sábado, 31 de diciembre de 2022

SCOUTT NIBLETT. "I am" (2003)

 


La cantante inglesa Emma Louise Nibblet (Scoutt Niblett), recurrió al gran Steve Albini como productor del que fuera su segundo disco. Y claro, si Albini está por medio tenemos claro que la calidad del sonido es superlativa, aunque escuchando la inicial "Miss in love with her own fate" nos estamos enfrentando a una sacudida de lofi destartalado. 

Es con "No-one's wrong (Giricola)", cuando la cosa se pone seria, con una tensión que notas que va subiendo poco a poco. y que en "Until death" se convierte en un entramado sónico de distorsión siempre reforzada por la voz de Scoutt. "Fire files" nos recuerda a Pj Harvey para en "I'll be a prince (shhh)" someternos a un drama sónico de lentitud envolvente. 

"Boy" y su minuto y medio da paso a "Drummer boy" una de las piezas más logradas de un trabajo que marca sin duda un momento especial en la carrera de una artista que quizás se hubiera merecido algo más de suerte. 

Donde se nota más el toque de Albini es en "12 miles" y en la lenta pero espectral "It's all for you", caricias envenenadas para una tarde de nostalgias necesarias. El camino de Scoutt Niblett terminó en 2013 con "It's up to Emma". Queda una buena colección de postales sonoras que cosas que decir. 

Con este artículo despedimos 2022. Os deseo a todos un buen año nuevo, mucha felicidad y salud, mucha música y buen juicio. Vamos a por el año 13 de Discos Pensados. Buen número que seguro traerá música tan interesante como en este año ya finado. 


jueves, 29 de diciembre de 2022

SOULSIDE. "A brief moment in the sun" (2022)


 En comparación con la nefasta vuelta de Archers of Loaf,  el retorno de Soulside con este "A brief moment in the sun" es un suculento caramelo de 12 temas donde esta banda mítica del post hardcore se escora hacia una especie de emocore emotivo y repleto de variantes, todas ellas espectaculares ("Time like these" o "Day 2"). 

Famosos por ser el grupo donde se fogueo Scott McCloud (Girls Against Boys), el retorno de Soulside, como no en el sello de referencia Dischord, está plagado de melodías y canciones que contagian ("Every clover") y que te hacen que las escuches una y otra vez como ese puntazo que tira para single llamado "Tambourine". 

El disco transcurre lejos de lo que Soulside fueron al principio, sobre todo en tonadas del tipo de "70's Heros". Pero no nos importa. Nos sobrecogen de la misma forma con sugestivas reflexiones que deambulan casi por el rock ("Resolved"), aunque no se dejan en el camino el vigor de la distorsión ("Rediscovery"). 

"A brief moment in the sun" es un trabajo interesante, que nos hace poner los puntos en estos artistas que llevan tantos años en la carretera y que aun quieren ver lejos el retiro musical. Un grupo que después de estar en el dique seco tantos años saca canciones como "Survival" o ""It's all about love", bien merece que les tengamos en nuestra agenda de grupos a volver a tener en cuenta.


martes, 27 de diciembre de 2022

ELEVENTH DREAM DAY. "El moodio" (1993)


 Este disco contiene una de las canciones más espeluznantes que grabó Eleventh Dream Day en su carrera, "Honeyslide" un zarpazo directo a tu corazón, una letanía lírica donde es fácil quedar atrapado en su telaraña a la primera escucha.

Y es que "El moodio" uno de los discos más reconocible de los de Chicago es un autentico goce repleto de distorsión y puestas a punto dentro de un poderoso juego eléctrico donde Rick Rizzo y Janet Beveridge Bean, lideres de la banda, nos sumergen en uno de los momentos más placenteros del indie rock norteamericano.

O sino dime que si puedes parar de moverte cuando suena "Motherland" energía repleta de geisers, de fuegos fatuos y de una melodía exquisita. Medios tiempos como la gloriosa "Rubberband" con ese toque a Neil Young que es todo un portento. 

"After this time is gone" es otro de esos himnos por los que no pasa el tiempo, una bacanal de melodía que te envuelve, un camino de rosas y pedestales buenos. Que grandes y que necesaria es su recuperación como banda necesaria para ver la evolución del indie rock desde los 90 hasta nuestras fechas. Cazi rozan el punk en "That's the point" para adentrarse en el NRA con "Murder".

Y de repente te encuentras con "Figure it out" otra de las epopeyas de un disco que es colosal de principio a fin. La voz de Janet es superlativa y da ese toque de dulzura a la furia contenida de un grupo que tienen en arranques tan directos como "The raft" su seña de identidad más característica.

Todo "El Moodio" es para no perdérselo, para tomarlo a sorbos largos ("Beng Bridge"). El 2021 sacaron ese necesario "Since grazed" donde pudiimos comprobar que estan en plena forma. De momento, nos bastamos con desempolvar este crujido devorador por el que no pasa el tiempo.



domingo, 25 de diciembre de 2022

MICHEL CLOUP. "Backflip au-dessus du chaos" (2022)

 



Michel Cloup está de vuelta. Un año después de su anterior trabajo "A la ligne" sobre las letras de Joseph Pontus, "Backflip au-dessus du chaos" le pone de nuevo en la actualidad, está vez el sólo como maestro de ceremonias de un disco que se lo ha currado en su casa de principio a fin y que tiene variantes al sonido del que estábamos acostumbrados. 

Para empezar, "En attendant demain" un furioso collage de ruido y de la rabia característica de Cloup, marca de la casa y que da paso a la que fuera canción introductoria del disco, la vacilona, casi electrónica "Mon ambulance", con un clip que es un punto.

Michel sigue en forma. "Introspection" es rabiosa, un espasmo sónico que te obliga a no parar de moverte, un racimo de veneno, distorsión a raudales para uso y disfrute de los que le seguimos desde los tiempos de Diabologum. Desde esa época no me he perdido ninguno de sus trabajos, y la verdad es que encontrarte canciones casi tecno como "Brûle, brûle, brûle", no deja de sorprenderme. Queriendo expandir su mensaje con nuevos lenguajes sin olvidar la base de su destreza artística. 

Uno de los puntos fuertes de este cd lo encontramos en "Lâcher prise", un continuo vaivén frenético, una especulación que poco a poco va creciendo entre ruidos y asonancias que revelan que la capacidad del músico de Toulouse de seguir abriendo caminos.

Aunque el Cloup que siempre prefiero es el de canciones como "Résurrection" o "Dix ans" pequeños hits decadentes de enganche inmediato. En eso es un crack.  El lenguaje como medio para convertirnos en seguidores de una música que sabes que está hecha con las vísceras más profundas. 

La más floja para mi gusto y el único pero del disco es "Vieillir" donde abusa demasiado de los ritmos electrónicos, no logrando armonizar con el resto del lp. Menos mal que a continuación acomete el final de esta travesía con dos ases ganadores, "Ciao bye bye" y "L'internationale 2022". 

El nuevo Michel Cloup está de vuelta. Con las mismas energías que antes pero acompañado de unos modos musicales que se agradecen. Buen disco. 


viernes, 23 de diciembre de 2022

PERISTALTIK MOVEMENT. "Peristaltik movement" (2022)

 

Peristaltik Movement es el trabajo de un artesano del riesgo llamado Laurent Ciber, (de Lorraine y afincando en Marsella)  que lleva toda una vida construyendo instrumentos musicales nacidos de materiales reciclables, elaborando un universo propio denso, repleto de sombras,  ambient industrial desde un lugar donde como en la portada que ilumina este disco, la luz pasa a murmullos.

Fue bajista y fundador del grupo punk industrial Muckrackers (1992-2005), y desde 2015 está trabajando con su nuevo proyecto bajo el nombre de Noise Ferraille Tout, algo así como el sonido que nace de la chatarra.  Porque la labor de Laurent es dar vida a lo innane, a lo que habita en el frío más gélido, a lo que ya pace en un contenedor donde yace lo muerto. Hace revivir el sonido de lo inservible, produciendo discos como este último "Peristaltik movement", no apto para corazones sensibles al acero. 

Observas la portada y empieza a sonar "Ouverture" y a continuación "Acte I", como un juego de espíritus que pacen en la niebla, con una asfixiante radiación de cristales rotos. Sobrecoge la música de Laurent, el impulso hacedor de vida que da a los objetos muertos y que estos le responden con sonoridades de esas que siempre dan miedo ("Acte II"). 

