domingo, 15 de septiembre de 2024

REFREE. "Nones" (2003)

 


Raül Fernández, Refree, te mece desde que empieza el disco con "Les soldats perdues" con ese piano barítono, con esa sencillez lírica que hace que su escucha sea como el ruido de una caracola en tus oídos tan necesitados de cosas bellas. 

Composiciones exquisitas, que se mueven al albur de la historia de este cantautor tan especial que siempre da en el clavo ("El reloj"). Aquí todo funciona bien, hasta esos aires de orquesta desgastada de "Inventario", o la calidez que desprende "Raisa". 

Himnos para el día a día que se clavan en un pispas,( "Como en los días corrientes") con la guitarra como figuración principal,  para dar rienda suelta a todo el arte que atesora este artista. "Padres y nones"  triste y delicada, y "El hueco" sigue por esa senda, haciendo su manera lo mismo que hace Tindersticks. 

Me disuelvo con "Palabras mayores" y las cosas que dice, como "El cuarto deseo" y ese aire del Mediterráneo que llena todo este prodigioso álbum. Y ya casi a final, en plan western, "Último recodo" te pone la piel de gallina una vez más. Y se acaba el disco, y no te queda más que volver a pulsar el play, porque siempre parece poco y quieres más cuando oyes a Refree. 


jueves, 12 de septiembre de 2024

THE MOLES. "Instinct" (1994)

 


Dos discos duro la vida de este interesante grupo australiano que nos regalaron una buenas canciones repletas de indie pop con saxos de esos que parecen regalarnos buenos augurios como nos muestran en la inicial "Minor royal march" que abre el que fuera su segundo trabajo. 

Canciones como pétalos que se arriman a los sonidos de los 60 pero con arrogancia como "Eros lunch" , se pasean por un parque que también tiene sitio para arreones de guitarra ("Already in black"), o himnos para intentar espantar a la tristeza como la que titula el lp. 

Chamber pop que también nos da pequeñas joyas melancólicas ("Cars for king's cross"), o turbulencias bajo cero con órganos incluidos ("Cassie Peek"). La música de The Moles suena tan efímera, tan frágil, que no me extraña que se disolvieran en el espacio. 

Esos sonajeros de "Raymod, did you see the red queen?", o la confusión sónica neo folk de "Trebel metal", casi como una parodia de Guided by Voices, les daba una sensación de que todo se iba a terminar pronto. 

Nos quedamos con esa bisoñez infantil, con esos sonidos extraños, que nos les colocarán en ninguna biblioteca musical reseñable del pasado, pero si nos harán pasar un buen rato. 


martes, 10 de septiembre de 2024

HELIOGABALE. "Diving rooms" (2004)

 


Pedazo de banda que fueron Heliogabale. Los franceses nos dejaron para el recuerdo unos cuantos discos de noise devastador, donde puedes ver huellas desde Jesus Lizard ("Hunting"), hasta los Sonic Youth más brutales ("Albinos"). 

Y lo que hace que Heliogabale sean una banda tan interesante, es la inmersión melódica que tienen, sus dotes para hacer lírica desde el estruendo, desde la pasión desaforada, como vemos en "Stearin". "The squeaker" es como una versión punk de Bjork, y en "A stone can't swim" es donde mejor se mueven con sus acometidas violentas, con sus distorsiones que amenazan tormenta. 

"My happy fly" es la más arisca dentro de un conjunto de canciones que son cañonazos que parecen revolverse en un seísmo avasallador, donde hay momentos para himnos esdrújulos como "Les papillons" y su rabia sin contener que te deja sin palabras. 

"Les chiens" y "Few of us" ponen el punto final a un disco repleto de desgarros emocionales, de una furia sin contener, que como el resto de los discos de la banda, consiguen construir un buen artefacto para el recuerdo. 


domingo, 8 de septiembre de 2024

RIDE. "Interplay" (2024)

 


Vale, ya no queda nada de esos Ride que en los 90 nos dejaron sin palabras cuando escuchamos el disco "Going blank again" en 1992. Ya ha pasado tiempo, pero la banda de Oxford comandada por Mark Gardener, siguen haciendo buenos discos. Y este "Interplay" lo es. 

Desde la radiante psicodelia pop de "Peace sing", Ride se abraza a un indie pop con guitarras siempre juguetonas, con ganas de seguir disfrutando de la música. A veces tienen un aire a New Order ("Last frontier"), otras se dejan llevar por sedosos ambientes de luces parpadeantes y distorsiones de antaño ("Light in a quiet room"), y siempre salen airosos de unas composiciones que se nota el poso experiencial de una banda con muchos años ya en sus espaldas.

Singles para bailar como "Monaco" irrumpen con contundencia en un trabajo que entra rápido, suspiros apañados con sonidos electrónicos como "I came to see the wreck", para tejer un surtido programa de lavado de sonidos siempre envolventes. "Stay free" es una suave letanía y "Last night  i went somewhere to dream" tiene un pequeño tic del shoegazing de antaño por el que todos les recordamos. 

Así pasamos la velada con Ride, hasta el final con "Essaouira" y "Yesterday is just a song", digno epílogo de un grupo que ha sabido sobrevivir con dignidad. 


jueves, 5 de septiembre de 2024

LEMONHEADS. "It's a shame about ray" (1992)

 


Lemonheads y Evan Dando. Evan Dando y Lemonheads. Indisolubles a través de la historia, dejaron a principio de los 90 unos discos de esos donde se conjugaba a la perfección la melodía y la urgencia indie. Y eso que los dos primeros discos, "Hate  your friends" (1987) y "Creator" (1988) eran una apisonadora demoledora de distorsiones febriles punks.

A mi me empezaron a entusiasmar con "Lovey" (1990), y sobre todo con este "It's a shame about ray" donde el binomio melodía y guitarras juguetonas, desde que suena "Rockin' stroll" es un sin parar. Grabado en Australia, es exquisito el sabor de la melodía que se percibe en "Confetti", y sobre todo la que titula el lp, con ese estribillo pegajoso, con ese pop con ganas de guerrear. 

Una de mis favoritas es "Rudderless", de esas tonadas que se quedan tiempo en el aire, que después de tantos años sigue siendo un caramelo de esos que no se le va el sabor con facilidad. "The turnpike down" es otro hit inmediato que da paso a "Bit part" la más gamberra y a la vez cariñosa de un lote de canciones inolvidables, que te alegran un mal día desde que las empiezas a oír. Es imposible resistirse.

Suena la fiestera "Alison 's starting to happen" y los pies no paran de moverse. "Hannah & Gabi"  la casi country del lote, quizás la más floja, antecede a "Kitchen" otro pelotazo de power pop con fundamento de pegada instantánea. 

Y si hay un tema por el que se recordará este disco es la versión, "Mrs. Robinson" de Simon & Garfunkel, que supera a la original con su garra y su preciosidad. En conclusión, seguimos sacando del arcón de los recuerdos discos como éste que acompañaron nuestro crecer en aquellos gloriosos 90. Un disfrute. 


martes, 3 de septiembre de 2024

DAVID SYLVIAN. "Blemish" (2003)

 



Quizás "Blemish" sea el disco más experimental y extraño, dentro de la formidable discografía del ex componente de Japan. Construido bajo las bases de la separación de la que fuera su mujer Ingrid Chávez, aquí la lírica habitual de Sylvian se ve sometida a un soberbio juego de ruidos, de experiencias con la electrónica (la canción que titula el disco es una buena muestra de ello).

Por "Blemish" se dejan caer tanto Fennesz como Derek Bailey. Con estos compañeros de baile es normal que el trabajo sea lo que es. Un maravilloso juego de espejos, de luces difuminadas, de sonidos como enjambres cálidos, todo ello, bajo la pedazo voz de Sylvian. 

Tenue y brumosa es "The good son", y "The only daughter" es otra lluvia  de melodías rotas que se mueven en un vaivén hipnótico. En "The heart knows better la guitarra de Bailey vive en una tensión efímera, como gotas de agua que se mantienen en vilo hasta la sacudida azarosa del viento. 

"Late night shopping" responde a la perfección a la idea que está intrínseca en todo el disco: ir más allá, superar barreras, hacer del pop una excusa para navegar por procelosos océanos de disconformidad absoluta. Otra maravilla de David Sylvian que no hay que perderse. Caramelo de mis sabores y urgencias. 


domingo, 1 de septiembre de 2024

MARC ALMOND. "I'm not anyone" (2024)

 

Vaya pedazo de disco de covers se ha sacado de la manga el bueno de Marc Almond. Un delirio que desde que suena "I'm the light" de Blue Cheer, no puedes dejar de alucinar con el arte que aun conserva el ex-Soft Cell. 

Como no emocionarte cuando suena "Reflections of my life" del grupo de los sesenta Marmalade. Sonidos sixties con enjundia, fabricados con amor. Tomando como referencias las décadas de los 70 y 60, "I'm not anyone" es todo un festival repleto de glamour, de pop, de gospel. Y lo mejor de todo, suena como un cañón.

En "Gone with the wind (is my love)" de Gloria Jones, casi me recuerda a los momentos más alegres de Pulp. Mi versión preferida es "I talk to the wind" de los añorados King Crimson, aquí con la colaboración de Ian Anderson de Jethro Tull. Pedazo de canción. "Elusive butterfly" del cantante folk norteamericano Bob Lind es toda una alegre lindeza. 

La que titula es disco, de Paul Anka, es todo un canto de confirmación personal, un grito desgarrado con un fondo de violines amansados. Hermosa. "Trouble of the world" de la cantante góspel Mahalia Jackson, pone el toque espiritual a un trabajo que acaba con "Lonely looking sky" de Neil Diamond. 

En resumen, disco repleto de matices, donde los temas escogidos sirven para el lucimiento de un artista que aun tiene mucho que decir oído lo oído.