domingo, 6 de enero de 2019

JULIO DE LA ROSA. "M.O.S." (2004)


Con "M.O.S.", empezó su trabajo en solitario el que fuera miembro de El Hombre Burbuja. Primer disco de una de las carreras más interesantes nacidas al albur del lirismo y que cuenta también con una buena representación de bandas sonoras para películas (a destacar sobre todo su labor compositiva en "La Isla mínima").

"M.O.S." es el disco más árido y guitarrero de su discografía ("A pleno sol") y donde de nuevo la pluma y los textos predominan como eje fundamental en unas canciones que funcionan desde la primera escucha por su épica de corazones robados ("De no verte").

"Braille (segunda parte)", intuye lo que nos encontraríamos en discos posteriores de Julio de la Rosa ("La herida universal" o "Pequeños trastornos sin importancia"). Rozan en "Otro de sus juegos"  una especia de slowcore cabreado para en "El monstruo nunca duerme", volver a componer rimas asonantes, dolorosos versos de esos que dejan huella y no se borran.

Siguen las guitarras en "Otra felicidad" , para en "M", regalarnos su cara más acústica. En "Más tus huellas que mis pasos" parece que estuviésemos frente a una versión personal de Sr. Chinarro, para en "Agua turbia" tirar por la calle de en medio con electricidad y fogonazos cardiacos.

Me gusta como suena "Para mis heridas". Himno que vuelves y vuelves a poner para quedarte dormido con la sonoridad de "Entresueños". Potente pues y necesaria recuperación de un autor de esos que siempre ha ofrecido buenas excusas para gastarnos los cuartos con sus discos. Mi preferido, sin duda, "Pequeños trastornos sin importancia", sigue siendo imbatible. Este "M.O.S." una delicia a disfrutar entre frío y ojos cerrados.


No hay comentarios: