viernes, 15 de octubre de 2021

SONIC YOUTH. "NYC Ghosts & Flowers" (2000)

 


Cuando Sonic Youth sacaron este disco estaban realmente enfadados. El año anterior habían sufrido el robo de todos sus instrumentos musicales, y la banda decidió tirar por la tangente, sin tregua, no dejar ni un respiro en este el que fuera el álbum número 11 en su brillante carrera. 

Y eso que el inicio con "Free city rhymes", parece anunciar una tormenta contenida a base de arrullos y de esos arpegios demoniacos que parecen no querer buscar el cuerpo a cuerpo. En este disco no hay tintas medias, parece que quieren volver a la rudeza sónica de sus inicios repletos de ponzoña noise y de especulación instrumental donde Kim Gordon da pavor. 

El cuarteto está en plena forma, Thurston y Ranaldo se lo pasaron bomba ideando maneras de sacar sonidos cada vez más desquiciantes como se puede comprobar con la temeraria "Nevermind (what was it anyway)". Los reyes del noise nunca nos defraudaron. Sacaron dinamita de su agitada conjunción de paladines de la incorrección ("Small flowers crack concrete") y se atreven hasta con tonadas que podrían haber salido en trabajos como "Bad moon rising" como la impactante "Side2side". 

"Streamxsonik subway" es sonido marca de la casa con navajas en la distorsión y brotes de acero en música para no domesticar el ánimo. Como la que titula el disco, con ese comienzo sosegado y que va creciendo en sedición y tormentas.

Para terminar "Lightnin", otro estacazo imprudente, otro geiser que repele la calma, que es puro no wave. En conclusión, otra borrasca perfecta, otro disco que casa a la perfección en una discografía sin fallo de escritura. Sonic Youth, nuestros jóvenes eternos, nuestros años lejanos, los amos del caos sonoro. 



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