viernes, 27 de marzo de 2020

BODYCHOCKE. "Cold river songs" (1998)


Parece ser que tenemos menos contaminación. Que han encontrado peces en Venecia. Que los seres vivos que campan por la naturaleza ya no se tienen que asustar por el sonido de disparos de postas. Parece ser que este virus asesino que nos está diezmando ha venido bien a la Naturaleza. Quizás todo venga de una respuesta de Gaia ante las agresiones constantes del ser humano al medio ambiente. Deforestaciones, cacerías, el Amazonas como futuro lugar para construir un infecto polígono industrial.... Quizás cuando todo acabe, seguiremos enmierdando todo. O quizás, sólo quizás, nos demos cuenta que para que respiremos con salud, debemos de cambiar nuestros corrosivos hábitos.

Hoy estamos de enhorabuena con la recuperación de esta pedazo de banda que en los inicios de los 90 vino acompañar propuestas tan necesarias como la de los imprescindibles Swans. Y es que Bodychoke, en este su mejor disco de los 4 que sacaron, es el que más te hace sentir esa incomodidad peligrosa, pero necesaria que les caracterizaba.

Te pones los diez minutos de la canción que titula el disco, y sufres cielos, condenado por una ordalía de noise rock, post rock, rock industrial y gotas de goticismo. Un himno en toda regla que viene después de ese pedazo de divagación extrema que es "Control". Pedazo de sonido. No me extraña que Relapse Records, hogar de Neurosis o Today is the Day, reeditaran el cd, actualizando su brutalidad en el año 2009, con la banda ya desaparecida.

En bucle que ando toda la semana con "Cold river songs". Y es que engancha de principio a fin. Su pesadez instrumental, su minimalismo del apocalipsis, sus cadenas envolventes que te martillean el cerebro ("Your submission"). Y es que hasta el uso del chelo suena amenazante ("Victim"), visceral, gangrena y caos, pesadilla y apocalipsis.

"Ideal home" es una plegaria, una catarsis decadente que mira en el mismo espejo donde se refleja Michael Gira. Bestial. Lenta, single para poner mientras nos asomamos por la terraza y comprobar que todos los días de la semana son domingos fríos y duros de invierno. Pedazo de banda. Sí, lo tenían todo para haber tenido más suerte, pero ya todo da igual. Su sonido nos sigue cruzando los sentidos, su efectiva mezcla de intensidad y templanza nos conmociona y nos convence.

Luego vienen los casi doce minutos de la casi oriental "Aftermath", para en "White light killer", volver por los fueros el predicador Kevin Tomkins, con la canción más dura de todo el lote. "Woman unkind" es otro torrente de lluvia ácida y el final con "Trial", con las cuerdas cabalgando mientras las guitarras crujen estampida, dando la justa medida de un pedazo de grupo que hay que recuperar ya.

Bodychoque, terapia para afectados de realidades condenadas a repetirse, sinfonía del caos desde atalayas donde se vislumbra la mierda que tanto nos acucia. Aquí abajo os dejo el disco entero. Puro disfrute.




2 comentarios:

Steppenwolf dijo...

Parece que este virus ha dicho basta

عبده العمراوى dijo...
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