sábado, 2 de febrero de 2013

DAVID BYRNE. "Grown backwards" (2004)


Quién espere escuchar en "Grown backwards" al Byrne amante de los ritmos, de las músicas del mundo, se va llevar un chasco. En el año 2004, el ex-Talking Heads se junto con un grupo de cámara llamado The Tesla Things, y compuso uno de esos discos bellos, líricos, bonitos, de esos que te alegran el día por su cariño, por la emoción que transpira en los 15 cortes del álbum.

Las dos primeras composiciones del disco, "Glass, concrete and stone" y "The man who loved beer" son dos piezas delicadas, que transitan por un lago tranquilo donde los violines se pelean con el aire por un rugido de musgo aullentador. En "Au fond du temple saint" (Bizet) cuenta con la colaboración vocal de Rufus Wainwright cuyo barroquismo casa a la perfección con el tono "operístico" de este magnifico "Grown backwards".

"Empire" con teclados sedosos y la garganta de Byrne en pleno rendimiento, es pop orquestal épico y bien llevado y "She only sleeps" es una bailona experiencia sensorial para salones poblados de gente de otras épocas y otros lugares. Y como todo no va a ser lirismo exacerbado, también nos topamos por aquí con conatos de ecos de los monumentales Talking heads, "Dialogo box", caliente secuencia de melodías para vibrar.

"Why" es una estrella más en el firmamento de este crooner que aparece y desaparece por el orbe musical, siempre dejando su huella sobre nosotros, los que pedimos calidad en vez de cantidad. "Pirates" con The Tesla Things en su máximo apogeo es un tremendo vals canalla y pop.

Hasta se atreve con Verdi el bueno de David, en "Un di felice, eterea". Y es que los artista incomensurables tienen la facultad de regalarnos su arte de formas variadas lejos de anacronismo. Recomendable para escuchar con un buen libro o mientras la sordina de los días da paso al descanso necesario de la noche.


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