jueves, 27 de febrero de 2020

ADULT. "Gimmie trouble" (2005)


Empieza a sonar la canción que da titulo al album y si no me dicen que el lp salió en 2005, pienso que estoy oyendo a una de esas bandas que surgieron a finales de los setenta, apasionadas por los sonidos de la new wave, el post punk, y los teclados estropeados.

El matrimonio formado por Adam Lee Miller y Nicola Koperus, abandonó su inclinación hacia electro que habían desarollado en su anterior trabajo "Anxiety always", y sumaron a su proyecto la guitarra de Samuel Cosiglio para que cuando les escuchemos tengamos en la cabeza bandas como Fad Gadget, Bush Tetras, Lene Lovich y otros agitadores de aquellos lejanos momentos ("Scare up the birds).

"Thought i choked" es inquietante y casi industrial y "Strange mistakes" juega a un post punk de juguete diseñado para que desempolvemos nuestros aintiguos vinilos. "In my nerves" es densa y agitada, turbulenta y serpenteante, para en "Turn into fever" regalarnos una buena sacudida de excentricidades nacidas de la recreación de los pálpitos de una época para muchos de nosotros apasionante.

"Helen Bach" se parece bastante más a los sonidos que hacian antes de las edicción de este deja vu de disco que se llama "Gimmie trouble", para en "Lovely love" regalarnos un buen salmo de electrónica pasada por la batidora del poder analógico.

La última noticia que tuvimos de ellos era la edición de un single en 2019, porterior a su disco del 2018, "This beavoir". El viaje en el tiempo esta asegurado con Adult.


martes, 25 de febrero de 2020

BE YOUR OWN PET. "Get awkward" (2008)


No tuvieron mucho recorrido discografico ni vital esta banda de Tennessee,  (tan solo dos discos y este fue su último trabajo), pero la verdad es que si lo tuyo es el punk, el garaje con pinceladas de pop, Be your Own PET te van hacer pasar un buen rato.

Basta ponerte esos dos pelotazos que inician el cd, "Super Soaked" y "Black hole", para asegurarte que los chicos van en serio, que lo suyo son vitaminas con alta dosis de punk y diversión. Diversión que en "Vicky" se convierte en un alegato de frescura naif.

Thurston Moore les echó el ojo y los fichó para su sello Ecstatic Peace, y claro el joven sónico no tiene por costumbre equivocarse cuando elige bandas que nos puedan interesar. "The Kelly affair" es rabiosa, repleta de goznes de alta densidad, electricidad y ruido con pulsiones siempre dispuestas para hacerte danzar.

A veces se ponen serios y tiran de nervio para llenar el aire de ruido ("Twisted nerve") o esa burrada que no llega al minuto que se llama "Blow yr mind". Lo suyo es la fogosidad palpitante,electrodos en el corazón y mezclar la hecatombe con canciones con estructuras más amable.

Tiende puentes a las riots girls ("Food fight!"), y se divierten con espasmos de esos que son espinas que rebosan intensidad ("What's your damage"). Un buen crisol de auténticos estertores de corrosión pues lo que nos regalan estos chiflados por el punk con especias.




domingo, 23 de febrero de 2020

WIVES. "So removed" (2019)


Vaya pedazo de debut que se han marcado estos chicos de Queens. Han vuelto a poner en la picota a New York como centro donde se cuecen guitarras que te achicharran por su melosidad, por su olor a Pixies, Sonic Youth, Lou Reed.

Y es que es imposible cuando escuchas "Waving past Nirvana" que no pienses en Black Francis y sus chicos. Cuando eran buenos, eso sí. En la parte más vacilona del repertorio de Pixies, allí Wives se mueven como pez en el agua. No tienen reparo en mirar a los 70 con tonadas como "The 20 teens", para continuar con su homenaje no fingido a los 90 y todo lo que significó aquella época ("Servants").

