Distorsión, abrazos, pianos, guitarras, tormentas, silencios, adiós, tranquilidad, vahos, ruidos, electricidad, sueños......MÚSICA
miércoles, 2 de noviembre de 2011
THE LOUNG LIZARDS. "The loung lizards" (1981)
Que dificil que me ha resultado etiquetar este pedazo de torpedo musical, creado por John Lurie y su hermano Evan, contando con la participación entre otros del gran Arto Lindsay. Este disco homónimo, primero de The Loung Lizards, es una coctelera que estoy seguro que el gran Thelonious y Coleman, las disfrutarian, a la vez que toda la jauria de la no wave neoyorkina que tanto bien hizo para el resurgimiento de los verdaderos sonidos undergrounds.
En este primer largo de estos lagartos, el jazz es un frenético combate que rompe espejos, que se crispa, que alardea de swing, que vive en los arrabales donde los enfurecidos saxos se pasan jaco para aguantar la fiesta del sudor de las axilas de la mente. Esa sensación produce la escucha de "Incident of south street". Amenazante, crispante, visceral.
"Harlem nocturne", parece casi un clásico standard. De esos que hemos oido en alguna serie oscura policiaca años 60, 70. "Do the wrong thing", es no wave directa, afilada, demencial. El jazz de "Au contraire Arto" no se sale de los canones, pero tiene el eco de una estampida. Y si escuchas "Ballad", con su mentirosa tranquilidad rodeada de espantos de ruidos free, te llevarás la mano a la fiebre del oir, y dirás, que si, que cualquier tiempo pasado fue mejor.
"Wangling" es una sucesión cardiaca de elementos para festejar la union de unos musicos que decidieron tirar por el camino menos trillado para gusto de lo que nos gusta el riesgo y la aventura. Joder como suena "Demented" con su colosal brio de vientos que te noquea y te descompone con garbo.
Las grabacciones posteriores de The Loung Lizards, tomaron otros derroteros lejanos de este inicio de carrera tan estruendosa. Yo, la verdad, siendo esta la primera vez que me topo con estos envenenados hijos del jazz más frenetico, celebro que temas como "I remember Coney Island", revienten corduras, con sus progresiones tan bien ejecutadas, con su danza punk del subsuelo.
Si, hay muchas maneras de ser un punk, y esta, es la que más valoro porque conlleva anarquia, subversion, ritmos locos, freneticos combates, lucha sin fin. Jazz al fin al cabo libre de paracaidas de unos geniecillos estupendos.
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