Aquí el noise es ambient con arrugas en las entrañas, aquí se crean mapas sensoriales donde cada uno puede hallar cuevas que son refugio para el silencio ("Acte III"). El disco se editó en 2021 y ahora ha sido remasterizado. Crudeza sonora para afrontar el invierno, sumergirte en "Peristaltik Movement" es entrar en un laberinto de goznes que suenan a espanto ("Acte IV") y donde tienes que tener el espíritu preparado para este tour de force que requiere de la calma para afrontar la travesía. 

Los diez minutos de "Acte VI" antes del  ocaso del disco con "Epilogue" vienen a confirmar la valía de un artista que desde el Mediterráneo enarbola su particular visión de la vida, los sentimientos, a través de una extraña coreografía musical donde habitan espectros, deseos perdidos, luces apagadas y sensaciones profundas que te llegan a conmocionar.

https://peristaltik.bandcamp.com/releases



martes, 20 de diciembre de 2022

CRANES. "Wings of Joy" (1991)

 


Que melancolía me entra escuchando este "Wings of  Joy", el primer disco de esta banda inglesa, que deambuló entre el dream pop  y la música gótica, con el protagonismo absoluto de su cantante Alison Shaw como duende hacedor de extrañas sensaciones ("Watersong"). 

Y digo lo de la melancolía porque cuando los conocí fue como teloneros de The Cure en aquellos lejanos años, y rápido quedamos todos prendados de esas puesta de escena y de esas canciones repletas de misterio ("Thrusday"), a veces afilando cuchillos en una noche de peligros ("Living and breathing"), otras haciendo que el piano sonase a guillotina ("Leaves of summer"). 

Pasa el tiempo, vamos sumando años, y necesaria es la recuperación de la banda sonora que nos hizo crecer en un torbellino de combustión espontánea. Un lujo volver a la retadora "Starblood", a ese pedazo de hit del terror llamado "Sixth of may" o a "Wish" y su catarsis de luces que se apagan y se encienden. 

La banda estuvo haciendo discos hasta el 2008, año que sacaron su disco homónimo como despedida de un marcha marcada por el misterio ("Tomorrow's tears") , por las canciones repletas de hielo y de sueños compartidos por los que siempre estamos en el lado oscuro ("Beautiful sadness").  Un punto carabetero con "Hopes are right", una sacudida de tensión eléctrica con la mejor del disco, "Inescapable".

Así recorres "Wings of Joy", sabedor de que en sus canciones te podías esconder esperando la venida del hombre del saco, o quizás por miedo a sacar fuera todo lo que tenías dentro te contentabas con poner "I hope" y esperabas ver la vida pasar. 


domingo, 18 de diciembre de 2022

BILL CALLAHAN. "YTILAER" (2022)

 


Casi acabando el año y aquí que me topo con el bueno de Bill Callahan en uno de los mejores discos de este 2022 que ya se acaba. Vaya trabajo ha pergeñado. Desde que suena la cautivadora "Firts bird" no puedes de parar de escuchar esta divinidad musical repleta de un motón de sensualidad, de folk con pulso de jazz, siempre con la voz de Callahan como eje percutor de una forma de hacer música que es pura artesanía. 

Realidad al revés. Así se titula el lp. Y entre sueños que andamos bregando cuando te enfrentas a ese torbellino emocional llamado "Everyway", con la guitarra acústica haciendo de molino de viento en un viaje hacia lo más íntimo. 

Canciones que hablan del día a día, de la familia, de los sentimientos, siempre pulsando la tecla perfecta para que el oyente caiga en un dulce letargo, en una ansiada puesta en escena de cisnes abandonados a su suerte en un desafortunado parque abandonado. "Bowevil" casi parece una canción india que se mueve a través del desierto de aquellos antiguos dioses ya asesinados por la coartada de los tiempos modernos. Te quedas sin aire ante tan magna belleza. 

"Partition" también participa de ese grupo de canciones del disco que parecen nacer en bruto y se desarrollan como un espasmo que es imposible parar, solemnes y a la vez repletas de extrañas distorsiones. 

Pero cuando más deslumbra es cuando la calma toma al asalto el puzzle de su sonido. "Lily" es música con raíces profundas en el folk norteamericano y "Naked souls" con ese piano que acompaña todo ese recital vocal de Callahan que te deja a los pies de los caballos, sin saber si vas a poder soportar tanta magia junta, con esa trompeta que suena como un medicamento para curar la sed de paz. Bendita armonía. 

"Coyotes" que fue la canción que anticipo el disco es un hit inmediato, donde la guitarra eléctrica suena como un coro de abejas en una primavera eterna. No hay tema malo, aquí todo es orfebrería al por mayor, delicadeza inaudita, goce y más goce. Música como "Drainface" hacen que las casas se llenen de una hondura de esas que favorecen la dicha inmediata. 

Y que decir de ese otro petardazo llamado "Natural information", con los vientos sueltos dando mamporrazos, con los coros de ángeles del ocaso, góspel desde granjas perdidas. En "The horse" vuelve la suavidad a instalarse en el decorado donde el barítono Callahan consigue hacer de su forma de cantar una tormenta perfecta. 

"Last one at the party" pone el punto final a este desgarro, a ésta ópera de sonidos esdrújulos, de los mejores trabajos de la carrera de Callahan, y de obligada escucha en estos tiempos que corren. 


viernes, 16 de diciembre de 2022

BARBARA MORGENSTERN. "BM" (2008)


 La artista berlinesa trabajó a fondo en el que fuera su quinto trabajo, donde emplea el polaco, el inglés y el alemán en una amalgama de sonidos que se reciben con autentico placer desde que empieza a sonar la minimal "Driving my car" con ese piano cautivador y esos arranques de épica que suena como un tiro. 

En "BM" cabe casi de todo, y todo está hecho de maravillas. Desde el arranque casi de noise pop de "Come to Berlin", hasta el sonido de cabaret de sideral que te encuentras en "Reich & berühmt", o esa candidez lírica de "Für Luise"; un placer para una merienda junto a un lago repleto de sombras que acechan con la llegada de la luna. 

Que bonita suena la tranquila "Camouflague" con la colaboración de ese cantor ruiseñor llamado Robert Wyatt. Sublime. Como también lo es la que la sigue, "Hochahaus" perfilada hacia estadios de latidos devoradores de pechos. 

Hasta se atreve con sonidos casi industriales en "Morbus Basedov", para en "Monokultur" seguir por la senda de la transcendencia infantil. Barbara Morgenstern se las apaña para fabricar notas a pies de página de sonidos de esos que te dejan en suavidad el habla ("Jakarta"), para terminar en "Hustefuchs" con una elaborada pieza casi neoclásica. 

Un interesante trabajo que se deja oír, sentir, y que pasa rápido y veloz, como las notas ágiles de ese piano que no para de sonar en este buen disco. 



miércoles, 14 de diciembre de 2022

COWS. "Whorn" (1996)


 Fueron (a mi modo de entender) la mejor banda de aquel seminal sello discográfico que fue Amphetamine Reptile, con ese sonido tan brusco, tan característico, pero que la trompeta, trombón de Shanon Selbergs, siempre les dio una punto diferente frente a otros colegas de época y sello. 

Y eso que la cosa en el que fue el penúltimo disco de la banda con ""Divorcee'e moore", les acerca a una versión embrutecida de Misfits. Pero no hay que tardar mucho para que el disloque comience. "A oven", de las mejores de su carrera, donde la trompeta se regocija en espasmos continuos mientras la banda a lo suyo se divierte de lo lindo. 

Quizás "Whorn" no sea de lo más borrico que hayan echo, pero si es uno de los trabajos donde se nota los años que llevaban en la brecha, matizando un sonido ya de por si avasallador. Sus medios tiempos son pura diversión hipnótica ("The warden"), y cuando abrazan la ortodoxia del noise rock les salen pasadotes de tipo de "Mas-no mas".

Distorsiones que abrasan ("Four things"), himnos casi rock anguloso con guitarras locas ("Tropic of cancelled"),  o casi intentos de lobotomizar el blues como lo que nos encontramos en "The New Girl", todo era posible en el universo sónico de estas vacas sagradas del noise rock más bizarro. 

Flipas con las agresiones de ruido del tipo de "Organized meat", y quizás para poner un pero,  la presencia de la trompeta debería haber sido más determinante, porque cuando aparece (como en este tema), la cosa se desborda. 

