domingo, 4 de noviembre de 2018

SIGUR ROS. "Hvarf-Heim" (2007)


Los islandeses cuando sacaron este doble trabajo allá por el lejano 2007, nos dejaron la mar de satisfechos a todos sus seguidores. Por una parte, cinco canciones en estudio de temas inéditos (Hvarf)  acompañados por otras composiciones ya conocidas, en acústico y directo (Heim).

Total que para llevarnos a climas donde lo blanco perdura, donde los sentimiento se erizan, donde los crescendos te hacen escuchar al corazón ("Hijómalind"). También la inicial "Salka" es todo una bienvenida a este concierto de noches eternas, de luces que nunca se apagan de arrullos insondables.

Jonsi y sus colegas siempre supieron como ponernos la piel de gallina, como ofrecernos recogimiento con afilados reflexiones donde la electricidad componía mantos de lisergia, post rock de ese que toca a arrebato, a sedición ("I Gaer"). Los nueves minutos de "Von", son de una sutileza extrema. Una sinfonía clásica de copos de nieves cayendo y cayendo sobre la tierra, despidiendo olas de sonidos que te llegan y te adormecen.

Acaban la primera parte de este viaje con "Háfsol" otra soflama de luciérnagas al albur de la noche, de luminarias líricas que producen vientos de feedback y catarsis. Los temas conocidos empiezan con "Samskeyti" con el piano llevándonos de la mano, liándonos en una madeja de sopor encantado, de lujo de mejillas ruborizadas. Enigmáticos como siempre, en "Starálful" una de sus canciones más reconocibles, te hacen recordar como empezó todo con ese imprescindible "Agaestis byrjun".

En "Vaka" te dejan sin posibilidades de respuesta, lleno de suspiros y luces intermitentes y "Heysatan" redobla más aun la sensación de que Sigur Ros nunca nos ha fallado. Que lo suyo es creíble, que mola, que su ternura te llega, que lo insondable de sus temas sirve tanto para experimentar calma, como para evaporarte entre silencios.

Para terminar otra reinterpretación de  "Von", y cierre de las portezuelas de un Olimpo de hielo y temperaturas ardientes, de soliloquios envasados al vacío o tirados al mar en una botella de mil olvidos. Sigur Ros, el poder del frío, la luz que siempre nos quemará.



3 comentarios:

Steppenwolf dijo...

Hacía mucho tiempo que no pasaba por tu blog y me he puesto a rebuscar entre tu música, música para oír con poca prisa y con la guía de tus comentarios que completan el sonido, y siempre es una experiencia nueva.

Un abrazo.

Carlos dijo...

Amigo Steppewolf, aquí tienes un sitio amigo donde poder bucear cuando quieras. Ahora me paso un rato por el islote de tu antropólogo filantrópico para volar y pensar. Saludos!!!!

Orlando dijo...

Yo , de los grupos de Islandia , me ha gustado uno llamado Solstafir, aunque no sean tan populares como Sigur .