Me gustan Wives porque vienen con aires frescos. En su coctelera caben hasta los Pavement ("Hit me up"), y hasta suenan casi agresivos en la rutilante "Whatevr". "Even the Dead" coge de los recortes del pasado alguna foto de Girls Againts Boys para barnizarla a su antojo y en "Why is life", siguen ronroneando al albur del gordo Francis. Funciona, funciona el experimento.

"Sould out seatz" es otra gozada que vale como himno y "Workin'", la más larga, es otra odisea de distorsiones siempre controladas. La rabia de "Hideaway" es una jugada perfecta para encarrilar lo que es el final de "So removed" con "The future is a drag" otro dulce percance de ruidos y pop, de rubores juveniles y confetis para acabar la fiesta.

Estaremos pues atentos a Wives. De momento, su primer disco, es todo un placer, un conjunto de canciones que te hacen girar la cabeza hacia el pasado. Elaboradas con mimo y respeto, sin olvidar de donde vienen, pero construyendo su propio camino. Buena banda.


viernes, 21 de febrero de 2020

BARDO POND. "Bardo pond" (2010)


Qué difícil puede resultar de inicio introducirte en el universo sónico de esta banda norteamericana, y que complicado también es salir de su bucle musical, donde quedas atrapado por una tonelada de psicodelia, de dream pop, de post rock de ensueño, ismos todos válidos para definir el paradigma de un grupo que lleva desde principios de los 90 llenándonos la vida de suculentos mensajes en botellas donde podamos extraviarnos con paz ("Just once").

La voz de Isobel Sollenberger, se rodea de unos músicos que se emplean como cirujanos competentes en rasgar túneles en la sonrisa de una psicodelia que agradece el hechizo expansivo de unas guitarras que te adormecen y te hechizan, como en ese rugido que es "Don´t know about you".

Discos como "Amanita" (1996) o "Dilate" (2001), forman parte de ese señuelo que ofrecen para los amantes de sensaciones de ensueño. Y este homónimo album no iba a ser menos. "Sleeping" es una sideral muestra de sacudidas de burbujas, éter entre flautas y levedad, robando al aire protagosnismo, instalándonos en un frenesí acariciador. Cierra los ojos, déjate llevar y verás.

Hasta los 20 minutos de "Undone" se te pasa en una fracción de luz, cuando te dejas mecer por Isobel y esa contienda de paz espectral que reside en cada fragmento del tema, donde domina la introversión, el ir siempre más allá.

"Cracker wrist" es otra gema de esas en bruto, la más rugosa de todas, la que más se explaya con un muro de sonido demoledor. La delicada "Await the star" te pone los pelos de punta, para acabar el apoteosis con ese gran fuego de artificio que es "Wayne's tune".

La última noticia que tuvimos de ellos fue ese bestial "Volume 8" (2018). Imagino que desde entonces, se hallen extraviados en algún mundo onírico repleto de colores vivos, buscando nuevas formas de transcendencia.



martes, 18 de febrero de 2020

IDLES. "A beautiful thing. Live at Le Bataclan" (2019)


Idles es la banda del momento. Del año pasado, del anterior,de este y de los que vendrán después. Con tan solo discos, se encumbraron en lo más alto por su fogosidad punk, por el carisma de su lider Joe Talbot, y sobre todo por un sonido de esos que seguro marcará época.

A principios de diciembre de 2019, sacaron este doble directo desde la sala parisina Bataclan, donde dejan a las claras porque lo dicho en el párrafo anterior es más que una evidencia una realidad concreta que nos hace emocionar y no parar de botar.

Aquí nos encontramos los temas que nos hicieron hincar los puños a los cielos negros, ("Colossus", "Never fight a man with a perm"), hits de esos que nunca perecerán por la rabia que llevan implícita y que en directo duplica su pegada ("Mother") con apuntes desde el subsuelo de post punk incisivo y bestial ("Faith in the city").

