martes, 28 de marzo de 2017

LOS PLANETAS. "Zona temporalmente autónoma" (2017)


El día 24 de marzó salió a la venta el último trabajo de Los Planetas. El día 24 llegó a casa volando desde connatos siderales, con sus palmeras difuminadas, con ese verde indagador penetrando en el campo visual, llamada morse de colores que incitan a buscar.

Nada más que se fue el mensajero, lo tuve fácil. Quitar el plástico, ponerme cómodo y dejarme llevar. Y nada más empezar, una de las mejores canciones de la historia de Los Planetas, "Islamabad", siete minutos que se pasan raudos, himno desolador, llamada dolorosa, éxtasis que te atrapa con su imaginativo fragor.

No abandona J y sus compinches sus aires del sur, fogata en el desamparo, con la voz de Soleá Morente en "Una cruz a cuestas" y en "Soleá" con un vigoroso organo que lleva todo el peso de una procesión de palabras arrastradas.

Momentos estelares hay muchos en el disco. Me gusta "Seguiriya de los 107 faunos", por esas explosiones que nacen al azar de electricidad y que se pierden en el relato de J., casi post rock desde el señuelo de un quejío. Vigorosa y estupenda, solemne y delicada.

Después de 7 años, el grupo sigue en forma. Nuevos caminos que se abren, nuevos remolinos para soplar. También han sido lo suficientemente inteligentes para introducir canciones de toda la vida del orbe planetario, ("Hierro y níquel", "Porque  me lo digas tú" o "Ijtihad"), canciones de esas que se graban rápido en el tarareo, como ocurrió cuando los conocimos y fueron desde el principio unos fieles compañeros de viaje de nuestras tragedias cotidianas, de los furores impetuosos, clamor del existir.

Subyace en todo el lp un poso de guerrilla, de lucha, de que es un deber no permanecer callado ante los pésimos tiempos que estamos viviendo ("Libertad para el solitario", "Guitarra roja"). "La Gitana" basada en un poema del "hombre más malvado del mundo", el esotérico Aleister Crowley, es otra concatenación de agasajos planetarios.

La Bien Querida aparece en "Espiritu Olímpico", otro single más para acompañar resquemores, patinajes del amor, y la que titula el disco un paso más para afianzar a los granadinos en lo más alto de nuestras bandas preferidas.

"Zona temporalmente autónoma" es un disco al que hay darle tiempo. Cada escucha, un montón de sensaciones para dormir rocíos, para elevar recuerdos, noctámbulos en dichos que van y vienen, en versos que se antojan licenciaturas ("Amanecer") o en delicadezas acústicas para después de un adios descortés ("Hay una estrella").

7 años. Parece mentira el paso de los años, los tachones en el calendario, el amago del tiempo en el destierro de nuestros recuerdos. 7 años y de nuevo el orbe que se ha llenado de una luminiscencia particular, de un festejo estelar que nos trae el eco colosal de mundos por descubrir.

No hay comentarios: