricas extrañas, como la lénea sonora de todo este enigmático trabajo. 

"Arbiter" es un trallazo en toda regla que segundo a segundo se va convirtiendo en un misil, y "Serata" con su cadencia suave y triste confirma que el grupo tiene salidas para dar y tomar.  Cuando llegas a "Deluge" ya estás exhausto y en "Folla" retoman su vertiente más caústica y experimental. 

Un gran grupo sin duda, para sumar a los ya mencionados en el parrafo inicial del artículo. Parece que crecen como setas los que quieren aportar su granito de arena en esto de la sedición musical. 


 

martes, 13 de abril de 2021

POSTER CHILDREN. "Daisychain reaction" (1992)

 

No hace falta mucho esperar. Damos a la tecla del play y suena esa apisonadora llamada "Dee" con esas guitarras que explotan, con esa melodía que avasalla y con la certeza de saber sin que te lo diga nadie qué quien está en la producción es el mago del noise Steve Albini desde su refugio nuclear de Chicago.

Poster Children,grupo de Illinois nos regaló unos cuantos trallazos en forma de lp de esos que a cualquier amante de la devastación sónica con lírica encantadora embriaga. Y es que escuchas "Cancer" o "If you see kay", y no vas a tener más remedio que poner tu equipo a toda tralla, dejarte mecer por esos espamos sónicos que te noquean con ardor. 

Donde la mano de Albini se ve con mayor nitidez es bestialidades del tipo de "Love", con ese sonido de batería que atruena, con esos coros que son demolición, y sobre todo con una sensación de rabia conjugada a la perfección con una melosidad que apabulla. Post harcodore con flores en las cuerdas de la guitarra. 

En ocasiones, como en "Freedom rock" no puedo más que pensar en The Wedding Present, con ese torrente de electricidad destilada al por mayor, con esa calentura y esa fiebre que te achicarra los sentidos. Vaya pasote. 

"Space gun" es un disparo certero de adrenalina, un himno más en un trabajo repleto de ellos, compuesto por una cantidad devastadora de fuego abrasador, de silencios que son pequeños intervalos lo que se avecina. 

La que titula el cd es otro torrente de capas de sonidos que se superponen mientras la banda de Matt Friscia y sus chicos crujen intensidad como para crear una tormenta perfecta. Mi preferida es "Water", por su densidad y potencia, por esa pirotecnica que embriaga.

La banda desde que sacaron su primer disco en 1989, ("Flower power"), siguió de forma ininterumpida hasta el año 2004 sacando discos. Allí pararon hasta que en el año 2018 nos dieron el sorpresón con el también recomendable "Grand Bargain!". Grupazo a seguir. 

lunes, 12 de abril de 2021

PITCHBLENDE. "Au jus" (1994)

 

Sólo sacaron 3 discos en su corta y efímera vida este cuarteto de Washington, caracterizado por un sonido que viajaba desde el art punk al matchrock pasando por el noise. Este "Au jus" fue quizás su disco con más recorrido en una carrera corta pero cargada de feedback y mucha electricidad. 

"Au jus" es un compendio de canciones de indie rock de manual, como "Your own Arturo",  bastantes que no llegan al minuto como "Short term", los cuales introducen una amplia gama de sonidos que son efectivos y electrificantes ("Showroom"). 

"Untitled" se acerca a Sonic Youth y en "X's for I's" juegan a un alocado post punk sincronizando las oces y las guitarras en un marasmo productivo. "Nine volt" es un potente himno contagiador de espinas y eterna juventud y "Cupcake Jones" juega a ganador con su resolutivo zig zag de energía que se convierte en caballo ganador. 

"Karoshi" es uno de los puntos fuertes de un grupo que paso de puntillas por una época que nos regaló tantas y tantas maravillas que son imposibles de recordar. Seguimos pues la labor de desenterrar del pasado viejos trabajos que forjaron unos años repletos de rabia y tensión incontrolada. 

jueves, 8 de abril de 2021

PARTS & LABOR. "Receivers" (2008)

 

La cosa parece que promete cuando pones el play y te topas con la radiante y ciertamente adictiva "Satellites". Parts & Labor, grupo de Brooklyn ya desaparecido que dejaron 5 discos en su carrera, tuvieron claro su propuesta desde el principio: una especie de mixtura de indie rock con aires ruidosos, e inclinación melodías algo épicas. 

Esa era la idea previa del grupo liderado Dan Friel. Y la cosa parece que funciona cuando te topas con "Nowheres night" que nos traslada a los 90 por su instantáneo acercamiento al himno. El caso es que en conjunto los temas de "Receivers" no tienen todos el mismo nivel. 

"Mount misery" divaga más que impacta y "Littles one" con esa tensión que parece que va a acabar en una explosión sonora pero que se queda en un sucedaneo cuasi pop, con esas gaitas que no sabes muy bien que función tienen. Se les notaba bien que no sabían por donde tirar. Si por la placidez de ser un combo asimilable en los corrillos indies menos exigentes y más comerciales, o tirar por la calle de las busquedas de nuevos caminos. 

"The Ceasing now" es una muestra de lo que comento. Sin sonar mal, tampoco seduce su escucha. Para tenerla de fondo sin llamarte la atención. Allí se quedaron Parts & Labor. En una especie de tierra de nadie con algún estribillo de esos bien currado pero con una general abulimia sónica ("The Ceasing now"). 

