Estos tipos vienen de Texas y este es su primer disco grabado bajo el tutelaje de Subpop. Las malas lenguas dicen que lo suyo antes de esta producción era el indie con tatujes folk, retales de esto y lo otro para oidos poco o nada exigentes.
Ahora, según dicen, han tirado por la calle de enmedio y han compuesto, también según dicen, una colección de canciones que navegan por el rock dramático apostando por la voz tan singular de Jonathan Meiburg para llevarnos a su terreno sin apenas exigencias para el oyente.
Pues bien, la verdad es que a mí, quitando alguna excepción, no me han engatusado lo suficiente como para caer en sus redes. Y eso que he visto multitud de críticas valorando positivamente su mensajes musical. Vayamos pues a desgranar este disco "animal". Y de animal poco hay en el inicio de "Animal life", tranquila y moderada track con teclados y ambiente de pop de lo más común.
Esperamos pues para escuchar el inicio prometedor de "Breaking the yearlings" que al poco se convierte en más de lo mismo. O sea un quiero y no puedo. "Dread sovereign" es una coctelera de dramatismo que me convece por los pelos y en "You as you were" se les ve la costura de que lo suyo es acercarse a las afueras de los estadios para pillar cacho y asi por alguna rendija servir con pleitesia a los iconos que tu y to sabemos.
Los seis minutos de "Insolence" me parecen los más interesantes de "Animal Joy" por sus constante parones, reflexiones que me recuerdan a los Talk Talk de ultima época y que quiere salvar los muebles de un disco bastante lineal.
"Inmaculate" es rock con algún tono trotón que se queda al fin de la escucha en indefenso sofisma sin gracia ni energia. En fin, una banda que ha pasado sin pena ni gloria por mi escucha semanal de cosas para llevarme al macuto de Discos Pensados. Otra vez será pues.
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