Casi al final, la mejor "Massa Peel" donde resumen a la perfección lo que fue este gran grupo. No hay que perdérselo si aun no los conoces. 


domingo, 11 de diciembre de 2022

EARLY DAY MINERS. "All harm ends here" (2005)

 


En el año 2011, sacaron su último disco, "Night people", este grupo de Indiana, aficionado al slowcore de corte campestre, rubores varios en sus composiciones, y que tiene en "All harm ends here" uno de sus mejores trabajos, canciones enlatadas para la hibernación de la tristeza ("Errance"). 

Tuve la fortuna en su día de verlos en directo, donde plasman con intensidad todo lo que oímos en sus discos. Tranquilidad que asume su papel de ganadora ("Townes"), juntos a pequeños himnos de andar por casa para que los días que estemos de bajón poder pertrecharnos bajo su paraguas ("The union trade"). 

Era imposible cansarse de Early Day Miners. Su slowcore siempre llegaba muy adentro ("Comfort/Guilt"), y a veces se las apañaban para subir el disparadero de la distorsión como nos muestran en "All harm".

Pero lo que predomina son los virajes suaves entre montañas de rocío que no sabe donde meterse ("Precious blood"), o salmos corrientes para ver amanecidas salutíferas como esa preciosidad llamada "We know in part". 

También sus giros acústicos eran tormentas perfectas ("The way we live now"), donde resistir el abrasivo fuego de la incertidumbre. Early Day Miners, medicina para las tardes sin sol y con pocas ganas de luz. Un buen recuerdo. 



jueves, 8 de diciembre de 2022

COP SHOOT COP. "Consumer revolt" (1990)

 


"Consumer revolt" fue el primer trabajo de la banda de noise rock de New York, Cop Shoot Cop, y en sus 13 canciones, está sintetizado lo que más tarde harían en sus siguientes 3 discos antes de su disolución. Rock anguloso que repta y te reta ("Lo.Com.Denom"), con aires industriales para meter miedo ("She's like a shot"). Soberbios de principio a fin. 

Y es que el grupo de Tod Ashley y compañía supieron como enarbolar un discurso que desde el principio nos enganchó. Su mejor trabajo vino después, en 1993, el insuperable "Ask questions later", pero ya con temas como "Waiting for the punchline" o "Disconnected 666", supieron edificar todo un armatoste de música amante de apocalipsis pasajeros, de ruidos nacidos de una maquinaria infernal. 

Cop Shoot Cop, bien pudieran pasar como unos hijos adoptivos de Swans. Tienen esa cadencia sónica que les hermana con ellos, tienen esa capacidad para crear espacios de asfixia ("Smash retro"), o burradas del calibre de ""Burn your bridges".

Siempre asociados al peligro, Cop Shoot Cop no tuvieron una carrera muy amplia, pero si que pudieron sintetizar ese malestar hacia los tiempos modernos, hacia la degradación del ser humano, cada vez más estrangulados por una sociedad que ansia tener ciudadanos uniformados, sin salirse del camino ("Fire in the hole"). 

La verdad es que toparse con petardazos como "Pity the bastard" es todo un puntazo, riesgo y sierras de guitarras, voces que apabullan y rugidos a mansalva. Como "System test" y esa decadencia que todo lo puede en un tema que te deja sin palabras. 

Cop Shoot cop, una herida en el sistema, una cicatriz de caos e insolencia. Una banda que hay que recuperar y hacer de su sonido algo actual, presente. 


miércoles, 7 de diciembre de 2022

ARCHERS OF LOAF. "Reason in decline" (2022)

 


"Reason in decline" es el primer disco del mítico grupo de los 89 de indie rock, Archers of Loaf en 24 años.  Mi pregunta es si realmente hacia falta esta vuelta tan descafeinada en todos los aspectos. Y eso que le he dado oportunidades a su escucha, para comprobar si realmente pudiéramos salvar un conjunto de canciones que salvando alguna excepción navegan a la deriva. 

La cosa empieza mal con la casi AOR, "Human", y parece que quiere remontar el vuelo con las dos siguientes "Saturation and light" y "Screaming undercover", donde parecen querer recuperar el brío de otros tiempos, y por lo menos ponen algo de ganas en transcender. 

Oyendo sus discos antiguos y éste "Reason in decline", queda claro que los años en barbecho no les ha sentado nada bien por mucho interés que pongan en ponerse al día. "Mamas was a war profiteer" suena sosa y sin dinamismo y "Aimee" es una insulsa balada que aún me pregunto que pinta en la discografía de una banda que en su día eran soberbios en eso de casar distorsión y melodía. Vaya desastre. 

La verdad es que antes de comprar el cd me guie por las ganas de encontrarme sino a los Archers of Loaf de los 90, por lo menos a unos dignos continuadores de esa manera de hacer indie rock. Decepción absoluta. "In the surface noise" me recuerda a los peores momentos de Soul Asylum y "Breaking even" chirria por los cuatro costados.

"Misinformation age" es de las salvables para acabar de la peor manera posible con dos ladrillos como "The moment you end" y "War is wide open". Y es que cuando no se tiene nada que decir es mejor permanecer callado. 


lunes, 5 de diciembre de 2022

CODEINE. "Frigid stars" (1994)

 


"Frigid stars", para el que escribe, es uno de los grandes discos de la historia de la música. Vamos, que en una hipotética lista, estaría entre los 20 primeros. Y es que es de esos trabajos que entra como una cuchilla en tu corazón, que afila los posos de tristeza que te quedan con una lentitud que te hechiza, que te deja sin palabras. 

Fue el primer disco de estos chicos de New York, y la mejor propuesta de slowcore, insuperable desde que suena "D" y no puedes dejar de subir el volumen que se enfrasca entre vaho de distorsión y la voz de Stephen Immerwahr sintiendo los latidos de un invierno que penetra hasta la yugular de tu alma. 

Vaya sonido. Vaya manera de fabricar himnos, como "Gravel Bed" y ese lasitud que todo lo llena, esa afonía de suspiros, esos arreones de electricidad que hacen caer cielos e imperios de cariño. Oírlo hoy, después de tantos años, en como volver a repetir lo que sentí en los 90, cuando fueron la banda sonora de tantos momentos de decaimiento. El derrumbe por los menos estaba acompañado de flores, aunque éstas no florecieran jamás. 

Me pongo "Pick up song" y no puedo más que quitarme las telarañas de los años, mirar la arrugas como quien se detiene ante una evidencia que no asusta y sentir como los pelos del brazo constatan que la emoción es un festival de estruendos internos. 

Estrellas frígidas. Con solo ese nombre, te puedes imaginar lo que se encuentra en este sarcófago de tristeza inmensa, de pulsiones íntimas que se desatan cada vez que suenan cosas como "3 angels", un misterio sin resolver, la cadencia de una nana rota. Me quedo sin aire con ellos, con su esencia, con ese universo que forjaron a base de rumores y melodías momificadas. 

Y cuando viene "New year's", una de las mejores canciones de toda su corta carrera, (un cover de Bitch Magnet, un villancico del terror, o una carta de amor envuelta en un adiós) ya te tienen totalmente sobrepasado, enganchando a este festín de nubarrones deliciosos y atrayentes. 

Luego toca cerrar los ojos, pulsar el play, que salga a darse un paseo camino de todos los silencios posibles "Cave-In" y festejar la suerte que has tenido en la vida, por haberte topado con un disco como este, parecetamol en vena para infecciones del sentir. 

Y esto es un no parar, un columpio sin freno hacia peligros ignotos, hacia pasiones profundas, donde temas como "Cigarettes Machines", son expeditivos condimentos para crear tensiones de esas que pueden romper cielos. Y ya casi en el ocaso de este viaje, dos temas que son crisálidas de un pánico que desborda, "Old things" y "Pea", para temblar icebergs, para cantar gritos de mudez extrema.

Codeine, todo un bálsamo, uno de los grandes, sus epopeyas sónicas han sobrevivido con fuerza desde su lejano nacimiento. Ahora, como antes, nos arrullan cuando no tenemos un buen día. Grandes.



viernes, 2 de diciembre de 2022

XIU XIU. "Fabulous muscles" (2004)


Reconozco que con el tiempo Xiu Xiu me han dejado de gustar, que la voz de Jamie Stewart ya no me provoca más que apatía. Pero al principio, cuando los conocí, no paraba de escucharlos, sobre todo sus cuatro primeros discos que me zambullía en ellos con una desbordante alegría. 

