miércoles, 12 de julio de 2017

GUIDED BY VOICES. "August by cake" (2017)


32 canciones, disco número 100 desde que en 1986 Guided by Voices iniciaron su peculiar carrera en su mundo lleno de perplejidad y canciones rotas de pocos minutos ("Forever since breakfast"). Han pasado ya tantos años.

Pero Robert Pollard y sus chicos siguen a la suyo. Tan solo pararte en la parada de bus que es la segunda canción de este doble álbum, "Generox gray", para volver a caer rendidos a esas formas tan singulares de tratar la canción, de hacerla misteriosa con su pop apabullante, indie rock de ese que no tiene fecha de caducidad, ("When we all hold..."); y nunca pierden fuelle ni fuerza, te dejan hechizado, te pones cada vez el volumen más alto, recordando lo que algún día bandas como Guided by Voices hicieron por el indie rock.

"Goodbye note" es power por vitaminado, electricidad cuidado no tocarte, con esos coros que te dejan de hielo, con esas notas a ras de los minutos para que disfrutemos de este medicamento que nos vuelve jóvenes por momentos. En este su primer disco doble de su carrera, en una banda con una productividad que ya quisieran muchos, esta el resumen de toda una carrera repleta de más altos que bajo (si como bajo ponemos la reiteración, bendita repetición).

Vaya melodía que se sacan en "We liken the sun" y el ritmo trotón de "Absent the man" es para espabilar a un muerto. También hay sitio por aquí para refriegas extrañas como "Packing the dead zone", y movidas sensaciones psicodélicas que son una pasada, "Overloaded".

Garajeros suenan en "West coast company man", y hacedores de himnos en "High five of farmers" o "Sudden fiction". El doble disco transcurre sin compasión, con regueros de luces que jamás se apagan ("It's food"), y chapuzones en los setenta ("Cheap buttons").

Pollard y sus chicos saben hacernos disfrutar, concretan su mensaje, hacen de la brevedad un dulce ocaso, un refrito de pócimas de pop y rock sin caducar para que levantemos los brazos y gritemos felicidad ("The laughing cleset").

Asi hasta 32 temas. Viva el indie rock joder, ("Deflect project") parecen que gritan cuando se quitan la cera de los años de los oídos. Todo disfrutable, todo como un sueño que no ansia el despertar ("Golden door").

Sólo le pedimos a Pollard que se ponga las pilas y que empiece el siguiente álbum. No quiero dejar de respirar sin haber escuchado el disco 200 de la banda.


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