miércoles, 20 de febrero de 2019

LA ESTRELLA DE DAVID. "Consagración" (2018)


He seguido a David Rodriguez desde que Bach is Dead nos atornilló los oídos con sus estridencias, o cuando con Beef, se las compuso para convertirse en nuestros Wire. Y como no caer rendido cuando hace siete años me topé con "Maracaibo", ya como autor autogestionando crisis existenciales, cantando hablando para que no nos perdamos nada.

Ahora llega "Consagración", y la emoción pervive, como el deseo de los dedos de volver a tocar el play para de nuevo escuchar el lp. Para empezar, no hay nada como "Me ha parecido que estuvo en mi cabeza", con La Bien Querida tocando la campana de voz, mientras David entona sus plegarias del día a día.

"Cariño" es bonita, con esos teclados tecnopop comenzando la carrera en una especie de tornasol de canción total y "Aceite" se te adosa en la cabeza, te pide que le escuches, dejarse llevar por la sensación de mil suspiros. "La primera piedra" es afterpunk, oscurilla con membranas en el corazón, siempre al acecho de lo que David nos cuenta con esa voz suya tan para tomarle en cuenta.

Si me tengo que quedar con una me quedo con ese himno que se llama "Noche de blanco Satán", un hit electrónico con ínfulas de tema a recordar cuando pase mucho, mucho tiempo. Deslumbrante esta estrella que se llama David, deslumbrante este desparpajo que prende latidos, que nos sumerge en el mundo particular de este gran artista.

En "La canción protesta" tira por el kraut rock con pestañas de Andalucía y "Sonia" con su piano introductor de sueños, nos acurruca y nos posee con su indómita atmósfera ambient. Así se pasa este "Consagración", en un santiamén. La que titula el cd también se llena de burbujas postpunk mientras las palabras se elevan en un constante torbellino de hechizo y magia.

Para terminar, "Amor sin fin", otro artesanal juguete para temblar mientras tomas un café a la sombra de un recuerdo. Si, tras Bach is Dead y Beef. La Estrella de David es un cuento que siempre acaba con ganas de más. Un dulce perfecto para los ácidos días que nos toca vivir.


No hay comentarios: