miércoles, 23 de marzo de 2011

HELIOS. "Unomia" (2004)


"Unomia" es un ánfora repleta de pétalos ambient que tapados por los rigores del invierno se han destapado en estos primeros pasos de la primavera,y que sirve como una hermosa banda sonora para especular bosques dorados, ríos de agua cruzada por peces plateados.

Helios vienen de Portland, y debemos a Keith Kenniff la composición de este bella paleta de atmósferas burbujeantes, cabañas de flotadoras odas sísmicas de pasión, cálidas instrumentaciones que te mecen en un murmullo de tenues sombras vencidas por la claridad que emana de todo "Unomia".

Los primeros pasos electrónicos de "Velius", se convierten en "Nine black alps" en toda una oda reptante, algo minimal, cubierta de esporas de un mar donde se nota la intención de Keith en armar un lujoso disco donde el concepto de belleza detone como un volcán expansivo.

"Homero hymnus" es algo más cruda, más oscura, desafiante y juguetona con todos los artificios tecnológicos, que se convierte en excusa perfecta para un horizonte negro. Oscuridad que también en "West orange", aparece, pero aquí, transmutada en una casi orquestal y lírica tristeza, expuesta en los salones interiores para pudrir la fealdad, para contaminarnos de esencia y rocío.

El ambient y la electronica ganan con Helios. Este su primer disco es toda una salva hacia el orbe de los sonidos apaciguadores, hacia esos estados especiales donde la tranquilidad requiere un perfecto clima para abandonarnos a nosotros mismos.

Helios te servirá seguro para olvidarte de todo durante un buen rato. "Two mark" es una especie de trip hop sideral empujado por los envites de la introversión. Y "Samsara", son seis minutos largos de un incomodo vaho donde las programaciones te dejan caer en el sino del no tiempo.

Pero cuando más me hechizan es con la entrada de la teclas en "Lighthouse". Hermosa, delicada, orfebreria que parece sacada de la obra de algún compositor del siglo pasado. Este Keith Kenniff, sabe tocarnos la fibra, repartir entradas para la función de la desolación. Una desolación que no es síntoma de fin, y si de escenificación de lo imperecedero.

Y cuando es la electrónica la que manda en los temas, como "Clementine", lo hace con tal suavidad, que los sinuosos rastos estelares que dejan las nubes cuando se difuminan en la tarde, se conviertan en extrañas formas imitadoras de notas musicales aun por determinar.

"Unomia" es mi primer acercamiento a Helios. Me pongo ya a buscar más de este norteamericano que se ha propuesto llevarnos hacia el acantilado perfecto donde los ruidos se han difuminado para traernos un cuenco de paz musical.

2 comentarios:

Juancho Farias dijo...

Una musica desconocida para mi pero de un exquisito sonido y ambientacion ,mas el agregado de un texto enriquesedor
Un abrazo my friend

Carlos dijo...

Agradecida palabras las tuyas. Me alegro que te guste Helios. Oyendo grupos como este tiene sentido eso que dice del sentido purificación de la musica. Arte concentrado en tecnologia envasada al vacio. Saludos amigo.