Sólo sacaron tres discos y duraron hasta el triste fallecimiento de su cantante Tim Singer en 1997. Eso si, dejaron huella de su indie rock juguetón, de su querencia para hacer hits como quien se levanta por la mañana silbando alegría imperecedera ("I, fuzzbot).
Los chicos de Dayton, en plenos años de efervescencia musical, donde el maná creativo parecía como una lava inexpugnable, se buscaron hueco con sus guitarras bizarras como vemos en "Ride", y con una capacidad demoledora para hacernos gozar ("Martian dance invasion").
La que titula el cd es todo una vacilada rozando el punk y "Cultural zero", un zarpazo en toda regla de saturadas guitarras que suenan como misiles en un cielo poblado de suculentas tensiones que amedrentan. Kim Deal de Pixies les grabó un single y el sello señero de la época Touch and Go, les acogió más tarde, cuando grabaron su último trabajo, "Hising prigs in static couture" (1997). Hay queda eso.
Y es que un grupo que podía hacer tonadas como "Brat girls", se merecía la atención de los que estaban en aquella época en todos los fregaos. Hasta se atrevían con algún escarceo con el grunge en "Hurting me", aunque cuando mejor salían airosos en cuando fabricaban hits instantáneos como ""I could own you".
Nos quedamos pues con Brainiac y su nervioso indie, con sus tres divertidos lps musicales reflejo de una época que seguimos sin olvidar.
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