Este "Fabolous muscles", mi preferido, fue el tercero de su larga carrera, y tiene las mejores canciones que han compuesto jamás. Empezando por "Crank heart" y sobre todo con ese pedazo de cohete llamado "I luv the valley oh!", puro The Cure pasado de vueltas, con Jamie cantando mejor que nunca en un soberbio pasadizo instrumental que es todo un lujo. 

En esta parte de su carrera el sonido de Xiu Xiu no irritaba, como si que pasó en sus posteriores trabajos, y es un punto toparte con temazos del tipo de "Bunny gamer" o bizarrías como "Support out troops oh!", donde el ruido toma las riendas en una suculenta bacanal de distorsiones febriles. 

La que titula el lp es una lenta nana repleta de agonía, suave pero con rocío de angustia, suspiros y tensión rebajada. Como "Brian the vampire" y su chatarrería tecnológica que es un mar enfurecido. Pero cuando mejor funcionaban es cuando bajaban el pistón y se dejaban llevar por extrañas melodías repletas de intriga y pasión ("Nieces pieces"). 

La mejor canción, casi al final, "Clowne town", canción de autor con alaridos pop y una ralladura de esas que son todo un festín para tus nervios auditivos. En conclusión, "Fabulous muscle", una vesanía sónica de un grupo que empezó como un cohete y se fue difuminando con el tiempo. 
 


miércoles, 30 de noviembre de 2022

INTERPOL. "The other side of make-believe" (2022)

 


Una sombra de lo que fueron. Escucho este anodino "The other side of make-believe", me pongo después "Turn on the bright light" y me pregunto que rayos ha pasado para que se haya evaporado de una forma tan evidente la magia de una de las formaciones punteras de post punk de la última época. 

Cada disco que sacan es peor que el anterior ("Marauder" ya empezaba a hastiar), y este último, desde que empieza a sonar la superficial "Toni", cuesta paciencia acabarle, encontrar algo positivo a una procesión de apatía tan enorme.

Y eso que la cosa parece empezar bien con "Fables", casi única canción salvable del lp, emotiva, nostálgica, como en los viejos tiempos. ¿Y luego? "Into the night" es una sucesión de ritmos sin gracias, sosa hasta la perpetuidad, y "Mr.Credit", parece que quería ir para himno pero se queda en un conato que no consigue que le prestemos atención.

Superados por goleada por muchas bandas que vinieron después que ellos (Protomartyr, Dry Cleaning, Horsegirl, Squid,  por citar sólo algunas), la música actual de Interpol define el estado actual de un combo que ha perdido la magia ("Something changed"), que vaga perdido militando en una duda sonora continua ("Renegade hearts"). 

"Greenwich" es más de lo mismo. Así hasta el final con "Go easy (Palermo)".  Ni guitarras afiladas, ni melodías que te hechicen, ni oscuridad que pueda aupar a una formación que visto lo visto, deberían plantearse si merece la pena sacar a la luz un conjunto tan vago de canciones. Lo dicho, para olvidar. 



lunes, 28 de noviembre de 2022

ENABLERS. "Some gift" (2022)

 


Los de San Francisco lo han vuelto por todo lo grande. Después de dos años de la edición de "Pigeon diaries", vuelven con toda la fuerza del mundo, con el verbo afilado de su poeta-cantante Pete Simonelli, que desde que empieza el cd con "Phone blows up", no para de darnos motivos para engancharnos a su música. 

Acompañado por unos músicos competentes (entre ellos Joe Goldring que estuvo en Swans), las canciones de Enablers te llevan de la mano desde un slowcore comatoso como ""Beam", hasta confines donde es fácil perderse en la densa bruma de la desolación instrumental ("The stink of purity"). 

A veces Simonelli se las da de predicador ("Suburban death march"), pero lo suyo son las palabras que fluyen como cuchillos entre melodías brumosas como "And other oddities of the brain", o secuencias que casi recuerdan a Swans ("Monkey to man"). 

Pero lo que más predomina en la reflexión, los tiempos de baja intensidad, la especulación instrumental ("The scythe"). Todo para que el viaje siga a la deriva, porque así es la mejor manera de no llegar a ningún lado ("Willard to Kurtz"). 

Para terminar, un himno apocalíptico para definir los tiempos que vivimos ("Year of the dog"). Pura munición para estos tiempos negros, la música de Enablers deja huella sin duda. Una rareza, una extravagancia, una necesaria locura. 



sábado, 26 de noviembre de 2022

PERE UBU. "Why i hate women" (2006)

 


"Why i hate women" fue el primer disco de Pere Ubu (número 13 en su carrera) que sólo contó con David Thomas como miembro original de un grupo que a pesar de las deserciones se nos muestra en este disco tan angulosos y necesarios como siempre. 

Disco donde Thomas da rienda a su afición por la novela negra, y donde en lo musical nos encontramos desde el principio con ese pepinazo de post punk llamado ""Two girls (one bar)" para iniciar  un conjunto de canciones que conforman de lo mejor de la carrera de un combo que siempre será reconocido por la peculiar forma de cantar de su tenor orate. 

"Babylonian warehouses" es una perogrullada que roza la psicodelia, y "Blue velvet" se deja llevar por unos teclados que dan pie a un krautrock de bolsillo. Suenan rugosos y ariscos en "Caroleen", la más bruta del lote, para regalarnos en "Flames over Nebraska" un himno de esos de los que solo Pere Ubu saben fabricar. 

Mi favorita, la número 6, "Love song", lírica, hermosa y embaucadora a la vez, te entra de lleno a la primera escucha y no la podrás olvidar. "Stolen Cadillac" es marciana y "Mona" con ese bajo que domina todo el tema, es una maravilla que quieres que nunca se acabe. 

Y para terminar el veneno, "Texas overture" y su concatenación de ideas siempre al lado del artrock más transgresor. Y es que a Pere Ubu hay que tenerles en un altar. Con ellos todo puede pasar y es imposible el aburrimiento. 


miércoles, 23 de noviembre de 2022

THE CLEANERS FROM VENUS. "Going to England" (1987)

 


Pedazo banda los Cleaners. Una joya de esas destacada en el firmamento del indie británico, comandada por el irrepetible Martin Newell, quien es el culpable de que esta maravilla de banda tenga ese prestigio que le otorga los que tenemos la suerte de haber buceado con asiduidad en su larga discografía. 

Porque es tan larga y tan desconocida que es mejor llenarte poco a poco de sus sugerencias tan excitantes.  Y a parte de eso es que es fértil y hacedora de píldoras de tweet pop como son las dos iniciales de "Going to england", "Julie Profumo" y "Living with Victoria Grey". 

O ese inicio con los patos haciendo de introducción a esa melodía soberbia que nos encontramos en "Clara Bow". Y es que una banda que desde 1982 cuando sacaron su primer trabajo ("Midnight cleaners"), se han mantenido siempre a flote, merece nuestro reconocimiento y la recuperación necesaria de una larga colección de discos que no hay que perderse. 

Este que estamos hoy degustando fue el número 9 y está repleto de hits ("Follow the plough"), o "Armistice Day" y ese rutilante espejismo sónico embaucador. Me quito el sombrero ante ese medio funk que es "What's going on in your heart". Una gozada que se degusta con deleite. 

Porque aun no entiendo como una formación que hace cosas como "A mercury gilr" o esa apabullante "Illya Kuryakin looked at me" no haya salido de un anonimato tan inmerecido. Escuchar "Going to England" es alegrarte el día, es entrar en el laberinto de un grupo de esos que una vez que empiezas con ellos no puedes parar. Un deleite. 


domingo, 20 de noviembre de 2022

DRY CLEANING. "Stumpwork" (2022)

 


El presente es suyo. Y el futuro. Ya nos dejaron sin palabras con "New long leg" (2021), pero este "Stumpwork" lo supera por su amplitud sónica, por sus registros envolventes, y sobre todo por la manera en la que la voz de Florence Shaw predomina sobre todos los instrumentos ("Anna calls from the arctic").

Producidos de nuevo por el gran John Parish, suenan más arrebatadores que nunca en composiciones como "Kwenchy kups", post punk para melancólicos paseos sin nadie. Y luego esa capacidad para hacer hits inmediatos del calibre de "Gary Ashby" un torbellino de susurros que emocionan y te dejan sin palabras. Vaya punto. Sin duda de lo mejor del año este discazo. 

"Driver's story" con ese inicio con el bajo retador, sombría y efectista, un lamento de electricidad bajo presión. Como la oscura "Hot penny day" casi como una silueta de Siouxie dibujada sobre los escombros de una sonrisa. La que titula el cd es un pelotazo, un single demoledor, una proeza de melodía que repta y se antoja histórica. 

