Con este disco de 4 canciones empezó su singladura esta interesantisima banda que como pocas aunó de una manera brillante el shoegazing con el black metal, con dosis de desarrollo de post rock, pinceladas todas para conseguir un lienzo bruto, lírico, altamente recomendable.
El blackgaze, nació casí con ellos. No hay más que oir "Violet" y sus doce minutos de dolencia crónica, de gritos que te sumergen en un mar de angustia, mientras las guitarras a su manera crean un manta de brumas eléctricas, feedback atronador que remonta cielos, que perfora aguaceros con esa manera tan particular de tienen de crear colisiones espaciales de ruido y melodía.
George Clarke, el alma cantante, tiene campanas en la garganta, apesta a veneno su poción de luz oscura, rigor mortis para fecundar tierras con alaridos y detonación. "Language games", es todo un torrente de post rock que a se ve acosado por un motín de black metal, pero siempre con un poso de tragedia, de reflexiones infectadas de mercromina para el sentir.
Me encanta "Unrequited" y ese inicio que bien pudiera pasar por Godspeed your black emperor"!. Cuánta tristeza sintetizada en unos minutos rutilantes, abecedario de estampas de drama que al poco se convierte en otra exposición de metal avanzado, raspando el corazón, deflaglando augurios.
"Roads to Judah" fue el incio, luego romprían el cielo con su bestial "Sunbather", su obra cumbre. Pero es en este disco, donde se pulen los pasos, sus atmosferas certeras, abanicos de ordalias de demolición. Y así termina el disco,con "Tunnel of trees", paseando por los mismos senderos de apocalipsis, repicando solemnidad y aires de grandeza.
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