sábado, 23 de diciembre de 2017

ENON. "High society" (2002)


Fueron una de las bandas estelares del sello Touch and Go. Se nos fueron en 2007, cuando grabaron "Glass geyseres...carbon clouds", y entre sus miembros a parte de John Schmersal a la guitarra y voz
 y Matt Shulzt a la batería, contaban con la ex-Blonde Redhead Toko Yasuda.

Lo bueno de Enon es que supieron hacer del indie rock un ejercicio de estilo, con florituras hacia otros estilos, pero siempre confeccionando canciones de esas que te agarran y no te sueltan. Las dos primeras del disco, "Old dominion" y "Count sheep", tienen garra, fortaleza, melodías, colores multiusos.

Los de Brooklyn siempre estuvieron cerca de combos como Les Savy Fav o Brainiac,  y sus canciones son sugerentes, cortas, adictivas. No me extraña que la label Touch and Go, hogar de Polvo, Slint o Don Caballero, los abrieses la puerta de par en par.

Cuando Toko canta, como en "In this city" parecen unos hermanos pequeños de los traviesos Deerhoof, electrónicos, naif, barrocos. Pero cuando más seducen es cuando parecen unos Pavement con ganas de que silbemos sus canciones. "Window play", de lo mejor del disco, se nos mostraban como una pintores de lienzo fino, orfebrería melódica.

Y es que desde que en 1998 sacaron el interesante "Long play" hasta el ocaso de su carrera, siempre supieron fabricarse un propio camino donde cabían los experimentos sonoros como "Native numb" o redondeces indie como "Leave it to rust". Sus temas, que apenas pasaban de los tres minutos era un lugar seguro para la calidad y para la diversión ("Disposable parts").

No me canso de volver a escuchar gemas de casi power pop como "Sold!", te levantan el ánimo seguro. Unos cuantos acordes y a correr de gusto. Y cuando se ponen serios y rápidos sacan de la manga truenos como en "Pleasure and privilege".

Que pedazo de grupo que eran Enon. El inicio de "Natural Disasters" es brutal, y el desarrollo del tema lo lleva al mismo nivel de otros predigitadores del indie rock como Built to Spill. Simplemente portentosos.

Y se dejan para el final la más punk del disco. "Salty", con la dulzura de Toko y la guitarras haciendo tormentas.  Necesario recuperación pues del baúl de los recuerdos de una gran banda que seguro que te hará alegrar cualquier mal día que tengas.


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