Luego nos sumergimos en las brumas de "No decent shoes for rain", donde las manos de Parish son más evidentes que nunca. Agitan la coctelera con "Don't press me" para hacernos recordar a The Sound en "Conservative hell". 

Ya en la parte final, "Liberty log" y "Icebergs" nos demuestra que esto no es un espejismo. Que el sonido de Dry Cleaning es inigualable, que han crecido una barbaridad en tan poco tiempo, que tienen algo que les define, que nos hace caer rendido ante ellos desde el minuto 1. Grandes, muy grandes. 


viernes, 18 de noviembre de 2022

CHOKEBORE. "Black black" (1998)

 

Chokebore eran de Honolulú, Hawai. Quien lo diría. Oyéndoles parecen que vienen de una estación invernal de tristeza, de un suspiro que no se apaga ("Speed of sound"). Dinamita lenta que entra a raudales por las tuberías de tu ensimismamiento, Chokebore fueron unos hacedores de música depresiva, de otoños imperecedeceros. 

"Never feel sorry again" estremece desde sus primeros compases, una reliquia de pena que soporta los pilares de la descomposición, batallando entre municiones de lamentos. A veces cogen carrerilla y se aceleran como comprobamos en "You and the sunshine of my life",  para en "Valentine", sumerguirnos en una espiral de suaves relatos de adioses. 

Tuvieron su punto fuerte con su anterior trabajo, "A taste for bitters" verdadero puzzle de himnos decadentes, y este "Black black", fue su continuación desde lugares con corazones tiznados ("Every move a pictures"). 

"Distress signals" destila furia por todos los costados y en "The perferct dale" componen una reliquia de salmos para no dormir en días. O "Where is the assassin" y ese calentura fría que provoca cuando la escuchas. 

Chokebore, garantía para días de lluvia y de ánimos noctámbulos. Lugar donde perderse solo a ratos. Tanto piano roto descorazona sin hay sobredosis de nieblas.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

ONEIDA. "The wedding" (2005)


 Después de ese enorme espectáculo que fue enfrentarse al que fuera el último disco de Oneida, "Success" (2022), uno andaba con ganas de más fiesta, y me he decidido por la escucha de este otro boomerang sónico llamado "The wedding". 

Hacía el disco número 7 de una carrera que empezó a finales de los 90 y que sigue dando buenos frutos. Porque este cd, como todos los de Oneida, cumplen con la función de edificar al oyente. Desde el inicio en plan de himno indie lento, "The eiger", pasando por ese pasote de kraut llamado "Lavender", los de Brooklyn elaboran una sinfonía de estridencias para que hacerte siempre sonreír. 

Se enroscan en la psicodelia ("Spirits"), y hasta hacen boutades que rozan el folk lisérgico como esa cafrada llamada "Run through my hair". Puro solomillo vuelta y vuelta. Pero cuando más me impresionan es cuando son más concretos, como en ese hit llamado "High life" donde parecen un combo indie. 

Canciones de combate ("You're drifting" parecen a The Clash última época), ruidos dispersos que son como olas que poco a poco te hipnotizan ("Charlemagne"), junto a esos festivales de disgresiones instrumentales como "Heavenly choir" o ese meteorito llamado "The Beginning is nigh". 

Lo dicho, con Oneida es uno incapaz de aburrirse. Aquí queda pues este artefacto de digestión ácida. 


domingo, 13 de noviembre de 2022

GILLA BAND. "Most normal" (2022)

 



Antes eran Girl Band. Ahora se hacen llamar Gilla Band. Es lo mismo como se llame, el peligro esta asegurado en su escucha. Abrir un disco con ese festival de ruidos  ("The Gum") que te hace bajar el volumen a las primeras de cambio, es todo un reto para los que quieran profundizar más en el mundo caótico de una banda que desestructura todo el armazón del post punk, para construir algo que nace de la anarquía y que te contagia sin remisión. 

Cuando te topas con temas como ese himno que casi parece una hit llamada "Eight fevers", te quedan ganas de no parar de danzar, en un frenesí continuo de bilis, de caos, hilo tras hilo de un ovillo donde se pueden ver huellas de The Fall ("Backwash"), pero siempre yendo un poco más lejos, demoliendo lo establecido, expulsando una millón de secuencias sonoras de ruido y más ruido. 

Gilla Band tiene algo que te reta. Que te seduce. Su discurso es de lo más radical que te puedes encontrar, sus modos son los márgenes de los márgenes, pero consiguen con su crudeza crear postales de un sonido que parece salido de un apocalipsis sin fin ("Gushie"). La escucha de "Most normal" es todo un tour de force de angustia, punk que se esparce por el aire, por los rincones de tu casa en forma de espasmos inauditos ("Bin liner fashion"). 

"The weirds" es un mantra industrial, una pulsión hacia lugares repletos de crudeza, de devastación, en una progresiva agitación de distorsiones áridas, de gritos de combate en un festín de pánico y caligrafía feroces. 

Mi favorita es "I was away", por esa retahíla de repetición, por esa colección indefinida de sonidos que espantan y a la vez te hipnotizan. Un puntazo vamos. Como "Almost soon" y ese vacile que se convierte en un exabrupto que no cesa, en un tobogán de ritmos rotos, de pasión por el paroxismo extremo. 

No hay respiro en la escucha de "Most normal". Aquí no te puedes quedar parado, ni los nervios se te pueden calmar en algún momento. Todo llama a la sedición, a una incomodidad que necesita de tiempo de asimilación ("Post Ryan").

Sólo nos queda comprobar como en directo pueden llevar a cabo este experimento repleto de duelos al sol, una orgía desencadenada de música que requiere la aceptación de unas coordenadas que no se sujetan a nada establecido. Gilla Band o la consecuencia de ir más allá de lo conocido. 


jueves, 10 de noviembre de 2022

CHAVEZ. "Gone glimmering" (1995)

 


Chavez, una de mis bandas favoritas de los 90 (y hay tantas....). Tan solo necesitaron dos discos para con su indie rock con distorsión atemorizada, con sus melodías para nada reñidas con un empaque sónico de esos que dejan huella, dejaran una impronta de esas que se recuerda.

Si el inicio del cd es ya brutal con "Nailed to the blank spot", cuando te topas con "Break up your band!" ya solo te queda esperar que siga sonando este banquete sónico que no baja el nivel en ningún momento. "Gone glimmering" fue su entrada en el Olimpo del feedback corrosivo, de las canciones que miraban a grupos como Mission of Burma o Slint ("Laugh track"). 

Chavez, sólo escuchar su nombre es saber que vamos a flipar desde que empieza su trabajo hasta el final. Lo tenían todo y todo en su sitio. Sabían como empezar fabulando tranquilidad esquiva ("The ghost by the sea") para subir el volumen hacia una especie de catarsis de un indie que incide en penetrar en los agujeros celestiales de tus emociones ("Pentagram ring"). 

Y es que superar canciones del calibre de "Peeled out too late", casi emocore, es un trabajo complicado a día de hoy. Puro analgésico para el alma, pura munición para días difíciles. Vaya sonido. Adrenalina por vena cuando te cruzas con "The Flaming gong" o con ese arreón apoteósico del disco llamado "Relaxed fit". 

Han pasado los años, y sigo alucinando como cuando los descubrí. Lo de Chavez tiene mérito. Con tan poco bagaje discográfico, lo lejos que han llegado. Un puntazo. 



martes, 8 de noviembre de 2022

GRAHAN COXON. "Love travels at illegal speeds" (2006)

 


Ya disfrute de lo lindo con la escucha de "A+E" (2012), mi primera incursión en la carrera en solitario del guitarra de Blur, y este "Love travels at illegal speeds" empieza como un cañón con ese arreón de indie rock guitarrero que es "Standing on my own again". 

Los mismos artificios, la misma edificante alegría sonora en un disco, el sexto en solitario, donde el recuerdo a The Jam es más que evidente cuando te paras en temazos como "I can't look at your skin", o al el punk, porque es lo primero que se te viene a la cabeza cuando te topas con la desenfadada "Don't let your man know". 

Quitándose de encima la sombra de Blur, Coxon siempre ha conseguido componer canciones de esas que se te pegan a las primeras de cambio ("You & I"), junto a reflexiones más tranquilas como "Just a state of mind". Un puntazo "Gimme some love", y la energética "I don't wanna go out", un placer de furia desatada. 