Idles suenan como una apisonadora, como una corriente frenética de rebelión ("I'm scum"), con canciones que ya forman parte de nuestra memoria como la bullanguera "Danny  Nedelko" o espasmos de electricidad que te convidan a la revolución perpetua como ese pedazo trallazo que se titula "1049 gotho".

Entradas agotadas pon donde pasan, expectación y ansia de llenarte de ese aire de tensión que te llena la cabeza de adrenalina, Idles están llamados a marcar época. "Samaritans", suena como un estilete peligroso, como una amenaza que condensa agitación y pánico y "Television" es otro cohete frenético que nos muestra como se las gastan esta panda de Peaky Blinders del punk.

Lo bueno de este "A beautiful thing" es su duración. Parece que no se va acabar jamás los ardores de esputos y detonación ("Great"), la corriente que pasa bajo nuestros cuerpos y que explota como un volcán en una juego de brillantes letanías de juventud eterna ("Love song").

Me podía estar horas escribiendo sobre las sensaciones que me producen cuando los escucho, sobre la capacidad que tienen de hacernos felices con sus brabuconadas sónicas. Pero le mejor es oirles, dejarse llevar por ellos, dedicarles tu tiempo para comprobar que estamos ante una banda que hará historia. Que suene "Rottweiler" hasta el final de los tiempos, que las nanas punks de Idles nos muestren el camino de la resistencia. A disfrutar con ellos pues.


domingo, 16 de febrero de 2020

ATOM RHUMBA. "Chasin´the onagro" (2001)


Si pones el cd y pulsas play sin saber el disco que has puesto, tu mente y tus oídos se irán en un segundo a Jon Spencer. Porque la inicial "Gimme chaos" es todo un pasote de saxos graves y blues comatoso repleto vorágine y depredación.

"Chasin' the onagro", (producido por Mick Collins de Gories)  el que fuera tercer disco de los bilbainos Atom Rhumba, tiene todo los condimentos para que su escucha sea todo un disfrute. Puedes bailar con "Techno boy" o continuar paliando tu sed con burradas del calibre de "Bomb between your legs".

"How long?/Too short" esta construida para danzar en una pista de baile repleta de cactus, y "Motormuth" es tiene un inicio casi noise de esos que te pone las pilas en cinco segundos. Atom Rhumba nunca nos ha fallado, siempre han sido una dinamo repleta de turbulencias, un pasadizo donde rompernos los pies en movimientos que te quiebran los huesos ("I'm a rocket").

Si su anterior producción "Dirt shorts" (2000) ya nos ponía sobre la pista de hasta donde podían llegar estos aficionados a las cavernas del blues, en este lp suben más el listos con agitaciones casi punks como "Cerebros con esquinas" o veleidades orates cercanas a la no wave ("Set the sitar on fire").

En "Tagliarina" nos dan un respiro y bajan la intensidad para con "Soul Anatomy" revolvernos el alma con este suculento enjambre de abejas musicales que te aguijonean sin remisión y con amor. Lo bueno de Atom Rhmba, es que a fecha de hoy, continuan en marcha, sin remisión, como lo atestiguo el ya antiguo "Cosmic Lexicon", del 2018. Y es que hay fieras, que todos sabemos, es imposible domar.


jueves, 13 de febrero de 2020

DOVES. "Lost soul" (2000)


Siempre me gustaron Doves. "Lost soul" fue su disco de debut, y en él podemos encontrar la base musical de la que fueron construyeron un edificio de rock alternativo, con hechuras, conciliando la calidad con unas composiciones que en su día se alzaron en las listas de lo más radiado.

"Firesuite" y "Here it comes" es el mejor incio que se puede pedir a una producción repleta de una suavidad que te posee; entrañable y a la vez repleta de fogonazos que hacer apagar luces cegadoras. La banda de Manchester formada por los hermanos William, consiguen elaborar unas estructuras edificantes de rock con pinceladas de teclados, una abanico de densidad lírica que reparten con destreza en su almanaque de sorpresas ("Break me gently").

