Hanne Hukkelerg es una cantante noruega con una voz muy dulce. Sí, bueno, eso y algo más. Si solo nos quedamos con el tono de su garganta, con su persuasiva forma de perdernos por los recodos de la suavidad, quizás acabariamos perdidos en una imitadora más de las voces que todos conocemos.
Hanne se curtió de joven tocando mil estilos, y para este "Rykestrasse 68", decidió pasar una temporada por las calles de Berlín, para regarnos de su particular mundo donde tienen hueco desde el jazz infantil hasta el cabaret de sonrisas.
Y eso que con "Berlin", me recuerda a una PJ Harvey destripando sus pesadillas en un festival de hortensias degradadas por el otoño. "Cheater's amoury" pone las cosas donde quiere la Hukkelberg, con su desgarbado y sinuoso clima de noche de neón para los corazones rotos.
El piano es protagonista de la bonita "The pirate", y en "Fourteen" se atreve con una medieval song graciosa y pizpireta. Me gusta como de repente empieza a sonar una maquina de escribir en "The Northwind" para llevarnos a un mundo de ensueño que se perpetua con "Obelix" y la viola acompañando a Hanne por el laberinto de un folk muy particular.
La más grande y sorpresiva viene acontinuación. "Break my body". ¿Sabes de quien? Pues si, se marca una emotiva versión de Pixies, que de verdad, de lo mejor que he oido en eso de transmutar el original sin perder de vista el pedazo de canción original.
Un buen disco pues este "Rykestrasse 68" que hará las delicias de los que busquen voces femeninas nuevas e interesantes. Porque hay otro mundo despues de Bjork y cia.
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