Así transcurre todo "Love travels at illegal speeds". Sin tregua, con ocasionales apuntes que recuerdan a la banda madre ("Don't believe anything i say"), y otras con saludos desde el desparpajo y la fiesta como nos muestra en "Tell it like it is". 

Como un tiro suenan estos treces certeros disparos que nos regalan el aspecto más salvaje con añoranzas punk de un tipo que ha sabido hacerse un hueco fuera de Blur (ese frenesí de "What 's he got" y "You always let me down" ).  "Love travels al illegal speeds" , un bonito divertimiento. 


domingo, 6 de noviembre de 2022

CARSICK CARS. "Carsick Cars" (2007)

 


Noise Rock, indie rock desde China. Pues sí, con ese título podíamos titular la presentación de este grupo, que con este primer disco nos dejó a más de uno sin palabras. Hasta giraron por Europa con Sonic Youth, y claro, Moore y Gordon, tontos no son, y sabían del potencial de este grupo. 

Porque si te pones "Zhi yuan de ren" o "Gun", parece que estuvieses escuchando una versión muy particular de Pavement, con su toque melódico, sus veleidades de distorsión, y sobre todo una seria y gozosa actitud de romper fronteras y tabúes. Los de Beijing suenan como un trueno. 

Hacen hits instantáneos, repletos de arreones que te dejan KO como ese estilete corrosivo llamado "Mo Gu". Vaya sonido, vaya pedazo de sensación de juventud indómita que se respira. Te vacilan con estribillos que se te clavan al segundo ("Zhong nan hai"), y las enseñanzas de Sonic Youth están más que latentes en toda la escucha de este formidable trabajo. 

"Xiong Mao" es mi favorita, la tensión que crean, el paroxismo sónico que poco a poco va creciendo en un vendaval potente de rabia y urgencia demoledora, el espíritu de los 90 que vuelve como si nunca se hubiera marchado. 

Y los doce minutos con los que acaba este su primer trabajo con "Hui shou", viene a confirmar la formidable rúbrica musical de un grupo que ha transcendido fronteras, que se maneja a la perfección con esa tonelada furiosa de noise rock con pétalo de indie. 


viernes, 4 de noviembre de 2022

DEATHCRASH. "Return" (2022)


 Hacía tanto que no me topaba con un grupo que en la actualidad tenga al slowcore como banderín de enganche, como munición balsámica de silencios que hacen daño (el inicio del disco con "Sundown", no puede ser más clarificador de lo que deben Deathcrash a Codeine), que la escucha de "Return" me ha inundado de ese extraño goce que nace de la inquietud. 

Y es que acostumbrado a que los combos actuales que nos vienen de las islas se orienten hacia el post punk en sus diferentes formas, estos jóvenes londinenses prefieren postularse en barracones de guitarras que destilan melancolía, aunque tampoco desechan los arreones de guitarras que les acercan a la parte más incendiaria de Mogwai ("Unwind"). 

Pero prima la armonía en espacios tranquilos donde los suspiros se juntan con el rocío de los deseos ("American metal" y "Horses" son dos sacudidas acústicas que te retuercen el sentir).  "Wrestle with Jimmy" es un mar de esporas que vibra entre el temor de una tormenta que amenaza y la sensación de perdida por el paso del tiempo. Devastador. 

Jóvenes y con la mirada triste. Jóvenes y con la necesidad de transmitir mediante la música la serenidad de un juego de voces que se apagan mientras los sonidos que te rodean son como una curiosidad que empapa la sensación de aislamiento ("Metro 1"). "Slowday" te mantiene en alerta con su sugestiva radiación que recuerda a Bedhead y "Was living" entona a marchas forzadas un réquiem de guitarras pesadas y delirio asegurado. Ocho minutos de catarsis.

"Doomcrash" también es un claro ejemplo de las enseñanzas aprendidas en los jardines de la introversión, donde es mejor perderse mirando la caída de la hojas antes de intentar averiguar el sentido de todo. 

Deathcrash, el retorno del slowcore como género para ensimismarte, para tender puentes entre las nubes y el alma, para disfrutar sin necesidad de tener nadie a tu lado....


miércoles, 2 de noviembre de 2022

FREE KITTEN. "Inherit" (2008)

 


"Inherit" fue el tercer disco de este suculento proyecto formado por Kim Gordon, Julia Cafritz  (Pussy Galore) y ese portento de la burricie llamado Yoshimi P-We  (Boredoms) a la batería. De los discos de Free Kitten, este es mi favorito. El que tiene canciones que más enganchan. Empezando por el noise rock made in Sonic Youth de la inicial "Erected girl", pasando por la colaboración de J.Mascis en "Surf's up", "Inherit" es todo un compendio de música siempre en los márgenes. 

Llevaban desde 1997 sin grabar nada ("Sentimental education"), y la verdad es que se tomaron su tiempo para construir estas ácidas composiciones donde se regodean con efluvios de noise pop psicodélico ("Sea sick"), junto con ácidos viajes en laberintos imposibles de desentrañar ("Free Kitten on the mountain").

El sonido de Free Kitten no nace para agradar. Son experiencias sonoras que a veces se convierten en juguetes de noise pop como "Roughshod" y "Help me", y que se dan la mano con estridencias del tipo de "The poet".

En "Bananas" Mascis deja la guitarra para coger la batería, y ya casi en el ocaso del disco, los casi doce minutos de "Monster eye", ponen la rúbrica a un trabajo difícil de oír, que hará las delicias de todos los seguidores de la juventud sónica. 


domingo, 30 de octubre de 2022

DEATH BELLS. "Between here & everywhere" (2022)

 


Tan sólo hace falta la escucha de las dos primeras canciones de este tercer disco de Death Bells, "Passerby" y "Hysteria", para comprobar de que material están hechos los sueños musicales de grupo australiano que concretizan con su drama post punk la querencia a unos años, los 80, donde todo era posible. 

"Between here & everywhere" funciona porque suena a todos esos grupos que amamos de esa grandiosa época. Teclados de esos que se retuercen en tecnológicos dramas de andar por casa ("Lifespring"), o miradas de refilón a The Chameleons, como encontramos en "Intruder". 

"A better resolution" es un himno decadente que reparte suspiros mientras te dejas impresionar Will Canning y Remy Veselis, pura vitamina oscura para tiempos donde la luz que nos intentan vender es una calcamonía barata, puro artificio. 

El post punk, en combos como Death Bells, tiene la posibilidad de perpetuarse con la dosis de tragedia suficiente como para que te dejes enganchar a la primera de cambio ("Last days"). No hay nada como esta música para los nostálgicos que vibramos cuando pasamos nuestros dedos por nuestros viejos vinilos. Interpol está ya en barbecho, demos la bienvenida a bandas como Death Bells y su corriente frenética de oscuridad. 

Para el final del disco, la traca final con dos pedazos de épicos zarpazos, "Eternity street" y "Here & everywhere", dos puñaladas en rojo, dos paseos por un otoño que parece tiene miedo a venir. Death Bells, una sonrisa sarcástica, el ruido de la tristeza electrificado. 


viernes, 28 de octubre de 2022

DOMINIQUE A. "Sur nos forces motrices" (2007)

 


Con un trabajo recién salido del horno (bello, sublime y genial "Le monde réel"), es momento de volver a este poderoso directo que el maestro de Nantes nos regaló en el lejano 2007. 15 temas  donde desde que iniciamos la andadura auditiva con esas dos gemas tituladas "L'amour" y "La reléve", no paramos de deleitarnos con la magia de este chanteur indie tan necesario para las costuras del corazón. 

Temas escogidos de 4 días de gira, donde la columna vertebral la componen cancionero de "Auguri", "Tout sera comme avant" y "L'Horizon".  Desmesura del corazón, versos que vienen y van, epopeya de trompetas que se enganchan en un sueño ("Bowling"), o experimentos más o menos ruidosos ("Le courage des oiseaux"). 

Música para los que no nos hemos perdido ningún trabajo de Dominique A, y para los que aun no han caído en sus redes de pescar suspiros ("Pour la peu"). Se te rompen los esquemas con fragilidades del tipo de "Exit",  o odas de tamaño kilométrico como nos muestra en "Marina Tsvétaeva". 

Para que el escribe, he de reconocer mi debilidad por Mr. A. Fue uno de mis primeros enganches hacia la música de nuestro país vecino que más tarde he ido profundizado con emoción. Y es que me pongo "La mémoire neuve" o ese pedazo de hit que fue "Antonia" y queda todo dicho. 