Temas redondos facilmente reconocibles y que dejaron su huella en aquellos años ("Sea song"), se unen junto a otros que marcan por su especial manera de sincronizar aires cercanos al britpop con una personal forma de danzar entre himnos de sedación instantánea ("Melody calls").

La canción por la que dieron el pelotazo fue "Catch the sun", una auténtica concatenación de vigor, melodía y estribillos de esos que convierten lo gris en colorido. La tranquilidad vuelve con la pausada "The man who told everything" con cierto aliento setentero y que da paso a "The cedar room" otra maravilla de esas para disfrutar con agrado.

"A house" es la pone el punto final a este disco de una banda que también nos regaló buenos discos para nuestra discografía, como "Last broadcast" (2002). Con Doves, el rock alternativo, parece que tuvo sentido como estilo.



martes, 11 de febrero de 2020

CAMELLOS. "Calle para siempre" (2019)


Desde el sábado que empecé a escucharlos, llevaré ya unas 20 audicciones. Y la cosa va en aumento, porque después de ponerte en bucle bestialidades como "Mazo", sólo te quedan ganas de hablar y hablar sin parar de este torrente de genialidad que despide esta banda de forajidos que tiene a Embajadores como centro de la catarsis,  y que tras un primer trabajo delicioso ("Embajadores"-2017)  han construido un festival de punk aberrante con melodías que son himnos de esos que jamás perecerán.

Letras locas, palabras compulsas, locura impresa al vacío para uso y disfrute del personal tan necesitado de escapes en una adocenada escena que no da para mucha trangresión ("Arroz con cosas").

Y es que son irresistibles cuando en pasadas sónicas como "Pesadillas en el hotel" describen los infortunios de unas vacaciones a ritmo de un art-punk orate, repleto de astillas y cachondeos. Colosales los chicos. En la total "Healthy" se parten la caja con tanta gilipollez actual sobre que como hablar, expresiones que denotan el nivel anormal cerebral de mucha gente que se le va dando de listo y solo consiguen parecer cada vez más idiota. Los Camellos lo cuadran.

"Tentaciones" es total, amor estrangulado por el abuso de poder de los que mandan en los curros. Besos esclavos a ritmos pausados con guitarras juguetonas, que da paso a "Sabor a cobre" a otro relato de esos con sonido ochentero descacharrado poniendo la diana esta vez a los que para comer necesitan un master y cuatro doctorados. Cachondeo al por mayor y esto que no para.

Y que me decis de "Tarde de cines" donde sacan a relucir todos los trapos podridos que salen a la luz en esas reuniones obligadas en las fiestas que todos sabemos donde a pesar de que todo apesta tu tienes que plantar tu mejor sonrisa. Camellos lo hacen todo bien. Sus descripciones de los males que nos aquejan siempre acompañadas de corrosivas proclamas son todo un canto a la insurección personal.

"Para ya" es mi preferida. Esta vez con el trabajo como eje principal de critica, y toda la esclavitud soterrada que conlleva muchas veces el hecho en sí de tener un sueldo. En "Vaya a la cárcel" , son los 90 los que se cuelan por los ritmos alocados y que da paso a la ultima de esta gran aventura que es "Calle para siempre", "Es tan 2020", otra excusa para un tarereo sin concesiones.

Espero que este año sea su año, que se cuelen por las rendijas de nuestros estamentos musicales. Higiene punk que te hace feliz, una buena andanada de excusas para seguir confiando en el hecho de que la compra de un disco te puede repartir una gran estampida de gozo.




domingo, 9 de febrero de 2020

DJ SPOOKY. "Optometry" (2002)


Pedazo de elenco musical del que se hace acompañar Paul D.Miller (Dj Spooky) en este "Optometry". El pianista Matthew Shipp (en la inicial "Ibid, desmarches, ibid" te quedas sin palabras), William Parker, al bajo, o Joe McPhee al saxo y trompeta, por citar algunos, hacen de este trabajo, uno de los puntos fuertes de la discografía de ese maestro de illbient que es Dj Spooky.

