Los conocí con el buenísimo "Tournament of hearts" (2005), donde la banda canadiense aplicaba a la perfección su basalto estilístico, su cargamento de rock con gramaje punk, afilado e impertinente, calorias de electricidad, y rubor en la cara.
"Kensington heights", es otra muestra más de ese trote roquero siempre con las guitarras cargadas hasta las cejas de detonación. "Million star hotel" es un aullido en toda regla, que se apaga y se enciende, que te revienta y te proclama.
Hay veces que suenan a The National, ("Trans Canada"), pero siempre subiendo un poco más el volumen de su desgarro, acumulando píxeles de hondura y tragedia encantada. Suenan oscuros, rabiosos y sin freno en "Shower of stones", una radiante exploración de la noche más profunda.
Y cuando aparece la melancolía, es para quedarse, con dos pedazos de canciones como "Our age" o "Time can be overcome", retazos que se retuercen con suavidad, calcamonías de rock íntimo que entre sustos bruscos te sumergen en un vaho devorador.
Los que les vieron en directo al grupo saben que en el escenario, su rock anguloso de corazón se convierte en un huracán. Imagino "New king" sobre las tablas y me hago una idea del potencial de un grupo que con este disco puso su punto y final a su breve pero potente historia.
El cd termina como empezó, con "Do what you can do" y su estremecedor señuelo íntimo para bogar entre mares de tensión. Grupazo.
2 comentarios:
¡Supergrupazo! Es de mis preferidos, me voy a comprar el disco ya. ¿Se separaron?
Joder Paco, que gusto verte por aki amigo. Si, este fue su ultimo disco. Hago por llamarte este noche amigo
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