"Music hall" es dramática hasta en los arpegios de su voz y en "Revoir les choses" si aun no te has rendido ante su música es porque tienes un mal día. Y para despedir este monumento a los sentimientos, un blues rasgado y emocional, "Empty white blues". Hay queda eso. Grande, muy grande, Dominique A. 


martes, 25 de octubre de 2022

CAMELLOS. "Embajadores" (2017)

 


Con este disco comenzaron su andadura estos lacayos de la gracia, de la risa sin fondo, de las letras estropeadas, todo pintando con un post punk de tensiones de chiste, de garaje asido a ritmos repletos de frases que se rompen y te hacen reír. 

El cuarteto se inició en esto del punk con humor negro con este "Embajadores", donde "Becaria" y "Gilipollas", las dos iniciales canciones del disco, ponen en alerta a los que no les conocíamos y que nos quedamos flipado con ellos. Porque sobre todo hay un buen rollo de esos que espanta la apatía y el desarraigo de las sonrisas en tu cara ("Ejecutivo estresado"). 

Para empezar una carrera en los márgenes de los márgenes, no está nada mal, como comprobamos en "Siempre saludaba", certera y eficaz dentro de un cancionero que se lame sus heridas con insistencia en bucles sónicos de esos que valen como proeza para quitarnos un rato la seriedad que inunda todo ("Ernesto"). 

Luego de "Embajadores" vendrían ese festival de cohetes de artificio llamado "Calle para siempre" (2019), y su reciente "Manual de estilo". Pero nunca es tarde para volver al inicio de la carrera, al tremendismo divertido de una genialidad que tiene como fin abocar al aburrimiento a ser una mera reseña que define a la gente gris. 

Hay veces que me recuerdan a Siniestro Total ("Caja de pino"), otras como "Trés bien" se arrancan en una especie de catarsis imparable. Y sobre todo hay la sensación que hasta que llegan al final con "Telmo y Luis" te han hecho pasar una tarde de todo menos tranquila. 

Camellos. Una buena jauría de chicos indómitos, un buen conjunto de temas para sorber con desmesura. Un placido divertimento. 


domingo, 23 de octubre de 2022

ONEIDA. "Success" (2022)

 


Flipado anda el que escribe tras la escucha de este petardazo llamado "Success". Y  es que no me esperaba algo así de Oneida. Acostumbrado a sus inclinaciones psicodélicas (a veces se pasaban de tuerca), van y hacen el mejor trabajo de su carrera, un compendio de distorsión y ruido a borbotones, indie rock y garaje en plena ebullición. 

Así es el primer tema, "Beat me to the punch", donde se parecen a Yo la Tengo pero en plan casi punk. Un torbellino de esos que se lleva todo cuando pasa.  Y es que los de Brooklyn llevan desde el 1997 metiendo espanto y alzando el sonido hasta niveles de esos que asustan. Ahora, para nada calmados, pero sin más interesados en diversificar su propuesta, pueden llegar hasta a hits del calibre de "Opportunities" y sus dos minutos de total inspiración. 

Pero Oneida no se olvida de donde vienen. Si quieres un volantazo de psicodelia y gotas de kraut, te regalan los ocho minutos de "Low tide" antesala de la mejor de todo el lote, "I wanna hold your electric hand", una de la mejores canciones del año, sin duda. Melódica, casi power pop, energética, toda una soflama de espasmos sonoros. 

Vuelven a dejarse llevar por la psicodelia en "Paralyzed", para llegar al final del disco por todo lo alto con dos disparos certeros, "Rotten" y "Solid", filigranas de esas para vocear sin miramientos. Oneida, en su mejor elaboración musical hasta la fecha, ha construido un festín de guitarras saturadas y melodías que te envuelven. Estamos de enhorabuena. 


jueves, 20 de octubre de 2022

AT THE DRIVE-IN. "Relationship of command" (2000)

 


No me extraña que este disco esté en mil y una lista, y que para el posthardcore (se queda pequeño el estilo con ellos) sea todo un baluarte por todo lo que representa, por los matices y las explosiones que vivimos en su escucha, por la energía inusitada de sus canciones. 

Porque el inicio con "Arcarsenal" y "Pattern against user", son la mejor manera de iniciar el que fuera el tercer disco de un supergrupo con dos músicos, Omar-Rodríguez Lopez y Cedric Bixler-Zavala en un estado constante y perpetuo de gracia ("One armed scissor"). 

Y es que la relevancia de este disco es de tal magnitud, que la posterior evolución compositiva de Omar-Rodríguez en solitario y con The Mars Volta, no se puede entender sin el conjunto de estas canciones que reptan y se te clavan, que vociferan y amenazan. "Sleepwalk capsules" contiene toda la rabia del punk y en "Invalid litter dept." claman contra el genocidio que están sufriendo las mujeres en México. 

La voz de Cedric es poderosa y brutal, y el grupo, en temas como "Mannequin republic" abre la puertas a disgresiones de funk agitador. Hasta el mismísimo Iggy Pop se pasa por aquí para colaborar en "Enfilade" y "Rolodex propaganda".

At The Drivin-In siempre supieron que lo suyo era la transgresión, el huir de la inmovilidad, abarcar otros terrenos, sacudirnos con constantes giros de guion ("Quarantined"),  confabulándose para hacerse un hueco en la historia ("Cosmonaut"). 

Rock con mayúscula, estridencia que baja y sube, cartografía de géneros musicales donde es fácil un gozo de esos infinitos, deslumbrando al que escucha con toda una capacidad expresiva que desarma los estrictos lugares comunes a los que está acostumbrada la música actual. 

"Relationsship of command",  (y todos los proyectos que vendrían después (The Mars Volta como baluarte más reseñable) nacidos de una hiperactividad extenuante nacida de estos dos grandes músicos), fue un hito, un nuevo amanecer,  que oído a día de hoy sigue dignificando la capacidad de la música como elemento señero de creación.



martes, 18 de octubre de 2022

BUTTERGLORY. "Crumble" (1994)


 Coetáneos de Pavement y Archers Of Loaf, el duo formado por Matt Suggs y Debby Vander Wall, no solo comparten con las dos bandas citadas cohabitación, también sonido. Y es que si te pones "Forty-four" y te dicen que son Pavement te lo crees a pies puntillas. 

El caso es que la pregunta es para que queremos unos Pavement II. Y oyendo los tres discos de Butterglory y dándoles el valor que merecen, se comprende que no pasaran de las tercera división en una época que vivía un terremoto diario en lo referente a grupos y estilos. 

La banda de Kansas, grabó en el mítico sello Merge (hogar de los grandiosos Superchunk) sus tres discos, y su sonido aunque agradable, ("Cactus"), adolece de una personalidad que los defina, que los saque de la casilla de repetidores de lo que tan bien hizo Pavement. 

A Archers of Loaf en temas como "Jinxed" se les puede encontrar huellas, aunque el sonido que más se puede reconocer es el de Stephen Malkmus y sus compinches en ramalazos de distorsión indie como "Peasent, Kings".

Sigue chirriando después de tantos años el morro que le echaban al asunto cuando compusieron temas como "Thimble" o "He left us nothing". No pasaron a la historia, y queda su huella como un eco demasiado oído muchas veces. 



domingo, 16 de octubre de 2022

THE DREAM SYNDICATE. "Ultraviolet battle hymns and true confessions" (2022)

 


40 años hace ya que The Dream Syndicate sacó ese monumental e histórico disco titulado "The Days of wine of roses". 40 años, hay queda eso. Steve Wynn y sus chicos, para celebrarlo, han estado girando por aquí. Tuve la enorme fortuna de ser uno de los asistentes a uno de sus bolos, en Madrid, y la verdad es que me faltan adjetivos para definir lo que lo que vimos en la sala El Sol. 

Rock. La esencia de un género, la maestría de unos músicos que tienen entre sus manos un pedazo de la historia, que han compuesto parte de nuestros recuerdos, y que 40 años después vienen para presentar este defendible "Ultraviolet..." y tocar en los bises parte de uno de los discos más importantes de la historia moderna. Un festival de sensaciones, una alegría indómita, un fulgor de ebriedad que compartimos en dos horas mágicas que nos hicieron viajar en el tiempo, que nos ensimismaron en un goce de esos que ya forman parte de la memoria personal de cada uno. 