Es este un disco donde conviven el jazz, la música electrónica, el hip hop, en un cóctel de esos que te deja sin palabras, con un arsenal sónico de motivos para disfrutar y repetir su escucha ("Reactive switching...). En "Variation cybernetique:rhythmic  pataphysic part I", Miller nos hace viajar hacia el minimalismo abastracto en una bella aberración.

"Asphalt ("Tome II)" es una pasada de rap años 70 entre murmullos beligerantes y pulsiones beats para que tu conciencia no se adormezca y que da paso a los once minutos del tema que titula el álbum, donde la electrónica y la batería son los ejes predominantes de una zambullida por las tensiones oscuras que te deja sin habla.

Más jazz investigador y free en "Sequentia absentia" para caer rendidos al piano de "Rosemary", puro festival de lirismos arrollador que en "Dementia absentia" cede el protagonismo a la flauta como eje principal de una sonoridad que te arrolla. La tensión crece con el hip hop de "Paratches" y toma derroteros de épica cuanto te enfrentas con esa mayúscula canción que es "Perphique" donde el jazz más libre te deja sin aire, y tu a gusto en un mundo de suavidad extrema.

A los que aun no han caído bajo el influjo de este artista, recomiendo encarecidamente la escucha de este "Optometry" un lp valiente, que hará las delicias a los que sin prejuicios busquen vuelos sin paracaídas.


jueves, 6 de febrero de 2020

APARTAMENTOS ACAPULCO. "Nuevos testamentos" (2017)

Todo gira en torno a Los Planetas. Son de Granada como ellos, el técnico de sonido es el mismo que tienen Jota y sus compinches, y el sonido,  es puro éter que recuerda a los primeros pasos de una de las bandas más importantes que hemos tenido por aquí.

Sus dos voces cantantes, Ismael Cámara y Angelina Herrera, también hacen lo posible para que el quinteto que tiene nombre de vacaciones allende los mares, se les asocie a Los Planetas por todos los costados.  También ayuda a eso las canciones, que funcionan a pesar de que el engranaje y la estructura son similares.

"Bing bong" funciona desde el primer momento. Tiene algo, por esa cadencia sonora que se enreda en un feedback de noise pop que refleja la voluntad de sus miembros de continuar la esencia sonora planetaria. "Juan sin Miedo" fluye como una triste letanía y "Amigo sol" es otro calambrazo de distorsiones apaciguadas por sus dos tenores voces.

Himnos tenemos por doquier. "Romance de verano" seguro que enganchará a los que ahora están empezando en esto, con su subida y bajada, con la voz que te engancha, con ese aire galáctico que tanto recuerdos nos trae. "Qué quieres de mí" es puro shoegazing y "Scarlett" es otra estratagema eficaz que perfora tus tímpanos a base de melancolía y zumo de lirismo.

"El Almendro (nuestro motor)" quizás le falte la voracidad melódica que tiene la mayoría de los temas del disco y el inicio de "La langosta" es como un deva vu inspirador que nos trae de repente al fantasma de Cocteau Twins. "Nuevas esferas" y "Posible final" finalizan este viaje por el cosmos de una banda que sabe bien quienes son sus padrinos, a quien les debe los pedazos de fama que en el futuro pudieran tener.

Dejamos para otro día la audición de su ultimo disco "El resto del mundo" (2019). De momento, nos perdemos en este tobogán con asteroides, golosinas varias y psicodelía del sur.



martes, 4 de febrero de 2020

RIDE. "This is not a safe place" (2019)


Pongo el cd, doy al play, y suena esa maravilla que es "R.I.D.E.". Qué más podemos pedir de ellos. Que fragancias  despiden con su shoegazing arrollador marca de la casa. Mark Gadner y sus chicos nos siguen emocionando como cuando nos compramos ese pedazo de disco con la cara pintada.

