domingo, 18 de marzo de 2018

THE SABRES OF PARADISE. "Haunted dancehall" (1994)


No te puedes dejar de resistir a ellos. Desde que suena "Bubble and side" y se acciona este engranaje de tecno minimal que se llama "Hanted dancehall", una joya insuperable, un lugar en común donde Andrew Weatherall y sus colegas, provenientes del mundo acid, decidieron que las cuchillas de afeitar, como mejor cortan es siendo rojas y peligrosas.

"Bubble and side II", son siete minutos de trance ilimitado, de sonidos buscadores de lugares donde el club no sólo sea un sitio para perder el tiempo. 1994. Ostias el tiempo como ha pasado, y como suenan de frescos The Sabres of Paradise.

La lección magistral de dub en "Duke of earlsfield", da paso a una cacofonía espectral ("Fligh part estate"), y luego, en "Planet D (Portishead remix)",  la constatación de que estamos ante uno de los discos más valientes que se ha hecho jamás en la música electrónica.

La larga duración del disco no es sinónimo en ninguna circunstancia de cansancio. Aquí todo suena fresco, natural, radiante. De nuevo el dub en "Wilmot" para en "Tow truck" trocearnos  los huesos con música para los dulces infiernos.

Weatherall y sus compinches sabían lo que hacían en el lejano 1994. Abrazaron todas las formas posibles de transgresión de la música club del momento y nos llenaron la cabeza de soniquetes para llevarlos todos bien alzados en el conjunto de nuestra dicha. "Return to planet D", es una alegoría minimal y "Ballad of Nicky McGuire" con sus ocho minutos de continuo frenesí marcial, es una invitación total a una especia de danza del descoloque.

No me extraña que este "Haunted dancehall" esté en multitud de listas como uno de los trabajos más arriesgados y atemporales que se ha construido en la música electrónica. Te pones "Jacop street 7am" o el tema que titula el lp y la verdad es que es para no detener tus espasmos de emoción.

The Sabres od Paradise, una parada segura en el confort de los ambientes espectrales, de los luceros marchitos, del universo de las máquinas saboteadas por la inflamación de la insolencia.


2 comentarios:

yomisma dijo...

Es un álbum para escucharlo/disfrutarlo entero, de principio a fin. Non stop.Qué decir del comienzo de Wilmot!!

Carlos dijo...

Es un disco hipnótico de principio a fin. Me recuerdo (aunque estilisticamente no son los mismos), a los mejores tiempos de Boards of Canada. Saludos!