En cuanto a "Ultraviolet battle hymns and true confessions", nos encontramos antes un discazo de esos donde se resume a la perfección todos los años de bagaje musical de unos músicos que siguen en estado de gracia, que siguen la corriente de un río que no cesa, con Steve Wynn como maestro de ceremonias desde que suena la espectacular "Where i'll stand" que da el pistoletazo a un trabajo altamente disfrutable. 

Y que decir de "Damian" y esos modos melódicos estrangulados en ese maremoto instrumental de un grupo que se sale. O "Beyond control" y ese inicio con teclados que da paso a todo un torrente de épica guitarrera. En "The Chronicles of you" son los The Dream Syndicate de toda la vida, como si no hubieran pasado tantos, para en "Hard to say goodbye" bogar en medios tiempos de calima doctoral.

Así son los The Dream Syndicate del 2022. Después de 40 años tienen los suficientes reaños para seguir en primera fila sin despeinarse, para confeccionar tonadas como "Every time you come around", o agitadas píldoras que te dejan extasiado  ("Trying to get over"). Mi preferida, "Lesson number one" y ese torrente épico que todo lo inunda, secundada por "My lazy mind", otra proeza compositiva que te deja con la boca abierta. 

The Dream Syndicate. El sueño sigue vigente, la naturaleza de un grupo que marcó época continua siendo como un eco que no cesa, como un grito en la noche para los que desde el silencio nos abrimos camino escuchando necesidades musicales como las que producen The Dream Syndicate. 


viernes, 14 de octubre de 2022

TAPES 'N TAPES. "The loon" (2005)

 


Tan sólo tres discos editaron esta interesante banda de Minneapolis, acaparadora de comparaciones con Pavement y Pixies. Palabras mayores. El caso es que aunque les quede bastante lejos parecerse a esos dos dinosaurios, la escucha de Tapes'n Tapes, provoca un gozo inmediato en el oyente. 

Sobre todo en este "The Loon", donde desde que empieza a sonar "Just drums", notas esas sacudidas de indie rock de los 90, emulsionado con gotas de un vacile perpetuo ("The Iliad"), junto a arreones de esos que tan bien sientan al espíritu como demuestran en la gran "Insistor", donde se hacen evidentes la influencias de Pixies desde el segundo uno del tema hasta su potente final. 

Píldoras como "Crazy eights", destartalada y repleta de humor, o bizarras elucubraciones de tensión melódica como "In Houston", dicen mucho de una banda que no descubrió nada nuevo, pero que supo conjugar sus influencias, consiguiendo que hasta nos acordemos de Talking Heads ("Manitoba"). 

"Cowbell" es una bomba de nitroglicerina rítmica y "10 gallon ascots" es un torrente de solvencia eléctrica que da paso a "Omaha" y su delirio apaciguado. Terminan la fiesta con "Buckle"  y "Jakoc's suite", dos delirios más para que no nos olvidemos de una formación que nos hizo pasar muy buenos momentos. 


miércoles, 12 de octubre de 2022

BROADCAST. "Work and non work (1997)


 Para el que escribe, escuchar a Broadcast irremediablemente me lleva a esa otra banda llamada Stereolab. Ambas formaciones comparten su visión del pop como un viaje a través del tiempo, diseccionando estructuras de música de los 60, 70, con una elaborada ración de música electrónica. 

"Work and non work" fue una recopilación de singles juntos al EP, "The Book lovers", y todo destila ese aroma repleto de sugerencias barrocas como "Accidentals", o experimentos desde un planeta lejano, cargados de sustos tecnológicos ("Phantom"). 

Así eran Broadcast, una formación repleta de suspiros de pop prensado en maquinaria al por mayor de teclados construidos para el goce en un mundo de esencias programadas ("We 've got time"), o dignos trabajadores de un fábrica de metalurgia de emociones ("Living room"). 

La voz de Trish Keenan suena como un apetecible bombón ("According to not plan"), un señuelo placido para volcarnos con esa magia infantil de unas canciones que parecen sacadas de un cuento ("The world backwards"). 

Broadcast, una delicia que se aprovecha siempre, música otoñal cargada de suspiros electrónicos, balneario de rubores para no olvidar.


lunes, 10 de octubre de 2022

PROTOMARTYR. "Under color of official right" (2014)

 


Hacía mucho, mucho que no me pasaba. Y cuando digo mucho, digo mucho, los años que han pasado sin que un concierto me perturbara tanto como Protomartyr. Quizás la última gira de Swans por Madrid, pero por la cantidad de sensaciones que sentí cuando vi hace poco a este banda de Detroit, no puedo más que afirmar sin posibilidad de equivocarme, que para que el que escribe, es mi banda del año, y el concierto, uno de los acontecimientos que ya jamás podré olvidar. 

Podría dedicar todo el artículo a lo que viví ese día. El grupo de Joe Casey en su plenitud, el espectro de The Fall,  Chameleons y Pere Ubu haciéndose un hueco en una noche de esas inolvidables. Hora y media de tensión donde pasaban revista a sus discos, y donde todos caímos sin remisión para el influjo de este artista descomunal que no paró de pribar todo el concierto. 

He de decir que hace dos semanas del evento y tengo sus cinco discos cerca de la cadena acompañando mis días como recuerdo de una jornada que tengo marcada en la agenda de los sentidos exaltados. 

"Under color of official right" fue su segundo cd tras su aparición en escena con el brutal "No passion all tecnnique", donde todavía no estaba su sonido tan depurado, y es en este conjunto de canciones donde ya se ve lo que nos dejó caer en este trio de albumes señeros para cualquier amante del post punk ("Relatives in descent", "The Agent intellect",  y "Ultimate success today"). 

Algo así como unos The Smith haciendo punk. Así suenan atronadores en "Maidenhead", un volcán en erupción, unos punteos sagrados, y la voz de Joe llevando el mando de todo. Que manera tan eficaz de enganchar, de agarrarte.  Siendo americanos suelan ingleses hasta en el tono vociferante y bronca de canciones como "Ain't to simple" o en esa invitación al pogo llamada "Want remover".

Protomartyr como banda hacedora de posos de post punk imposible de olvidar ("Trust me Billy"), de dramas de una intensidad que llama a la insurrección del espíritu ("Pagans"), o sombrías luces que te penetran hasta lo más profundo ("What the wall said"). 

"Bad advice" es un festival de rumores intensos, antesala a uno de los momentos álgido de un gran disco, "Scum, rise!". Cuando la tocaron se venía abajo el local. Ese punteo que provoca catarsis, ese pulso para la agitación constante.

Y como suele ocurrir en todos los discos de Protomartyr, dejan para el final la traca definitiva, la explosión total. Empezando con esa épica de las tristeza que te arrastra que se llama "I stare at floors", pasando por ese viaje ochentero llamado "Come & see", para con "Violent" dejarte sin palabras, abocado a aplaudir mientras la lluvia deja un reguero de colillas de besos a través de la bruma que todo lo inunda. 

Protomartyr, sin duda, mi banda 2022. Uno de los conciertos más emocionales de mi vida. Un grupo que deja huella, unos discos que nadie debe perderse. Colosales es poco. 


viernes, 7 de octubre de 2022

BRAINIAC. "Smack bunny baby" (1993)


 Sólo sacaron tres discos y duraron hasta el triste fallecimiento de su cantante Tim Singer en 1997. Eso si, dejaron huella de su indie rock juguetón, de su querencia para hacer hits como quien se levanta por la mañana silbando alegría imperecedera ("I, fuzzbot). 

Los chicos de Dayton, en plenos años de efervescencia musical, donde el maná creativo parecía como una lava inexpugnable, se buscaron  hueco con sus guitarras bizarras como vemos en "Ride", y con una capacidad demoledora para hacernos gozar ("Martian dance invasion"). 

La que titula el cd es todo una vacilada rozando el punk y "Cultural zero", un zarpazo en toda regla de saturadas guitarras que suenan como misiles en un cielo poblado de suculentas tensiones que amedrentan. Kim Deal de Pixies les grabó un single y el sello señero de la época Touch and Go, les acogió más tarde, cuando grabaron su último trabajo, "Hising prigs in static couture" (1997). Hay queda eso. 

Y es que un grupo que podía hacer tonadas como "Brat girls", se merecía la atención de los que estaban en aquella época en todos los fregaos. Hasta se atrevían con algún escarceo con el grunge en "Hurting me", aunque cuando mejor salían airosos en cuando fabricaban hits instantáneos como ""I could own you". 

Nos quedamos pues con Brainiac y su nervioso  indie, con sus tres divertidos lps musicales reflejo de una época que seguimos sin olvidar.