viernes, 24 de julio de 2015

TOY. "Join the dots" (2013)


"Conductor" abre el disco. Siete minutos de psicodelia, un bucle circular repleto de feedback y conmoción. Así, empieza el segundo disco de esta banda británica que tampoco se corta en probar con el krautrock y con el shoegazing. Oscuros, febriles, para dar comienzo a la fiesta de la devastación.

Escucho "You won't be the same" y no puedo más que pensar en Ride. Pop que se eleva con flequillos al aire, volutas de humo y conciertos de espalda al gentío, con chulería y parsimonia, con solvencia y candor. Me gustan Toy. "As we turn" es otra pieza más de este crisol que abarca muchas tonalidades.

La que titula el cd es una catarsis frenética de principio a fin. Una concentración de olas sónicas que se encrespan y te enmudecen. Psicodelia ruda que arropa viajes siderales a mundos definitivos. Lo bueno de Toy, es que te dejan respirar. Te dan un puñetazo en "To a end unknown" y en "Endlesly" se fabrican un impactante remolino pop con estrias que padecen la fiebre de Jesus and the mary Chain.

"It's been so long" es un trotón y espacial placer hedonista, las guitarras se explayan lentas, el pop se estrella en olas de acero, mientras el cielo siempre nublado se da una paseo por una orbe de vistas extraordinarias. En "Left to wander" amanece que no es poco por una orilla de teclados que subestiman radiaciones de una levedad inmarchita. Flotemos.

También hay sitio para los himnos pequeños, para las sombras de luz, penitencia de los 90, agridulce batalla para someterte a la intemperie brava de los acontecimientos. "Frozen atmosphere" es una buena muestra de ello. Y para poner punto final a este festival, "Fall out ol love", pastillas para el olvido, tentempie para noquear la apatía. Delicioso disco pues.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por la aportación.

Jean Sol Partre dijo...

Bueno, que sorpresa, que se haga esta música en estos tiempos tan tardíos y descafeinados, en el mundo de la copia de la copia. Bravo por Toy y su comedida elegancia.
Transitar por estos surcos tan arados y a la vez aportar y ser creíbles es como imaginar que este es el disco que se olvidaron grabar The Church en 1984.