Por estos lares de Discos Pensandos, han aparecido los últimos trabajos del ex-Madee, Ramón Rodriguez. Faltaba para cerrar el círculo su primera puesta de largo, como The New Raemon, en este portentoso "A propósito Garfunkel", un cúmulo de canciones bonitas desde la inicial "La cafetera", donde acompañado por músicos de Standstill, San Pedro y Egon Soda, el autor, ya en castellano, te llena de fantasmas y de folk apaciguador.
"Tu, Garfunkel", es desgarradora, himno de esos que por mucho que pase el tiempo, no deja de repetirse en tus ecos interiores. Y "El fin de la resistencia", con palmas como slogans para llevar la canción a buen puerto, es otra manera más para compartir con este cantaupop, sus dilemas personales, sus travesías por desiertos nunca demasiado ardientes.
Una de mis favoritas, "Fuera complejos", con las teclas elevándose mientras Ramón se envalentona en su protesta personal, álgido momento pop para devorar en silencio mientras los cascos de los caballos perforan tus oídos de letanías y espacios cerrados.
Y si, hay veces que los espectros de Madee transfigurados en The New Raemon, aparecen en canciones como "El saben aquel que diu", vitalista, cargada de fuerza, sonajero de envidias, cargamento de caricias.
Pero es en el silencio cuando Ramón se siente más a gusto. "Mil gracias" es triste hasta en la cadencia de la voz, rodando en mil pesares, andando por vías sesgadas, rotulando carteles para asentar bases, para formalizar desdichas.
Vuelve a animarse el club de los decepcionados, con "Hundir la flota", un caramelo melodioso y cabal, un segmento de sonidos luminosos. Toca cerrar las cortinas con "A propósito del asno", balada que se condena entre rayos de palabras que vuelan y viven en megáfonos de cantautor. Luego de este disco vendrían, obras mayores como "Libre asociación" o "Tinieblas por fin", pero es aquí donde anida las arterias de un artista sumido en cavilaciones perfectas.
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