lunes, 27 de abril de 2015

EL NIÑO DE ELCHE. "Voces del extremo" (2015)


Esto es un disco que debería marcar una época, con una forma de entender el flamenco distinta, heterodoxa, arrimada al krautrock, a la tecnologia de la surbersión. Ya me quede impactado cuando oí "Sí, a Miguel Hernández", de este cantaor que vive al margen de los cánones, que no se corta en ser una expresión política, en denunciar el clasicismo de la tradicción flamenca y en alzar el puño contra los malditos cielos que nos inundan de servidumbre.

Para este "Voces de extremo", El Niño de Elche ha contado con la producción de Daniel Alonso, de Pony Bravo. Y la verdad que se nota. "Estrategia de distracción" es una psicodélica sacudida de flamenco con teclados fosilizados y "Que os follen" es un galimatías minimal, una narración viva contra los males que aquejan ésta maldita época que nos hace temblar.

Dando voz a la lirica de vates como Antonio Orihuela, Bernando Santos, o Jorge Richman entre otros, Francisco Contreras, El Niño de Elche, se atreve con todo. Desde Enrique Morente no había escuchado tamaña procesión de ideas liberadoras dentro del flamenco. "Miénteme" es una batiburrillo de noise secuenciado entre un motín de aparatejos que deja al cantaor al albor de su compromiso de denuncia,fustigando a diestro y siniestro.

"Nadie" casi parece no wave, salida de una turmix con calambres en la víscera, con pequeños pespuntes aritméticos de guitarras que vagan por una vereda de anarquía y libertad. "El comunista" es una vacilada, una sardónica crítica a los que iban de muy de izquierdas tan sólo para deslumbramiento personal.  Su voz y la ordalía de instrumentos que van y vienen en un baile de luces y sombras, te dejan KO.

Las letras-poesias del disco son para leerlas y hacer una bandera al viento con ellas. "Han sido 30 años" es la más ruidosa del disco, con letra de Jorge Riechmann, es una absorvente, agobiante amenaza que se muerde la cola entre oriflamas de tragedia y pasmo. "Canción de corro del niño palestino", son ocho minutos de insurección, letra de Conrado Santamaría para una arabesca función destarlatala y rock, con Contreras enorme, vitamínico.

Más tranquila, "Informe para Costa Rica", con letra de Antidio Cabal, más anclada en la tradicción, aquí el flamenco es disparo y diana. Para terminar, "Canción del levantado/Notificaciones", angustiosa y febril, tremenda y definitiva. El Niño de Elche se levanta contra los malos augurios, alza el megáfono y clama pus y revolución. Los flamenquitos que tiemblen, que tiemblen sus besos con el poder, y las subvenciones putas compradoras de voluntades. El Niño de Elche, arte, sin más.

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