 Suenan en reiterativos en "Wedding in a wasteland" y cuando llegas a "Prefix free" ya sabes que no hay nada que hacer. Banda pues fallida que ni siquiera se defiende por un par de temas más o menos digeribles. 


martes, 6 de abril de 2021

MADEE. "Eternity mingled with the sea" (2021)

 

Han sido largos los años desde que Madee sacaran su ultimo trabajo, "L'Antartica" (2007). Por eso nos tomamos este disco con alegría. Acompañada la música por los textos del poeta Mark Swanson, el grupo de Ramón Rodriguez consigue llevarnos hacia ignotos lugares donde nos viene a la cabeza un montón de bandas tras su escucha. 

La cosa funciona por la solidez del sonido, ("Caldera"), porque este tiempo sin Madee la capacidad del grupo para hacer canciones que emocionalmente impacten, está intacta. Suenan como un tiro en la épica "Like spiders bites in spring", dramatismo al vacío, rabia que se acumula entre guitarras que se vuelcan en una especie de emocore de andar por casa. 

"Metamorphosis" tiene un aire a The Cure y "Night of the new moon" es un compendio de todas las buenas melodías que Madee nos regaló en sus fructíferos años de secuenciandores de la tristezas cotidianas. 

Y que decir de "Under the sun", otra joya que sobrevuela el album con una tremenda majestuosidad, acordes como campanas que abrigan la esperanza de romper silencios, rock de ese atemporal y repleto de dignidad. "Hunting party" es contundente y "The way home" se quita las prendas de la visceralidad para completar una ardiente pulsión de íntima tensión. 

Consigue Madee todo lo que se propone. Sonar como ellos suenan. No hay artificios, y si mucha calidad. "Blanchard avenue blues" es poderosa y vital y "Feelings of inadequacy" mantiene con ese aire oscuro la nota alta de un soberbio trabajo que deja poso acompañado por suspiros de reflexión. 

Un disco repleto de espacios para perderse, de luces y sombras que acompañan su escucha, sabedores que lo suyo no es fingido, que te llega. Estamos de suerte con la vuelta de Madee. 



domingo, 4 de abril de 2021

THE WALKMEN. "Everyone who pretended to like me is gone" (2002)

 


Aunque son de New York, siempre me han parecido australianos. El sonido de The Walkmen se acerca más a las diatribas dolorosas de Nick Cave, Dirty Three y demás caraduras de los brumoso. Tan solo hace falta escuchar la impactante "It should take a while" para darte cuenta de ello. 

Con este disco comenzaron una andadura discográfica que terminó en 2010, con "Lisbon" y la verdad es que todo lo que hicieron, lo hicieron bien. Sus temas son himnos dolorosos ("I'm never bored"), o extraños pasajes donde como "Roll down the line" y su inicio con piano, te llevan hacia los peligros ignotos de la ciudad, de los neones que atrapan con sus intermitencias tramposas. 

Hamilton Leithouser a la voz ayuda a este post punk en coma que consigue cosernos las tripas con letanías tranquilas como "French vacation", o ese estruendo en forma de tarareo llamado "Rue the day". "Revenge wears no wristwath" es un certero disparo de guitarras que nunca hacen demasiado ruido pero son como un bálsamo envolvente y "The blizzard of''96" es un vals delicado y marcial. 

No me perdí ninguno de sus trabajos. Asistí con alegría a la escucha de "You and me" (2008), mi favorito, o ese otro bombazo que fue "A hundred miles of" (2006). Pero el principio fue este "Everyone who..". Se defiende solo. Pones "We've been had" y su sonido de feria o la suciedad peligrosa de "Wake up", y no te queda otra cosa que flipar con lo que tienes entre tus manos. 

Lo dicho, siempre es bueno volver a traer a The Walkmen y su post punk raruno, en las antípodas de lo que se hacía en la época. Quizás porque ellos miraban a otra continente, quizás porque iban a su bola. La cuestión es el disfrute, y aquí hay mucho. 


viernes, 2 de abril de 2021

PENFOLD. "Amateurs & professionals" (1997)

 


Sunny Day Real Estate abrieron la puerta del emocore para que bandas como Penfold nos regalaran escozores de guitarras, melodías repletas de sentimientos adictivos ("Tuesday") canciones de esas que están repletas de registros líricos enjaulados en una buena dosis de distorsión. 

Sólo sacaron dos trabajos el cuarteto de New Jersey, pero no hay desperdicio en su cancionero, repleto de musgo íntimo y bajadas de tensión ("June"), abecedario imposible de recordar enfocando a un cielo repleto de estrellas que ojalá tuvieran la fortuna de enfocar la oscuridad que nos habita. 

Sus temas se te quedan de inmediato en la retina de la escucha, las cadencias de tristeza ("Amateur standing") se ven la cara con profundas reflexiones de íntimo calor, caligrafía capacitada para expresar los rubores de un beso perdido ("M"),  o eléctricos convites donde es fácil perderse en una andanada de cuerdas descarriadas ("Traveling theory"). 

Si me tengo que quedar con un tema es con "I'll take you everywhere", un profundo agujero negro de expresiones para llevarte al cielo interior, nubes y más nubes, larvas en la tierra que al tiempo se harán arpegios, solemnidad y suspiros. 

"Breathing lessons" contiene ácido y purpurina y refleja el poder de una banda que no tuvo mucho fortuna en su momento pero que debemos de recuperar del olvido. Emoción al cuadrado.