Y es que pese a quien pese, la salud actual de Ride vive en una continua primavera, con joyas melódicas como "Future love", britpop con gancho y espuma, himno de esos que barruntan siempre cosas nuevas a disfrutar.

"Repetition" guiña un ojo a New Order y a esos ochenta tan lejanos, con un contundente arreón guitarrero para uso y disfrute del respetable. Una maravilla. Como "Kill switch" y ese aire que tiene a los Sonic Youth. Puro noise rock, peligroso, repleto de aristas, soberbio. Joder con los Ride.

Lo suyo es llevarnos a su terreno con todas las armas que poseen (que son muchas), porque cuando se ponen indie lo cuadran en temazos como "Clouds of Saint Marie", de lo más álgido de un trabajo que no tiene ningún pero, que es puro disfrute de principio a fin.

Tantos años han pasado desde los 90, que quizás alguno esperaba que Ride se iban a instalar en la comodidad, en los escalones más bajos de la inspiración. Craso error,. "This is not a safe place" es un portento, un disco de larga duración que se pasa en un pispas, repleto de volutas de humo adormecedoras ("Eternal recurrence").

Y justo en la mitad del disco, la mejor, otra bofetada sónica llamada "Fifteen minutes", que seguro hará sonreir a Kim Gordon y a sus antiguos compinches. Luego, en "Jump jet" y "Dial up" vuelven a introducirse en el bucle espacio temporal para revivir de una manera encomiable un pasado de esos que es mayúsculo.

En la parte final de "This is not a safe place", "Shadows behind the sun" te saluda desde una atalaya donde las flores que se mueven al son de los rayos de sol, se sienten magnetizadas por la ilusión de una sombra  Los ocho minutos de "In this room" son la mejor manera de poner el punto final a una vuelta de esas por todo lo grande. Por cierto, los tenemos de gira por aquí, para quien quiera no perderse sus efluvios de otros tiempos.


domingo, 2 de febrero de 2020

RAINER MARIA. "Long Knives drawn" (2004)


El trio norteamericano capitaneado por la bajista y cantante Caithlin De Marrais, fue una contundente banda, que nos regaló buenas raciones de emocore, emociones compartidas con la furia de sus guitarras, y por el rasguño de sus melodías.

Este "Long knives drawn" es el trabajo que más me gusta, de una carrera que acabó en 2006 con "Catastrophe keeps us together", aunque en 2014 se volvieran a juntar para girar y esparcir sus espasmos de corazón.

Porque espasmos son sus canciones, como la que inicia este álbum, "Mystery and misery", repleta de cuchillos afilados entre suspiros que van y vienen. Buen armazón instrumental que a veces recuerdan a unas Throwing Muses cabreadas ("Long knives") y otras siguen al dedillo las maneras más efectivas del género para cercerarnos el corazón con hits de esos instantáneos que te fijan los latidos, que te hacen crear besos imposibles de dibujar, como la mejor del disco, la sobresaliente y emotiva "The double life".

Me gustan cuando se ponen cañeras, ("Ears ring"), o cuando bajan el pistón y se relamen las heridas en soberbias composiciones inquisitivas y voraces ("The awful truth of loving"). Emocore con cordura y estrellas en las palabras, sugestión y lirismo, paso a paso construyendo un edificio siempre soleado con pararayos que alejan la desgana ("The Imperatives").

"Floors" es otro salpullido que escuece y hace daño y "CT Catholic", tira de distorsión para crear un autentico torrente de feedback que te acaricia y provoca. Para terminar, "Situation: relation", la más tranquila, una manera efectiva de decir adiós.

Emocore con base de rock potente, palabras tejidas con mimos, ruidos y un café antes de dormir. Sensaciones, y más sensaciones que provocan la audicción de Rainer Maria. Citando a Rilke,de donde sacan su nombre, "Una obra de arte es buena cuando surge de la necesidad". Pues eso.