domingo, 25 de noviembre de 2018

GROUPER. "Ruins" (2014)


Y yo pensaba que Low era triste. Después de enfrentarte al que fue el noveno disco de Liz Harris, alias Grouper, solo te queda abrir la ventana y gritar para que la desesperanza no te deprima, para espantar a la tristeza y dejar que la luz puede sumergirse en tu vida.

El piano de "Clearing", la voz de Liz, esa levedad que hace daño, todo hermosura hasta el dolor que penetra y te deja en silencio. Cada tema, es una gema de esas que se encuentra en los claros de bosques inauditos, como "Call across rooms" y esa infinita sobriedad que te deja dormido y apagado.

"Labyrinth", instrumental, es el tema perfecto para meternos de lleno en "Lighthouse", con sus ecos fantasmales, con su grisura matinal de lluvia fina que entra y sale por los poros de tu sentir. La voz de Liz es un bálsamo, una corriente de frenesí, una jauría de noes.

Es como vivir en el campo, en una casa semiabandonada, escuchar la lluvia que viene y azota ("Holofernes"), sacar una silla en el porche, una manta, tomarte un café o una copa de aguardiante, y dejarse llevar por la extrema soledad de la naturaleza ("Holding").

Para terminar los once minutos de "Made of air", donde la tormenta se hace fuerte, donde el aguacero dobla el tejado, mientras los suspiros vuelan hacia el cielo en un baile nupcial. Grouper, sensaciones de quietismo, subrayado a pie de página, montes verdes, un beso sin dar....


2 comentarios:

Orlando dijo...

Sublime .

Carlos dijo...

Si, si lo es. Para volar Saludos