lunes, 16 de julio de 2018

PRAM. "Dark islands" (2003)


Pram nacieron en la primera andanada de grupos de post rock. Junto a Moonshake, Seefeel, Labradford, Laika y otros malabaristas de los sonidos extraños, la  banda de Birminghan siempre se caracterizó por su ardiente inclinación a los sonidos cinemáticos (exceptuando el que para mi es su mejor disco de su carrera, el explosivo y guitarrero "The moving frontier" (2007)).

Y este "Dark islands" es una buena muestra de ellos. Desde que suena "Track on the cat", te dejas llevar por la sensualidad vocal de Rosie Cuckston y de una banda que la arropa con trompeta que son caricias ("Penny arcade"), con paseos enigmáticos por la nouvelle vague, "The Pawnbroker", o haciéndonos recordar la dulzura extraña de Stereolab ("Paper hats").

Así eran Pram. Con un ojo puesto en la imaginación floral de Robert Wyatt ("Peepshow") y el otro ideando un extraño mundo sideral donde en Marte se bailase cosas como "Sirocco". Una de mis favoritas de "Dark islands" es "The archivist", por su bizarría contundente,por esos ruidos que parecen salir del vientre de Residents.

Pram eran encantadores, te mecían en volutas de humo infantil ("Goodbye") e irradiaban siempre una sensación de transgresión total, post rock con neones suculentos, con luces inmarchitas que fondeaban en mares siempre indómitos. Ya se fueron hace años Pram. Nos queda recuperar sus hechizos, para flotar y flotar....



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